'En Mí' en la Biblia
Si dejaren sus hijos mi ley, y no anduvieren en mis juicios;
si profanaren mis estatutos, y no guardaren mis mandamientos;
Pero no quitaré de él mi misericordia, ni obraré falsamente en mi fidelidad.
Señor, acuérdate del oprobio de tus siervos; oprobio que llevo yo en mi seno de muchos pueblos.
Por cuanto en mí ha puesto su voluntad, yo también lo libraré; lo pondré en alto, por cuanto ha conocido mi Nombre.
Mis ojos {satisfechos} han mirado a los que me acechaban, {y} oyen mis oídos de los malhechores que se levantan contra mí.
Por cuarenta años me repugnó {aquella} generación, y dije: Es un pueblo que se desvía en su corazón y no conocen mis caminos.
Por tanto yo juré en mi furor: No entrarán en mi reposo.
El que practica el engaño no morará en mi casa; el que habla mentiras no permanecerá en mi presencia.
Misericordioso y clemente es el SEÑOR; lento para la ira, y grande en misericordia.
Al SEÑOR cantaré en mi vida; a mi Dios diré salmos mientras viviere.
Hizo asimismo que tuviesen misericordia de ellos todos los que los tenían cautivos.
Moradores de tinieblas y de sombra de muerte, prisioneros en miseria y en cadenas,
Canción: Salmo de David. MI corazón está dispuesto, oh Dios; Cantaré y salmearé todavía en mi gloria.
Y dije en mi apresuramiento: Todo hombre es mentiroso.
En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti.
Esta es mi consolación en mi aflicción, porque tu dicho me vivificó.
Tu presencia supliqué de todo corazón, ten misericordia de mí según tu palabra.
Si tu ley no hubiera sido mi delicia, ya hubiera perecido en mi aflicción.
De continuo está mi alma en mi mano; mas no me he olvidado de tu ley.
Desfallecen mis ojos por tu salvación, y por la promesa de tu justicia.
Mírame, y ten misericordia de mí, como acostumbras con los que aman tu Nombre.
Ríos de lágrimas vierten mis ojos, porque ellos no guardan tu ley.
Sea tu mano en mi socorro; porque tus mandamientos he escogido.
Cántico de ascenso gradual.En mi angustia clamé al SEÑOR, y El me respondió.
Ten misericordia de nosotros, oh SEÑOR, ten misericordia de nosotros; porque estamos muy hastiados de menosprecio.
sino que he calmado y acallado mi alma; como niño destetado en {el regazo de} su madre, como niño destetado {reposa} en mí mi alma.
Ciertamente no entraré en mi casa, ni en mi lecho me acostaré;
Si tus hijos guardaren mi alianza, y mi testimonio que yo les enseñare; sus hijos también se sentarán sobre tu trono para siempre.
El día que llamé, me respondiste; me fortaleciste con fortaleza en mi alma.
El SEÑOR cumplirá su propósito en mí; eterna, oh SEÑOR, es tu misericordia; no abandones las obras de tus manos.
Pues aun no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh SEÑOR, tú la supiste toda.
Los aborrezco con el más profundo odio; se han convertido en mis enemigos.
y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno.
Sus jueces son lanzados contra los costados de la peña, y oyen mis palabras, que son agradables.
Y en mí languidece mi espíritu; mi corazón está consternado dentro de mí.
Y por tu misericordia, extirpa a mis enemigos, y destruye a todos los que afligen mi alma; pues yo soy tu siervo.
Chet Clemente y misericordioso es el SEÑOR, lento para la ira, y grande en misericordia.
Alabaré al SEÑOR en mi vida; diré salmos a mi Dios mientras viviere.
Porque les doy buena enseñanza; No abandonen mi instrucción.
Ahora, pues, hijos, oídme; y bienaventurados los que guardaren mis caminos.
Dice el perezoso: El león está fuera; En mitad de las calles seré muerto.
Dame, hijo mío, tu corazón, y que tus ojos se deleiten en mis caminos.
Y yo miré, y lo puse en mi corazón; lo vi, y tomé castigo.
Dije yo también en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad.
Propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino, y que mi corazón anduviera en sabiduría, y retuviera la locura, hasta ver cuál fuera el bien de los hijos de los hombres, en el cual se ocuparan debajo del cielo todos los días de su vida.
Entonces dije yo en mi corazón: Como sucederá al loco me sucederá también a mí. ¿Para qué pues he trabajado hasta ahora por hacerme más sabio? Y dije en mi corazón, que también esto era vanidad.
