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'Los' en la Biblia

Los demás hechos de Jotam, y todas las cosas que hizo, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?

Cuando comenzó a reinar Acaz, era de veinte años, y reinó en Jerusalén dieciséis años; y no hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR su Dios, como David su padre;

antes anduvo en el camino de los reyes de Israel, y aun hizo pasar por el fuego a su hijo, según las abominaciones de los gentiles que el SEÑOR echó de delante de los hijos de Israel.

En aquel tiempo Rezín rey de Siria restituyó Elat a Siria, y echó a los Judíos de Elat; y los Sirios vinieron a Elat, y habitaron allí hasta hoy.

Y tomando Acaz la plata y el oro que se halló en la Casa del SEÑOR, y en los tesoros de la casa real, envió al rey de Asiria soborno.

Y le oyó el rey de Asiria; y subió el rey de Asiria contra Damasco, y la tomó, y transportó los moradores a Cirene, y mató a Rezín.

Y cortó el rey Acaz las molduras de las basas, y les quitó las fuentes; quitó también el mar de sobre los bueyes de bronce que estaban debajo de él, y lo puso sobre el solado de piedra.

Asimismo la tienda del sábado que habían edificado en la Casa, y el pasadizo de afuera del rey, los mudó a las espaldas de la Casa del SEÑOR, por amor del rey de Asiria.

Los demás hechos de Acaz que hizo, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?

E hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, aunque no como los reyes de Israel que antes de él habían sido.

Contra éste subió Salmanasar rey de los Asirios; y Oseas fue hecho su siervo, y le daba presente.

En el año nueve de Oseas tomó el rey de Asiria a Samaria, y transportó a Israel a Asiria, y los puso en Halah, y en Habor, junto al río de Gozán, y en las ciudades de los Medos.

Porque como los hijos de Israel pecaron contra el SEÑOR su Dios, que los sacó de tierra de Egipto de bajo la mano de Faraón rey de Egipto, y temieran a dioses ajenos,

y anduvieran en los estatutos de los gentiles que el SEÑOR había lanzado delante de los hijos de Israel, y en los estatutos de los reyes de Israel, que hicieron;

y como los hijos de Israel hicieron en secreto cosas no rectas contra el SEÑOR su Dios, edificándose lugares altos en todas sus ciudades, desde las torres de las atalayas hasta las ciudades fuertes,

y quemaran allí incienso en todos los lugares altos a la manera de los gentiles, los cuales el SEÑOR había traspuesto delante de ellos, e hicieron cosas muy malas para provocar a ira al SEÑOR,

sirviendo a los ídolos, de los cuales el SEÑOR les había dicho: Vosotros no haréis esto.

El SEÑOR protestaba entonces contra Israel y contra Judá, por mano de todos los profetas, y de todos los videntes, diciendo: Volveos de vuestros malos caminos, y guardad mis mandamientos, y mis ordenanzas, conforme a todas las leyes que yo mandé a vuestros padres, y que os he enviado por mano de mis siervos los profetas.

Mas ellos no escucharon, antes endurecieron su cerviz, como la cerviz de sus padres, los cuales nunca creyeron en el SEÑOR su Dios.

Y desecharon sus estatutos, y su pacto que él había concertado con sus padres; y sus testimonios, que él había protestado contra ellos; y siguieron la vanidad, y fueron hechos vanos, y fueron en pos de los gentiles que estaban alrededor de ellos, de las cuales les había mandado el SEÑOR que no hicieran a la manera de ellos.

Y dejaron todos los mandamientos del SEÑOR su Dios, y se hicieron vaciadizos, dos becerros; e hicieron bosques, y adoraron a todo el ejército del cielo, y sirvieron a Baal;

e hicieron pasar a sus hijos y a sus hijas por fuego; y adivinaron adivinaciones y agüeros, y se entregaron a hacer lo malo ante los ojos del SEÑOR, provocándole a ira.

Y el SEÑOR se airó en gran manera contra Israel, y los quitó de delante de su rostro; que no quedó sino sólo la tribu de Judá.

