48 Versículos de la Biblia sobre las deudas
Versículos Más Relevantes
Y llamando a cada uno de los deudores de su señor, dijo al primero: ¿Cuánto debes a mi señor?
Entonces el señor de aquel siervo, fue movido a misericordia, y le soltó y le perdonó la deuda.
Y respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquel a quien le perdonó más. Y Él le dijo: Rectamente has juzgado.
No debáis a nadie nada, sino amaos unos a otros, porque el que ama a su prójimo, ha cumplido la ley.
Del extranjero demandarás el reintegro: mas lo que tu hermano tuviere tuyo, lo perdonará tu mano;
Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne.
Una mujer, de las esposas de los hijos de los profetas, clamó a Eliseo, diciendo: Tu siervo mi marido ha muerto; y tú sabes que tu siervo era temeroso de Jehová; y ha venido el acreedor para tomarse dos hijos míos por siervos.
Mas a éste, no teniendo con qué pagar, su señor mandó venderle, y a su esposa e hijos, con todo lo que tenía, y que se le pagase.
El rico se enseñoreará de los pobres; y el que toma prestado es siervo del que presta.
cancelando el manuscrito de las ordenanzas que había contra nosotros, que nos era contrario, quitándolo de en medio y clavándolo en la cruz;
El que menosprecia la palabra, perecerá por ello; mas el que teme el mandamiento, será recompensado.
El marido pague a su esposa la debida benevolencia; y asimismo la esposa a su marido.
Con ansiedad será afligido el que sale por fiador del extraño; mas el que aborreciere las fianzas vivirá confiado.
Un acreedor tenía dos deudores; el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta;
Mas saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios, y sujetándolo del cuello, le dijo: Págame lo que me debes.
Asimismo, que si los pueblos de la tierra trajesen a vender mercaderías y comestibles en día de sábado, nada tomaríamos de ellos en sábado, ni en día santo; y que el año séptimo dejaríamos reposar la tierra, y perdonaríamos toda deuda.
Después dijo a otro: ¿Y tú, cuánto debes? Y él dijo: Cien medidas de trigo. Y él le dijo: Toma tu cuenta, y escribe ochenta.
Escápate como el corzo de la mano del cazador, y como el ave de la mano del parancero.
y no teniendo éstos con qué pagar, perdonó a ambos. Di, pues, ¿cuál de ellos le amará más?
Y les mandó Moisés, diciendo: Al fin de cada siete años, en el año de la remisión, en la fiesta de los tabernáculos,
Vino ella luego, y lo contó al varón de Dios, el cual dijo: Ve, y vende el aceite, y paga tu deuda; y tú y tus hijos vivid de lo que quede.
Entonces su señor se enojó, y le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía.
No estés entre los que estrechan la mano, entre los que dan fianza por deudas.
Y se juntaron con él todos los afligidos, y todo el que estaba endeudado, y todos los que se hallaban en amargura de espíritu, y fue hecho capitán de ellos. Y tuvo consigo como cuatrocientos hombres.
Y él le dijo: Ve, y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas.
Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
Y ésta es la manera de la remisión: perdonará a su deudor todo aquel que hizo empréstito de su mano, con que obligó a su prójimo; no lo demandará más a su prójimo, o a su hermano; porque la remisión de Jehová es pregonada.
Entonces llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné porque me rogaste.
El que se compadece del pobre, a Jehová presta, y lo que ha dado, Él se lo volverá a pagar.
Pues les pareció bueno, y son deudores a ellos; porque si los gentiles han sido hechos partícipes de sus bienes espirituales, deben también ellos servirles en los carnales.
Haz esto ahora, hijo mío, y líbrate, ya que has caído en la mano de tu prójimo; ve, humíllate, y asegúrate de tu amigo.
Hijo mío, si salieres fiador por tu amigo, si estrechaste tu mano por el extraño,
Y si por gracia, ya no es por obras, de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra.
Y sucedió que cuando las vasijas fueron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otra vasija. Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite.
En su día le darás su jornal, y no se pondrá el sol sin dárselo; pues es pobre, y con él sustenta su vida; para que no clame contra ti a Jehová, y sea en ti pecado.
ninguno de ellos podrá en manera alguna redimir al hermano, ni dar a Dios su rescate
si el impío restituyere la prenda, devolviere lo que hubiere robado, caminare en los estatutos de la vida, no haciendo iniquidad, vivirá ciertamente y no morirá.
El hombre falto de entendimiento estrecha la mano, y sale por fiador delante de su amigo.
el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.
Y Eliseo le dijo: ¿Qué puedo hacer por ti? Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite.