'Cómo' en la Biblia
- 1.Gé 2:19-Éx 2:14
- 2.Éx 4:6-Éx 40:32
- 3.Levítico 2:2-Números 15:20
- 4.Números 15:30-Deuteronomio 11:6
- 5.Deuteronomio 11:10-Josué 10:40
- 6.Josué 11:4-1 Samuel 8:5
- 7.1 Samuel 8:20-2 Samuel 15:34
- 8.2 Samuel 16:13-1 Reyes 21:29
- 9.1 Reyes 22:4-2 Crónicas 6:33
- 10.2 Crónicas 7:17-Job 9:2
- 11.Job 9:26-Job 42:8
- 12.Job 42:9-Salmos 83:11
- 13.Salmos 83:13-Proverbios 11:22
- 14.Proverbios 11:28-Cantares 7:9
- 15.Cantares 8:1-Isaías 30:26
- 16.Isaías 30:27-Jeremías 2:30
- 17.Jeremías 2:36-Jeremías 33:22
- 18.Jeremías 34:5-Lamentaciones 5:21
- 19.Ezequiel 1:4-Ezequiel 48:12
- 20.Ezequiel 48:20-Amós 9:11
- 21.Abdías 1:4-Mateo 6:12
- 22.Mateo 6:16-Marcos 12:31
- 23.Marcos 12:33-Lucas 24:41
- 24.Juan 1:14-Hechos 8:12
- 25.Hechos 8:31-Romanos 9:33
- 26.Romanos 10:14-2 Corintios 7:15
- 27.2 Corintios 8:5-1 Tesalonicenses 2:4
- 28.1 Tesalonicenses 2:5-1 Pedro 2:14
- 29.1 Pedro 2:16-Apocalipsis 21:16
- 30.Apocalipsis 21:21-Apocalipsis 22:1
en paz morirás, y como quemaron incienso por tus padres, los reyes primeros que fueron antes de ti, así quemarán por ti, y te endecharán, diciendo: ¡Ay, señor!; porque yo he hablado la palabra, dice Jehová.
Que cada uno dejase libre a su siervo, y cada uno a su sierva, hebreo y hebrea; que ninguno usase de los judíos sus hermanos como de siervos.
Y cuando oyeron todos los príncipes, y todo el pueblo que habían entrado en el pacto de dejar cada uno su siervo y cada uno su sierva libres, que ninguno usase más de ellos como de siervos, obedecieron, y los dejaron.
Preguntaron luego a Baruc, diciendo: Cuéntanos ahora cómo escribiste de boca de Jeremías todas estas palabras.
Tómale, y mira por él, y no le hagas mal alguno; sino que harás con él como él te dijere.
Y como oyeron todos los príncipes del ejército que estaba por el campo, ellos y sus hombres, que el rey de Babilonia había puesto a Gedalías hijo de Ahicam sobre la tierra, y que le había encomendado los hombres, y las mujeres, y los niños, y los pobres de la tierra, que no fueron llevados cautivos a Babilonia.
Asimismo todos los judíos que estaban en Moab, y entre los hijos de Amón, y en Edom, y los que estaban en todas las tierras, cuando oyeron decir como el rey de Babilonia había dejado un remanente en Judá, y que había puesto sobre ellos a Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán,
y le dijeron: ¿No sabes de cierto como Baalis, rey de los hijos de Amón, ha enviado a Ismael hijo de Netanías, para matarte? Mas Gedalías hijo de Ahicam no los creyó.
Y de Mizpa les salió al encuentro, llorando, Ismael hijo de Netanías: y aconteció que como los encontró, les dijo: Venid a Gedalías, hijo de Ahicam.
Y aconteció que como todo el pueblo que estaba con Ismael vio a Johanán hijo de Carea, y a todos los príncipes de la gente de guerra que estaban con él, se alegraron.
y dijeron al profeta Jeremías: Sea acepta nuestra súplica delante de ti, y ora por nosotros a Jehová tu Dios, por todo este remanente (pues de muchos hemos quedado unos pocos, como nos ven tus ojos),
Y el profeta Jeremías les dijo: Ya he oído. He aquí que voy a orar a Jehová vuestro Dios, como habéis dicho; y será que todo lo que Jehová os respondiere, os lo declararé; no os reservaré palabra.
