'Estaba' en la Biblia
Y ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente, iba delante de ellos, hasta que llegando, se puso sobre donde estaba el niño.
Entonces Jesús llegó* de Galilea al Jordán, a {donde estaba} Juan, para ser bautizado por él.
Mas oyendo Jesús que Juan estaba preso, se volvió a Galilea;
y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y combatieron aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la peña.
Cuando Jesús llegó a casa de Pedro, vio a la suegra de éste que estaba en cama con fiebre.
Y de pronto se desató una gran tormenta en el mar, de modo que las olas cubrían la barca; pero Jesús estaba dormido.
Y estaba lejos de ellos un hato de muchos puercos paciendo.
Y pasando Jesús de allí, vio a un hombre que estaba sentado al banco de los tributos públicos, el cual se llamaba Mateo; y le dice: Sígueme. Y se levantó, y le siguió.
Y he aquí una mujer que estaba enferma de flujo de sangre por ya doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto.
Y viendo la multitud, tuvo misericordia de ella; porque estaba derramada y esparcida como ovejas que no tienen pastor.
Y {allí estaba} un hombre que tenía una mano seca (paralizada). Y para poder acusar a Jesús, le preguntaron: `` ¿Es lícito sanar en el día de reposo?"
para que se cumpliera lo que estaba dicho por el profeta Isaías, que dijo:
Y todo el pueblo estaba maravillado, y decía: ¿No es Éste el Hijo de David?
Mientras El aún estaba hablando a la multitud, he aquí, su madre y sus hermanos estaban afuera, deseando hablar con El.
Y se le acercó a él gran multitud; y entrando él en el barco, se sentó, y toda la multitud estaba a la ribera.
Y despedida la multitud, subió al monte, apartado, a orar; y cuando llegó la tarde del día, estaba allí solo.
Y ya el barco estaba en medio del mar, atormentado de las ondas; porque el viento era contrario.
Mientras estaba aún hablando, he aquí, una nube luminosa los cubrió; y una voz {salió} de la nube, diciendo: Este es mi Hijo amado en quien me he complacido; a El oíd.
Y como vino al Templo, se acercaron a él cuando estaba enseñando, los príncipes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo, diciendo: ¿Con qué autoridad haces esto? ¿Y quién te dio esta autoridad?
Pero cuando el rey entró a ver a los comensales, vio allí a uno que no estaba vestido con traje de boda,
Y oyendo esto la multitud, estaba fuera de sí por su doctrina.
estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí."
fui forastero, y no me recibisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis."
se le acercó una mujer con un frasco de alabastro de perfume muy costoso, y lo derramó sobre su cabeza cuando estaba sentado {a la mesa.}
Al atardecer, estaba El sentado {a la mesa} con los doce discípulos.
Mientras todavía estaba El hablando, he aquí, Judas, uno de los doce, llegó acompañado de una gran multitud con espadas y garrotes, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo.
Mas Pedro le seguía de lejos hasta el patio del sumo sacerdote; y entrando, estaba sentado con los criados, para ver el fin.
Y Pedro estaba sentado fuera en el patio; y se llegó a él una criada, diciendo: Y tú con Jesús el Galileo estabas.
Y saliendo él a la puerta, le vio otra, y dijo a los que estaban allí: También éste estaba con Jesús Nazareno.
Y Jesús estaba en pie delante del gobernador; y el gobernador le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: Tú lo dices.
Y {Jesús} no le respondió ni a una sola pregunta, por lo que el gobernador estaba muy asombrado.
Y viendo Pilato que no conseguía nada, sino que más bien se estaba formando un tumulto, tomó agua y se lavó las manos delante de la multitud, diciendo: Soy inocente de la sangre de este justo; ¡allá vosotros!
Y María Magdalena estaba allí, y la otra María, sentadas frente al sepulcro.
Y he aquí, fue hecho un gran terremoto; porque el ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, había revuelto la piedra del sepulcro, y estaba sentado sobre ella.
