37 Versículos de la Biblia sobre el esfuerzo

Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, mostrad en vuestra fe virtud, y en la virtud ciencia;

Por lo cual, hermanos, procurad tanto más de hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás.

Por lo cual, oh amados, estando en esperanza de estas cosas, procurad con diligencia que seáis hallados de él sin mácula, y sin reprensión, en paz.

Procuremos pues de entrar en aquel reposo; que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia.

Así que no es del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.

También yo procuraré con diligencia, que después de mi fallecimiento, vosotros podáis siempre tener memoria de estas cosas.

Porfiad á entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán.

Procura con diligencia presentarte á Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que traza bien la palabra de verdad.

Reteniendo la palabra de vida para que yo pueda gloriarme en el día de Cristo, que no he corrido en vano, ni trabajado en vano.

Solícitos á guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.

Y sea la luz de Jehová nuestro Dios sobre nosotros: Y ordena en nosotros la obra de nuestras manos, La obra de nuestras manos confirma.

Porque de la mucha ocupación viene el sueño, y de la multitud de las palabras la voz del necio.

Procura venir presto á mí:

Mas vale el un puño lleno con descanso, que ambos puños llenos con trabajo y aflicción de espíritu.

Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor:

¿Tan necios sois? ¿habiendo comenzado por el Espíritu, ahora os perfeccionáis por la carne?

Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros de la común salud, me ha sido necesario escribiros amonestándoos que contendáis eficazmente por la fe que ha sido una vez dada á los santos.

Encomienda á Jehová tus obras, Y tus pensamientos serán afirmados.

¿Hará él estima de tus riquezas, ni del oro, Ni de todas las fuerzas del poder?

Esforzaos empero vosotros, y no desfallezcan vuestras manos; que salario hay para vuestra obra.

Así que, sigamos lo que hace á la paz, y á la edificación de los unos á los otros.

Pues cuando vas al magistrado con tu adversario, procura en el camino librarte de él; porque no te arrastre al juez, y el juez te entregue al alguacil, y el alguacil te meta en la cárcel.

Temo de vosotros, que no haya trabajado en vano en vosotros.

Sabiendo que el bien que cada uno hiciere, esto recibirá del Señor, sea siervo ó sea libre.

Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado á su nombre, habiendo asistido y asistiendo aún á los santos.

Porque Dios es el que en vosotros obra así el querer como el hacer, por su buena voluntad.

Todo el trabajo del hombre es para su boca, y con todo eso su alma no se harta.

Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es vano.

Y he visto todas las obras de Dios, que el hombre no puede alcanzar la obra que debajo del sol se hace; por mucho que trabaje el hombre buscándola, no la hallará: aunque diga el sabio que la sabe, no por eso podrá alcanzarla.

Procura venir antes del invierno. Eubulo te saluda, y Pudente, y Lino, y Claudia, y todos los hermanos.

Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno parece que tiene de qué confiar en la carne, yo más:

Jehová galardone tu obra, y tu remuneración sea llena por Jehová Dios de Israel, que has venido para cubrirte debajo de sus alas.

Mas nosotros, hermanos, privados de vosotros por un poco de tiempo, de vista, no de corazón, tanto más procuramos con mucho deseo ver vuestro rostro.

La bendición de Jehová es la que enriquece, Y no añade tristeza con ella.

Y digas en tu corazón: Mi poder y la fortaleza de mi mano me han traído esta riqueza.

Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para que fuésemos justificados por la fe de Cristo, y no por las obras de la ley; por cuanto por las obras de la l