'Os' en la Biblia
- 1.Gé 1:29-Levítico 22:32
- 2.Levítico 22:33-Deuteronomio 6:20
- 3.Deuteronomio 7:7-Jueces 6:10
- 4.Jueces 7:7-Esdras 7:18
- 5.Esdras 7:21-Jeremías 13:15
- 6.Jeremías 13:16-Ezequiel 39:20
- 7.Ezequiel 45:12-Mateo 11:22
- 8.Mateo 11:24-Marcos 14:13
- 9.Marcos 14:15-Lucas 22:37
- 10.Lucas 22:67-Juan 16:33
- 11.Juan 18:8-1 Corintios 15:3
- 12.1 Corintios 15:31-Colosenses 4:9
- 13.Colosenses 4:10-1 Juan 2:1
- 14.1 Juan 2:7-Apocalipsis 18:20
Y el siclo será de veinte geras. Veinte siclos, con veinticinco siclos, y quince siclos, os serán una mina.
Y la heredaréis así los unos como los otros; por ella alcé mi mano jurando que la había de dar a vuestros padres; por tanto, esta tierra os será por heredad.
que al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña, y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua de oro que el rey Nabucodonosor ha levantado;
Ahora, pues, ¿estáis dispuestos para que al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña, y de todo instrumento de música, os postréis, y adoréis la estatua que he hecho? Porque si no la adorareis, en la misma hora seréis echados en medio de un horno de fuego ardiendo; ¿y quién será el Dios que os pueda librar de mis manos?
Nabucodonosor rey, a todos los pueblos, naciones, y lenguas, que moran en toda la tierra: Paz os sea multiplicada:
Entonces el rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones, y lenguas, que habitan en toda la tierra: Paz os sea multiplicada:
Y verá Efraín su enfermedad, y Judá su llaga; irá entonces Efraín a Asiria, y enviará al rey Jareb; mas él no os podrá sanar, ni os curará la llaga.
Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; arad para vosotros barbecho; porque es tiempo de buscar a Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia.
Despertad, borrachos, y llorad; aullad todos los que bebéis vino, a causa del mosto, porque os es quitado de vuestra boca.
Y responderá Jehová, y dirá a su pueblo: He aquí yo os enviaré trigo, mosto y aceite, y seréis saciados de ellos; y nunca más os pondré en oprobio entre las gentes.
Vosotros también, hijos de Sión, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia moderadamente, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio.
Y os restituiré los años que comió la oruga, la langosta, el pulgón, y el revoltón; mi grande ejército que envié contra vosotros.
Y también, ¿qué tengo yo con vosotras, Tiro y Sidón, y todos los términos de Filistea? ¿Queréis vengaros de mí? Y si de mí os vengáis, bien pronto haré yo recaer la paga sobre vuestra cabeza.
Y yo os hice a vosotros subir de la tierra de Egipto, y os traje por el desierto cuarenta años, para que poseyeseis la tierra del amorreo.
Pues he aquí, yo os apretaré en vuestro lugar, como se aprieta el carro lleno de gavillas;
Jehová el Señor juró por su santidad: He aquí, vienen días sobre vosotros en que os llevará con ganchos, y a vuestros descendientes con anzuelos de pescar.
Yo también os di limpieza de dientes en todas vuestras ciudades, y falta de pan en todos vuestros pueblos; pero no os volvisteis a mí, dice Jehová.
Y también yo os detuve la lluvia tres meses antes de la siega; e hice llover sobre una ciudad, y sobre otra ciudad no hice llover; sobre una parte llovió; la parte sobre la cual no llovió, se secó.
Y venían dos o tres ciudades a una ciudad para beber agua, y no se saciaban; con todo no os volvisteis a mí, dice Jehová.
Os herí con viento solano y oruga; vuestros muchos huertos y vuestras viñas, y vuestros higuerales y vuestros olivares comió la langosta; pero nunca os volvisteis a mí, dice Jehová.
Envié entre vosotros mortandad tal como en Egipto; maté a espada a vuestros jóvenes, con cautiverio de vuestros caballos; e hice subir el hedor de vuestros campamentos hasta vuestras narices; pero no os volvisteis a mí, dice Jehová.
