'Ciudad' en la Biblia
y las demás naciones que el grande y noble Asnapar deportó y estableció en la ciudad de Samaria, y en el resto {de la provincia} al otro lado del Río. Y ahora
Sea notorio al rey, que los judíos que subieron de ti a nosotros, vinieron a Jerusalén; y edifican la ciudad rebelde y mala, y han fundado los muros; y puesto los fundamentos.
Ahora, notorio sea al rey, que si aquella ciudad fuere reedificada, y los muros fueren fundados, no darán el tributo, impuesto, y rentas, y el catastro de los reyes será menoscabado.
para que busque en el libro de las historias de nuestros padres; y hallarás en el libro de las historias, y sabrás que esta ciudad es ciudad rebelde, y perjudicial a los reyes y a las provincias, y que de tiempo antiguo forman en medio de ella rebeliones; por lo que esta ciudad fue destruida.
Hacemos saber al rey, que si esta ciudad fuere edificada, y los muros fundados, la parte más allá del río no será tuya.
Y por mí fue dado mandamiento, y buscaron; y hallaron que aquella ciudad de tiempo antiguo se levanta contra los reyes, y se rebela, y se forma en ella sedición;
Ahora, pues, dad orden que cesen aquellos varones, y no sea esa ciudad edificada, hasta que por mí sea dada nueva orden.
Estén ahora nuestros príncipes, los de toda la congregación; y todos aquellos que en nuestras ciudades hubieren tomado mujeres extranjeras, vengan a tiempos aplazados, y con ellos los ancianos de cada ciudad, y los jueces de ellas, hasta que apartemos de nosotros el furor de la ira de nuestro Dios sobre esto.
Y dije al rey: El rey viva para siempre. ¿Cómo no estará triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres, está desierta, y sus puertas consumidas del fuego?
y dije al rey: Si al rey place, y si agrada tu siervo delante de ti, que me envíes a Judá, a la ciudad de los sepulcros de mis padres, y la reedificaré.
y carta para Asaf, guarda de la huerta del rey, a fin que me dé madera para enmaderar los portales del palacio de la Casa, y para el muro de la ciudad, y la casa donde entraré. Y me lo otorgó el rey, según la benéfica mano del SEÑOR sobre mí.
Y Salum hijo de Colhoze, príncipe de la región de Mizpa, restauró la puerta de la Fuente; él la reedificó, y la enmaderó, y levantó sus puertas, sus cerraduras y sus cerrojos, y el muro del estanque de Siloé de la huerta del rey, hasta las gradas que descienden de la ciudad de David.
Y la ciudad era espaciosa y grande, pero poco pueblo dentro de ella, y no había casas reedificadas.
Estos son los hijos de la provincia que subieron de la cautividad, de la transmigración que hizo pasar Nabucodonosor rey de Babilonia, y que volvieron a Jerusalén y a Judá cada uno a su ciudad;
Y habitaron los príncipes del pueblo en Jerusalén; mas el resto del pueblo echó suertes para traer uno de diez que morara en Jerusalén, ciudad santa, y las nueve partes en las otras ciudades.
Y Joel hijo de Zicri, era el prefecto de ellos, y Judá hijo de Senúa, el segundo de la ciudad.
Todos los levitas en la santa ciudad fueron doscientos ochenta y cuatro.
Y a la puerta de la Fuente, y delante de ellos, subieron por las gradas de la ciudad de David, por la subida del muro, desde la casa de David hasta la puerta de las Aguas al oriente.
¿No hicieron así vuestros padres, y trajo nuestro Dios sobre nosotros todo este mal, y sobre esta ciudad? ¿Y vosotros añadís ira sobre Israel profanando el sábado?
Y salieron los correos de prisa por mandato del rey, y la ley fue dada en Susa, el palacio. Y el rey y Amán se sentaban a beber, y la ciudad de Susa estaba alborotada.
Cuando supo Mardoqueo todo lo que se había hecho, rasgó sus vestidos, y se vistió de cilicio y de ceniza, y se fue por en medio de la ciudad clamando con grande y amargo clamor.
Salió, pues, Hatac a Mardoqueo, a la plaza de la ciudad que estaba delante de la puerta del rey.
y den el vestido y el caballo en mano de alguno de los príncipes más nobles del rey, y vistan a aquel varón cuya honra desea el rey, y llévenlo en el caballo por la plaza de la ciudad, y pregonen delante de él: Así se hará al varón cuya honra desea el rey.
Y Amán tomó el vestido y el caballo, y vistió a Mardoqueo, y lo llevó a caballo por la plaza de la ciudad, e hizo pregonar delante de él: Así se hará al varón cuya honra desea el rey.
