'Voz' en la Biblia
SE OYO UNA VOZ EN RAMA, LLANTO Y GRAN LAMENTACION; RAQUEL QUE LLORA A SUS HIJOS, Y QUE NO QUISO SER CONSOLADA PORQUE {ya} NO EXISTEN.
Porque este es aquel a quien se refirió el profeta Isaías, diciendo: VOZ DEL QUE CLAMA EN EL DESIERTO: ``PREPARAD EL CAMINO DEL SEÑOR, HACED DERECHAS SUS SENDAS."
Y he aquí, {se oyó} una voz de los cielos que decía: Este es mi Hijo amado en quien me he complacido.
NO CONTENDERA, NI GRITARA, NI HABRA QUIEN EN LAS CALLES OIGA SU VOZ.
Mientras estaba aún hablando, he aquí, una nube luminosa los cubrió; y una voz {salió} de la nube, diciendo: Este es mi Hijo amado en quien me he complacido; a El oíd.
Y alrededor de la hora novena, Jesús exclamó a gran voz, diciendo: ELI, ELI, ¿LEMA SABACTANI? Esto es: DIOS MIO, DIOS MIO, ¿POR QUE ME HAS ABANDONADO?
Entonces Jesús, clamando otra vez a gran voz, exhaló el espíritu.
VOZ DEL QUE CLAMA EN EL DESIERTO: ``PREPARAD EL CAMINO DEL SEÑOR, HACED DERECHAS SUS SENDAS."
y vino una voz de los cielos, {que decía:} Tú eres mi Hijo amado, en ti me he complacido.
Entonces el espíritu inmundo, causándole convulsiones, gritó a gran voz y salió de él.
y gritando a gran voz, dijo*: ¿Qué tengo yo que ver contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te imploro por Dios que no me atormentes.
Entonces se formó una nube, cubriéndolos, y una voz salió de la nube: Este es mi Hijo amado; a El oíd.
Y a la hora novena Jesús exclamó con fuerte voz: ELOI, ELOI, ¿LEMA SABACTANI?, que traducido significa, DIOS MIO, DIOS MIO, ¿POR QUE ME HAS ABANDONADO?
y exclamó a gran voz y dijo: ¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!
Porque he aquí, apenas la voz de tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de gozo en mi vientre.
como está escrito en el libro de las palabras del profeta Isaías: VOZ DEL QUE CLAMA EN EL DESIERTO: ``PREPARAD EL CAMINO DEL SEÑOR, HACED DERECHAS SUS SENDAS.
y el Espíritu Santo descendió sobre El en forma corporal, como una paloma, y vino una voz del cielo, {que decía:} Tú eres mi Hijo amado, en ti me he complacido.
Y estaba en la sinagoga un hombre poseído por el espíritu de un demonio inmundo, y gritó a gran voz:
Al ver a Jesús, gritó y cayó delante de El, y dijo en alta voz: ¿Qué tengo yo que ver contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te ruego que no me atormentes.
Y una voz salió de la nube, que decía: Este es mi Hijo, {mi} Escogido; a El oíd.
Después que la voz se oyó, Jesús fue hallado solo. Ellos se {lo} callaron, y por aquellos días no contaron a nadie nada de lo que habían visto.
Y sucedió que mientras decía estas cosas, una de las mujeres en la multitud alzó su voz y le dijo: ¡Dichosa la matriz que te concibió y los senos que te criaron!
y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro! ¡Ten misericordia de nosotros!
Entonces uno de ellos, al ver que había sido sanado, se volvió glorificando a Dios en alta voz.
Cuando ya se acercaba, junto a la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos, regocijándose, comenzó a alabar a Dios a gran voz por todas las maravillas que habían visto,
Y Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPIRITU. Y habiendo dicho esto, expiró.
El dijo: Yo soy LA VOZ DEL QUE CLAMA EN EL DESIERTO: ``ENDEREZAD EL CAMINO DEL SEÑOR", como dijo el profeta Isaías.
El que tiene la novia es el novio, pero el amigo del novio, que está {allí} y le oye, se alegra en gran manera con la voz del novio. {Y} por eso, este gozo mío se ha completado.
En verdad, en verdad os digo que viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que oigan vivirán.
