67 Versículos de la Biblia sobre Los guardias
Versículos Más Relevantes
Entonces Ahimelec respondió al rey, y dijo: ¿Y quién hay fiel entre todos sus siervos como lo es David, yerno del rey, y que va por tu mandado, y es ilustre en tu casa?
y dio voces David al pueblo, y a Abner hijo de Ner, diciendo: ¿No respondes, Abner? Entonces Abner respondió y dijo: ¿Quién eres tú que das voces al rey? Y dijo David a Abner: ¿No eres varón tú? ¿Y quién hay como tú en Israel? ¿Por qué, pues, no has guardado al rey tu señor? Que ha entrado uno del pueblo a matar a tu señor el rey.
Y David respondió a Aquis: Sabrás pues lo que hará tu siervo. Y Aquis dijo a David: Por tanto, te haré guarda de mi cabeza todos los días.
y echando piedras contra David, y contra todos los siervos del rey David; y todo el pueblo, y todos los hombres valientes estaban a su diestra y a su siniestra.
De los treinta fue el más noble; pero no llegó a los tres primeros. Y lo puso David en su consejo.
Y fue el más honrado de los treinta, mas no llegó a los tres primeros. A éste puso David en su consejo.
Mas Sadoc, el sacerdote, Benaía hijo de Joiada, Natán, el profeta, Simei, Rei, y todos los grandes de David, no seguían a Adonías.
Y las otras dos partes de vosotros, es a saber, todos los que salen el sábado, tendréis la guardia de la Casa del SEÑOR junto al rey. Y estaréis alrededor del rey de todas partes, teniendo cada uno sus armas en las manos; y cualquiera que entrare dentro de estos órdenes, sea muerto. Y habéis de estar con el rey cuando saliere, y cuando entrare.
Y cuando el rey iba a la Casa del SEÑOR, venían los de la guardia, y los traían, y después los volvían a dejar en la cámara de la guardia.
Y Pilato les dijo: Tenéis la guardia: id, aseguradlo como sabéis. Y yendo ellos, aseguraron el sepulcro con guardia, sellando la piedra.
Y de miedo de él los guardas se asombraron, y fueron vueltos como muertos.
Entonces oramos a nuestro Dios, y por causa de ellos pusimos guarda de día y de noche sobre los que edificaban.
y fue, y habló con los príncipes de los sacerdotes, y con los capitanes, de cómo se lo entregaría.
Y los madianitas lo vendieron en Egipto a Potifar, oficial del Faraón, capitán de los de la guardia.
Y a los del pueblo que habían quedado en la ciudad, y a los que se habían juntado al rey de Babilonia, y a los que habían quedado del vulgo, lo transportó Nabuzaradán, capitán de los de la guardia.
Y el resto del pueblo que había quedado en la ciudad, y los que se habían adherido a él, con todo el resto del pueblo que había quedado, los transportó a Babilonia Nabuzaradán, capitán de la guardia.
Levantad bandera sobre los muros de Babilonia, reforzad la guardia, poned centinelas, disponed celadas; porque deliberó el SEÑOR, y aun pondrá en efecto lo que dijo sobre los moradores de Babilonia.
Y el centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, diciendo: Verdaderamente Hijo de Dios era éste.
Y había pastores en la misma tierra, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño.
Y Jesús dijo a los que habían venido a él, a los príncipes de los sacerdotes, y a los capitanes del Templo, y a los ancianos: ¿Cómo a ladrón habéis salido con espadas y con bastones?
Y hablando ellos al pueblo, sobrevinieron los sacerdotes, y el magistrado del Templo, y los saduceos,
Y habiéndole tomado preso, le puso en la cárcel, entregándole a cuatro cuaterniones de soldados que le guardaran, queriendo sacarle al pueblo después de la Pascua.
Y después que los hirieron de muchos azotes, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardara con diligencia;
y cuando se derramaba la sangre de Esteban tu testigo, yo también estaba presente, y consentía a su muerte, y guardaba las ropas de los que le mataban.
te oiré, dijo, cuando vinieren tus acusadores. Y mandó que le guardaran en el pretorio de Herodes.
Y mandó al centurión que Pablo fuera guardado, y aliviado de las prisiones; y que no vedara a ninguno de los suyos servirle, o venir a él.
Cuando llegamos a Roma, el centurión entregó los presos al prefecto de los ejércitos, mas a Pablo fue permitido estar por sí, con un soldado que le guardara.
de manera que mis prisiones han sido célebres en Cristo en todo el pretorio, y en todos los demás lugares;
Porque a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra.
Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía en derredor para guardar el camino del árbol de la vida.
Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos padres; que en Cristo Jesús yo os engendré por el Evangelio.