"No está aquí, porque ha resucitado, tal como El dijo. Vengan, vean el lugar donde estaba puesto.
Juan estaba vestido de pelo de camello, tenía un cinto de cuero a la cintura, y comía langostas y miel silvestre.
Y estuvo allí en el desierto cuarenta días (y cuarenta noches) y era tentado de Satanás; y estaba con las bestias fieras; y los ángeles le servían.
Y he aquí estaba en la sinagoga de ellos un hombre con un espíritu inmundo, el cual comenzó a gritar,
Y la suegra de Simón estaba acostada con fiebre; y le hablaron luego de ella.
Levantándose muy de mañana, cuando todavía estaba oscuro, salió, y se fue a un lugar solitario, y allí oraba.
Mas ido él, comenzó a publicarlo mucho, y a divulgar el hecho, de manera que ya Jesús no podía entrar manifiestamente en la ciudad, sino que estaba fuera en los lugares desiertos; y venían a él de todas partes.
Y entró otra vez en Capernaum después de algunos días, y se oyó que estaba en casa.
Y como no podían llegar a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico.
La multitud estaba sentada alrededor de él, y le dijeron: He aquí, tu madre y tus hermanos (y tus hermanas) te buscan fuera.
Otra vez comenzó a enseñar junto al mar, y se juntó a él gran multitud; tanto, que entrando él en un barco, se sentó en el mar; y toda la multitud estaba en tierra junto al mar.
Y enviando la multitud, le tomaron como estaba en el barco; y había también con él otros barquitos.
El estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal, y le despertaron, y le dijeron: ¿Maestro, no tienes cuidado que perecemos?
Y estaba allí cerca de los montes una grande manada de puercos paciendo;
Pasando otra vez Jesús en un barco a la otra orilla, se juntó a él gran multitud; y estaba junto al mar.
Y una mujer que estaba con flujo de sangre hace doce años,
Y luego la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote.
Mientras estaba todavía hablando, vinieron* de {casa del} oficial de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto, ¿para qué molestas aún al Maestro?
Y hacían burla de él; mas él, echados fuera todos, toma al padre y a la madre de la muchacha, y a los que estaban con él, y entra donde la muchacha estaba.
Y estaba maravillado de la incredulidad de ellos. Y rodeaba las aldeas de alrededor, enseñando.
Cuando llegó la noche, el barco estaba en medio del mar, y él solo en tierra.
porque no habían entendido lo de los panes, sino que su mente estaba embotada.
Y recorriendo toda la tierra de alrededor, comenzaron a traer de todas partes enfermos en lechos, a donde oían que estaba.
Cuando ella volvió a su casa, halló que la niña estaba acostada en la cama, y que el demonio había salido.
Porque no sabía lo que hablaba; ya que estaba fuera de sí.
Entonces el espíritu clamando y desgarrándole mucho, salió; y él quedó como muerto, de modo que muchos decían que estaba muerto.
Entonces vienen a Jericó; y saliendo él de Jericó y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando.
Y lo oyeron los escribas y los príncipes de los sacerdotes, y procuraban cómo le matarían; porque le tenían miedo, porque toda la multitud estaba maravillada de su doctrina.
En ese momento, mientras todavía estaba El hablando, llegó* Judas, uno de los doce, acompañado de una multitud con espadas y garrotes, de parte de los principales sacerdotes, de los escribas y de los ancianos.
Cada día estaba con vosotros enseñando en el Templo, y no me tomasteis; pero es así, para que se cumplan las Escrituras.
Pero Pedro le siguió de lejos hasta dentro del patio del sumo sacerdote; y estaba sentado con los servidores, y calentándose al fuego.
Pero Jesús no respondió nada más; de modo que Pilato estaba asombrado.
Y el centurión que estaba delante de él, viendo que había expirado así clamando, dijo: Verdaderamente este hombre era el Hijo de Dios.