Porque así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Como se derramó mi enojo y mi ira sobre los moradores de Jerusalén, así se derramará mi ira sobre vosotros, cuando entrareis en Egipto; y seréis por juramento y por espanto, y por maldición y por afrenta; y no veréis más este lugar.
Y aconteció que como Jeremías acabó de hablar a todo el pueblo todas las palabras de Jehová su Dios, esto es, todas las palabras por las cuales Jehová su Dios le había enviado a ellos,
Y yo pondré fuego a las casas de los dioses de Egipto; y las quemará, y a ellos llevará cautivos; y él se vestirá la tierra de Egipto, como el pastor se viste su capa, y saldrá de allá en paz.
Se derramó, por tanto, mi furor y mi ira, y se encendió en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, y fueron destruidas y desoladas, como están hoy.
Pues castigaré a los que moran en tierra de Egipto, como castigué a Jerusalén, con espada, y con hambre, y con pestilencia.
sino que ciertamente pondremos por obra toda palabra que ha salido de nuestra boca, para ofrecer incienso a la reina del cielo, derramándole libaciones, como hemos hecho nosotros y nuestros padres, nuestros reyes y nuestros príncipes, en las ciudades de Judá y en las plazas de Jerusalén, y fuimos saciados de pan, y estuvimos alegres, y no vimos mal alguno.
Y no pudo soportar más Jehová a causa de la maldad de vuestras obras, a causa de las abominaciones que habíais hecho: por tanto vuestra tierra fue en asolamiento, y en espanto, y en maldición, hasta no quedar morador, como hoy.
Porque habéis quemado incienso y pecasteis contra Jehová, y no obedecisteis a la voz de Jehová, ni anduvisteis en su ley, ni en sus estatutos, ni en sus testimonios; por tanto ha venido sobre vosotros este mal, como en este día.
Así dice Jehová: He aquí que yo entrego a Faraón Hofra rey de Egipto en mano de sus enemigos, en mano de los que buscan su vida, como entregué a Sedequías rey de Judá en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, su enemigo que buscaba su vida.
¿Quién es éste que como río se levanta, y cuyas aguas se mueven como ríos?
Egipto como río se levanta, y sus aguas se mueven como ríos, y dijo: Subiré, cubriré la tierra, destruiré la ciudad y los que en ella moran.
Vivo yo, dice el Rey, cuyo nombre es Jehová de los ejércitos, que como Tabor entre los montes, y como Carmelo junto al mar, así vendrá.
También sus soldados en medio de ella son como becerros engordados; porque también ellos se volvieron atrás, a una todos huyeron, no resistieron; porque vino sobre ellos el día de su quebrantamiento, el tiempo de su visitación.
Su voz saldrá como de serpiente; porque con ejército vendrán, y con hachas vienen a ella como cortadores de leña.
Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, ha dicho: He aquí que yo visito el pueblo de Amón de No, y a Faraón y a Egipto, y a sus dioses y a sus reyes; así a Faraón como a los que en él confían.
Y los entregaré en mano de los que buscan su alma, y en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, y en mano de sus siervos: mas después será habitada como en los días pasados, dice Jehová.
¿Cómo reposarás si Jehová te ha enviado contra Ascalón y contra la ribera del mar? Allí te puso.
Huid, salvad vuestra vida, y sed como retama en el desierto.
Y vendrá destruidor a cada una de las ciudades, y ninguna ciudad escapará: se arruinará también el valle, y será destruida la llanura, como ha dicho Jehová.
¿Cómo diréis: Somos valientes, y robustos hombres para la guerra?
Compadeceos de él todos los que estáis alrededor suyo; y todos los que sabéis su nombre, decid: ¿Cómo se quebró la vara de fortaleza, el báculo de hermosura?
¿Y no te fue a ti Israel por escarnio, como si lo tomaran entre ladrones? Porque desde que de él hablaste, tú te has burlado.
Desamparad las ciudades, y habitad en peñascos, oh moradores de Moab; y sed como la paloma que hace nido detrás de la boca de la caverna.
Por tanto, mi corazón resonará como flautas por causa de Moab, asimismo resonará mi corazón a modo de flautas por los hombres de Kir-heres: porque perecieron las riquezas que había hecho.
Sobre todas las techumbres de Moab y en sus calles, todo él será llanto; porque yo quebranté a Moab como a vaso que no es agradable, dice Jehová.
Aullad: ¡Cómo ha sido quebrantado! ¡Cómo volvió la cerviz Moab, y fue avergonzado! Y fue Moab en escarnio y en espanto a todos los que están en sus alrededores.
Porque así dice Jehová: He aquí que como águila volará, y extenderá sus alas a Moab.
Tomada ha sido Queriot, y tomadas son las fortalezas; y será aquel día el corazón de los valientes de Moab como el corazón de mujer en angustias.
De los hijos de Amón. Así dice Jehová: ¿No tiene hijos Israel? ¿No tiene heredero? ¿Por qué tomó como por heredad el rey de ellos a Gad, y su pueblo habitó en sus ciudades?
Tu arrogancia te engañó, y la soberbia de tu corazón, tú que habitas en cavernas de peñas, que tienes la altura del monte: aunque alces como águila tu nido, de allí te haré descender, dice Jehová.
Como el trastornamiento de Sodoma y de Gomorra, y de sus ciudades vecinas, dice Jehová, no morará allí nadie, ni la habitará hijo de hombre.
He aquí que como león subirá de la hinchazón del Jordán contra la bella y robusta; porque muy pronto lo haré correr de sobre ella, y al que fuere escogido la encargaré; porque ¿quién es semejante a mí? ¿Quién me emplazará? ¿Quién será aquel pastor que me podrá resistir?
He aquí que como águila subirá y volará, y extenderá sus alas sobre Bosra: y el corazón de los valientes de Edom será en aquel día como el corazón de mujer en angustias.
Se desmayó Damasco, se volvió para huir, y le tomó temblor: angustia y dolores le tomaron, como de mujer que está de parto.
¡Cómo dejaron a la ciudad de alabanza, ciudad de mi gozo!
Porque una nación del norte subirá contra ella, la cual pondrá su tierra en asolamiento, y no habrá ni hombre ni animal que en ella more; tanto hombres como animales se irán.
Huid de en medio de Babilonia, y salid de la tierra de los caldeos, y sed como los machos cabríos delante del ganado.
Porque he aquí que yo levanto y hago subir contra Babilonia reunión de grandes pueblos de la tierra del norte; y desde allí se prepararán contra ella, y será tomada; sus flechas como de valiente diestro, ninguno se volverá vacío.
Porque os alegrasteis, porque os gozasteis destruyendo mi heredad, porque os llenasteis como becerra sobre la hierba, y mugís como toros;
Gritad contra ella en derredor; se rindió; han caído sus fundamentos, derribados son sus muros; porque venganza es de Jehová. Tomad venganza de ella; haced con ella como ella hizo.
Por tanto, así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo castigaré al rey de Babilonia y a su tierra como castigué al rey de Asiria.
¡Cómo fue cortado y quebrado el martillo de toda la tierra! ¡Cómo se convirtió Babilonia en desierto entre las naciones!
Espada sobre sus caballos, y sobre sus carros, y sobre todo el vulgo que está en medio de ella, y serán como mujeres; espada sobre sus tesoros, y serán saqueados.
Como Dios destruyó a Sodoma y a Gomorra y a las ciudades vecinas, dice Jehová, así no morará allí hombre, ni hijo de hombre la habitará.
Arco y lanza manejarán; serán crueles, y no tendrán misericordia; su voz sonará como el mar, y montarán sobre caballos; se apercibirán como hombre para la batalla, contra ti, oh hija de Babilonia.
Oyó la noticia el rey de Babilonia, y sus manos se debilitaron; angustia le tomó, dolor como de mujer de parto.
He aquí que como león subirá de la espesura del Jordán a la morada fuerte; porque muy pronto le haré huir de ella, y al que fuere escogido la encargaré; porque ¿quién es semejante a mí? ¿y quién me emplazará? ¿o quién será aquel pastor que me podrá resistir?
