'Palabras' en la Biblia
Por tanto, cualquiera que oye estas palabras mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca;
Y todo el que oye estas palabras mías y no las pone en práctica, será semejante a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena;
Cuando Jesús terminó estas palabras, las multitudes se admiraban de su enseñanza;
Y cualquiera que no os reciba ni oiga vuestras palabras, al salir de esa casa o de esa ciudad, sacudid el polvo de vuestros pies.
Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.
Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron*: ¿Sabes que los fariseos se escandalizaron cuando oyeron tus palabras?
Y aconteció que cuando Jesús terminó estas palabras, partió de Galilea y se fue a la región de Judea, al otro lado del Jordán;
Pero al oír el joven estas palabras, se fue triste, porque era dueño de muchos bienes.
El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán.
Cuando Jesús terminó todas estas palabras, dijo a sus discípulos:
Dejándolos de nuevo, se fue y oró por tercera vez, diciendo otra vez las mismas palabras.
Y les decía estas palabras claramente. Y Pedro le llevó aparte y comenzó a reprenderle.
Porque cualquiera que se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre también se avergonzará de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.
Pero él, afligido por estas palabras, se fue triste, porque era dueño de muchos bienes.
Y los discípulos se asombraron de sus palabras. Pero Jesús respondiendo de nuevo, les dijo*: Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios!
El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán.
Se fue otra vez y oró, diciendo las mismas palabras.
Y he aquí, te quedarás mudo, y no podrás hablar hasta el día en que todo esto acontezca, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su debido tiempo.
Pero ella se turbó mucho por estas palabras, y se preguntaba qué clase de saludo sería éste.
Pero ellos no entendieron las palabras que El les había dicho.
como está escrito en el libro de las palabras del profeta Isaías: VOZ DEL QUE CLAMA EN EL DESIERTO: ``PREPARAD EL CAMINO DEL SEÑOR, HACED DERECHAS SUS SENDAS.
Y todos hablaban bien de El y se maravillaban de las palabras llenas de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es éste el hijo de José?
Todo el que viene a mí y oye mis palabras y las pone en práctica, os mostraré a quién es semejante:
Cuando {Jesús} terminó todas sus palabras al pueblo que le oía, se fue a Capernaúm.
Porque el que se avergüence de mí y de mis palabras, de éste se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, y {la} del Padre, y {la} de los santos ángeles.
Y como ocho días después de estas palabras, {Jesús} tomó consigo a Pedro, a Juan y a Jacobo, y subió al monte a orar.
Haced que estas palabras penetren en vuestros oídos, porque el Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres.
Pero ellos no entendían estas palabras, y les estaban veladas para que no las comprendieran; y temían preguntarle acerca de ellas.
El le contestó*: ``Siervo inútil, por tus propias palabras te voy a juzgar. ¿Sabías que yo soy un hombre exigente, que recojo lo que no deposité y siego lo que no sembré?
porque yo os daré palabras y sabiduría que ninguno de vuestros adversarios podrá resistir ni refutar.
El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán.
Entonces ellas se acordaron de sus palabras,
Y a ellos estas palabras les parecieron como disparates, y no las creyeron.
Porque aquel a quien Dios ha enviado habla las palabras de Dios, pues El da el Espíritu sin medida.
Pero si no creéis sus escritos, ¿cómo creeréis mis palabras?
El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.
Simón Pedro le respondió: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.
Entonces {algunos} de la multitud, cuando oyeron estas palabras, decían: Verdaderamente este es el Profeta.
Estas palabras las pronunció en el {lugar del} tesoro, cuando enseñaba en el templo; y nadie le prendió, porque todavía no había llegado su hora.
El que es de Dios escucha las palabras de Dios; por eso vosotros no escucháis, porque no sois de Dios.
Se volvió a suscitar una división entre los judíos por estas palabras.
Otros decían: Estas no son palabras de un endemoniado. ¿Puede acaso un demonio abrir los ojos de los ciegos?
Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no lo juzgo; porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo.
El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, ésa lo juzgará en el día final.
¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os digo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí es el que hace las obras.
El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que oís no es mía, sino del Padre que me envió.
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y os será hecho.
porque yo les he dado las palabras que me diste; y {las} recibieron, y entendieron que en verdad salí de ti, y creyeron que tú me enviaste.
Entonces Pilato, cuando oyó estas palabras, se atemorizó aún más.
Entonces Pilato, cuando oyó estas palabras, sacó fuera a Jesús y se sentó en el tribunal, en un lugar llamado el Empedrado, y en hebreo Gabata.
Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les declaró: Varones judíos y todos los que vivís en Jerusalén, sea esto de vuestro conocimiento y prestad atención a mis palabras,
Varones israelitas, escuchad estas palabras: Jesús el Nazareno, varón confirmado por Dios entre vosotros con milagros, prodigios y señales que Dios hizo en medio vuestro a través de El, tal como vosotros mismos sabéis,
Y con muchas otras palabras testificaba solemnemente y les exhortaba diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.
Al oír Ananías estas palabras, cayó y expiró; y vino un gran temor sobre todos los que {lo} supieron.
Cuando oyeron estas palabras, el capitán {de la guardia} del templo y los principales sacerdotes se quedaron muy perplejos a causa de ellos, {pensando} en qué terminaría aquello.
Entonces, en secreto persuadieron a {algunos} hombres para que dijeran: Le hemos oído hablar palabras blasfemas contra Moisés y {contra} Dios.
Y Moisés fue instruido en toda la sabiduría de los egipcios, y era un hombre poderoso en palabras y en hechos.
Al oír estas palabras, MOISES HUYO Y SE CONVIRTIO EN EXTRANJERO EN LA TIERRA DE MADIAN, donde fue padre de dos hijos.