Os trastorné, como cuando Dios trastornó a Sodoma y a Gomorra, y fuisteis como tizón escapado del fuego; mas no os volvisteis a mí, dice Jehová.
Mas llevabais el tabernáculo de vuestro Moloc y Quiún, ídolos vuestros, la estrella de vuestros dioses que os hicisteis.
Por tanto, os haré trasportar más allá de Damasco, ha dicho Jehová, cuyo nombre es Dios de los ejércitos.
Vosotros que os alegráis en nada, que decís: ¿No nos hemos tomado poderíos con nuestra propia fuerza?
Pues he aquí, levantaré yo sobre vosotros, oh casa de Israel, dice Jehová Dios de los ejércitos, gente que os oprimirá desde la entrada de Hamat hasta el arroyo del desierto.
Él les respondió: Tomadme, y echadme al mar, y el mar se os aquietará; porque yo sé que por mi causa ha venido esta grande tempestad sobre vosotros.
Levantaos, y andad, pues éste no es vuestro reposo; y porque está contaminado, os destruirá con grande destrucción.
Por tanto, noche será para vosotros, no tendréis visión; os será oscuridad, de manera que no adivinéis, y sobre los profetas se pondrá el sol, y el día se oscurecerá sobre ellos.
Mirad en las naciones, y ved, y maravillaos y asombraos; porque haré una obra en vuestros días, que aun cuando se os contare, no la creeréis.
En aquel tiempo yo os traeré, en aquel tiempo yo os reuniré; pues os daré por renombre y por alabanza entre todos los pueblos de la tierra, cuando haga volver vuestra cautividad delante de vuestros ojos, dice Jehová.
Sembráis mucho, y encerráis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no estáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco horadado.
Os herí con viento solano, y con tizoncillo, y con granizo en toda obra de vuestras manos; mas no os convertisteis a mí, dice Jehová.
¿Todavía está la semilla en el granero? Si bien, la vid, la higuera, el granado y el árbol del olivo no han florecido todavía; mas desde este día os daré bendición.
Eh, eh, huid de la tierra del norte, dice Jehová, pues por los cuatro vientos de los cielos os esparcí, dice Jehová.
Porque así dice Jehová de los ejércitos: Después de la gloria Él me ha enviado a las naciones que os despojaron; porque el que os toca, toca a la niña de su ojo.
Y será que como fuisteis maldición entre las naciones, oh casa de Judá y casa de Israel, así os salvaré, y seréis bendición. No temáis, mas esfuércense vuestras manos.
Volveos a la fortaleza, oh prisioneros de esperanza; hoy también os anuncio que os restauraré el doble.
Pedid a Jehová lluvia en la estación tardía: Jehová hará relámpagos, y os dará lluvia abundante, y hierba en el campo a cada uno.
Y dije: No os apacentaré; la que ha de morir, que muera; y la que se ha de perder, que se pierda; y las que quedaren, que cada una coma la carne de su compañera.
Y les dije: Si os parece bien, dadme mi salario; y si no, dejadlo. Y pesaron por mi salario treinta piezas de plata.
Yo os he amado, dice Jehová; y dijisteis: ¿En qué nos amaste? ¿No era Esaú hermano de Jacob? dice Jehová. Pero amé a Jacob,
Ahora pues, os pido, rogad que Dios tenga piedad de nosotros (esto de vuestra mano vino). ¿Le seréis agradables? dice Jehová de los ejércitos.
He aquí, yo os dañaré vuestra sementera, y arrojaré sobre vuestros rostros el estiércol, el estiércol de vuestras fiestas solemnes, y con él seréis removidos.
Y sabréis que yo os envié este mandamiento, para que fuese mi pacto con Leví, dice Jehová de los ejércitos.
Mas vosotros os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la ley; habéis corrompido el pacto de Leví, dice Jehová de los ejércitos.
Por tanto, yo también os he hecho despreciables y bajos ante todo el pueblo, así como vosotros no habéis guardado mis caminos, y en la ley hacéis acepción de personas.
Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, dice Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué nos hemos de volver?
Traed todos los diezmos al alfolí, y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.
Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra; ni vuestra vid en el campo abortará, dice Jehová de los ejércitos.
Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos.
Entonces os volveréis, y discerniréis la diferencia entre el justo y el impío, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve.
He aquí, yo os envío a Elías el profeta, antes que venga el día de Jehová grande y terrible.
Pero cuando vio que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les dijo: Generación de víboras, ¿quién os enseñó a huir de la ira que vendrá?
y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.
Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; mas el que viene tras mí, es más poderoso que yo; cuyo calzado no soy digno de llevar; Él os bautizará con el Espíritu Santo, y con fuego.
Y les dijo: Venid en pos de mí, y yo os haré pescadores de hombres.
Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.
Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo sea cumplido.
Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Mas yo os digo que cualquiera que sin razón se enojare contra su hermano, estará en peligro del juicio; y cualquiera que dijere a su hermano: Raca, estará en peligro del concilio; y cualquiera que le dijere: Fatuo, estará expuesto al infierno de fuego.
Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.
Pero yo os digo que cualquiera que repudiare a su esposa, salvo por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la divorciada, comete adulterio.
Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios;
Pero yo os digo: No resistáis el mal; antes a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra;
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también así los publicanos?
Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados de los hombres; de cierto os digo: Ya tienen su recompensa.
Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres. De cierto os digo: Ya tienen su recompensa.
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, vuestro Padre celestial también os perdonará a vosotros.
Mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.
Y cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para parecer a los hombres que ayunan. De cierto os digo que ya tienen su recompensa.
No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan.
Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer, o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?
Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen; no trabajan ni hilan;
pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos.
Por tanto, no os afanéis, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Así que, no os afanéis por el mañana, que el mañana traerá su afán. Bástele al día su propio mal.
Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os volverán a medir.
No deis lo santo a los perros; ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.
Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
Así que, todas las cosas que queráis que los hombres os hagan, así también haced vosotros a ellos; porque esto es la ley y los profetas.
Y entonces les protestaré: Nunca os conocí; apartaos de mí, obradores de maldad.
Y oyéndolo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe.
Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos.
Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho.
No os proveáis oro, ni plata, ni cobre en vuestras bolsas;
Y si alguno no os recibiere, ni oyere vuestras palabras, salid de aquella casa o ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies.
De cierto os digo: En el día del juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma y de Gomorra, que para aquella ciudad.
He aquí yo os envío como ovejas en medio de lobos; sed, pues, sabios como serpientes, y sencillos como palomas.
Y guardaos de los hombres, porque os entregarán a los concilios, y en sus sinagogas os azotarán.
Mas cuando os entregaren, no os preocupéis de cómo o qué habéis de hablar; porque en aquella misma hora, os será dado lo que habéis de hablar.
Y cuando os persiguieren en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo: No acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, sin que haya venido el Hijo del Hombre.
Lo que os digo en tinieblas, decidlo en la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas.
Y cualquiera que diere a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, en nombre de discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa.
Mas, ¿qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo, y más que profeta.
De cierto os digo: Entre los nacidos de mujer jamás se levantó otro mayor que Juan el Bautista; pero el que es menor en el reino de los cielos, mayor es que él.
diciendo: Os tocamos flauta, y no bailasteis; os endechamos, y no lamentasteis.
Por tanto os digo: En el día del juicio, será más tolerable el castigo para Tiro y para Sidón, que para vosotras.
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- 1.Gé 1:29-Levítico 22:32
- 2.Levítico 22:33-Deuteronomio 6:20
- 3.Deuteronomio 7:7-Jueces 6:10
- 4.Jueces 7:7-Esdras 7:18
- 5.Esdras 7:21-Jeremías 13:15
- 6.Jeremías 13:16-Ezequiel 39:20
- 7.Ezequiel 45:12-Mateo 11:22
- 8.Mateo 11:24-Marcos 14:13
- 9.Marcos 14:15-Lucas 22:37
- 10.Lucas 22:67-Juan 16:33
- 11.Juan 18:8-1 Corintios 15:3
- 12.1 Corintios 15:31-Colosenses 4:9
- 13.Colosenses 4:10-1 Juan 2:1
- 14.1 Juan 2:7-Apocalipsis 18:20