Mas ni aun Judá guardó los mandamientos del SEÑOR su Dios; antes anduvieron en los estatutos de Israel, los cuales ellos mismos hicieron.

Y desechó el SEÑOR toda la simiente de Israel, y los afligió, y los entregó en manos de saqueadores, hasta echarlos de su presencia.

Y los hijos de Israel anduvieron en todos los pecados de Jeroboam, que él hizo, sin apartarse de ellos;

hasta tanto que el SEÑOR quitó a Israel de delante de su rostro, como lo había él dicho por mano de todos los profetas sus siervos; e Israel fue transportado de su tierra a Asiria, hasta hoy.

Y trajo el rey de Asiria gentiles de Babilonia, de Cuta, de Ava, de Hamat, y de Sefarvaim, y los puso en las ciudades de Samaria en lugar de los hijos de Israel; y poseyeron a Samaria, y habitaron en sus ciudades.

Y aconteció al principio, cuando comenzaron a habitar allí, que no temiendo ellos al SEÑOR, envió el SEÑOR contra ellos leones que los mataban.

Entonces dijeron ellos al rey de Asiria: Los gentiles que tú traspasaste y pusiste en las ciudades de Samaria, no saben el juicio del Dios de aquella tierra, y él ha echado leones en ellos, y he aquí los matan, porque no saben el juicio del Dios de la tierra.

Y el rey de Asiria mandó, diciendo: Llevad allí a alguno de los sacerdotes que trajisteis de allá; y vayan, y habiten allí, y les enseñen el juicio del Dios de la tierra.

Y vino uno de los sacerdotes que habían transportado de Samaria, y habitó en Bet-el, y les enseñó cómo habían de temer al SEÑOR.

Mas cada nación se hizo sus dioses, y los pusieron en las casas de los lugares altos que habían hecho los de Samaria; cada nación en su ciudad donde habitaba.

Los de Babilonia hicieron a Sucot-benot, y los de Cuta hicieron a Nergal, y los de Hamat hicieron a Asima;

los aveos hicieron a Nibhaz y a Tartac; y los de Sefarvaim quemaban sus hijos con fuego a Adramelec y a Anamelec, dioses de Sefarvaim.

Y temían al SEÑOR; e hicieron del pueblo bajo sacerdotes para los lugares altos, quienes sacrificaban para ellos en las casas de los lugares altos.

Temían al SEÑOR, y honraban también a sus dioses, según la costumbre de los gentiles que habían hecho traspasar de allí.

Hasta hoy hacen como antes; que ni temen al SEÑOR, ni guardan sus estatutos, ni sus ordenanzas; ni hacen según la ley y los mandamientos que mandó el SEÑOR a los hijos de Jacob, al cual puso el nombre de Israel;

con los cuales el SEÑOR había hecho pacto, y les mandó, diciendo: No temeréis a otros dioses, ni los adoraréis, ni les serviréis, ni les sacrificaréis;

"Sino que al SEÑOR, que los hizo subir de la tierra de Egipto con gran poder y con brazo extendido, a El temerán (reverenciarán) y ante El se inclinarán y a El ofrecerán sacrificios.

Los estatutos y derechos, y la ley, y los mandamientos, que os dio por escrito, cuidaréis de cumplirlos todos los días, y no temeréis a dioses ajenos.

"Sino que al SEÑOR su Dios temerán, y El los librará de mano de todos sus enemigos."

El hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR, conforme a todas las cosas que había hecho David su padre.

El quitó los lugares altos, y quebró las imágenes, y taló los bosques, e hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque hasta entonces le quemaban incienso los hijos de Israel; y le llamó por nombre Nehustán (cosa de bronce).

Porque se llegó al SEÑOR, y no se apartó de él, y guardó los mandamientos que el SEÑOR mandó a Moisés.

Hirió también a los filisteos hasta Gaza y sus términos, desde las torres de las atalayas hasta la ciudad fortalecida.

En el cuarto año del rey Ezequías, que era el año séptimo de Oseas hijo de Ela, rey de Israel, subió Salmanasar rey de los asirios contra Samaria, y la cercó.

