'Ley' en la Biblia
Porque todos los que sin ley pecaron, sin ley también perecerán, y todos los que en la ley pecaron, por la ley serán juzgados.
Porque no son los oidores de la ley los justos para con Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados.
Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, no teniendo ley, son ley a sí mismos,
mostrando ellos, la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia y sus pensamientos, acusándose o aun excusándose unos a otros,
He aquí, tú tienes el sobrenombre de judío, y te apoyas en la ley, y te glorías en Dios,
y conoces su voluntad, y apruebas lo mejor; siendo instruido por la ley;
instructor de los ignorantes, maestro de niños, que tienes la forma del conocimiento, y de la verdad en la ley.
Tú que te jactas de la ley, ¿con infracción de la ley deshonras a Dios?
Pues la circuncisión ciertamente aprovecha si guardas la ley; pero si eres transgresor de la ley, tu circuncisión es hecha incircuncisión.
De manera que si el incircunciso guarda la justicia de la ley, ¿no será su incircuncisión contada como circuncisión?
Así que el que es incircunciso por naturaleza, si cumple la ley, ¿no te juzgará a ti que con la letra y la circuncisión eres transgresor de la ley?
Pero sabemos que todo lo que la ley dice, a los que están bajo la ley lo dice; para que toda boca se tape, y todo el mundo sea hallado culpable delante de Dios.
Por tanto, por las obras de la ley ninguna carne será justificada delante de Él; pues por la ley es el conocimiento del pecado.
Mas ahora, aparte de la ley, la justicia de Dios es manifestada, siendo testificada por la ley y los profetas;
¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿De las obras? No, sino por la ley de la fe.
Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.
¿Entonces invalidamos la ley por la fe? ¡En ninguna manera! Antes bien, confirmamos la ley.
Porque la promesa de que él sería heredero del mundo, no fue dada a Abraham o a su simiente por la ley, sino por la justicia de la fe.
Porque si los que son de la ley son los herederos, vana es la fe, y anulada es la promesa.
Porque la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión.
Por tanto, es por la fe, para que sea por gracia; a fin de que la promesa sea firme a toda simiente; no sólo al que es de la ley, sino también al que es de la fe de Abraham, quien es el padre de todos nosotros
Porque antes de la ley, el pecado estaba en el mundo; pero no se imputa pecado no habiendo ley.
Y la ley entró para que el pecado abundase; pero cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia;
Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
¿Qué, pues? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? ¡En ninguna manera!
¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo a aquellos que conocen la ley), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive?
Porque la mujer que tiene marido está ligada por la ley a su marido mientras él vive; mas si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido.
Así que, si viviendo su marido, se casa con otro hombre, será llamada adúltera; pero si su marido muere, ella queda libre de la ley, y si se casa con otro hombre no será adúltera.
Así también vosotros mis hermanos, habéis muerto a la ley por el cuerpo de Cristo; para que seáis de otro, de Aquél que resucitó de entre los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.
Porque cuando estábamos en la carne, la influencia del pecado, que era por la ley, obraba en nuestros miembros llevando fruto para muerte;
pero ahora somos libres de la ley, habiendo muerto a lo que nos tenía sujetos, para que sirvamos en novedad de espíritu, y no en lo antiguo de la letra.
¿Qué diremos entonces? ¿Es pecado la ley? ¡En ninguna manera! Al contrario, yo no hubiera conocido el pecado a no ser por la ley: Porque no conociera la codicia si la ley no dijera: No codiciarás.
Pero el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia. Porque sin la ley el pecado estaba muerto.
Y antes yo vivía sin ley, pero cuando vino el mandamiento, el pecado revivió y yo morí.
De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento es santo, y justo, y bueno.
Porque sabemos que la ley es espiritual; pero yo soy carnal, vendido bajo pecado.
Y si lo que no quiero, eso hago, apruebo que la ley es buena.
Hallo, pues, esta ley, que cuando quiero hacer el bien, el mal está en mí.
Porque según el hombre interior me deleito en la ley de Dios;
mas veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.
Gracias doy a Dios por Jesucristo nuestro Señor: Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios; mas con la carne a la ley del pecado.
Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;
para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
Porque la mente carnal es enemistad contra Dios; porque no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede.
que son israelitas, de los cuales es la adopción, y la gloria, y el pacto, y el dar de la ley, y el servicio a Dios y las promesas;
(aunque aún no habían nacido sus hijos, ni habían hecho bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras de la ley sino por el que llama),
pero Israel, que procuraba la ley de la justicia, no ha alcanzado la ley de la justicia.
¿Por qué? Porque no la procuraron por fe, sino como por las obras de la ley, por lo cual tropezaron en la piedra de tropiezo,
Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.
Porque Moisés describe la justicia que es por la ley: El hombre que hiciere aquellas cosas, vivirá por ellas.
No debáis a nadie nada, sino amaos unos a otros, porque el que ama a su prójimo, ha cumplido la ley.
El amor no hace mal al prójimo; así que el amor es el cumplimiento de la ley.