124 casos

'Tú' en la Biblia

Y Elcana su marido le dijo: Ana, ¿por qué lloras? ¿Y por qué no comes? ¿Y por qué está afligido tu corazón? ¿No te soy yo mejor que diez hijos?

e hizo voto, diciendo: El SEÑOR de los ejércitos, si te dignares mirar la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, mas dieres a tu sierva simiente de varón, yo lo dedicaré al SEÑOR todos los días de su vida, y no subirá navaja sobre su cabeza.

Entonces le dijo Elí: ¿Hasta cuándo estarás borracha? Digiere tu vino.

No tengas a tu sierva por una mujer impía; porque por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora.

Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos. Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste.

Y ella dijo: ¡Ruego señor mío! Como vive tu alma, señor mío, yo soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti orando al SEÑOR.

Y vino un varón de Dios a Elí, y le dijo: Así dijo el SEÑOR: ¿No me manifesté yo claramente a la casa de tu padre, cuando estaban en Egipto en casa de Faraón?

Y yo le escogí por mi sacerdote entre todas las tribus de Israel, para que ofreciese sobre mi altar, y quemase incienso, y llevase efod delante de mí; y di a la casa de tu padre todos los sacrificios de los hijos de Israel.

Por tanto, el SEÑOR el Dios de Israel dijo: Yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de mí perpetuamente; mas ahora dijo el SEÑOR: Nunca yo tal haga, porque yo honraré a los que me honran, y los que me tuvieren en poco, serán viles.

Y verás competidor en el tabernáculo, en todas las cosas en que hiciere bien a Israel; y en ningún tiempo habrá viejo en tu casa.

Y no te cortaré del todo varón de mi altar, para hacerte marchitar tus ojos, y llenar tu ánimo de dolor; mas toda la cría de tu casa morirá en la edad varonil.

Y será que el que hubiere quedado en tu casa, vendrá a postrársele por un dinero de plata y un bocado de pan, diciéndole: Te ruego que me constituyas en algún ministerio, para que coma un bocado de pan.

Y dijo Elí a Samuel: Ve, y acuéstate; y si te llamare, dirás: Habla, SEÑOR, que tu siervo oye. Así se fue Samuel, y se acostó en su lugar.

y le dijeron: He aquí has envejecido, y tus hijos no van por tus caminos; por tanto, constiyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todos los gentiles.

Y Samuel respondió a Saúl, y dijo: Yo soy el vidente; sube delante de mí al alto, y come hoy conmigo, y por la mañana te despacharé, y te descubriré todo lo que está en tu corazón.

Y de las asnas que se te perdieron hoy hace tres días, pierde cuidado de ellas, porque se han hallado. Mas ¿por quién es todo el deseo de Israel, sino por ti y por toda la casa de tu padre?

Y descendiendo ellos al límite de la ciudad, dijo Samuel a Saúl: Di al criado que vaya delante, (y se adelantó el criado ); mas espera un poco para que te declare palabra de Dios.

Hoy, después que te hayas apartado de mí, hallarás dos varones junto al sepulcro de Raquel, en el término de Benjamín en Selsa, los cuales te dirán: Las asnas que habías ido a buscar, se han hallado; tu padre, pues , ha dejado ya el negocio de las asnas, si bien está angustioso por vosotros, diciendo: ¿Qué haré acerca de mi hijo?

Y bajarás delante de mí a Gilgal; y luego descenderé yo a ti para sacrificar holocaustos, e inmolar víctimas pacíficas. me esperarás siete días, hasta que yo venga a ti, y te enseñe lo que has de hacer.

Entonces dijo todo el pueblo a Samuel: Ruega por tus siervos al SEÑOR tu Dios, que no muramos; porque a todos nuestros pecados hemos añadido este mal de pedir rey para nosotros.

Entonces Samuel dijo: ¿Qué has hecho? Y Saúl respondió: Porque vi que el pueblo se me iba, y que no venías al plazo de los días, y que los filisteos estaban juntos en Micmas,

Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento del SEÑOR tu Dios, que él te había mandado; porque ahora el SEÑOR hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre.

Mas ahora tu reino no estará: El SEÑOR se ha buscado varón según su corazón, al cual el SEÑOR ha mandado que sea capitán sobre su pueblo, por cuanto no has guardado lo que el SEÑOR te mandó.