No os admiréis de esto, porque viene la hora en que todos los que están en los sepulcros oirán su voz,
Y el Padre que me envió, ése ha dado testimonio de mí. Pero no habéis oído jamás su voz ni habéis visto su apariencia.
Jesús entonces, mientras enseñaba en el templo, exclamó en alta voz, diciendo: Vosotros me conocéis y sabéis de dónde soy. Yo no he venido por mi propia cuenta, pero el que me envió es verdadero, a quien vosotros no conocéis.
Y en el último día, el gran {día} de la fiesta, Jesús puesto en pie, exclamó en alta voz, diciendo: Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba.
A éste le abre el portero, y las ovejas oyen su voz; llama a sus ovejas por nombre y las conduce afuera.
Cuando saca todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz.
Pero a un desconocido no seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.
Tengo otras ovejas que no son de este redil; a ésas también me es necesario traerlas, y oirán mi voz, y serán un rebaño {con} un solo pastor.
Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen;
Habiendo dicho esto, gritó con fuerte voz: ¿Lázaro, ven fuera!
Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Y {le} he glorificado, y de nuevo {le} glorificaré.
Respondió Jesús y dijo: Esta voz no ha venido por causa mía, sino por causa de vosotros.
Pilato entonces le dijo: ¿Así que tú eres rey? Jesús respondió: Tú dices que soy rey. Para esto yo he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz.
Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les declaró: Varones judíos y todos los que vivís en Jerusalén, sea esto de vuestro conocimiento y prestad atención a mis palabras,
Al oír ellos {esto,} unánimes alzaron la voz a Dios y dijeron: Oh, Señor, tú eres el que HICISTE EL CIELO Y LA TIERRA, EL MAR Y TODO LO QUE EN ELLOS HAY,
Al ver esto, Moisés se maravillaba de la visión, y al acercarse para ver mejor, vino {a él} la voz del Señor:
Entonces ellos gritaron a gran voz, y tapándose los oídos arremetieron a una contra él.
Y cayendo de rodillas, clamó en alta voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Habiendo dicho esto, durmió.
Y {algunos} hombres piadosos sepultaron a Esteban, y lloraron a gran voz por él.
Porque {de} muchos que tenían espíritus inmundos, {éstos} salían {de ellos} gritando a gran voz; y muchos que habían sido paralíticos y cojos eran sanados.
y al caer a tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
Los hombres que iban con él se detuvieron atónitos, oyendo la voz, pero sin ver a nadie.
Y oyó una voz: Levántate, Pedro, mata y come.
De nuevo, por segunda vez, {llegó} a él una voz: Lo que Dios ha limpiado, no {lo} llames tú impuro.
También oí una voz que me decía: ``Levántate Pedro, mata y come."
Pero una voz del cielo respondió por segunda vez: ``Lo que Dios ha limpiado, no lo llames tú impuro."
Al reconocer la voz de Pedro, de alegría no abrió la puerta, sino que corrió adentro y anunció que Pedro estaba a la puerta.
Y la gente gritaba: ¡Voz de un dios y no de un hombre {es ésta!}
dijo con fuerte voz: Levántate derecho sobre tus pies. Y él dio un salto y anduvo.
Cuando la multitud vio lo que Pablo había hecho, alzaron la voz, diciendo en el idioma de Licaonia: Los dioses se han hecho semejantes a hombres y han descendido a nosotros.
Mas Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí.
y caí al suelo, y oí una voz que me decía: ``Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?"
Y los que estaban conmigo vieron la luz, ciertamente, pero no comprendieron la voz del que me hablaba.
Entonces Pablo, dándose cuenta de que una parte eran saduceos y otra fariseos, alzó la voz en el concilio: Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseos; se me juzga a causa de la esperanza de la resurrección de los muertos.
a no ser por esta sola declaración que hice en alta voz mientras estaba entre ellos: ``Por la resurrección de los muertos soy juzgado hoy ante vosotros."
Y después de que todos caímos al suelo, oí una voz que me decía en el idioma hebreo: ``Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón."
Mientras {Pablo} decía esto en su defensa, Festo dijo* a gran voz: ¡Pablo, estás loco! ¡{Tu} mucho saber te está haciendo perder la cabeza!
