'Los' en la Biblia
¿Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores,
No así los malos, que son como el tamo que arrebata el viento.
Por tanto no se levantarán los malos en el juicio; ni los pecadores en la congregación de los justos.
Porque el SEÑOR conoce el camino de los justos; y el camino de los malos se perderá.
¿Por qué se amotinan los gentiles, y los pueblos piensan vanidad?
Estarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra el SEÑOR, y contra su ungido, diciendo:
El que mora en los cielos se reirá; El Señor se burlará de ellos.
Entonces hablará a ellos con su furor, y con su ira los conturbará.
Pídeme, y te daré por heredad los gentiles, y por posesión tuya los términos de la tierra.
Los quebrantarás con vara de hierro; como vaso de alfarero los desmenuzarás.
Besad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino, cuando se encendiere de aquí a poco su furor. Bienaventurados todos los que en él confían.
No temeré a los diez millares de enemigos que se han puesto en derredor contra mí.
Levántate, SEÑOR; sálvame, Dios mío; porque tú heriste a todos mis enemigos en la quijada; los dientes de los malos quebraste.
Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo volveréis mi honra en infamia, amaréis la vanidad, y buscaréis la mentira? (Selah.)
No estarán los locos que se gobiernan por afecto o consejo de la carne delante de tus ojos; aborreces a todos los que obran iniquidad.
Destruirás a los que hablan mentira. Al varón de sangre y de engaño abominará el SEÑOR.
Y se alegrarán todos los que esperan en ti; para siempre jubilarán, y los cubrirás; y se alegrarán en ti los que aman tu nombre.
Apartaos de mí, todos los obradores de iniquidad; porque el SEÑOR ha oído la voz de mi lloro.
SEÑOR Dios mío, en ti he confiado; sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame;
Que te rodee la asamblea de los pueblos, y tú en lo alto regresa sobre ella.
El SEÑOR juzgará los pueblos; júzgame, oh SEÑOR, conforme a mi justicia y conforme a mi integridad.
Consuma ahora mal a los malos, y establece al justo; pues el Dios justo es el que prueba los corazones y los riñones.
Mi escudo es en Dios, el que salva a los rectos de corazón.
Dios es el que juzga al justo; y Dios está airado contra los impíos todos los días.
Asimismo ha aparejado para él armas de muerte; ha labrado sus saetas para los que persiguen.
Oh DIOS, Señor nuestro, ¡Cuán grande es tu nombre en toda la tierra, que has puesto tu alabanza sobre los cielos!
De la boca de los chiquitos y de los que maman, fundaste la fortaleza a causa de tus enemigos, para hacer cesar al enemigo, y al que se venga.
Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de hermosura.
las aves de los cielos, y los peces del mar; lo que pasa por los caminos del mar.
Reprendiste los gentiles, destruiste al malo, raíste el nombre de ellos para siempre y eternalmente.
Oh enemigo, acabados son para siempre los asolamientos; y las ciudades que derribaste, su memoria pereció con ellas.
Y él juzgará el mundo con justicia; juzgará los pueblos con rectitud.
Jehová será refugio al oprimido, refugio en los tiempos de angustia.
Y en ti confiarán los que conocen tu nombre; por cuanto tú, oh SEÑOR, no desamparaste a los que te buscaron.
Cantad al SEÑOR, el que habita en Sion. Noticiad en los pueblos sus obras.
Porque demandando la sangre se acordó de ellos; no se olvidó del clamor de los humildes.
Ten misericordia de mí, SEÑOR. Mira mi aflicción que padezco de los que me aborrecen, tú que me levantas de las puertas de la muerte;
Se hundieron los gentiles en la fosa que hicieron; en la red que escondieron fue tomado su pie.
Los malos volverán al Seol; todos los gentiles que se olvidan de Dios.
Porque no para siempre será olvidado el humilde; ni la esperanza de los pobres perecerá para siempre.
Levántate, oh SEÑOR; no se fortalezca el hombre; sean juzgados los gentiles delante de ti.
Pon, oh SEÑOR, temor en ellos: conozcan los gentiles que son hombres. (Selah.)
¿Por qué estás lejos, oh SEÑOR, y te escondes en los tiempos de la angustia?
Con arrogancia el malo persigue al pobre; sean tomados en los pensamientos que pensaron.
Sus caminos son viciosos en todo tiempo: Tus juicios los tiene muy lejos de su vista: Echa bocanadas en orden á todos sus enemigos.
Está en las guaridas de las aldeas; en los escondrijos mata al inocente; sus ojos están acechando al pobre.
Se agazapa, se encoge, y los desdichados caen en sus garras.
Levántate, oh SEÑOR Dios, alza tu mano, no te olvides de los humildes.
El SEÑOR, Rey eterno y perpetuo; de su tierra fueron destruidos los gentiles.
El deseo de los humildes oíste, oh SEÑOR; tú dispones su corazón, y haces atento tu oído;
Porque he aquí, los malos entesaron el arco, apercibieron sus saetas sobre la cuerda para asaetear en oculto a los rectos de corazón.
Porque los fundamentos serán derribados. ¿El justo qué ha hecho?