Este es el que estaba en la congregación en el desierto junto con el ángel que le hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres, y el que recibió palabras de vida para transmitirlas a vosotros;
Y ellos dijeron: A Cornelio el centurión, un hombre justo y temeroso de Dios, y que es muy estimado por toda la nación de los judíos, {le} fue ordenado por un santo ángel que te hiciera venir a su casa para oír tus palabras.
Mientras Pedro aún hablaba estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que escuchaban el mensaje.
quien te dirá palabras por las cuales serás salvo, tú y toda tu casa."
Entonces me acordé de las palabras del Señor, cuando dijo: ``Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo."
Pues los que habitan en Jerusalén y sus gobernantes, sin reconocerle a El ni las palabras de los profetas que se leen todos los días de reposo, cumplieron {estas escrituras,} condenándo{le.}
Y {aun} diciendo estas palabras, apenas pudieron impedir que las multitudes les ofrecieran sacrificio.
Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, tal como está escrito:
Puesto que hemos oído que algunos de entre nosotros, a quienes no autorizamos, os han inquietado con {sus} palabras, perturbando vuestras almas,
El carcelero comunicó a Pablo estas palabras, {diciendo:} Los magistrados superiores han dado orden de que se os suelte. Así que, salid ahora e id en paz.
Pero si son cuestiones de palabras y nombres, y de vuestra propia ley, allá vosotros; no estoy dispuesto a ser juez de estas cosas.
En todo os mostré que así, trabajando, debéis ayudar a los débiles, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: ``Más bienaventurado es dar que recibir."
Mas Pablo dijo*: No estoy loco, excelentísimo Festo, sino que hablo palabras de verdad y de cordura.
¿De ningún modo! Antes bien, sea hallado Dios veraz, aunque todo hombre {sea hallado} mentiroso; como está escrito: PARA QUE SEAS JUSTIFICADO EN TUS PALABRAS, Y VENZAS CUANDO SEAS JUZGADO.
Pero yo digo, ¿acaso nunca han oído? Ciertamente que sí: POR TODA LA TIERRA HA SALIDO SU VOZ, Y HASTA LOS CONFINES DEL MUNDO SUS PALABRAS.
Porque esto: NO COMETERAS ADULTERIO, NO MATARAS, NO HURTARAS, NO CODICIARAS, y cualquier otro mandamiento, en estas palabras se resume: AMARAS A TU PROJIMO COMO A TI MISMO.
Porque los tales son esclavos, no de Cristo nuestro Señor, sino de sus propios apetitos, y por medio de palabras suaves y lisonjeras engañan los corazones de los ingenuos.
Pues Cristo no me envió a bautizar, sino a predicar el evangelio, no con palabras elocuentes, para que no se haga vana la cruz de Cristo.
Y ni mi mensaje ni mi predicación fueron con palabras persuasivas de sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder,
de lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las enseñadas por el Espíritu, combinando {pensamientos} espirituales con {palabras} espirituales.
Pero iré a vosotros pronto, si el Señor quiere, y conoceré, no las palabras de los arrogantes sino su poder.
Porque el reino de Dios no {consiste} en palabras, sino en poder.
Así también vosotros, a menos de que con la boca pronunciéis palabras inteligibles, ¿cómo se sabrá lo que decís? Pues hablaréis al aire.
Pues si yo no sé el significado de las palabras, seré para el que habla un extranjero, y el que habla será un extranjero para mí.
sin embargo, en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para instruir también a otros, antes que diez mil palabras en lenguas.
que fue arrebatado al paraíso, y escuchó palabras inefables que al hombre no se le permite expresar.
Que nadie os engañe con palabras vanas, pues por causa de estas cosas la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia.
pues nuestro evangelio no vino a vosotros solamente en palabras, sino también en poder y en el Espíritu Santo y con plena convicción; como sabéis qué clase de personas demostramos ser entre vosotros por amor a vosotros.
Porque como sabéis, nunca fuimos a {vosotros} con palabras lisonjeras, ni con pretexto para lucrar, Dios es testigo,
Por tanto, confortaos unos a otros con estas palabras.
Al señalar estas cosas a los hermanos serás un buen ministro de Cristo Jesús, nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido.
Si alguno enseña una doctrina diferente y no se conforma a las sanas palabras, las de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina {que es} conforme a la piedad,
está envanecido {y} nada entiende, sino que tiene un interés morboso en discusiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas,
Retén la norma de las sanas palabras que has oído de mí, en la fe y el amor en Cristo Jesús.
Recuérda{les} esto, encargándo{les} solemnemente en la presencia de Dios, que no contiendan sobre palabras, {lo cual} para nada aprovecha {y lleva} a los oyentes a la ruina.
ni a sonido de trompeta, ni a ruido de palabras {tal,} que los que oyeron rogaron que no se les hablara más;
El que habla, {que hable} conforme a las palabras de Dios; el que sirve, {que lo haga} por la fortaleza que Dios da, para que en todo Dios sea glorificado mediante Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el dominio por los siglos de los siglos. Amén.
y en {su} avaricia os explotarán con palabras falsas. El juicio de ellos, desde hace mucho tiempo no está ocioso, ni su perdición dormida.
para que recordéis las palabras dichas de antemano por los santos profetas, y el mandamiento del Señor y Salvador {declarado} por vuestros apóstoles.
Por esta razón, si voy, llamaré la atención a las obras que hace, acusándonos injustamente con palabras maliciosas; y no satisfecho con esto, él mismo no recibe a los hermanos, se lo prohíbe a los que quieren {hacerlo} y {los} expulsa de la iglesia.
Pero vosotros, amados, acordaos de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo,
Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de la profecía y guardan las cosas que están escritas en ella, porque el tiempo está cerca.