Jehová de los ejércitos juró por sí mismo, diciendo: Yo te llenaré de hombres como de langostas, y levantarán contra ti gritería.
No es como ellos la porción de Jacob; porque Él es el Formador de todo; e Israel es la vara de su heredad: Jehová de los ejércitos es su nombre.
Alzad bandera en la tierra, tocad trompeta en las naciones, preparaos naciones contra ella; convocad contra ella a los reinos de Ararat, de Mini, y de Askenaz; señalad contra ella capitán, haced subir caballos como langostas erizadas.
Los valientes de Babilonia dejaron de pelear, se han quedado en sus fortalezas; les faltaron las fuerzas, se han vuelto como mujeres; encendieron sus casas, quebrados están sus cerrojos.
Porque así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: La hija de Babilonia es como una era; tiempo es ya de trillarla; de aquí a poco le vendrá el tiempo de la siega.
Me comió, me desmenuzó Nabucodonosor rey de Babilonia; me dejó como un vaso vacío, me tragó como dragón, llenó su vientre de mis delicadezas, y me echó fuera.
A una rugirán como leones; como cachorros de leones gruñirán.
Los haré traer como corderos al matadero, como carneros y machos cabríos.
¡Cómo fue apresada Sesac, y fue tomada la que era alabada por toda la tierra! ¡Cómo vino a ser Babilonia objeto de horror entre las naciones!
Como Babilonia causó que los muertos de Israel cayesen, así en Babilonia caerán los muertos de toda la tierra.
Porque Jehová destruye a Babilonia, y quitará de ella el mucho estruendo; y bramarán sus olas, como muchas aguas será el sonido de la voz de ellos.
¡Cómo está sentada sola la ciudad populosa! La grande entre las naciones se ha vuelto como viuda; La princesa entre las provincias es hecha tributaria.
Se fue de la hija de Sión toda su hermosura; sus príncipes fueron como ciervos que no hallan pasto, y anduvieron sin fuerzas delante del perseguidor.
¿No os conmueve a cuantos pasáis por el camino? Mirad, y ved si hay dolor como mi dolor que me ha venido; porque Jehová me ha angustiado en el día de su ardiente furor.
El Señor ha hollado a todos mis hombres fuertes en medio de mí; Convocó contra mí asamblea para quebrantar mis jóvenes; como lagar ha pisoteado el Señor a la virgen hija de Judá.
Sión extendió sus manos, no tiene quien la consuele; Jehová dio mandamiento contra Jacob, que sus enemigos lo rodeasen; Jerusalén fue como una mujer menstruosa entre ellos.
Oyeron que gemía, mas no hay consolador para mí: Todos mis enemigos han oído mi mal, se han alegrado de que tú lo hiciste. Harás venir el día que has anunciado, y serán como yo.
Venga delante de ti toda su maldad, y haz con ellos como hiciste conmigo por todas mis rebeliones; porque muchos son mis suspiros, y mi corazón desfallece.
¡Cómo oscureció el Señor en su furor a la hija de Sión! Derribó del cielo a la tierra la hermosura de Israel, y no se acordó del estrado de sus pies en el día de su ira.
Cortó con el furor de su ira todo el cuerno de Israel; Hizo volver atrás su diestra delante del enemigo; y se encendió en Jacob como llama de fuego que ha devorado todo en derredor.
Entesó su arco como enemigo, afirmó su mano derecha como adversario, y destruyó todo lo que era agradable a la vista: En la tienda de la hija de Sión derramó como fuego su enojo.
El Señor fue como un enemigo, devoró a Israel; destruyó todos sus palacios, demolió sus fortalezas; y multiplicó en la hija de Judá la tristeza y el lamento.
Y violentamente arrancó su tabernáculo como de un huerto, destruyó el lugar donde se congregaban; Jehová ha hecho olvidar las fiestas solemnes y los sábados en Sión, y en el ardor de su ira ha desechado al rey y al sacerdote.
El Señor desechó su altar, menospreció su santuario, ha entregado en mano del enemigo los muros de sus palacios; han dado gritos en la casa de Jehová como en día de fiesta.