En ellas el rey concedía a los judíos que {estaban} en cada ciudad {el derecho} de reunirse y defender su vida, de destruir, de matar y de exterminar al ejército de cualquier pueblo o provincia que los atacara, incluso a niños y mujeres, y de saquear sus bienes,
Y salió Mardoqueo de delante del rey con vestido real de cárdeno y blanco, y una gran corona de oro, y un manto de lino y púrpura; y la ciudad de Susa se alegró y regocijó.
Y en cada provincia y en cada ciudad donde llegó el mandamiento del rey y su ley, los judíos tuvieron alegría y gozo, banquete y día de placer. Y muchos de los pueblos de la tierra se hacían judíos, porque el temor de los judíos había caído sobre ellos.
Así estos días serían recordados y celebrados por todas las generaciones, por cada familia, cada provincia y cada ciudad; para que estos días de Purim no dejaran de celebrarse entre los judíos, ni su memoria se extinguiera entre sus descendientes.
Sus hijos no tienen seguridad alguna, Aun en la puerta (de la ciudad) son oprimidos, Y no hay quien los libre.
De la ciudad claman los hombres, y las almas muertas dan voces, pero Dios no puso estorbo.
Cuando yo salía a la puerta de la ciudad, cuando en la plaza tomaba mi asiento,
Si he alzado contra el huérfano mi mano, Porque vi que yo tenía apoyo en la puerta (de la ciudad),
Se ríe de la multitud de la ciudad; no oye las voces del que demanda los peajes.
Bendito el SEÑOR, porque ha hecho maravillosa su misericordia para conmigo en ciudad fuerte.
Del Río sus conductos alegrarán la ciudad de Dios, el santuario de las tiendas del Altísimo.
Grande es el SEÑOR y digno de ser en gran manera alabado en la ciudad de nuestro Dios, en el monte de su santidad.
Hermosa provincia, el gozo de toda la tierra es el monte de Sion, a los lados del aquilón, la ciudad del gran Rey.
Como lo oímos, así lo hemos visto en la ciudad del SEÑOR de los ejércitos, en la ciudad de nuestro Dios; la afirmará Dios para siempre. (Selah.)
Deshace, oh Señor, divide la lengua de ellos; porque he visto violencia y rencilla en la ciudad.
Se volverán a la tarde, ladrarán como perros, y rodearán la ciudad.
Vuelvan pues a la tarde, y ladren como perros, y rodeen la ciudad.
¿Quién me llevará a la ciudad fortalecida? ¿Quién me llevará hasta Idumea?
Será echado un puño de grano en tierra, en las cumbres de los montes; su fruto hará estruendo como el Líbano, y desde la ciudad reverdecerán como la hierba de la tierra.
Cosas ilustres son dichas de ti, ciudad de Dios. (Selah.)
Temprano cortaré a todos los impíos de la tierra; para talar de la ciudad del SEÑOR a todos los que obraren iniquidad.
Anduvieron perdidos por el desierto, por la soledad sin camino, sin hallar ciudad en dónde vivir.
Los dirigió por camino derecho, para que vinieran a ciudad de habitación.
Y aposenta allí hambrientos, y aderezan allí ciudad para habitación;
¿Quién me guiará a la ciudad fortalecida? ¿Quién me guiará hasta Idumea?
Jerusalén, la que es edificada como una ciudad que está bien unida entre sí.
Si el SEÑOR no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si el SEÑOR no guardare la ciudad, en vano vela la guardia.
clama en los principales lugares de concurso; en las entradas de las puertas de la ciudad dice sus razones:
en el lugar de las puertas, a la entrada de la ciudad, a la entrada de las puertas da voces:
Envió sus criadas; sobre lo más alto de la ciudad clamó:
se sienta en una silla a la puerta de su casa, en lo alto de la ciudad,
Las riquezas del rico son su ciudad fuerte; y el desmayo de los pobres es su pobreza.
En el bien de los justos la ciudad se alegra; mas cuando los impíos perecen, hay fiestas.
Por la bendición de los rectos la ciudad será engrandecida; mas por la boca de los impíos ella será trastornada.
Mejor es el que tarde se aíra que el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad.
Las riquezas del rico son la ciudad de su fortaleza, y como un muro alto en su imaginación.
El hermano ofendido es más tenaz que una ciudad fuerte; y las contiendas de los hermanos son como cerrojos de alcázar.
La ciudad de los fuertes tomó el sabio, y derribó la fuerza en que ella confiaba.
Muy alta está la sabiduría para el necio, En la puerta {de la ciudad} no abre su boca.
Como ciudad derribada y sin muro, es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda.
Los hombres burladores enlazan la ciudad; mas los sabios apartan la ira.