Pero yo digo, ¿acaso nunca han oído? Ciertamente que sí: POR TODA LA TIERRA HA SALIDO SU VOZ, Y HASTA LOS CONFINES DEL MUNDO SUS PALABRAS.
para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
Pues el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con la trompeta de Dios, y los muertos en Cristo se levantarán primero.
Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: SI OIS HOY SU VOZ,
en cuanto se dice: SI OIS HOY SU VOZ, NO ENDUREZCAIS VUESTROS CORAZONES, COMO EN LA PROVOCACION.
{Dios} otra vez fija un día: Hoy. Diciendo por medio de David después de mucho tiempo, como se ha dicho antes: SI OIS HOY SU VOZ, NO ENDUREZCAIS VUESTROS CORAZONES.
Su voz hizo temblar entonces la tierra, pero ahora El ha prometido, diciendo: AUN UNA VEZ MAS, YO HARE TEMBLAR NO SOLO LA TIERRA, SINO TAMBIEN EL CIELO.
pero fue reprendido por su transgresión, {pues} una muda bestia de carga, hablando con voz humana, reprimió la locura del profeta.
Estaba yo en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz, como {sonido} de trompeta,
Y me volví para ver {de quién era} la voz que hablaba conmigo. Y al volverme, vi siete candelabros de oro;
sus pies semejantes al bronce bruñido cuando se le ha hecho refulgir en el horno, y su voz como el ruido de muchas aguas.
`He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo.
Después de esto miré, y vi una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que yo había oído, como {sonido} de trompeta que hablaba conmigo, decía: Sube acá y te mostraré las cosas que deben suceder después de éstas.
Y vi a un ángel poderoso que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y de desatar sus sellos?
Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono y {de} los seres vivientes y {de} los ancianos; y el número de ellos era miríadas de miríadas, y millares de millares,
que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado digno es de recibir el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, el honor, la gloria y la alabanza.
Vi cuando el Cordero abrió uno de los siete sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes que decía, como con voz de trueno: Ven.
Y oí como una voz en medio de los cuatro seres vivientes que decía: Un litro de trigo por un denario, y tres litros de cebada por un denario, y no dañes el aceite y el vino.
Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente que decía: Ven.
y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, oh Señor santo y verdadero, esperarás para juzgar y vengar nuestra sangre de los que moran en la tierra?
Y vi a otro ángel que subía de donde sale el sol y que tenía el sello del Dios vivo; y gritó a gran voz a los cuatro ángeles a quienes se les había concedido hacer daño a la tierra y al mar,
Y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación {pertenece} a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero.
Entonces miré, y oí volar a un águila en medio del cielo, que decía a gran voz: ¡Ay, ay, ay, de los que habitan en la tierra, a causa de los toques de trompeta que faltan, que los otros tres ángeles están para tocar!
El sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz que salía de los cuatro cuernos del altar de oro que está delante de Dios,
y gritó a gran voz, como ruge un león; y cuando gritó, los siete truenos emitieron sus voces.
Después que los siete truenos hablaron, iba yo a escribir, cuando oí una voz del cielo que decía: Sella las cosas que los siete truenos han dicho y no las escribas.
sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando esté para tocar la trompeta, entonces el misterio de Dios será consumado, como El lo anunció a sus siervos los profetas.
Y la voz que yo había oído del cielo, la {oí} de nuevo hablando conmigo, y diciendo: Ve, toma el libro que está abierto en la mano del ángel que está de pie sobre el mar y sobre la tierra.
Entonces oyeron una gran voz del cielo que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en la nube, y sus enemigos los vieron.
Y oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder y el reino de nuestro Dios y la autoridad de su Cristo, porque el acusador de nuestros hermanos, el que los acusa delante de nuestro Dios día y noche, ha sido arrojado.
Y oí una voz del cielo, como el estruendo de muchas aguas y como el sonido de un gran trueno; y la voz que oí {era} como {el sonido} de arpistas tocando sus arpas.
diciendo a gran voz: Temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.
Entonces los siguió otro ángel, el tercero, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe una marca en su frente o en su mano,
Y oí una voz del cielo que decía: Escribe: ``Bienaventurados los muertos que de aquí en adelante mueren en el Señor." Sí --dice el Espíritu-- para que descansen de sus trabajos, porque sus obras van con ellos.