Decían a sus madres: ¿Dónde está el trigo y el vino? Desfallecían como heridos en las calles de la ciudad, derramando sus almas en el regazo de sus madres.
¿Qué testigo te traeré, o a quién te haré semejante, hija de Jerusalén? ¿A quién te compararé para consolarte, oh virgen hija de Sión? Porque tu quebrantamiento es grande como el mar; ¿quién te sanará?
El corazón de ellos clamaba al Señor: Oh muro de la hija de Sión, corran tus lágrimas como un arroyo día y noche; no descanses, ni cesen las niñas de tus ojos.
Levántate, da voces en la noche, en el principio de las vigilias; derrama como agua tu corazón ante la presencia del Señor; alza tus manos hacia Él por la vida de tus pequeñitos, que desfallecen de hambre en las entradas de todas las calles.
Has llamado, como a día de solemnidad, mis temores de todas partes; y en el día del furor de Jehová no hubo quien escapase ni quedase vivo. Los que crié y mantuve, mi enemigo los acabó.
Me asentó en oscuridades, como los ya muertos de mucho tiempo.
Como oso que acecha fue para mí, como león en escondrijos.
Su arco entesó, y me puso como blanco a la saeta.
Mis enemigos me dieron caza como a ave, sin haber por qué.
¡Cómo se ha oscurecido el oro! ¡Cómo el buen oro se ha demudado! Las piedras del santuario están esparcidas por las encrucijadas de todas las calles.
Los hijos de Sión, preciados y estimados más que el oro puro, ¡cómo son tenidos por vasos de barro, obra de manos de alfarero!
Aun los monstruos marinos sacan la teta, y amamantan a sus chiquitos: La hija de mi pueblo se ha vuelto cruel, como los avestruces en el desierto.
Oscuro más que la negrura es su aspecto; no los conocen por las calles: Su piel está pegada a sus huesos, seca como un palo.
Titubearon como ciegos en las calles, fueron contaminados con sangre, de modo que no pudiesen tocar a sus vestiduras.
Huérfanos somos sin padre, nuestras madres son como viudas.
Nuestra piel se ennegreció como un horno a causa del ardor del hambre.
Vuélvenos, oh Jehová, a ti, y nos volveremos: Renueva nuestros días como al principio.
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- 1.Gé 2:19-Éx 2:14
- 2.Éx 4:6-Éx 40:32
- 3.Levítico 2:2-Números 15:20
- 4.Números 15:30-Deuteronomio 11:6
- 5.Deuteronomio 11:10-Josué 10:40
- 6.Josué 11:4-1 Samuel 8:5
- 7.1 Samuel 8:20-2 Samuel 15:34
- 8.2 Samuel 16:13-1 Reyes 21:29
- 9.1 Reyes 22:4-2 Crónicas 6:33
- 10.2 Crónicas 7:17-Job 9:2
- 11.Job 9:26-Job 42:8
- 12.Job 42:9-Salmos 83:11
- 13.Salmos 83:13-Proverbios 11:22
- 14.Proverbios 11:28-Cantares 7:9
- 15.Cantares 8:1-Isaías 30:26
- 16.Isaías 30:27-Jeremías 2:30
- 17.Jeremías 2:36-Jeremías 33:22
- 18.Jeremías 34:5-Lamentaciones 5:21
- 19.Ezequiel 1:4-Ezequiel 48:12
- 20.Ezequiel 48:20-Amós 9:11
- 21.Abdías 1:4-Mateo 6:12
- 22.Mateo 6:16-Marcos 12:31
- 23.Marcos 12:33-Lucas 24:41
- 24.Juan 1:14-Hechos 8:12
- 25.Hechos 8:31-Romanos 9:33
- 26.Romanos 10:14-2 Corintios 7:15
- 27.2 Corintios 8:5-1 Tesalonicenses 2:4
- 28.1 Tesalonicenses 2:5-1 Pedro 2:14
- 29.1 Pedro 2:16-Apocalipsis 21:16
- 30.Apocalipsis 21:21-Apocalipsis 22:1