Su marido es conocido en las puertas {de la ciudad}, Cuando se sienta con los ancianos de la tierra.
Denle el fruto de sus manos, Y que sus obras la alaben en las puertas {de la ciudad}.
La sabiduría fortifica al sabio más que diez poderosos príncipes que haya en la ciudad.
Entonces vi también que los impíos sepultados vinieron aún en memoria; mas los que frecuentaban el lugar santo, fueron luego puestos en olvido en la ciudad donde con rectitud habían obrado. Esto también es vanidad.
una pequeña ciudad, y pocos hombres en ella; y viene contra ella un gran rey, y la cerca, y edifica contra ella grandes baluartes;
y se halla en ella un hombre pobre, sabio, el cual libra la ciudad con su sabiduría; y nadie se acordaba de aquel pobre hombre.
El trabajo de los locos los fatiga; porque no saben por dónde ir a la ciudad.
Me levantaré ahora, y rodearé por la ciudad; por las calles y por las plazas buscaré al que ama mi alma; lo busqué, y no lo hallé.
Me hallaron los guardas que rondan la ciudad, y les dije: ¿Habéis visto al que ama mi alma?
Me hallaron los guardas que rondan la ciudad; me golpearon, me hirieron, me quitaron mi manto de encima los guardas de los muros.
Y queda la hija de Sion como choza en viña, y como cabaña en melonar, como ciudad asolada.
¿Cómo te has convertido en ramera, oh ciudad fiel? Llena estuvo de juicio, en ella habitó la equidad; mas ahora, los homicidas.
y restituiré tus jueces como al principio, y tus consejeros como de primero; entonces te llamarán Ciudad de justicia, Ciudad fiel.
Las puertas de la ciudad se lamentarán y estarán de luto; Y ella, desolada, se sentará en tierra.
entonces levantarás esta parábola sobre el rey de Babilonia, y dirás: ¡Cómo cesó el opresor, cómo cesó la ciudad codiciosa del oro!
Aúlla, oh puerta, clama, oh ciudad; desleída Filistea toda tú, porque humo vendrá del aquilón; no quedará uno solo en sus asambleas.
Carga de Damasco. He aquí que Damasco dejó de ser ciudad, y será montón de ruina.
Y revolveré egipcios contra egipcios, y cada uno peleará contra su hermano, cada uno contra su prójimo; ciudad contra ciudad, y reino contra reino.
En aquel tiempo habrá cinco ciudades en la tierra de Egipto, que hablen la lengua de Canaán, y que juren por el SEÑOR de los ejércitos; la una será llamada la ciudad Herez.
Tú, llena de alborotos, ciudad turbulenta, ciudad alegre; tus muertos no son muertos a espada, ni muertos en guerra.
Y visteis las roturas de la ciudad de David, que se multiplicaron; y recogisteis las aguas de la pesquera de abajo.
¿No era ésta vuestra ciudad alegre, su antigüedad de muchos días? Sus pies la llevarán a peregrinar lejos.
Toma arpa, y rodea la ciudad, oh ramera olvidada; haz buena melodía, reitera la canción, para que tornes en memoria.
Quebrantada es la ciudad de la vanidad; toda casa se ha cerrado, para que no entre nadie.
En la ciudad quedó soledad, y con asolamiento fue herida la puerta.
Que tornaste la ciudad en montón, la ciudad fuerte en ruina; el alcázar de los extraños que no sea ciudad, ni nunca jamás sea reedificada.
Por esto te dará gloria el pueblo fuerte; te temerá la ciudad de gentiles robustos.
En aquel día cantarán este cantar en tierra de Judá: Fuerte ciudad tenemos; salud puso Dios por muros y antemuro.
Porque él derribó a los que moraban en lugar sublime; humilló a la ciudad ensalzada, la humilló hasta la tierra, la derribó hasta el polvo.
De otra manera la ciudad fortalecida será asolada; la morada será desamparada, y dejada como un desierto; allí se apacentará el becerro, allí tendrá su majada, y acabará sus ramas.
¡Ay de Ariel, ciudad donde habitó David! Añadid un año a otro, los corderos cesarán.
Y traeré angustias a Ariel, y será {una ciudad} de lamento y de duelo; será para mí como un Ariel.
Los que hacen pecar al hombre en palabra; los que arman lazo para el que reprende en la puerta de la ciudad, y hacen que se desvíe el justo con vanidad.
Sobre la tierra de mi pueblo subirán espinas y cardos; y aun sobre todas las casas de placer en la ciudad de alegría.
Porque los palacios serán desiertos, el estruendo de la ciudad cesará; las torres y fortalezas se tornarán cuevas para siempre, donde descansen asnos monteses, y ganados hagan majada,
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