Y el rey de Asiria traspuso a Israel a Asiria, y los puso en Halah, y en Habor, junto al río de Gozán, y en las ciudades de los medos:

Y a los catorce años del rey Ezequías, subió Senaquerib rey de Asiria contra todas las ciudades fuertes de Judá, y las tomó.

Y Ezequías dio toda la plata que fue hallada en la Casa del SEÑOR, y en los tesoros de la casa real.

Entonces rompió Ezequías las puertas del templo del SEÑOR, y los quiciales que el mismo rey Ezequías había recubierto de oro, y lo dio al rey de Asiria.

He aquí tú confías ahora en este bordón de caña quebrado, en Egipto, en el que si alguno se apoyare, le entrará por la mano, y se le pasará. Tal es Faraón rey de Egipto, para todos los que en él confían.

¿Cómo, pues, harás volver el rostro de un capitán, al menor de los siervos de mi señor, aunque estés confiado en Egipto por sus carros y su gente de a caballo?

Y Rabsaces les dijo: ¿Me ha enviado mi señor a ti y a tu señor para decir estas palabras, y no antes a los hombres que están sobre el muro, para comer su estiércol, y beber el agua de sus pies con vosotros?

"Así dice el rey: `Que no los engañe Ezequías, porque él no los podrá librar de mi mano;

hasta que yo venga y los lleve a una tierra como la tierra de ustedes, tierra de grano y de vino nuevo, tierra de pan y de viñas, tierra de olivos y de miel, para que vivan y no mueran." Pero no escuchen a Ezequías porque los engaña, diciendo: ``El SEÑOR nos librará."

¿Por ventura han librado los dioses de los gentiles cada uno su tierra de la mano del rey de Asiria?

`` ¿Dónde están los dioses de Hamat y de Arfad? ¿Dónde están los dioses de Sefarvaim, de Hena y de Iva? ¿Cuándo han librado ellos a Samaria de mi mano?

¿Qué dios de todos los dioses de las provincias ha librado a su provincia de mi mano, para que libre el SEÑOR de mi mano a Jerusalén?

Y envió a Eliacim el mayordomo, y a Sebna escriba, y a los ancianos de los sacerdotes, vestidos de cilicio a Isaías profeta hijo de Amós,

que le dijeran: Así dijo Ezequías: Este día es día de angustia, y de reprensión, y de blasfemia; porque los hijos han venido hasta la rotura, y la que da a luz no tiene fuerzas.

Por ventura oirá el SEÑOR tu Dios todas las palabras de Rabsaces, al cual el rey de los Asirios su señor ha enviado para injuriar al Dios vivo, y reprenderá las palabras, las cuales el SEÑOR tu Dios ha oído; por tanto, eleva oración por el remanente que aun se halla.

Vinieron pues los siervos del rey Ezequías a Isaías.

E Isaías les respondió: Así diréis a vuestro señor: Así dijo el SEÑOR: No temas por las palabras que has oído, con las cuales me han blasfemado los siervos del rey de Asiria.

He aquí tú has oído lo que han hecho los reyes de Asiria a todas las tierras, destruyéndolas, ¿y has tú de escapar?

¿Por ventura los libraron los dioses de los gentiles, que mis padres destruyeron, es a saber, Gozán, Harán, Resef, y los hijos de Edén que estaban en Telasar?

Y tomó Ezequías las letras de mano de los embajadores; y después que las hubo leído, subió a la Casa del SEÑOR, y las extendió Ezequías delante del SEÑOR.

Y oró Ezequías delante del SEÑOR, diciendo: SEÑOR Dios de Israel, que habitas sobre los querubines, tú solo eres Dios a todos los reinos de la tierra; tú hiciste el cielo y la tierra.

Es verdad, oh SEÑOR, que los reyes de Asiria han destruido a los gentiles y sus tierras;

y que pusieron en el fuego a sus dioses, por cuanto ellos no eran dioses, sino obra de manos de hombres, madera o piedra, y así los destruyeron.

