'Casa' en la Biblia
- 1.Gé 7:1-Éx 3:22
- 2.Éx 4:18-Deuteronomio 13:10
- 3.Deuteronomio 14:26-Jueces 18:22
- 4.Jueces 18:25-2 Samuel 3:6
- 5.2 Samuel 3:8-1 Reyes 3:17
- 6.1 Reyes 3:18-1 Reyes 14:4
- 7.1 Reyes 14:8-2 Reyes 12:18
- 8.2 Reyes 12:20-1 Crónicas 22:7
- 9.1 Crónicas 22:8-2 Crónicas 9:16
- 10.2 Crónicas 9:20-2 Crónicas 35:21
- 11.2 Crónicas 36:7-Nehemías 12:40
- 12.Nehemías 13:4-Proverbios 5:10
- 13.Proverbios 6:31-Jeremías 2:4
- 14.Jeremías 2:14-Jeremías 48:13
- 15.Jeremías 51:51-Ezequiel 36:37
- 16.Ezequiel 37:11-Amós 9:8
- 17.Amós 9:9-Marcos 2:1
- 18.Marcos 2:11-Juan 18:28
- 19.Juan 19:27-2 Juan 1:10
A ti te digo: Levántate, y toma tu lecho, y vete a tu casa.
Y aconteció que estando Jesús a la mesa en casa de él, muchos publicanos y pecadores estaban también a la mesa juntamente con Jesús y con sus discípulos; porque había muchos, y le habían seguido.
cómo entró en la casa de Dios, siendo Abiatar sumo sacerdote, y comió los panes de la proposición, de los cuales no es lícito comer sino a los sacerdotes, y aun dio a los que con él estaban?
Y a Judas Iscariote, el que le entregó. Y vinieron a casa.
{Jesús} llegó* a una casa, y la multitud se juntó* de nuevo, a tal punto que ellos ni siquiera podían comer.
Y si alguna casa fuere dividida contra sí misma, no puede permanecer la tal casa.
Nadie puede saquear las alhajas del hombre fuerte entrando en su casa, si antes no atare al hombre fuerte; y entonces saqueará su casa.
Pero Jesús no le permitió, sino le dijo: Vete a tu casa a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti.
Hablando aún él, vinieron de casa del príncipe de la sinagoga, diciendo: Tu hija es muerta; ¿para qué fatigas más al Maestro?
Y llegaron a la casa del príncipe de la sinagoga, y vio el alboroto, los que lloraban y gemían mucho.
Pero Jesús les decía: No hay profeta deshonrado sino en su tierra, y entre sus parientes, y en su casa.
Y les decía: Dondequiera que entréis en una casa, posad en ella hasta que salgáis de allí.
Y dejando la multitud y entrándose en casa, le preguntaron sus discípulos sobre la parábola.
Y levantándose de allí, se fue a los términos de Tiro y de Sidón; y entrando en casa, quiso que nadie lo supiera; mas no pudo ser escondido.
Cuando fue a su casa, halló que el demonio había salido, y a la hija echada sobre la cama.
Y le envió a su casa, diciendo: No entres en la aldea, ni lo digas a nadie en la aldea.
Y como él entró en casa, sus discípulos le preguntaron aparte: ¿Por qué nosotros no pudimos echarle fuera?
Y llegó a Capernaum; y así que estuvo en casa, les preguntó: ¿Qué disputabais entre vosotros en el camino?
Y en casa volvieron los discípulos a preguntarle de lo mismo.
Y Él les dijo: Cualquiera que se divorcia de su esposa y se casa con otra, comete adulterio contra ella;
y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.
Y respondiendo Jesús, dijo: De cierto os digo, que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o heredades, por causa de mí y del Evangelio,
Y les enseñaba diciendo: ¿No está escrito que mi Casa, Casa de oración será llamada por todas las naciones? Y vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.
y el que estuviere sobre la casa, no descienda a la casa, ni entre para tomar algo de su casa;
Como el hombre que yéndose lejos, dejó su casa, y dio a sus siervos su hacienda, y a cada uno su cargo, y al portero mandó que velara.
Velad pues, porque no sabéis cuándo el Señor de la casa vendrá; si a la tarde, o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana;
Y estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer teniendo un alabastro de ungüento de nardo espique de mucho precio; y quebrando el alabastro, se lo derramó sobre su cabeza.
