'Luz' en la Biblia
Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS; porque Él salvará a su pueblo de sus pecados.
He aquí una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emmanuel, que interpretado es: Dios con nosotros.
pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y llamó su nombre JESÚS.
El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz: Y a los asentados en región y sombra de muerte, luz les resplandeció.
Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.
Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en el cielo.
La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo fuere sincero, todo tu cuerpo estará lleno de luz.
Mas si tu ojo fuere maligno, todo tu cuerpo estará en oscuridad. Así que, si la luz que hay en ti es tinieblas, ¿cuánto más lo serán las mismas tinieblas?
Lo que os digo en tinieblas, decidlo en la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas.
y se transfiguró delante de ellos; y su rostro resplandeció como el sol, y su vestidura se hizo blanca como la luz.
Mas el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu esposa Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan.
Y he aquí, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.
Y a Elisabet se le cumplió el tiempo de su alumbramiento, y dio a luz un hijo.
para dar luz a los que habitan en tinieblas y sombra de muerte; para encaminar nuestros pies por camino de paz.
para ser empadronado con María su esposa, desposada con él, la cual estaba a punto de dar a luz.
Y dio a luz a su hijo primogénito, y le envolvió en pañales, y le acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.
luz para revelación a los gentiles, y la gloria de tu pueblo Israel.
Ninguno que enciende un candil lo cubre con una vasija, o lo pone debajo de la cama; mas lo pone en un candelero, para que los que entran vean la luz.
Porque nada hay oculto, que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de ser conocido, y de salir a luz.
Nadie pone en oculto el candil encendido, ni debajo del almud, sino en el candelero, para que los que entran vean la luz.
La luz del cuerpo es el ojo; así que cuando tu ojo es sencillo, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es malo, también tu cuerpo está en tinieblas.
Mira pues, que la luz que en ti hay, no sea tinieblas.
Así que, si todo tu cuerpo está lleno de luz, no teniendo parte alguna de tinieblas, será todo luminoso, como cuando una lámpara con su resplandor te alumbra.
Por tanto, lo que dijisteis en tinieblas, a la luz será oído; y lo que hablasteis al oído en las alcobas, será pregonado en las azoteas.
Y alabó el señor al mayordomo injusto por haber hecho astutamente; porque los hijos de este siglo son en su generación más astutos que los hijos de luz.
En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
Y la luz en las tinieblas resplandece, mas las tinieblas no la comprendieron.
Éste vino por testimonio, para que diese testimonio de la Luz, para que todos creyesen por él.
No era él la Luz, sino para que diese testimonio de la Luz.
Aquél era la Luz verdadera, que alumbra a todo hombre que viene a este mundo.
Y ésta es la condenación; que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
Porque todo el que hace lo malo aborrece la luz, y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprobadas.
Pero el que obra verdad, viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.
Él era antorcha que ardía y alumbraba; y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz.
Y otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, mas tendrá la luz de la vida.
Entre tanto que estoy en el mundo, yo soy la luz del mundo.
Respondió Jesús: ¿No tiene el día doce horas? Si alguien anda de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo.
Pero si alguien anda de noche, tropieza, porque no hay luz en él.
Entonces Jesús les dijo: Aún por un poco está la luz entre vosotros; andad entre tanto que tenéis luz, no sea que os sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va.
Entre tanto que tenéis luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz. Estas cosas habló Jesús, y se fue y se ocultó de ellos.
Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.
La mujer cuando da a luz, tiene dolor, porque ha venido su hora; pero después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda de la angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo.
Y yendo él por el camino, al acercarse a Damasco, súbitamente le cercó un resplandor de luz del cielo;
Y he aquí, el ángel del Señor vino, y una luz resplandeció en la cárcel; y golpeando a Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas se le cayeron de las manos.
Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto por luz de los gentiles, para que seas por salvación hasta lo último de la tierra.
Él entonces, pidiendo luz, entró corriendo, y temblando, se derribó a los pies de Pablo y de Silas;
Y aconteció que cuando hacía mi jornada, y llegaba cerca de Damasco, como a mediodía, repentinamente resplandeció del cielo una gran luz que me rodeó;
Y los que estaban conmigo vieron a la verdad la luz, y se espantaron; mas no oyeron la voz del que hablaba conmigo.
Y como yo no podía ver a causa de la gloria de aquella luz, llevado de la mano por los que estaban conmigo, vine a Damasco.
al mediodía, oh rey, yendo en el camino vi una luz del cielo, que sobrepasaba el resplandor del sol, iluminando en derredor de mí y de los que iban conmigo.
para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.
Que Cristo había de padecer, y ser el primero de la resurrección de los muertos, para anunciar luz al pueblo y a los gentiles.
y confías en que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas,
La noche está avanzada, y el día está por llegar; desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de luz.
Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual también traerá a luz lo encubierto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno tendrá de Dios la alabanza.
en los cuales el dios de este mundo cegó la mente de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del glorioso evangelio de Cristo, el cual es la imagen de Dios.
Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.
No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?
Y no es de maravillarse, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.
Porque está escrito: Alégrate estéril, tú que no das a luz: Prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes dolores de parto, porque más son los hijos de la dejada, que de la que tiene marido.
Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor: Andad como hijos de luz
Pero todas las cosas que son reprobadas, son hechas manifiestas por la luz, porque lo que manifiesta todo, es la luz.
dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;
que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer que da a luz; y no escaparán.
Porque todos vosotros sois hijos de luz, e hijos del día; no somos de la noche, ni de las tinieblas.
el único que tiene inmortalidad, y habita en luz inaccesible; a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. A Él sea honra y poder sempiterno. Amén.
mas ahora es manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte, y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio;
Por fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir simiente; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó ser fiel el que lo había prometido.
Y la concupiscencia, cuando ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, engendra muerte.
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido; para que anunciéis las virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.
Y éste es el mensaje que oímos de Él, y os anunciamos; que Dios es luz, y en Él no hay ningunas tinieblas.
mas si andamos en luz, como Él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.
Otra vez, os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en Él y en vosotros; porque las tinieblas han pasado, y la luz verdadera ya alumbra.
El que dice que está en luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas.
El que ama a su hermano, está en luz, y no hay tropiezo en él.
Y estando embarazada, clamaba con dolores de parto, y angustia por dar a luz.
Y su cola arrastró la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró delante de la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese.
Y ella dio a luz un hijo varón, el cual había de regir todas las naciones con vara de hierro; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono.
Y cuando vio el dragón que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al hijo varón.
Y luz de candelero no alumbrará más en ti; y voz de desposado y de desposada no se oirá más en ti; porque tus mercaderes eran los magnates de la tierra; porque por tus hechicerías fueron engañadas todas las naciones.
teniendo la gloria de Dios; y su luz era semejante a una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal.
Y la ciudad no tenía necesidad de sol ni de luna para que resplandezcan en ella; porque la gloria de Dios la iluminaba, y el Cordero es su luz.
Y las naciones de los que hubieren sido salvos andarán en la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella.
Y allí no habrá más noche; y no tienen necesidad de lámpara, ni de luz de sol, porque el Señor Dios los alumbrará; y reinarán por siempre jamás.
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