'Oh' en la Biblia
¡Oh pueblo Mío! Sus opresores son muchachos, Y mujeres lo dominan. Pueblo Mío, los que te guían {te} hacen desviar Y confunden el curso de tus sendas.
Fluirá con ímpetu en Judá, inundará y seguirá adelante, Hasta el cuello llegará, Y la extensión de sus alas Llenará la anchura de tu tierra, oh Emmanuel (Dios con nosotros).
Pues aunque tu pueblo, oh Israel, sea como la arena del mar, {Sólo} un remanente de él volverá. La destrucción decidida rebosa justicia.
¡Clama a gran voz, oh hija de Galim! ¡Pon atención, Lais; desdichada {de ti} Anatot!
Y en aquel día dirás: ``Te doy gracias, oh SEÑOR, Porque aunque estabas enojado conmigo, Tu ira se ha apartado Y me has consolado.
¡Cómo has caído del cielo, Oh lucero de la mañana, hijo de la aurora! Has sido derribado por tierra, Tú que debilitabas a las naciones.
Por eso lloraré amargamente por Jazer, por la viña de Sibma. Te bañaré con mis lágrimas, oh Hesbón y Eleale, Porque sobre tus frutos de verano y sobre tu cosecha se ha extinguido el clamor,
Entonces el centinela gritó: ``Oh Señor, de día yo estoy continuamente en la atalaya, Y todas las noches permanezco en mi puesto de guardia.
¡Oh mi {pueblo} trillado y afligido de mi era! Lo que he oído del SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, les doy a conocer.
Oh hombre, el SEÑOR te arrojará con violencia. Te tomará firmemente,
Te enrollará bien como una pelota, {Y te lanzará} a una tierra muy espaciosa. Allí morirás y allí quedarán tus magníficos carros, {Oh tú,} vergüenza de la casa de tu Señor.'
`Toma la lira, anda por la ciudad, Oh ramera olvidada. Tañe hábilmente las cuerdas, canta muchas canciones, Para que seas recordada.'"
Terror, foso y lazo Te asedian, oh morador de la tierra.
Oh SEÑOR, Tú eres mi Dios; Te ensalzaré, daré alabanzas a Tu nombre, Porque has hecho maravillas, Designios {concebidos} desde tiempos antiguos con toda fidelidad.
Ciertamente, {siguiendo} la senda de Tus juicios, Oh SEÑOR, Te hemos esperado. Tu nombre y Tu memoria son el anhelo del alma.
Oh SEÑOR, levantada está Tu mano, {mas} ellos no la ven. Que vean {Tu} celo por el pueblo y se avergüencen. Ciertamente el fuego devorará a Tus enemigos.
Oh SEÑOR, Dios nuestro, otros señores fuera de Ti nos han gobernado. {Pero} sólo en Ti confesamos Tu nombre.
Has aumentado la nación, oh SEÑOR, Has aumentado la nación, Te has glorificado, Has ensanchado todos los límites de la tierra.
Oh SEÑOR, en la angustia Te buscaron. Apenas susurraban una oración, Cuando Tu castigo estaba sobre ellos.
Como la mujer encinta, al acercarse el {momento de} dar a luz, Se retuerce {y} grita en sus dolores de parto, Así éramos nosotros delante de Ti, oh SEÑOR.
En aquel día el SEÑOR trillará desde la corriente del Eufrates hasta el torrente de Egipto, y ustedes serán recogidos uno a uno, oh Israelitas.
Por tanto, oigan la palabra del SEÑOR, oh insolentes, Gobernantes de este pueblo que está en Jerusalén.
Oh pueblo de Sion, morador de Jerusalén, no llorarás más. Ciertamente Dios se apiadará de ti a la voz de tu clamor. Cuando la oiga, te responderá.
Vuelvan a Aquél de quien tan profundamente se han apartado, oh hijos de Israel.
Oh SEÑOR, ten piedad de nosotros; en Ti hemos esperado. Sé nuestra fortaleza cada mañana, También nuestra salvación en tiempo de angustia.
``Oh SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, que estás {sobre} los querubines, sólo Tú eres Dios de todos los reinos de la tierra. Tú hiciste los cielos y la tierra.
"Inclina, oh SEÑOR, Tu oído y escucha; abre, oh SEÑOR, Tus ojos y mira; escucha todas las palabras que Senaquerib ha enviado para injuriar al Dios vivo.
"En verdad, oh SEÑOR, los reyes de Asiria han asolado todas las naciones y sus tierras,
"Y ahora, SEÑOR, Dios nuestro, líbranos de su mano para que todos los reinos de la tierra sepan que sólo Tú, oh SEÑOR, eres Dios."
``Te ruego, oh SEÑOR, que Te acuerdes ahora de cómo yo he andado delante de Ti en verdad y con corazón íntegro, y he hecho lo bueno ante Tus ojos." Y Ezequías lloró amargamente.
Como una golondrina, {como} una grulla, así me quejo, Gimo como una paloma. Mis ojos miran ansiosamente a las alturas. Oh Señor, estoy oprimido, sé Tú mi ayudador.
Oh Señor, por estas cosas viven {los hombres}, Y en todas ellas está la vida de mi espíritu. Restabléceme la salud y haz que viva.
Súbete a un alto monte, Oh Sion, portadora de buenas nuevas. Levanta con fuerza tu voz, Oh Jerusalén, portadora de buenas nuevas; Levánta{la,} no temas. Dile a las ciudades de Judá: ``Aquí está su Dios."
Mas ahora, así dice el SEÑOR tu Creador, oh Jacob, Y el que te formó, oh Israel: ``No temas, porque Yo te he redimido, Te he llamado por tu nombre; Mío eres tú.
Destilen, oh cielos, desde lo alto, Y derramen justicia las nubes; ábrase la tierra y dé fruto la salvación, Y brote la justicia con ella. Yo, el SEÑOR, lo he creado.
En verdad, Tú eres un Dios que te ocultas, ¡oh Dios de Israel, Salvador!
Despierta, despierta, vístete de poder, oh brazo del SEÑOR. Despierta como en los días de antaño, en las generaciones pasadas. ¿No eres Tú el que despedazó a Rahab (al monstruo marino), El que traspasó al dragón?
Despierta, despierta, Vístete de tu poder, oh Sion. Vístete de tus ropajes hermosos, Oh Jerusalén, ciudad santa. Porque el incircunciso y el inmundo No volverán a entrar en ti.
``Grita de júbilo, oh estéril, la que no ha dado a luz; Prorrumpe en gritos de júbilo y clama en alta voz, la que no ha estado de parto; Porque son más los hijos de la desolada Que los hijos de la casada," dice el SEÑOR.
``Oh afligida, azotada por la tempestad, sin consuelo, Yo asentaré tus piedras en antimonio, Y tus cimientos en zafiros.
Sobre tus murallas, oh Jerusalén, he colocado centinelas; En todo el día y en toda la noche jamás callarán. Ustedes que hacen que el SEÑOR recuerde, no se den descanso,
Porque Tú eres nuestro Padre, aunque Abraham no nos conoce, Ni nos reconoce Israel. Tú, oh SEÑOR, eres nuestro Padre, Desde la antigüedad Tu nombre es Nuestro Redentor.
¿Por qué, oh SEÑOR, nos haces desviar de Tus caminos Y endureces nuestro corazón a Tu temor? Vuélvete por amor de Tus siervos, las tribus de Tu heredad.
¡Oh, si rasgaras los cielos {y} descendieras! Si los montes se estremecieran ante Tu presencia
Pero ahora, oh SEÑOR, Tú eres nuestro Padre, Nosotros el barro, y Tú nuestro alfarero; Obra de Tus manos somos todos nosotros.
No Te enojes en exceso, oh SEÑOR, Ni para siempre Te acuerdes de la iniquidad. Mira, Te rogamos, todos nosotros somos Tu pueblo.
¿Te detendrás ante estas cosas, oh SEÑOR? ¿Guardarás silencio y nos afligirás sin medida?