'Esto' en la Biblia
Y esto dijo, señalando con qué muerte había de clarificar a Dios. Y dicho esto, le dice: Sígueme.
Y estaban todos atónitos y perplejos, diciendo los unos a los otros: ¿Qué es esto?
Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó su voz, y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras.
Así que, levantado por la diestra de Dios, y recibiendo del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros ahora veis y oís.
Entonces oído esto, fueron compungidos de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?
Y Pedro dijo: No tengo plata ni oro; mas lo que tengo, esto te doy; en el Nombre de Jesús, el Cristo, el Nazareno, levántate y anda.
Y viendo esto Pedro, respondió al pueblo: Varones israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto? O ¿por qué ponéis los ojos en nosotros, como si con nuestra virtud o piedad hubiéramos hecho andar a éste?
y haciéndolos presentar en medio, les preguntaron: ¿Con qué potestad, o en qué nombre, habéis hecho vosotros esto?
Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? Y vendida, ¿no estaba en tu potestad? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.
Y cuando hubieron oído esto, entraron de mañana en el Templo, y enseñaban. Entre tanto, viniendo el príncipe de los sacerdotes, y los que estaban con él, convocaron el concilio, y a todos los ancianos de los hijos de Israel, y enviaron a la cárcel para que fueran traídos.
Ellos, oyendo esto, regañaban, y consultaban para matarlos.
El príncipe de los sacerdotes dijo entonces: ¿Es esto así?
Mas yo juzgaré, dijo Dios, a los gentiles de los cuales serán siervos; y después de esto saldrán y me servirán en este lugar.
Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les imputes este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió en el Señor.
Y respondiendo el eunuco a Felipe, dijo: Te ruego ¿de quién dice el profeta esto? ¿De sí, o de alguno otro?
Esto fue notorio por toda Jope; y creyeron muchos en el Señor.
Y esto fue hecho por tres veces; y el vaso volvió a ser recogido en el cielo.
Y esto fue hecho por tres veces; y volvió todo a ser tomado arriba en el cielo.
Y considerando esto, llegó a casa de María, la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban juntos orando.
Y él haciéndoles con la mano señal de que callaran, les contó cómo el Señor le había sacado de la cárcel. Y dijo: Haced saber esto a Jacobo y a los hermanos. Y salió, y se fue a otro lugar.
Y los gentiles oyendo esto, se fueron gozosos, y glorificaban la palabra del Señor; y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna.
y diciendo: Varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, y el mar, y todo lo que está en ellos;
y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito:
Después de esto volveré y restauraré el tabernáculo de David, que estaba caído; y repararé sus ruinas, y lo volveré a levantar;
Y esto hacía por muchos días; mas desagradando esto a Pablo, se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el Nombre de Jesús, el Cristo, que salgas de ella. Y salió en la misma hora.
Porque pones en nuestros oídos unas nuevas cosas, queremos pues saber qué quiere ser esto.
Y así como oyeron de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Te oiremos acerca de esto otra vez.
Y esto fue por espacio de dos años; de manera que todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la Palabra del Señor Jesús.
(Y había siete hijos de un tal Esceva, judío, príncipe de los sacerdotes, que hacían esto.)
Y esto fue notorio a todos, así judíos como griegos, los que habitaban en Efeso; y cayó temor sobre todos ellos, y era ensalzado el Nombre del Señor Jesús.
Así que, pues esto no puede ser contradicho, conviene que os apacigüéis, y que nada hagáis temerariamente;
Y habiendo dicho esto, despidió la concurrencia.
Y venido a nosotros, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles.
Haz pues esto que te decimos: Hay entre nosotros cuatro hombres que tienen voto sobre sí.
Pero en cuanto a los gentiles que han creído, nosotros les hemos escrito haberse acordado que no guarden nada de esto; solamente que se abstengan de lo que fuere sacrificado a los ídolos, y de sangre, y de lo ahogado, y de fornicación.
dando voces: Varones israelitas, ayudad. Este es el hombre que por todas partes enseña a todos contra el pueblo, y la ley, y este lugar; y además de esto ha metido los gentiles en el Templo, y ha contaminado este lugar santo.
Cuando el centurión oyó esto, fue y dio aviso al tribuno, diciendo: ¿Qué vas a hacer? Porque este hombre es romano.
Y como hubo dicho esto, fue hecha disensión entre los fariseos y los saduceos; y la multitud fue dividida.
Entonces el tribuno despidió al joven, mandándole que a nadie dijera que le había dado aviso de esto.
Pero esto te confieso, que conforme a aquel Camino que ellos llaman secta, así sirvo al Dios de mi patria, creyendo todas las cosas que en la ley y en los profetas están escritas;
Y por esto, procuro yo tener siempre conciencia sin remordimiento acerca de Dios y acerca de los hombres.
Esperando también con esto, que de parte de Pablo le serían dados dineros, para que le soltara; por lo cual, haciéndole venir muchas veces, hablaba con él.
Mas levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto te he aparecido, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que apareceré a ti;
Por causa de esto los judíos, tomándome en el Templo, intentaron matarme.
Pues el rey sabe estas cosas, delante del cual también hablo confiadamente. Pues no pienso que ignora nada de esto; pues no ha sido esto hecho en algún rincón.
Y habiendo dicho esto, tomando el pan, dio gracias a Dios en presencia de todos, y partiendo, comenzó a comer.
y esto hecho, también otros que en la isla tenían enfermedades, llegaban, y eran sanados;
Y habiendo dicho esto, los Judíos salieron, teniendo entre sí gran contienda.
