'Hombres' en la Biblia
Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo volveréis mi honra en infamia? ¿Hasta cuándo amaréis la vanidad, y buscaréis la mentira? (Selah)
Pon, oh Jehová, temor en ellos; conozcan las naciones que no son sino hombres. (Selah)
Jehová está en su santo templo: El trono de Jehová está en el cielo: Sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres.
«Al Músico principal: sobre Seminit: Salmo de David» Salva, oh Jehová, porque se acabaron los piadosos; porque han desaparecido los fieles de entre los hijos de los hombres.
Asediando andan los malos, cuando son exaltados los más viles de los hijos de los hombres.
Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, para ver si había algún entendido, que buscara a Dios.
En cuanto a las obras de los hombres, por la palabra de tus labios yo me he guardado de las sendas de los violentos.
De los hombres con tu mano, oh Jehová, de los hombres del mundo, que tienen su porción en esta vida, y cuyo vientre llenas de tu tesoro; sacian a sus hijos, y dejan el resto a sus pequeños.
Me rodearon los dolores de la muerte, y torrentes de hombres perversos me atemorizaron.
Su fruto destruirás de la tierra, y su simiente de entre los hijos de los hombres.
Mas yo soy gusano, y no hombre; oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo.
No me he sentado con hombres falsos, ni entraré con los hipócritas.
No juntes con los pecadores mi alma, ni mi vida con hombres sanguinarios:
¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, que has mostrado para los que en ti confían, delante de los hijos de los hombres!
Desde los cielos miró Jehová; vio a todos los hijos de los hombres:
¡Cuán preciosa, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas.
Te has hermoseado más que los hijos de los hombres; la gracia se derramó en tus labios; por tanto Dios te ha bendecido para siempre.
Dios desde los cielos miró sobre los hijos de los hombres, para ver si había algún entendido que buscara a Dios.
Porque extraños se han levantado contra mí, y hombres violentos buscan mi vida; no han puesto a Dios delante de sí. (Selah)
Mas tú, oh Dios, los harás descender al pozo de la destrucción: Los hombres sanguinarios y engañadores no llegarán a la mitad de sus días: Pero yo confiaré en ti.
Mi vida está entre leones; estoy echado entre hijos de hombres encendidos; sus dientes son lanzas y saetas, y su lengua espada aguda.
«Al Músico principal: sobre No destruyas: Mictam de David» Oh congregación, ¿pronunciáis en verdad justicia? ¿Juzgáis rectamente, hijos de los hombres?
Líbrame de los obradores de iniquidad, y sálvame de hombres sanguinarios.
Por cierto, vanidad son los hijos de los hombres, mentira los hombres de renombre; pesándolos a todos juntos en la balanza, pesarán menos que la vanidad.
Y temerán todos los hombres, y anunciarán la obra de Dios, y entenderán su hecho.
Venid, y ved las obras de Dios, temible en sus hechos para con los hijos de los hombres.
Hombres hiciste cabalgar sobre nuestra cabeza; pasamos por el fuego y por el agua, pero nos sacaste a un lugar de abundancia.
Subiste a lo alto, cautivaste la cautividad, tomaste dones para los hombres, y también para los rebeldes, para que habite entre ellos JAH Dios.
No sufren trabajos como los demás mortales; ni son azotados como el resto de los hombres.
Dejó por tanto el tabernáculo de Silo, la tienda en que habitó entre los hombres;
Pero como hombres moriréis; y caeréis como cualquiera de los príncipes.
Oh Dios, soberbios se levantaron contra mí, y conspiración de hombres violentos ha buscado mi alma, y no te pusieron delante de sí.
Vuelves al hombre hasta ser quebrantado, y dices: Convertíos, hijos de los hombres.
Jehová conoce los pensamientos de los hombres, que son vanidad.
Alaben la misericordia de Jehová, y sus maravillas para con los hijos de los hombres.
Alaben la misericordia de Jehová, y sus maravillas para con los hijos de los hombres.
Alaben la misericordia de Jehová, y sus maravillas para con los hijos de los hombres;
Alaben la misericordia de Jehová, y sus maravillas para con los hijos de los hombres.
Los ídolos de ellos son plata y oro, obra de manos de hombres.
El cielo, aun los cielos son de Jehová; mas ha dado la tierra a los hijos de los hombres.
Líbrame de la violencia de los hombres; y guardaré tus mandamientos.
a no haber estado Jehová por nosotros, cuando se levantaron contra nosotros los hombres,
Los ídolos de las gentes son plata y oro, obra de manos de hombres;
De cierto, oh Dios, matarás al impío; apartaos, pues, de mí, hombres sanguinarios.
«Al Músico principal: Salmo de David» Líbrame, oh Jehová, del hombre malo; guárdame de hombres violentos;
Guárdame, oh Jehová, de manos del impío, presérvame de los hombres violentos; que han pensado trastornar mis pasos.
De tus portentos y temibles hechos hablarán los hombres; Y yo contaré tu grandeza.
para dar a conocer sus proezas a los hijos de los hombres, y la gloriosa majestad de su reino.
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