Porque la parte del SEÑOR es su pueblo; Jacob el cordel de su heredad. Le halló en tierra de desierto, y en un desierto horrible y yermo; lo trajo alrededor, lo instruyó, lo guardó como la niña de su ojo. Como el águila que despierta su nidada, revolotea sobre sus pollos, extiende sus alas, los toma, los lleva sobre sus espaldas;
Los que amáis al SEÑOR, aborreced el mal; él guarda las almas de sus misericordiosos; de mano de los impíos los libra.
Y he aquí, yo soy contigo, y yo te guardaré por dondequiera que fueres, y yo te volveré a esta tierra; porque no te dejaré hasta tanto que haya hecho lo que te he dicho.
El guarda los pies de sus santos, mas los impíos perecen en tinieblas; porque nadie será valiente por su propia fuerza.
Dios, perfecto su camino; la palabra del SEÑOR purificada, escudo es de todos los que en él confían.
Dios, perfecto su camino; la palabra del SEÑOR afinada; escudo es a todos los que esperan en él.
No dará tu pie al resbaladero; ni se dormirá el que te guarda. He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel. El SEÑOR será tu guardador; el SEÑOR será tu sombra a tu mano derecha.Leer más.
El sol no te fatigará de día, ni la luna de noche. El SEÑOR te guardará de todo mal; el guardará tu alma. El SEÑOR guardará tu salida y tu entrada, desde ahora y para siempre.
El guarda el ser a los rectos; es escudo a los que caminan perfectamente, guardando las veredas del juicio, y el camino de sus misericordiosos.
Toda palabra de Dios es limpia; es escudo a los que en él esperan.
Yo, el SEÑOR, la guardo, cada momento la regaré; la guardaré de noche y de día, para que el enemigo no la visite.
Como las aves que vuelan, así amparará el SEÑOR de los ejércitos a Jerusalén, amparando, librando, pasando, y salvando.
Porque no saldréis apresurados, ni iréis huyendo; porque el SEÑOR irá delante de vosotros, y el Dios de Israel os ayuntará.
Entonces nacerá tu luz, como el alba; y tu sanidad reverdecerá presto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria del SEÑOR te recogerá.
Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.
Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; sé diligente en esto, porque si así lo hicieres, a ti mismo te salvarás y a los que te oyen.
Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; y las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos.
Guarda mis mandamientos, y vivirás; y mi ley como las niñas de tus ojos.
El camino de los rectos es apartarse del mal; el que guarda su camino guarda su alma.
El que guarda el mandamiento, guarda su alma; mas el que menos-preciare sus caminos, morirá.
¿No hizo él uno, habiendo en él abundancia de Espíritu? ¿Y por qué uno? Procurando simiente de Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y contra la mujer de vuestra mocedad no seáis desleales. El que la aborrece enviándola, dijo el SEÑOR Dios de Israel, cubre la violencia con su vestido, dijo el SEÑOR de los ejércitos. Guardaos pues en vuestro espíritu, y no seáis desleales.
Y Jesús les dijo: Mirad, y guardaos de la levadura de los fariseos y de los saduceos.
Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos.
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros entendimientos en el Cristo Jesús.
Así que vosotros, oh amados, pues estáis amonestados, guardaos que por el error de los abominables no seáis juntamente con los otros engañados, y caigáis de vuestra firmeza.
El que guarda su boca guarda su alma; mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad.
He aquí, nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y gobernamos todo su cuerpo. Mirad también las naves, siendo tan grandes, y siendo llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por dondequiera que quisiere la gana del que gobierna. Así también, la lengua es un miembro pequeñito, y se gloría de grandes cosas. He aquí, un pequeño fuego ¡cuán grande bosque enciende!Leer más.
Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Así es la lengua entre nuestros miembros que contamina todo el cuerpo, e inflama el curso de nuestro naturaleza, y es inflamada del infierno. Porque toda naturaleza de bestias fieras, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma, y es domada por el ser humano; pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, y está llena de veneno mortal.
Guarda el buen depósito consignado a ti por el Espíritu Santo que habita en nosotros.
y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas, para llevar discípulos tras sí. Por tanto, velad, acordándoos que por tres años de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno de vosotros.
Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, y apártate de las voces profanas de vanas cosas, y los argumentos del vano nombre de ciencia;
Alejandro el calderero me ha causado muchos males: Dios le pague conforme a sus hechos. Guárdate tú también de él; que en gran manera ha resistido a nuestras palabras.
Por tanto mirad por vosotros y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la Iglesia de Dios, la cual ganó por su sangre. Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño; y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas, para llevar discípulos tras sí.Leer más.
Por tanto, velad, acordándoos que por tres años de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno de vosotros.
Escuchad a vuestros pastores, y no resistáis a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como aquellos que han de dar la cuenta; para que lo hagan con alegría, y no gimiendo; porque esto no os es útil.
Apacentad la manada de Dios que está entre vosotros, teniendo cuidado de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia vergonzosa; sino con ánimo pronto;