Y donde entrare, decid al señor de la casa: El Maestro dice: ¿Dónde está el aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos?
Y fue, que cumplidos los días de su oficio, se vino a su casa.
a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la Casa de David; y el nombre de la virgen era María.
y reinará en la Casa de Jacob por siempre; y de su Reino no habrá fin.
y entró en casa de Zacarías, y saludó a Elisabet.
Y se quedó María con ella como tres meses; después se volvió a su casa.
y nos alzó el cuerno de salud en la Casa de David su siervo,
Y subió José de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David;
Cuando los ángeles se fueron al cielo, los pastores se decían unos a otros: ``Vayamos, pues, hasta Belén (Casa del Pan) y veamos esto que ha sucedido, que el Señor nos ha dado a saber."
Entonces El les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿Acaso no sabíais que me era necesario estar en la casa de mi Padre?
Y levantándose de la sinagoga, entró en casa de Simón; y la suegra de Simón estaba con una gran fiebre; y le rogaron por ella.
Y no hallando por donde meterle a causa de la multitud, se subieron encima de la casa, y por el tejado le bajaron con el lecho, en medio, delante de Jesús;
Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra de perdonar pecados, (dice al paralítico): A ti digo, levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.
Y luego, levantándose en presencia de ellos, y tomando el lecho en que estaba echado, se fue a su casa, glorificando a Dios.
E hizo Leví gran banquete en su casa; y había mucha compañía de publicanos y de otros, los cuales estaban a la mesa con ellos.
cómo entró en la Casa de Dios, y tomó los panes de la proposición, y comió, y dio también a los que estaban con él, a los cuales no era lícito comer, sino sólo a los sacerdotes?
Semejante es al hombre que edifica una casa, el cual cavó y ahondó, y puso el fundamento sobre piedra; y cuando vino una avenida, el río dio con ímpetu en aquella casa, mas no la pudo menear, porque estaba fundada sobre piedra.
Mas el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; en la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó; y fue grande la ruina de aquella casa.
Y Jesús fue con ellos. Pero cuando ya no estaban lejos de su casa, envió el centurión amigos a él, diciéndole: Señor, no te incomodes, que no soy digno que entres debajo de mi tejado;
Y vueltos a casa los que habían sido enviados, hallaron sano al siervo que había estado enfermo.
Y le rogó uno de los fariseos, que comiera con él. Y entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa.
Y he aquí una mujer que había sido pecadora en la ciudad, cuando entendió que estaba a la mesa en casa de aquel fariseo, trajo un alabastro de ungüento,
Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, no diste agua para mis pies; y ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha limpiado con los cabellos de su cabeza.
Y saliendo él a tierra, le vino al encuentro de la ciudad un hombre que tenía demonios ya de mucho tiempo; y no vestía vestido, ni estaba en casa, sino por los sepulcros.
Vuélvete a tu casa, y cuenta cuán grandes cosas ha hecho Dios contigo. Y él se fue, predicando por toda la ciudad cuán grandes cosas había hecho Jesús con él.
Y he aquí un varón, llamado Jairo, y que era príncipe de la sinagoga, vino, y cayendo a los pies de Jesús, le rogaba que entrara en su casa;
Mientras estaba todavía hablando, vino* alguien de {la casa del} oficial de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; no molestes más al Maestro.
Y entrado en casa, no dejó entrar a nadie consigo, sino a Pedro, y a Jacobo, y a Juan, y al padre y a la madre de la niña.
Y en cualquier casa en que entréis, quedad allí, y de allí salid.
Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; mas déjame que me despida primero de los que están en mi casa.
En cualquier casa donde entréis, primeramente decid: Paz sea a esta casa.
Y posad en aquella misma casa, comiendo y bebiendo lo que os dieren; porque el obrero digno es de su salario. No os paséis de casa en casa.
Y aconteció que yendo, entró él en una aldea; y una mujer llamada Marta, le recibió en su casa.
porque un amigo mío ha llegado de viaje a mi {casa,} y no tengo nada que ofrecerle";
Mas él, conociendo los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es desolado; y toda ciudad o casa dividida contra sí mismo, no permanecerá.
Cuando el espíritu inmundo saliere del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo; y no hallándolo, dice: Me volveré a mi casa de donde salí.
desde la sangre de Abel, hasta la sangre de Zacarías, que murió entre el altar y la Casa; así os digo, será demandada de esta generación.
Pero esto sabed, que si supiera el padre de familia a qué hora había de venir el ladrón, velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa.
Porque estarán de aquí adelante cinco en una casa divididos; tres contra dos, y dos contra tres.
Después que el dueño de la casa se levante y cierre la puerta, y vosotros, estando fuera, comencéis a llamar a la puerta, diciendo: ``Señor, ábrenos", El respondiendo, os dirá: ``No sé de dónde sois."
He aquí, os es dejada vuestra Casa desierta; y os digo que no me veréis hasta que venga tiempo cuando digáis: Bendito el que viene en nombre del Señor.
Y aconteció que entrando en casa de un príncipe de los fariseos un sábado a comer pan, ellos le acechaban.
Cuando el siervo regresó, informó {de todo} esto a su señor. Entonces, enojado el dueño de la casa, dijo a su siervo: ``Sal enseguida por las calles y callejones de la ciudad, y trae acá a los pobres, los mancos, los ciegos y los cojos."
Y dijo el señor al siervo: Ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa.
y viniendo a casa, junta a los amigos y a los vecinos, diciéndoles: Regocijad conmigo, porque he hallado mi oveja que se había perdido.
¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si perdiere una dracma, no enciende la lámpara, y barre la casa, y busca con diligencia hasta hallarla?
Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!
Y su hijo mayor estaba en el campo; el cual cuando vino, y llegó cerca de casa, oyó la sinfonía y las danzas;
Cualquiera que repudia a su mujer, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada del marido, adultera.
Y dijo: Te ruego pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre;
En aquel día, el que estuviere en el terrado, y sus alhajas en casa, no descienda a tomarlas; y el que en el campo, asimismo no vuelva atrás.
Os digo que éste descendió a su casa más justificado que el otro; porque cualquiera que se ensalza, será humillado; y el que se humilla, será ensalzado.
Y él les dijo: De cierto os digo, que no hay nadie que haya dejado casa, o padres, o hermanos, o mujer, o hijos, por el Reino de Dios,
Y como vino a aquel lugar Jesús, mirando, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose en tu casa.
Y el Señor le dijo: Porque hoy ha sido hecha salud a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham.
Diciéndoles: Escrito está: Mi Casa, Casa de oración es; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.
Y él les dijo: He aquí cuando entrareis en la ciudad, os encontrará un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle hasta la casa donde entrare,
y decid al padre de la familia de la casa: El Maestro te dice: ¿Dónde está el aposento donde tengo de comer el cordero de la pascua con mis discípulos?
Y prendiéndole le trajeron, y le metieron en casa del príncipe de los sacerdotes. Y Pedro le seguía de lejos.
Pero Pedro se levantó y corrió al sepulcro; e inclinándose para mirar {adentro,} vio* sólo las envolturas de lino; y se fue a su casa, maravillado de lo que había acontecido.
y a los que vendían las palomas, dijo: Quitad de aquí esto; no hagáis la Casa de mi Padre casa de mercado.
Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu Casa me consumió.
Y mientras bajaba a su casa, sus siervos le salieron al encuentro y le dijeron que su hijo vivía.
El padre entonces entendió, que aquella hora era cuando Jesús le dijo: Tu hijo vive; y creyó él y toda su casa.
" ¿No ha dicho la Escritura que el Cristo viene de la descendencia de David, y de Belén (Casa del Pan), la aldea de donde era David?"
Y se fue cada uno a su casa.
Y el siervo no permanece en casa para siempre; mas el hijo permanece para siempre.
y muchos de los judíos habían venido a {casa de} Marta y María, para consolarlas por {la muerte de su} hermano.
Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a recibirle; mas María se estuvo en la casa.
Entonces los judíos que estaban en casa con ella, y la consolaban, como vieron que María se había levantado prestamente, y había salido, la siguieron, diciendo: Va al sepulcro a llorar allí.
Entonces María tomó una libra de ungüento de nardo líquido, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y limpió sus pies con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del ungüento.
En la Casa de mi Padre muchas moradas hay; de otra manera os lo hubiera dicho; porque voy a aparejaros el lugar.
Entonces llevaron* a Jesús {de casa} de Caifás al Pretorio. Era muy de mañana. Y ellos no entraron al Pretorio para no contaminarse y poder comer la Pascua.
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