'Noche' en la Biblia
Y añadió Husai: Tú sabes que tu padre y los suyos son hombres valientes, y que están ahora con amargura de ánimo, como la osa en el campo cuando le han quitado los hijos. Además, tu padre es hombre de guerra, y no pasará la noche con el pueblo.
Por tanto enviad inmediatamente, y dad aviso a David, diciendo: No te quedes esta noche en los llanos del desierto, sino pasa luego el Jordán, para que el rey no sea consumido, y todo el pueblo que con él está.
Levántate pues ahora, y sal fuera, y habla al corazón de tus siervos; porque juro por el SEÑOR, que si no sales, ni aun uno quede contigo esta noche; y de esto te pesará más que de todos los males que te han sobrevenido desde tu juventud hasta ahora.
Tomando luego Rizpa hija de Aja cilicio, se lo tendió sobre el peñasco, desde el principio de la siega hasta que llovió sobre ellos agua del cielo; y no dejó a ninguna ave del cielo asentarse sobre ellos de día, ni bestias del campo de noche.
Y se le apareció el SEÑOR a Salomón en Gabaón una noche en sueños, y le dijo Dios: Pide lo que quisieres que yo te dé.
Y una noche el hijo de esta mujer murió, porque ella se acostó sobre él.
que estén tus ojos abiertos de noche y de día sobre esta Casa, sobre este lugar del cual has dicho: Mi nombre estará allí; y que oigas la oración que tu siervo hará en este lugar.
Y que éstas mis palabras con que he orado delante del SEÑOR estén cerca del SEÑOR nuestro Dios de día y de noche, para que él haga el juicio de su siervo, y de su pueblo Israel, cómo y cuándo la necesidad lo demandare;
Y allí se metió en una cueva, donde pasó la noche. Y vino a él palabra del SEÑOR, el cual le dijo: ¿Qué haces aquí, Elías?
Entonces envió el rey allá gente de a caballo, y carros, y un gran ejército, los cuales vinieron de noche, y cercaron la ciudad.
Se levantaron, pues, en el principio de la noche, para irse al campamento de los sirios; y llegando a las primeras estancias de los sirios, no había allí hombre.
Y así se habían levantado y huido al principio de la noche, dejando sus tiendas, sus caballos, sus asnos, y el campamento como se estaba; y habían huido para salvar las vidas.
Y se levantó el rey de noche, y dijo a sus siervos: Yo os declararé lo que nos han hecho los sirios. Ellos saben que tenemos hambre, y han salido de las tiendas y se han escondido en el campo, diciendo: Cuando hubieren salido de la ciudad, los tomaremos vivos, y entraremos en la ciudad.
Joram por tanto pasó a Seir, y todos sus carros con él; y levantándose de noche hirió a los idumeos, los cuales le habían cercado, y a los capitanes de los carros; y el pueblo huyó a sus estancias.
Y aconteció que la misma noche salió el ángel del SEÑOR, e hirió en el campamento de los Asirios ciento ochenta y cinco mil hombres; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí los cuerpos de los muertos.
Abierta ya la ciudad, huyeron de noche todos los hombres de guerra por el camino de la puerta que estaba entre los dos muros, junto a los huertos del rey, estando los caldeos alrededor de la ciudad; y se fueron por el camino de la campiña.
Y de éstos había cantores, príncipes de familias de los levitas, los cuales estaban en sus cámaras libres de otros cargos; porque de día y de noche estaban en aquella obra.
En aquella misma noche vino palabra de Dios a Natán, diciendo:
Y aquella noche se le apareció Dios a Salomón, y le dijo: Demanda lo que quisieres que yo te dé.
que tus ojos estén abiertos sobre esta Casa de día y de noche, sobre el lugar del cual dijiste, Mi Nombre estará allí; que oigas la oración con que tu siervo ora en este lugar.
Y apareció el SEÑOR a Salomón de noche, y le dijo: Yo he oído tu oración, y he elegido para mí este lugar por una Casa de sacrificio.
Entonces pasó Joram con sus príncipes, y consigo todos sus carros; y se levantó de noche, e hirió a Edom que le habían cercado, y a todos los príncipes de sus carros.
Y después aderezaron para sí y para los sacerdotes; porque los sacerdotes, hijos de Aarón, estuvieron ocupados hasta la noche en el sacrificio de los holocaustos y de los sebos; por tanto, los levitas aderezaron para sí, y para los sacerdotes hijos de Aarón.
esté ahora atento tu oído, y tus ojos abiertos, para oír la oración de tu siervo, que yo hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel con que hemos pecado contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado.
y me levanté de noche, yo y unos pocos varones conmigo, y no declaré a hombre alguno lo que Dios había puesto en mi corazón que hiciera en Jerusalén; ni había bestia conmigo, excepto la bestia en que cabalgaba.