Ahora, pues, oh SEÑOR Dios nuestro, sálvanos ahora de su mano, para que sepan todos los reinos de la tierra que tú solo eres el SEÑOR Dios.

Por mano de tus mensajeros has proferido injuria contra el Señor, y has dicho: Con la multitud de mis carros he subido a las cumbres de los montes; a las cuestas del Líbano, y cortaré sus altos cedros, sus hayas escogidas; y entraré a la morada de su término, al bosque de su Carmel.

Yo he cavado y bebido las aguas ajenas, y he secado con la planta de mis pies todos los ríos de munición.

¿Nunca has oído que hace mucho tiempo yo lo hice, y que desde los días de la antigüedad lo dispuse? Y ahora lo he hecho venir, y tú serás para hacer desolaciones, para reducir las ciudades fortificadas en montones de ruinas.

Y sus moradores, cortos de manos, quebrantados y confusos, serán cual hierba del campo, como legumbre verde; heno de los tejados, que antes que venga a madurez es seco.

Porque saldrán de Jerusalén remanente, y liberación desde el monte de Sion; el celo del SEÑOR de los ejércitos hará esto.

Y aconteció que la misma noche salió el ángel del SEÑOR, e hirió en el campamento de los Asirios ciento ochenta y cinco mil hombres; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí los cuerpos de los muertos.

Entonces el profeta Isaías clamó al SEÑOR; e hizo volver la sombra por los grados que había descendido en el reloj de Acaz, diez grados atrás.

Y Ezequías los oyó, y les mostró toda la casa de las cosas preciosas, plata, oro, y especiería, y el ungüento precioso; y la casa de sus armas, y todo lo que había en sus tesoros; ninguna cosa quedó que Ezequías no les mostrara, así en su casa como en todo su señorío.

Y de tus hijos que saldrán de ti, que habrás engendrado, los tomarán; y serán eunucos en el palacio del rey de Babilonia.

Los demás hechos de Ezequías, y toda su valentía, y cómo hizo el estanque y el conducto, y metió las aguas en la ciudad, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?

E hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, según las abominaciones de los gentiles que el SEÑOR había echado delante de los hijos de Israel.

Porque él volvió a edificar los lugares altos que Ezequías su padre había derribado, y levantó altares a Baal, e hizo bosque, como había hecho Acab rey de Israel; y adoró a todo el ejército del cielo, y sirvió a aquellas cosas.

Y edificó altares para todo el ejército del cielo en los dos atrios de la casa del SEÑOR.

Y haré que nunca más los pies de Israel vaguen {fuera} de la tierra que di a sus padres, con tal de que cuiden de hacer conforme a todo lo que les he mandado, y conforme a toda la ley que mi siervo Moisés les ordenó.

Mas ellos no escucharon; y Manasés los hizo errar a que hicieran más mal que los gentiles que el SEÑOR rayó de delante de los hijos de Israel.

Por cuanto Manasés rey de Judá ha hecho estas abominaciones, y ha hecho más mal que todo lo que hicieron los amorreos que fueron antes de él, y también ha hecho pecar a Judá con sus ídolos;

``Abandonaré al remanente de mi heredad y los entregaré en mano de sus enemigos, y serán para presa y despojo para todos sus enemigos;

Fuera de esto, derramó Manasés mucha sangre inocente en gran manera, hasta llenar a Jerusalén de extremo a extremo, además de su pecado con que hizo pecar a Judá, para que hiciera lo malo ante los ojos del SEÑOR.

Los demás hechos de Manasés, y todas las cosas que hizo, y su pecado que cometió, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?

E hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, como había hecho Manasés su padre.

Y anduvo en todos los caminos en que su padre anduvo, y sirvió a los ídolos a los cuales había servido su padre, y a ellos adoró;

Y los siervos de Amón conspiraron contra él, y mataron al rey en su casa.

Entonces el pueblo de la tierra hirió a todos los que habían conspirado contra el rey Amón; y puso el pueblo de la tierra por rey en su lugar a Josías su hijo.

Los demás hechos de Amón, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?

Biblia del Jubileo 2000 (Grátis) copyright

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Reina Valera Gómez (© 2010)