Y su paje de armas le respondió: Haz todo lo que tienes en tu corazón; ve, que aquí estoy contigo a tu voluntad.

Y aconteció que estando aún hablando Saúl con el sacerdote, el alboroto que había en el campamento de los filisteos se aumentaba, e iba creciendo en gran manera. Entonces dijo Saúl al sacerdote: Detén tu mano.

Entonces habló uno del pueblo, diciendo: Tu padre ha conjurado expresamente al pueblo, diciendo: Maldito sea el varón que comiere hoy alimento. Y el pueblo desfallecía de hambre .

Y dijo Saúl al ceneo: Idos, apartaos, y salid de entre los de Amalec, para que por ventura no te destruya juntamente con él; porque hiciste misericordia con todos los hijos de Israel, cuando subían de Egipto. Y el ceneo se apartó de entre los de Amalec.

Vino, pues, Samuel a Saúl, y Saúl le dijo: Bendito seas del SEÑOR; yo he cumplido la palabra del SEÑOR.

Y Saúl respondió: De Amalec los han traído; porque el pueblo perdonó a lo mejor de las ovejas y de las vacas, para sacrificarlas al SEÑOR tu Dios; pero lo demás lo destruimos.

Y dijo Samuel: Siendo pequeño en tus propios ojos ¿no has sido hecho cabeza a las tribus de Israel, y el SEÑOR te ha ungido por rey sobre Israel?

Mas el pueblo tomó del despojo ovejas y vacas, las primicias del anatema, para sacrificarlas al SEÑOR tu Dios en Gilgal.

Entonces Samuel le dijo: el SEÑOR ha desgarrado hoy de ti el reino de Israel, y lo ha dado a tu prójimo mejor que .

Y él dijo: Yo he pecado; mas te ruego que me honres delante de los ancianos de mi pueblo, y delante de Israel; y vuelve conmigo para que adore al SEÑOR tu Dios.

Y Samuel dijo: Como tu cuchillo dejó las mujeres sin hijos, así tu madre será sin hijo entre las mujeres. Entonces Samuel cortó en pedazos a Agag delante del SEÑOR en Gilgal.

Y dijo el SEÑOR a Samuel: ¿Hasta cuándo has de llorar a Saúl, habiéndolo yo desechado para que no reine sobre Israel? Llena tu cuerno de aceite, y ven, te enviaré a Isaí de Belén; porque de sus hijos me he provisto de rey.

Y Samuel hizo como le dijo el SEÑOR; y cuando él llegó a Belén, los ancianos de la ciudad le salieron a recibir con miedo, y dijeron: ¿Es pacífica tu venida?

Y Saúl envió mensajeros a Isaí, diciendo: Envíame a David tu hijo, el que está con las ovejas.

Y oyéndole hablar Eliab su hermano mayor con aquellos varones, Eliab se encendió en ira contra David, y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿Y a quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón, que para ver la batalla has venido.

Y dijo Saúl a David: No podrás ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque eres niño, y él es un hombre de guerra desde su juventud.

Y David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor en las ovejas de su padre, y venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada,

Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; pues este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha deshonrado al ejército del Dios viviente.

Dijo luego el filisteo a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo, y a las bestias de la tierra.

Entonces dijo David al filisteo: vienes a mí con cuchillo y lanza y escudo; mas yo vengo a ti en el nombre del SEÑOR de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, que has deshonrado.

El SEÑOR te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y quitaré tu cabeza de ti; y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y sabrá toda la tierra que hay Dios en Israel.

Vive tu alma, oh rey, que no lo sé. Y el rey dijo: Pregunta pues de quién es hijo aquel joven.

Y le dijo Saúl: Joven, ¿de quién eres hijo? Y David respondió: Yo soy hijo de tu siervo Isaí de Belén.

porque él puso su alma en su palma, e hirió al filisteo, y el SEÑOR hizo una gran salud a todo Israel. lo viste, y te alegraste; ¿por qué, pues, pecarás contra la sangre inocente, matando a David sin causa?

Saúl envió luego mensajeros a casa de David para que lo guardasen, y lo matasen a la mañana. Mas Mical su mujer lo descubrió a David, diciendo: Si no salvares tu vida esta noche, mañana serás muerto.

Y David huyó de Naiot que es en Ramá, y vino delante de Jonatán, y dijo: ¿Qué he hecho yo ? ¿Cuál es mi maldad, o cuál mi pecado contra tu padre, que él busca mi vida?