Y dije yo en mi corazón: Al justo y al impío juzgará Dios; porque hay un tiempo determinado de juzgar a toda voluntad y sobre todo lo que se hace.
Dije en mi corazón, en orden a la condición de los hijos de los hombres, que Dios los puede manifestar, y es para ver que ellos son bestias los unos a los otros.
Pues bien, he tomado todas estas cosas en mi corazón y declaro todo esto: que los justos y los sabios y sus hechos están en la mano de Dios. Los hombres no saben ni de amor ni de odio, aunque todo está delante de ellos.
Como el manzano entre los árboles silvestres, Así es mi amado entre los mancebos: Bajo la sombra del deseado me senté, Y su fruto fué dulce en mi paladar.
Por las noches busqué en mi cama al que ama mi alma; lo busqué, y no lo hallé.
He entrado en mi huerto, hermana mía, esposa {mía}; he recogido mi mirra con mi bálsamo. He comido mi panal y mi miel; he bebido mi vino y mi leche. Comed, amigos; bebed y embriagaos, oh amados.
y tu paladar como el mejor vino! Entra suavemente {el vino} en mi amado, {como} fluye por los labios de los que se duermen.
Cuando vienen a presentarse delante de Mí, ¿Quién demanda esto de ustedes, de que pisoteen Mis atrios?
él jurará aquel día, diciendo: No tomaré ese cuidado; porque en mi casa ni hay pan, ni qué vestir; no me hagáis príncipe del pueblo.
En aquel día, {en} todo lugar donde había mil vides {valoradas} en mil {siclos} de plata, habrá zarzas y espinos.
Vino hasta Ajat, pasó hasta Migrón; en Micmas contará su ejército.
quebrantaré al asirio en mi tierra, y en mis montes lo hollaré; y su yugo será apartado de ellos, y su carga será quitada de su hombro.
Y se dispondrá trono en misericordia; y sobre él se sentará en la verdad, en el tabernáculo de David, quien juzgue, y busque el juicio, y apresure la justicia.
Entonces el centinela gritó: Oh Señor, de día estoy yo continuamente en la atalaya, y todas las noches permanezco en mi puesto de guardia.
No hay en mí enojo. ¿Quién pondrá contra mí en batalla espinas y cardos? Yo los hollaré, los quemaré juntamente.
¿O forzará alguien mi fortaleza? Haga conmigo paz, sí, haga paz conmigo.
Oh SEÑOR, ten misericordia de nosotros, a ti esperamos; tú que fuiste fortaleza de su pueblo al principio, sé también nuestra salud en tiempo de la tribulación.
Dijo entonces: ¿Qué han visto en tu casa? Y dijo Ezequías: Todo lo que hay en mi casa han visto; y ninguna cosa hay en mis tesoros, que no les haya mostrado.
Y dijo Ezequías a Isaías: La palabra del SEÑOR, que has hablado, es buena. Y dijo: A lo menos, haya paz y verdad en mis días.
¿Quién midió las aguas con su puño; y aderezó los cielos con su palmo; y con tres dedos apañó el polvo de la tierra; y pesó los montes con balanza, y los collados con peso?
En los altos abriré ríos, y fuentes en mitad de los llanos: tornaré el desierto en estanques de aguas, y en manaderos de aguas la tierra seca.
Del norte desperté, y vino; del nacimiento del Sol llamó en mi nombre; y vino a príncipes como sobre lodo, y como pisa el barro el alfarero.
He aquí mi siervo, me reclinaré sobre él; escogido mío, en quien mi alma toma contentamiento; puse mi Espíritu sobre él, dará juicio a los gentiles.
Porque en mis ojos fuiste de gran estima, fuiste digno de honra, y yo te amé.
Vosotros sois mis testigos --declara el SEÑOR-- y mi siervo a quien he escogido, para que {me} conozcáis y creáis en mí, y entendáis que yo soy. Antes de mí no fue formado {otro} dios, ni después de mí {lo} habrá.
Se alimenta de cenizas; el corazón engañado le ha extraviado. A sí mismo no se puede librar, ni decir: ¿No es mentira {lo que tengo} en mi diestra?