El SEÑOR está en el templo de su santidad; la silla del SEÑOR está en el cielo; sus ojos ven, sus párpados prueban a los hijos de los hombres.
Sobre los malos lloverá lazos; fuego y azufre, con vientos de torbellinos, será la porción del cáliz de ellos.
Pues el SEÑOR es justo; El ama la justicia; los rectos contemplarán su rostro.
Salva, oh SEÑOR, porque se acabaron los misericordiosos; porque se han acabado los fieles de entre los hijos de los hombres.
Tale el SEÑOR todos los labios lisonjeros; la lengua que habla grandezas,
{a los} que han dicho: Con nuestra lengua prevaleceremos, nuestros labios nos defienden; ¿quién es señor sobre nosotros?
Por la opresión de los pobres, por el gemido de los menesterosos, ahora me levantaré, dice el SEÑOR: Yo pondré en salvo al que el impío enlaza.
Tú, SEÑOR, los guardarás; guárdalos para siempre de esta generación.
Cercando andan los malos, entre tanto los más viles de los hijos de los hombres son exaltados.
El SEÑOR miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, por ver si había algún entendido, que buscara a Dios.
Ciertamente conocieron esto todos los que obran iniquidad, que devoran a mi pueblo como si pan comieran; al SEÑOR no invocaron.
Allí temblaron de espanto; porque Dios está con la nación de los justos.
¡Oh que de Sión viniese la salvación de Israel! Cuando Jehová hiciere volver a los cautivos de su pueblo, se gozará Jacob, y se alegrará Israel.
Aquel a cuyos ojos es menospreciado el vil; mas honra a los que temen al SEÑOR; juró en daño suyo, y no mudó.
A los santos que están en la tierra, y a los íntegros; toda mi afición en ellos.
Multiplicarán sus dolores los que se apresuraren tras otro dios; no ofreceré yo sus libaciones de sangre, ni en mis labios tomaré sus nombres.
Para las obras humanas, por la palabra de tus labios yo observé los caminos del violento.
Haz maravillosas tus misericordias, salvador de los que en ti confían, de los que se levantan contra tu diestra.
De delante de los malos que me oprimieron, de mis enemigos que me cercan por la vida.
como león que ansía despedazar, como leoncillo que acecha en los escondrijos.
de los hombres con tu mano, oh SEÑOR, de los hombres de mundo, cuya parte es en esta vida, y cuyo vientre está lleno de tu despensa: sacian a sus hijos, y dejan el resto a su familia.
Los lazos de la muerte me cercaron, y los torrentes de iniquidad me atemorizaron;
los lazos del Seol me rodearon; las redes de la muerte surgieron ante mí.
Y la tierra fue conmovida y tembló; y los fundamentos de los montes se estremecieron, y se removieron porque él se enojó.
Y bajó a los cielos, y descendió; y había oscuridad debajo de sus pies.
Puso tinieblas por su escondedero, en sus alrededores de su tabernáculo oscuridad de aguas, nubes de los cielos.
Y tronó en los cielos el SEÑOR, y el Altísimo dio su voz; granizo y carbones de fuego.
Y envió sus saetas, y los desbarató; y echó relámpagos, y los destruyó.
Y aparecieron las honduras de las aguas, y se descubrieron los cimientos del mundo por tu reprensión, oh SEÑOR, por el soplo del viento de tu nariz.
Me libró de mi fuerte enemigo, y de los que me aborrecían, aunque ellos eran más fuertes que yo.
Por cuanto guardé los caminos del SEÑOR, y no me volví impío apostatando de mi Dios.
Por tanto al pueblo humilde salvarás, y los ojos altivos humillarás.
Dios, perfecto su camino; la palabra del SEÑOR afinada; escudo es a todos los que esperan en él.
Perseguiré a mis enemigos, y los alcanzaré, y no volveré hasta acabarlos.
Los heriré, y no podrán levantarse; caerán debajo de mis pies.
Pues tú me has ceñido con fuerza para la batalla; has subyugado debajo de mí a los que contra mí se levantaron.
Y me diste la cerviz de mis enemigos, y destruí a los que me aborrecían.
Clamaron, y no hubo quién se salvara; aun al SEÑOR, mas no los oyó.
Y los molí como polvo delante del viento; los esparcí como lodo de las calles.
Al oír de mí, me obedeció; los hijos de extraños se sometieron a mí aun contra su voluntad;
Los hombres extraños se cayeron, y tuvieron miedo desde sus encerramientos.
el que me libra de mis enemigos. Ciertamente tú me exaltas sobre los que se levantan contra mí; me rescatas del hombre violento.
Por tanto yo te confesaré entre los gentiles, oh SEÑOR, y cantaré a tu nombre.
Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el extendimiento denuncia la obra de sus manos.
{Mas} por toda la tierra salió su voz, y hasta los confines del mundo sus palabras. En ellos puso una tienda para el sol,
De un extremo de los cielos es su salida, y su curso hasta la extremidad de ellos; y no hay quien se esconda de su calor.
Los mandamientos del SEÑOR son rectos, que alegran el corazón; el precepto del SEÑOR es puro, que alumbra los ojos.
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