¿Y piensas esto, oh hombre, que juzgas a los que hacen tales cosas, y haces las mismas, que tú escaparás del juicio de Dios?
¿Pues qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿La incredulidad de ellos habrá por esto hecho vana la verdad de Dios?
Y si nuestra iniquidad engrandece la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Será por esto injusto Dios que da castigo? (hablo como hombre.)
Y no está escrito esto solamente por él, que le haya sido así contado;
sino también por nosotros, a quienes será así contado, esto es, a los que creen en el que levantó de los muertos a Jesús, el Señor nuestro,
Y no sólo esto, mas aun nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia;
Y no sólo esto, más aún nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesús el Cristo, por el cual ahora hemos recibido la reconciliación.
Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena.
¿Pues qué diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién será contra nosotros?
Y no sólo esto; mas también Rebeca concibiendo de uno, de Isaac nuestro padre
Porque la Escritura dice de Faraón: Que para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi potencia, y que mi Nombre sea anunciado por toda la tierra.
Mas la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer de lo alto al Cristo);
o, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para volver a traer el Cristo de los muertos.)
Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber: que haciendo esto, ascuas de fuego amontonas sobre su cabeza.
Porque por esto le pagáis también los tributos; porque son ministros de Dios que sirven a esto mismo.
Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca nuestra salud que cuando creímos.
Porque Cristo para esto murió, y resucitó, (y volvió a vivir,) para enseñorearse así de los muertos como de los que viven.
Porque el que en esto sirve al Cristo, agrada a Dios, y es acepto a los hombres.
Así que, cuando hubiere concluido esto, y les hubiere consignado este fruto, pasaré a vosotros a España.
Pero esto, hermanos, he pasado por ejemplo en mí y en Apolos, por amor de vosotros; para que en nosotros no aprendáis más allá de lo que está escrito, no sea que por causa de uno, os envanezcáis unos contra otros.
No escribo esto para avergonzaros; sino para amonestaros como a mis hijos amados.
Yo ciertamente, como ausente con el cuerpo, mas presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que esto así ha cometido.
Sino que el hermano con el hermano pleitea en juicio; y esto delante de los infieles.
Pero vosotros hacéis la injuria, y la calumnia, y esto a los hermanos.
Y esto érais algunos; mas ya sois lavados, mas ya sois santificados, mas ya sois justificados en el Nombre del Señor Jesús, y en el Espíritu del Dios nuestro.
Mas esto digo por permiso, no por mandamiento.
Cada uno, hermanos, en lo que fue llamado, en esto se quede para con Dios.
Tengo, pues, esto por bueno a causa de la necesidad que apremia, por lo cual bueno es al hombre estarse así:
Pero esto digo, hermanos, que el tiempo es corto; para los demás es, que los que tienen mujer sean como los que no la tienen,
Esto, sin embargo, digo para vuestro provecho; no para echaros lazo, sino para lo honorable, y para que sin impedimento os sirváis al Señor.
Pero el que está firme en su corazón, y no tiene necesidad, sino que tiene libertad de su voluntad, y determinó en su corazón esto, el guardar su hija, bien hace.
¿Digo esto solamente según los hombres? ¿No dice esto también la ley?
Mas yo de nada de esto me aproveché; ni tampoco he escrito esto para que se haga así conmigo; porque tengo por mejor morir, antes que nadie haga vana ésta mi gloria.
Y esto hago por causa del Evangelio, por hacerme juntamente participante de él.
Mas si alguien os dijere: Esto fue sacrificado a los ídolos, no lo comáis, por causa de aquel que lo declaró, y por causa de la conciencia; porque del Señor es la tierra y su plenitud.
Pero esto os denuncio, que no os alabo, que no para mejor sino para peor os juntáis.
De manera que cuando os juntáis en uno, esto no es comer la Cena del Señor.
A la verdad, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿O menospreciáis la Iglesia de Dios, y avergonzáis a los que no tienen? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo.
y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.
Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el Nuevo Testamento en mi sangre; haced esto todas las veces que bebiereis, en memoria de mí.
Si hablare alguno en lengua extraña, sea esto por dos, o a lo más tres, y por turno; mas uno interprete.
Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el Reino de Dios; ni la corrupción hereda la incorrupción.
Porque es necesario que esto corruptible sea vestido de incorrupción, y esto mortal sea vestido de inmortalidad.
Y cuando esto corruptible fuere vestido de incorrupción, y esto mortal fuere vestido de inmortalidad, entonces será cumplida la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte con victoria.
Así que, pretendiendo esto, ¿quizá de ligereza? O lo que pienso hacer, ¿lo pienso según la carne, para que haya de mí sí, sí y no, no?
Esto he determinado en mí, no venir otra vez a vosotros con tristeza.
Y esto mismo os escribí, para que cuando llegare no tenga tristeza de los que me debiera gozar; confiando en todos vosotros que mi gozo es el de todos vosotros.
Y por esto también gemimos, deseando ser sobrevestidos de aquella nuestra habitación que es del cielo;
Mas el que nos hizo para esto mismo, es Dios; el cual así mismo nos ha dado la prenda del Espíritu.
Y todo esto por Dios, el cual nos reconcilió a sí por Jesús el Cristo; y (nos) dio el ministerio de la reconciliación.
Porque he aquí esto mismo, que según Dios fuisteis contristados, ¿cuánta solicitud ha obrado en vosotros? ¡Qué defensa, qué enojo, qué temor, qué (gran) deseo, qué celo, y qué vindicación! En todo os habéis mostrado limpios en el asunto.