'Está' en la Biblia
Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado a Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días.
Y dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová.
Y Jehová dijo a Satanás: He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida.
¡Cuánto más en los que habitan en casas de barro, cuyo fundamento está en el polvo, y que serán quebrantados por la polilla!
Mi carne está vestida de gusanos, y de costras de polvo; mi piel hendida y abominable.
A manera de un árbol, está verde delante del sol, y sus renuevos salen sobre su huerto;
La tierra es entregada en manos de los impíos, y Él cubre el rostro de sus jueces. Si no es Él, ¿quién es? ¿Dónde está?
Mi alma está hastiada de mi vida: Daré yo rienda suelta a mi queja sobre mí, hablaré en la amargura de mi alma.
Aquel cuyos pies van a resbalar, es como una lámpara despreciada de aquel que está a sus anchas.
En su mano está el alma de todo viviente, y el hálito de todo ser humano.
En los ancianos está la sabiduría, y en la largura de días la inteligencia.
Con Dios está la sabiduría y la fortaleza; suyo es el consejo y la inteligencia.
Con Él está la fortaleza y la sabiduría; Suyo es el que yerra, y el que hace errar.
Ciertamente sus días están determinados, y el número de sus meses está cerca de ti: Tú le pusiste límites, los cuales no pasará.
Pero el hombre muere, y es cortado; Perece el hombre, ¿y dónde está él?
Sellada está en saco mi transgresión, y tienes cosida mi iniquidad.
Él no creerá que ha de volver de las tinieblas, y descubierto está para la espada.
Vaga alrededor tras del pan, diciendo: ¿Dónde está? Sabe que le está preparado día de tinieblas, a la mano.
Mi rostro está hinchado con el lloro, y mis párpados entenebrecidos:
Mas he aquí que en los cielos está mi testigo, y mi testimonio en las alturas.
Mi aliento está corrompido, mis días se extinguen, y me está preparado el sepulcro.
¿Dónde está ahora mi esperanza? Y mi esperanza ¿quién la verá?
Su cuerda está escondida en la tierra, y hay una trampa para él en la senda.
y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios;
Ésta es la porción de Dios para el hombre impío, y la herencia que Dios le ha señalado.
He aquí que su bien no está en manos de ellos: El consejo de los impíos lejos esté de mí.
¿No está Dios en la altura de los cielos? Mira lo encumbrado de las estrellas, cuán elevadas están.
A los fuertes arrastró con su poder: se levanta, y ninguno está seguro de la vida.
¿Tienen sus ejércitos número? ¿Sobre quién no está su luz?
El infierno está descubierto delante de Él, y la destrucción no tiene cobertura.
Ésta es para con Dios la porción del impío, y la herencia que los violentos han de recibir del Omnipotente.
De la tierra nace el pan, y debajo de ella está como convertida en fuego.
Mas ¿dónde se hallará la sabiduría? ¿Y dónde está el lugar de la inteligencia?
El abismo dice: No está en mí: Y el mar dijo: Ni conmigo.
¿De dónde, pues, vendrá la sabiduría? ¿Y dónde está el lugar de la inteligencia?
Porque encubierta está a los ojos de todo viviente, y a toda ave del cielo es oculta.
Y ahora mi alma está derramada en mí; días de aflicción se han apoderado de mí.
Mi piel está denegrida sobre mí, y mis huesos se han quemado del calor.
De cierto mi vientre está como el vino que no tiene respiradero, y se rompe como odres nuevos.
Y ninguno dice: ¿Dónde está Dios mi Hacedor, que da canciones en la noche,
Aunque digas: No lo mirará; el juicio está delante de Él, espera pues, en Él.
Porque de cierto no son mentira mis palabras; contigo está el que es íntegro en sus conceptos.
Guárdate, no te vuelvas a la iniquidad; pues ésta escogiste más bien que la aflicción.
¿Por dónde está el camino a donde mora la luz, y dónde está el lugar de las tinieblas,
Lo oculto de los montes es su pasto, y anda buscando todo lo que está verde.
Sus polluelos chupan la sangre; y donde hubiere cadáveres, allí está ella.
He aquí ahora que su fuerza está en sus lomos, y su vigor en el ombligo de su vientre.