'He' en la Biblia
Y dijo el SEÑOR a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante del SEÑOR.
y he aquí un gran viento que vino del lado del desierto, e hirió las cuatro esquinas de la casa, y cayó sobre los jóvenes, y murieron; y solamente escapé yo para traerte las nuevas.
Y el SEÑOR dijo a Satanás: He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida.
He aquí, tú enseñabas a muchos, y las manos debilitadas corroborabas.
Como yo he visto que los que aran iniquidad y siembran injuria, la siegan.
He aquí que en sus siervos no confía, y en sus ángeles halló locura.
Yo he visto al loco que echaba raíces, y en la misma hora maldije su habitación.
He aquí, que bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; por tanto no menosprecies la corrección del Todopoderoso.
He aquí lo que hemos inquirido, lo cual es así: Oyelo, y juzga tú para contigo.
¿Os he dicho yo: Traedme, y pagad por mí de vuestra hacienda;
Enseñadme, y yo callaré; y hacedme entender en qué he errado.
Si he pecado, ¿qué te haré, oh Guarda de los hombres? ¿Por qué me has puesto contrario a ti, y que a mí mismo sea pesado?
He aquí, Dios no aborrece al perfecto, ni toma la mano de los malignos.
He aquí que él pasará delante de mí, y yo no lo veré; y pasará, y no lo entenderé.
He aquí, arrebatará; ¿quién le hará restituir? ¿Quién le dirá: Qué haces?
He aquí, él derribará, y no será edificado; encerrará al hombre, y no habrá quien le abra.
He aquí, él detendrá las aguas, y se secarán; él las enviará, y destruirán la tierra.
He aquí que todas estas cosas han visto mis ojos, y oído y entendido mis oídos.
He aquí, aunque me matare, en él esperaré; pero defenderé delante de él mis caminos.
He aquí ahora, si yo me apercibiere a juicio, sé que seré justificado.
He aquí que en sus santos no confía, y ni los cielos son limpios delante de sus ojos,
Muchas veces he oído cosas como éstas; consoladores molestos sois todos vosotros.
El me ha puesto por refrán de los pueblos, y delante de ellos he sido como tamboril.
He aquí yo clamaré agravio, y no seré oído; daré voces, y no habrá juicio.
Mi piel y mi carne se pegaron a mis huesos; y he escapado con la piel de mis dientes.
La reprensión de mi censura he oído, y me hace responder el espíritu de mi inteligencia.
He aquí que su bien no está en manos de ellos; el consejo de los impíos lejos esté de mí.
He aquí, yo conozco vuestros pensamientos, y las imaginaciones que contra mí forjáis.
He aquí yo iré al oriente, y no lo hallaré; y al occidente, y no lo percibiré.
He aquí, como asnos monteses en el desierto, salen a su obra madrugando para robar; el desierto es su mantenimiento y de sus hijos.
He aquí que ni aun la misma luna será resplandeciente, ni las estrellas son limpias delante de sus ojos.
He aquí, éstas son partes de sus caminos; ¡y cuán poco es lo que hemos oído de él! Porque el estruendo de sus fortalezas, ¿quién lo entenderá?
He aquí que todos vosotros lo habéis visto, ¿por qué pues os desvanecéis con vanidad?
Y dijo al hombre: He aquí que el temor del Señor es la sabiduría, y el apartarse del mal el entendimiento.
Denegrido anduve, y no por el sol; me he levantado en la congregación, y clamé.
He venido a ser hermano de los dragones, y compañero de los búhos.
si he visto que pereciera alguno sin vestido, y al menesteroso sin cobertura;
si he mirado al sol cuando resplandecía, y a la luna cuando iba hermosa,
¡quién me diera quien me oyere! He aquí mi señal es que el Omnipotente testificará por mí, aunque mi adversario me hubiera escrito los cargos.
Y respondió Eliú hijo de Baraquel, buzita, y dijo: Yo soy menor de días y vosotros viejos; por tanto he tenido miedo, y he temido de declararos mi opinión.
He aquí yo he esperado a vuestras palabras, he escuchado vuestros argumentos, entre tanto que buscábais palabras.
Y aun os he considerado, y he aquí que no hay de vosotros quien redarguya a Job, y responda a sus razones.
He aquí yo abriré ahora mi boca, y mi lengua hablará en mi boca.
He aquí que Dios buscó achaques contra mí, y me tiene por su enemigo;
He aquí en esto no has hablado justamente; yo te responderé que mayor es Dios que el hombre.
He aquí que Dios es grande, y no aborrece; fuerte es en virtud de corazón.
He aquí que Dios es excelso con su potencia; ¿qué enseñador semejante a él?
He aquí, Dios es grande, y nosotros no le conocemos; ni se puede rastrear el número de sus años.
He aquí que sobre él extiende su luz, y cubrió las raíces del mar.
He aquí que yo soy vil, ¿qué te responderé? Mi mano pongo sobre mi boca.
He aquí ahora behemot, al cual yo hice contigo; hierba come como buey.
He aquí ahora que su fuerza está en sus lomos, y su fortaleza en el ombligo de su vientre.
He aquí que él tomará el río sin inmutarse; y se confía que el Jordán pasará por su boca.
He aquí que tu esperanza acerca de él será burlada; porque aun a su sola vista se desmayarán.