Y también estaban algunas mujeres mirando de lejos; entre las cuales estaba María Magdalena, y María la madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé;
las cuales cuando {Jesús} estaba en Galilea, le seguían y le servían; y {había} muchas otras que habían subido con El a Jerusalén.
vino José de Arimatea, miembro prominente del concilio, que también esperaba el reino de Dios; y llenándose de valor, entró adonde estaba Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús.
Y Pilato se maravilló que ya hubiera muerto; y haciendo venir al centurión, le preguntó si estaba ya muerto.
El cual compró una sábana, y quitándole, le envolvió en la sábana, y le puso en un sepulcro que estaba cavado en una peña, y revolvió la piedra a la puerta del sepulcro.
Cuando ellos oyeron que El estaba vivo y que ella le había visto, se negaron a creerlo.
Y toda la multitud del pueblo estaba fuera orando a la hora del incienso.
Y el pueblo estaba esperando a Zacarías, y se maravillaban de que él se detuviera en el Templo.
Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Gozo hallas, amada! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres.
Y todos los que las oían, las conservaban en su corazón, diciendo: ¿Quién será este niño? Y la mano del Señor estaba con él.
Para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta.
Y había en Jerusalén un hombre que se llamaba Simeón; y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él.
Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser; la cual había venido en grande edad, y había vivido con su marido siete años desde su virginidad;
Y el Niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre El.
Y pensando que estaba en la compañía, anduvieron camino de un día; y le buscaban entre los parientes y entre los conocidos;
Y descendió con ellos, y vino a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.
Como el pueblo estaba a la expectativa, y todos se preguntaban en sus corazones acerca de Juan, si no sería él el Cristo,
Y le fue dado el libro del profeta Isaías; y cuando abrió el libro, halló el lugar donde estaba escrito:
y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual la ciudad de ellos estaba edificada, para despeñarle.
Y estaba en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu de un demonio inmundo, el cual exclamó a gran voz,
Y levantándose de la sinagoga, entró en casa de Simón; y la suegra de Simón estaba con una gran fiebre; y le rogaron por ella.
Cuando se hizo de día, salió y se fue a un lugar solitario; y las multitudes le buscaban, y llegaron adonde El {estaba} y procuraron detenerle para que no se separara de ellos.
Y aconteció un día, que él estaba enseñando, y los fariseos y doctores de la ley estaban sentados, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalén; y la virtud del Señor estaba allí para sanarlos.
Y he aquí unos hombres, que traían sobre un lecho un hombre que estaba paralítico; y buscaban por dónde meterle, y ponerle delante de él.
Y luego, levantándose en presencia de ellos, y tomando el lecho en que estaba echado, se fue a su casa, glorificando a Dios.
Y aconteció también en otro sábado, que él entró en la sinagoga y enseñó; y estaba allí un hombre que tenía la mano derecha seca.
Semejante es al hombre que edifica una casa, el cual cavó y ahondó, y puso el fundamento sobre piedra; y cuando vino una avenida, el río dio con ímpetu en aquella casa, mas no la pudo menear, porque estaba fundada sobre piedra.
Y el siervo de un centurión, al cual tenía él en estima, estaba enfermo y a punto de morir.
Jesús iba con ellos, pero cuando ya no estaba lejos de la casa, el centurión envió a unos amigos, diciéndole: Señor, no te molestes más, porque no soy digno de que entres bajo mi techo;
Y cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, he aquí, sacaban fuera a un muerto, hijo único de su madre, y ella era viuda; y un grupo numeroso de la ciudad estaba con ella.
Y he aquí una mujer que había sido pecadora en la ciudad, cuando entendió que estaba a la mesa en casa de aquel fariseo, trajo un alabastro de ungüento,
Entonces su madre y sus hermanos llegaron a {donde} El {estaba,} pero no podían acercarse a El debido al gentío.
Y saliendo él a tierra, le vino al encuentro de la ciudad un hombre que tenía demonios ya de mucho tiempo; y no vestía vestido, ni estaba en casa, sino por los sepulcros.
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