Reyes serán tus tutores, y sus princesas, tus nodrizas. Rostro en tierra te rendirán homenaje y el polvo de tus pies lamerán. Y sabrás que yo soy el SEÑOR, y que no se avergonzarán los que esperan en mí.
porque vine, y nadie apareció; llamé, y nadie respondió. ¿Ha llegado a acortarse mi mano, para no redimir? ¿No hay en mí poder para librar? He aquí que con mi reprensión hago secar el mar; torno los ríos en desierto; hasta pudrirse sus peces, y morirse de sed por falta de agua.
Cercana está mi justicia, ha salido mi salud, y mis brazos juzgarán a los pueblos. A mí esperarán las islas, y en mi brazo pondrán su esperanza.
Porque así dijo el SEÑOR a los eunucos que guardaren mis sábados, y escogieren lo que yo quiero, y abrazaren mi pacto:
Yo les daré lugar en mi casa, y dentro de mis muros, y nombre, mejor que a los hijos y a las hijas; nombre perpetuo les daré que nunca perecerá.
Y a los hijos de los extranjeros, que se allegaren al SEÑOR, para ministrarle, y que amaren el nombre del SEÑOR, para ser sus siervos; todos los que guardaren el Sábado de contaminarlo, y abrazaren mi Pacto,
Yo los llevaré al monte de mi santidad, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa, casa de oración será llamada de todos los pueblos.
Cuando clamares, líbrente tus allegados; pero a todos ellos llevará el viento, los tomará la vanidad; mas el que en mí espera, tendrá la tierra por heredad, y poseerá el Monte de mi santidad.
Si retrajeres del sábado tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y al sábado llamares delicias, santo, glorioso día del SEÑOR, y lo venerares no haciendo tus caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras.
Y los hijos de los extranjeros edificarán tus muros, y sus reyes te servirán; porque en mi ira te herí, mas en mi buena voluntad tendré de ti misericordia.
En gran manera me gozaré en el SEÑOR, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió de vestidos de salud, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia compuesta de sus joyas.
El lagar lo he pisado yo solo; de los pueblos, ningún hombre {estaba} conmigo. Los pisé en mi ira y los hollé en mi furor; su sangre salpicó mis vestiduras y manché todo mi ropaje.
Porque el día de la venganza está en mi corazón; y el año de mis redimidos es venido.
Pisoteé los pueblos en mi ira, los embriagué en mi furor y derramé su sangre por tierra.
pueblo, que en mi cara me provoca de continuo a ira, sacrificando en huertos, y haciendo perfume sobre ladrillos.
que dicen: Estate en tu lugar, no te llegues a mí, que soy más santo que tú. Estos son humo en mi furor, fuego que arde todo el día.
Así dijo el SEÑOR: ¿Qué maldad hallaron en mí vuestros padres, que se alejaron de mí, y se fueron tras la vanidad, y se tornaron vanos?
Porque fueron hallados en mi pueblo impíos; asechaban como quien pone lazos; asentaron la perdición para tomar hombres.
Como la fuente nunca cesa de manar sus aguas, así nunca cesa de manar su malicia; injusticia y robo se oye en ella; continuamente en mi presencia, enfermedad y herida.
Empuñan arco y jabalina, crueles son, no tienen misericordia; sus voces braman como el mar, y montan a caballo como hombres dispuestos para la guerra contra ti, hija de Sion.
Por fortaleza te he puesto en mi pueblo, por torre; conocerás pues, y examinarás el camino de ellos.
"Sino que esto es lo que les ordené: `Escuchen Mi voz (Obedézcanme) y Yo seré su Dios y ustedes serán Mi pueblo, y andarán en todo camino por el que Yo los envíe para que les vaya bien.'
Y edificaron los altos de Tofet, que es en el valle de Ben-Hinom, para quemar en fuego sus hijos y sus hijas, cosa que yo no les mandé, ni subió en mi corazón.
A causa de mi fuerte dolor, mi corazón desfallece en mí.
que mandé a sus padres el día que los saqué de la tierra de Egipto, del horno de hierro, y les dije: `Escuchen Mi voz (Obedézcanme), y hagan conforme a todo lo que Yo les mando; y ustedes serán Mi pueblo, y Yo seré su Dios,'
~`Porque bien advertí a sus padres el día que los hice subir de la tierra de Egipto, y hasta hoy los he amonestado con insistencia, diciéndoles: ``Escuchen Mi voz (Obedézcanme)."
¿Qué tiene mi amado en mi Casa, habiendo hecho muchas abominaciones? Y las carnes santas pasarán de sobre ti, porque en tu maldad te gloriaste.
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