Y David volvió a jurar, diciendo: Tu padre sabe claramente que yo he hallado gracia delante de tus ojos, y dirá en sí : No sepa esto Jonatán, para que no tenga pesar; y ciertamente, vive el SEÑOR y vive tu alma, que apenas hay un paso entre mí y la muerte.

Y Jonatán dijo a David: ¿Qué dice tu alma, y lo haré por ti?

Y David respondió a Jonatán: He aquí que mañana será nueva luna, y yo acostumbro sentarme con el rey a comer; mas dejarás que me esconda en el campo hasta la tarde del tercer día.

Si tu padre hiciere mención de mí, dirás: Me rogó mucho que lo dejase ir presto a Belén su ciudad, porque todos los de su linaje tienen allá sacrificio aniversario.

Si él dijere: Bien está, paz tendrá tu siervo; mas si se enojare, sabe que la malicia es en él consumada.

Harás, pues, misericordia con tu siervo, ya que has traído tu siervo a alianza del SEÑOR contigo; y si maldad hay en mí mátame , que no hay necesidad de llevarme hasta tu padre.

Dijo entonces David a Jonatán: ¿Quién me dará aviso? O, ¿qué si tu padre te respondiere ásperamente?

no quitarás perpetuamente tu misericordia de mi casa. Cuando desarraigare el SEÑOR uno por uno los enemigos de David de la tierra, aun a Jonatán quite de su casa, si te faltare ; y requiera el SEÑOR de la mano de los enemigos de David.

Le dijo luego Jonatán: Mañana es nueva luna, y serás echado de menos, porque tu asiento estará vacío.

Y luego enviaré el criado, diciéndole : Ve, busca las saetas. Y si dijere al criado: He allí las saetas más acá de ti, tómalas; vendrás, porque paz tienes, y nada hay de mal , vive el SEÑOR.

Y cuanto a las palabras que yo y hemos hablado, sea el SEÑOR entre mí y ti para siempre.

Entonces Saúl se enardeció contra Jonatán, y le dijo: Hijo de la perversa y rebelde, ¿no sé yo que has elegido al hijo de Isaí para confusión tuya, y para confusión de la vergüenza de tu madre?

Porque todo el tiempo que el hijo de Isaí viviere sobre la tierra, ni serás firme, ni tu reino. Envía pues ahora, y tráemelo, porque ha de morir.

Y Jonatán dijo a David: Vete en paz, que ambos hemos jurado por el nombre del SEÑOR, diciendo: El SEÑOR sea entre mí y ti, entre tu simiente y la mía, para siempre. Y él se levantó y se fue; y Jonatán se entró en la ciudad.

Y vino David a Nob, a Ahimelec sacerdote; y Ahimelec salió a recibirlo con miedo, y le dijo: ¿Cómo vienes solo, y nadie contigo?

Y el sacerdote respondió: El cuchillo de Goliat el filisteo, que venciste en el valle del Alcornoque, está aquí envuelto en un velo detrás del efod; si quieres tomarlo, tómalo; porque aquí no hay otro sino ese. Y dijo David: No hay otro tal; dámelo.

Y le dijo Saúl: ¿Por qué habéis conspirado contra mí, y el hijo de Isaí, cuando le diste pan y cuchillo, y consultaste por él a Dios, para que se levantase contra mí y me acechase, como lo hace hoy día?

Entonces Ahimelec respondió al rey, y dijo: ¿Y quién hay fiel entre todos sus siervos como lo es David, yerno del rey, y que va por tu mandado, y es ilustre en tu casa?

¿He comenzado yo desde hoy a consultar por él a Dios? Lejos sea de mí; no impute el rey cosa alguna a su siervo, ni a toda la casa de mi padre; porque tu siervo ninguna cosa sabe de este negocio, grande ni chica.

Y el rey dijo: Sin duda morirás, Ahimelec, y toda la casa de tu padre.

Entonces el rey dijo a Doeg: Vuelve , y arremete contra los sacerdotes. Y revolviéndose Doeg idumeo, arremetió contra los sacerdotes, y mató en aquel día ochenta y cinco varones que vestían efod de lino.

Y dijo David a Abiatar: Yo sabía que estando allí aquel día Doeg el idumeo, él lo había de hacer saber a Saúl. Yo he dado causa ante Saúl contra todas las personas de la casa de tu padre.

Quédate conmigo, no temas; quien buscare mi vida, buscará también la tuya; bien que estarás conmigo guardado.

Y dijo David: SEÑOR Dios de Israel, tu siervo ha oído que Saúl procura venir contra Keila, a destruir la ciudad por causa mía.

¿Me entregarán los señores de Keila en sus manos? ¿Descenderá Saúl, como tu siervo tiene oído? SEÑOR Dios de Israel, te ruego que lo declares a tu siervo. Y el SEÑOR dijo: Sí , descenderá.

Y le dijo: No temas, que no te hallará la mano de Saúl mi padre, y reinarás sobre Israel, y yo seré segundo después de ti; y aun mi padre así lo sabe.

Por tanto, rey, desciende ahora presto, según todo el deseo de tu alma, y nosotros lo entregaremos en la mano del rey.

Entonces los de David le dijeron: He aquí el día que te ha dicho el SEÑOR: He aquí que yo entrego tu enemigo en tus manos, y harás con él como te pareciere. Y se levantó David, y calladamente cortó la orilla de la ropa de Saúl.

Y dijo David a Saúl: ¿Por qué oyes las palabras de los que dicen: Mira que David procura tu mal?

Y mira, padre mío, mira aún la orilla de tu ropa en mi mano; porque yo corté la orilla de tu manto, y no te maté. Conoce, pues, y ve que no hay mal ni traición en mi mano, ni he pecado contra ti; con todo , andas a caza de mi vida para quitármela.

El SEÑOR, pues, será juez, y él juzgará entre mí y ti. El vea, y pleitee mi pleito, y me defienda de tu mano.

Y dijo a David: Más justo eres que yo, que me has pagado con bien, habiéndote yo pagado con mal.

has mostrado hoy que has hecho conmigo bien; pues no me has dado muerte, habiéndome el SEÑOR puesto en tus manos.

Y ahora, como yo entiendo que has de reinar, y que el reino de Israel ha de ser en tu mano firme y estable,

Y decidle así: Que vivas y sea paz a ti, y paz a tu familia, y paz a todo cuanto tienes.

Pregunta a tus criados, que ellos te lo dirán. Hallen, por tanto, estos criados gracia en tus ojos, pues que venimos en buen día; te ruego que des lo que tuvieres a mano a tus siervos, y a tu hijo David.

y se echó a sus pies, y dijo: Señor mío, sobre mí sea el pecado; mas te ruego que permitas a tu sierva que hable en tus oídos, y oye las palabras de tu sierva.

No ponga ahora mi señor su corazón a aquel hijo de Belial, a Nabal; porque conforme a su nombre, así es. El se llama Nabal (loco ), y la locura está con él; mas yo tu sierva no vi los criados de mi señor, los cuales enviaste.

Ahora pues, señor mío, vive el SEÑOR y vive tu alma, que el SEÑOR te ha vedado que vinieses a derramar sangre, y vengarte por tu propia mano. Sean, pues, como Nabal tus enemigos, y todos los que procuran mal contra mi señor.

Y ahora esta bendición que tu sierva ha traído a mi señor, dése a los criados que siguen a mi señor.

Y yo te ruego que perdones a tu sierva esta maldad; porque el SEÑOR de cierto hará casa firme a mi señor, por cuanto mi señor hace las guerras del SEÑOR, y mal no se ha hallado en ti en tus días.

Bien que alguien se haya levantado a perseguirte y a buscar tu alma, con todo, el alma de mi señor será ligada en el haz de los que viven con el SEÑOR Dios tuyo, y él arrojará el alma de tus enemigos como de en medio de la palma de una honda.

entonces, señor mío, no te será esto en tropiezo y turbación de corazón, el que hayas derramado sangre sin causa, y que mi señor se haya vengado por sí mismo. Guárdese pues mi señor, y cuando el SEÑOR hiciere bien a mi señor, acuérdate de tu sierva.

y bendito sea tu razonamiento, y bendita seas , que me has estorbado hoy el ir a derramar sangre, y a vengarme por mi propia mano;

Y recibió David de su mano lo que le había traído, y le dijo: Sube en paz a tu casa, y mira que he oído tu voz, y he recibido tu faz.

Y ella se levantó, e inclinó su rostro a tierra, diciendo: He aquí tu sierva, para que sea sierva que lave los pies de los siervos de mi señor.

Sagradas Escrituras (1569)