Y salí de noche por la puerta del Valle hacia la fuente del Dragón y a la puerta del Muladar; y consideré los muros de Jerusalén que estaban derribados, y sus puertas que estaban consumidas del fuego.
Y subí por el arroyo de noche, y consideré el muro, y regresando entré por la puerta del Valle, y me volví.
Entonces oramos a nuestro Dios, y por causa de ellos pusimos guarda de día y de noche sobre los que edificaban.
También dije entonces al pueblo: Cada uno con su criado se quede dentro de Jerusalén, y hágannos de noche centinela, y de día a la obra.
Vine luego en secreto a casa de Semaías hijo de Delaía, hijo de Mehetabel, porque él estaba encerrado; el cual me dijo: Juntémonos en la casa de Dios dentro del templo, y cerremos las puertas del templo, porque vienen para matarte; sí, esta noche vendrán a matarte.
Y con columna de nube los guiaste de día, y con columna de fuego de noche, para alumbrarles el camino por donde habían de ir.
Tú, con todo, por tus muchas misericordias no los abandonaste en el desierto; la columna de nube no se apartó de ellos de día, para guiarlos por el camino, ni la columna de fuego de noche, para alumbrarles el camino por el cual habían de ir.
Ve, y junta a todos los judíos que se hallan en Susa, y ayunad por mí, y no comáis ni bebáis en tres días, noche ni día; yo también con mis doncellas ayunaré igualmente, y así entraré al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca.
Aquella noche se le fue el sueño al rey, y mandó que le trajeran el libro de las memorias de las crónicas; y las leyeron delante del rey.
Perezca el día en que yo fui nacido, y la noche que dijo: Varón es concebido.
Aquella noche ocupara oscuridad, ni fuera contada entre los días del año, ni viniera en el número de los meses.
¡Oh, si fuere aquella noche solitaria, que no viniera en ella canción!
De día tropiezan con tinieblas, y en mitad del día andan a tientas como de noche.
Cuando estoy acostado, digo: ¿Cuándo me levantaré? Y mido la noche, y estoy harto de devaneos hasta el alba.
Me pusieron la noche por día, y la luz se acorta delante de las tinieblas.
A la luz se levanta el homicida, mata al pobre y al necesitado, y de noche es como ladrón.
El ojo del adúltero está aguardando la noche, diciendo: No me verá nadie; y esconde su rostro.
Asirán de él terrores como aguas; torbellino lo arrebatará de noche.
De noche taladra sobre mí mis huesos, y mis pulsos no reposan.
El extranjero no tenía fuera la noche; mis puertas abría al caminante.
En un momento mueren, y a media noche se alborotarán los pueblos, y pasarán, y sin mano será quitado el poderoso.
Por tanto él hará notorias las obras de ellos, cuando los trastornará en la noche, y serán quebrantados.
Y ninguno dirá: ¿Dónde está Dios mi hacedor, que da canciones en la noche?
No anheles la noche, en la cual él corta los pueblos de su lugar.
antes en la ley del SEÑOR es su voluntad, y en su ley pensará de día y de noche.
Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche; me has refinado, y nada inicuo hallaste; lo que pensé, no pasó mi boca.
Un día emite palabra al otro día, y una noche a la otra noche declara sabiduría.
Dios mío, clamo de día, y no oyes; y de noche, y no puedo estar en silencio.
Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; se volvió mi verdor en sequedades de verano. (Selah.)
Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, mientras me decían todos los días: ¿Dónde está tu Dios?
De día mandará el SEÑOR su misericordia, y de noche su canción será conmigo, oración al Dios de mi vida.
Día y noche la rodean sobre sus muros; e iniquidad y trabajo hay en medio de ella.
cuando me acordare de ti en mi lecho, cuando meditare de ti en las velas de la noche.
Tuyo es el día, tuya también es la noche; tú aparejaste la lumbre y el sol.
Al Señor busqué en el día de mi angustia; mi llaga desangraba de noche y no cesaba; mi alma no quería consuelo.
Me acordaba de mis canciones de noche; meditaba con mi corazón, y mi espíritu inquiría.
Y los llevó con nube de día, y toda la noche con resplandor de fuego.
Oh SEÑOR, Dios de mi salud, día y noche clamo delante de ti.
Porque mil años delante de tus ojos, son como el día de ayer, que pasó, y como la vela de la noche.
Pones las tinieblas, y es la noche; en ella corren todas las bestias del monte.
Extendió una nube por cubierta, y fuego para alumbrar la noche.
Me acordé en la noche de tu Nombre, oh SEÑOR, y guardé tu ley.
Se anticiparon mis ojos a las vigilias de la noche, para meditar en tus dichos.
El sol no te fatigará de día, ni la luna de noche.
la luna y las estrellas para que dominaran en la noche, porque para siempre es su misericordia.
Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; aun la noche resplandecerá por causa de mí.
Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día; las tinieblas son como la luz.
a la tarde del día, ya que oscurecía; en la oscuridad y tiniebla de la noche.
Vau Se levantó aun de noche, y dio comida a su familia, y ración a sus criadas.
Tet Gustó que era buena su granjería; su lámpara no se apagó de noche.
Porque todos sus días no son sino dolores, y sus ocupaciones molestias; aun de noche su corazón no reposa. Esto también es vanidad.
Por lo cual yo di mi corazón a conocer sabiduría, y a ver la ocupación que se hace sobre la tierra (porque hay quien ni de noche ni de día ve sueño en sus ojos).
Todos ellos tienen espadas, diestros en la guerra; cada uno su espada sobre su muslo, por los temores de la noche.
Yo duermo, pero mi corazón vela por la voz de mi amado que toca a la puerta: Abreme, hermana mía, compañera mía, paloma mía, perfecta mía; porque mi cabeza está llena de rocío, mis cabellos de las gotas de la noche.
Y creará el SEÑOR sobre toda la morada del Monte de Sion, y sobre los lugares de sus convocaciones, nube y oscuridad de día, y de noche resplandor de fuego que eche llamas; porque sobre toda gloria habrá cobertura.
¡Ay de los que se levantan de mañana para seguir la embriaguez; que se están hasta la noche, hasta que el vino los enciende!
Carga de Moab, cierto, de noche fue destruida Ar-Moab, fue puesta en silencio. Cierto, de noche fue destruida Kir-Moab, fue puesta en silencio.
Reúne consejo, haz juicio; pon tu sombra en el mediodía como la noche; esconde los desterrados, no descubras al huido.
Se pasmó mi corazón, el horror me ha asombrado; la noche de mi deseo se me tornó en espanto.
Carga de Duma. Me dan voces: De Seir. ¿Guarda qué hay esta noche? ¿Guarda, qué hay esta noche?
El que guarda respondió: La mañana viene, y después la noche. Si preguntareis, preguntad; volved, y venid.
Carga sobre Arabia. En el monte tendréis la noche en Arabia, oh caminantes de Dedán.
Con mi alma te deseo en la noche, y entre tanto que me dure el espíritu en medio de mí, madrugaré a buscarte; porque desde que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia.
Yo, el SEÑOR, la guardo, cada momento la regaré; la guardaré de noche y de día, para que el enemigo no la visite.
Luego que comenzare a pasar, él os arrebatará, porque de repente pasará, de día y de noche; y será que el espanto solamente haga entender lo oído.
Vosotros tendréis canción, como en la noche en la cual se celebra Pascua; y alegría de corazón, como el que va con flauta, para venir al Monte del SEÑOR, al Fuerte de Israel.
No se apagará de noche ni de día, perpetuamente subirá su humo; de generación en generación será asolada, nunca jamás pasará nadie por ella.
Mi morada ha sido movida, y traspasada de mí, como tienda de pastor, cortó mi vida como el tejedor; me ha cortado con la enfermedad; entre el día y la noche me consumirás.
Contaba yo hasta la mañana. Como un león molió todos mis huesos; de la mañana a la noche me acabarás.
Tentamos como ciegos la pared, y como sin ojos andamos a tiento; tropezamos en el mediodía como de noche; en sepulcros como muertos.
Tus puertas estarán de continuo abiertas; no se cerrarán de día ni de noche, para que sea traída a ti fortaleza de gentiles, y sus reyes guiados.
Sobre tus muros, oh Jerusalén, he puesto guardas; todo el día y toda la noche no callarán jamás. Los que os acordáis del SEÑOR, no ceséis,
Que se quedan a dormir en los sepulcros, y en los desiertos tienen la noche; que comen carne de puerco, y en sus ollas hay caldo de cosas inmundas;
Levantaos, y subamos de noche, y destruyamos sus palacios.
¡Oh, si mi cabeza se tornara aguas, y mis ojos fuentes de aguas, para que llore día y noche los muertos de la hija de mi pueblo!
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