'No' en la Biblia
Os ruego, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos os pongáis de acuerdo, y que no haya divisiones entre vosotros, sino que estéis enteramente unidos en un mismo sentir y en un mismo parecer.
Doy gracias a Dios que no bauticé a ninguno de vosotros, excepto a Crispo y a Gayo,
También bauticé a los de la casa de Estéfanas; por lo demás, no sé si bauticé a algún otro.
Pues Cristo no me envió a bautizar, sino a predicar el evangelio, no con palabras elocuentes, para que no se haga vana la cruz de Cristo.
¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el escriba? ¿Dónde el polemista de este siglo? ¿No ha hecho Dios que la sabiduría de este mundo sea necedad?
Porque ya que en la sabiduría de Dios el mundo no conoció a Dios por medio de {su propia} sabiduría, agradó a Dios, mediante la necedad de la predicación, salvar a los que creen.
Pues considerad, hermanos, vuestro llamamiento; no hubo muchos sabios conforme a la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles;
y lo vil y despreciado del mundo ha escogido Dios; lo que no es, para anular lo que es;
Cuando fui a vosotros, hermanos, proclamándoos el testimonio de Dios, no fui con superioridad de palabra o de sabiduría,
para que vuestra fe no descanse en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; pero una sabiduría no de este siglo, ni de los gobernantes de este siglo, que van desapareciendo,
{la sabiduría} que ninguno de los gobernantes de este siglo ha entendido, porque si la hubieran entendido no habrían crucificado al Señor de gloria;
sino como está escrito: COSAS QUE OJO NO VIO, NI OIDO OYO, NI HAN ENTRADO AL CORAZON DEL HOMBRE, {son} LAS COSAS QUE DIOS HA PREPARADO PARA LOS QUE LE AMAN.
Y nosotros hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para que conozcamos lo que Dios nos ha dado gratuitamente,
de lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las enseñadas por el Espíritu, combinando {pensamientos} espirituales con {palabras} espirituales.
Pero el hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no las puede entender, porque se disciernen espiritualmente.
En cambio, el que es espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado por nadie.
Así que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.
Os di a beber leche, no alimento sólido, porque todavía no podíais {recibirlo}. En verdad, ni aun ahora podéis,
porque todavía sois carnales. Pues habiendo celos y contiendas entre vosotros, ¿no sois carnales y andáis como hombres?
Porque cuando uno dice: Yo soy de Pablo, y otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois {simplemente} hombres?
¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?
Porque no estoy consciente de nada en contra mía; mas no por eso estoy sin culpa, pues el que me juzga es el Señor.
Por tanto, no juzguéis antes de tiempo, {sino esperad} hasta que el Señor venga, el cual sacará a la luz las cosas ocultas en las tinieblas y también pondrá de manifiesto los designios de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de parte de Dios.
Esto, hermanos, lo he aplicado en sentido figurado a mí mismo y a Apolos por amor a vosotros, para que en nosotros aprendáis a no sobrepasar lo que está escrito, para que ninguno de vosotros se vuelva arrogante a favor del uno contra el otro.
Porque ¿quién te distingue? ¿Qué tienes que no recibiste? Y si lo recibiste, ¿por qué te jactas como si no lo hubieras recibido?
Hasta el momento presente pasamos hambre y sed, andamos mal vestidos, somos maltratados y no tenemos dónde vivir;
No escribo esto para avergonzaros, sino para amonestaros como a hijos míos amados.
Porque aunque tengáis innumerables maestros en Cristo, sin embargo no {tenéis} muchos padres; pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio.
Y algunos se han vuelto arrogantes, como si yo no hubiera de ir a vosotros.
Pero iré a vosotros pronto, si el Señor quiere, y conoceré, no las palabras de los arrogantes sino su poder.
Porque el reino de Dios no {consiste} en palabras, sino en poder.
En efecto, se oye que entre vosotros hay inmoralidad, y una inmoralidad tal como no existe ni siquiera entre los gentiles, al extremo de que alguno tiene la mujer de su padre.
Vuestra jactancia no es buena. ¿No sabéis que un poco de levadura fermenta toda {la masa}?
Por tanto, celebremos la fiesta no con la levadura vieja, ni con la levadura de malicia y maldad, sino con panes sin levadura de sinceridad y de verdad.
En mi carta os escribí que no anduvierais en compañía de personas inmorales;
no {me refería a} la gente inmoral de este mundo, o a los avaros y estafadores, o a los idólatras, porque entonces tendríais que salir del mundo.
Sino que en efecto os escribí que no anduvierais en compañía de ninguno que, llamándose hermano, es una persona inmoral, o avaro, o idólatra, o difamador, o borracho, o estafador; con ése, ni siquiera comáis.
Pues ¿por qué he de juzgar yo a los de afuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro {de la iglesia}?
¿Se atreve alguno de vosotros, cuando tiene algo contra su prójimo, a ir a juicio ante los incrédulos y no ante los santos?
¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo es juzgado por vosotros, ¿no sois competentes para {juzgar} los casos más triviales?
¿No sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¡Cuánto más asuntos de esta vida!
Para vergüenza vuestra {lo} digo. ¿{Acaso} no hay entre vosotros algún hombre sabio que pueda juzgar entre sus hermanos,
Así que, en efecto, es ya un fallo entre vosotros el hecho de que tengáis litigios entre vosotros. ¿Por qué no sufrís mejor la injusticia? ¿Por qué no ser mejor defraudados?
¿O no sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os dejéis engañar: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales,
Todas las cosas me son lícitas, pero no todas son de provecho. Todas las cosas me son lícitas, pero yo no me dejaré dominar por ninguna.
Los alimentos son para el estómago y el estómago para los alimentos, pero Dios destruirá a los dos. Sin embargo, el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor es para el cuerpo.
¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Tomaré, acaso, los miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? ¡De ningún modo!
¿O no sabéis que el que se une a una ramera es un cuerpo {con ella?} Porque El dice: LOS DOS VENDRAN A SER UNA SOLA CARNE.
¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno es para el hombre no tocar mujer.
No obstante, por razón de las inmoralidades, que cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido.
La mujer no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino el marido. Y asimismo el marido no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino la mujer.
No os privéis el uno del otro, excepto de común acuerdo {y} por cierto tiempo, para dedicaros a la oración; volved después a juntaros a fin de que Satanás no os tiente por causa de vuestra falta de dominio propio.
Mas esto digo por vía de concesión, no como una orden.
Sin embargo, yo desearía que todos los hombres fueran como yo. No obstante, cada cual ha recibido de Dios su propio don, uno de una manera y otro de otra.
A los casados instruyo, no yo, sino el Señor: que la mujer no debe dejar al marido
(pero si lo deja, quédese sin casar, o {de lo contrario} que se reconcilie con su marido), y que el marido no abandone a su mujer.
Pero a los demás digo yo, no el Señor, que si un hermano tiene una mujer que no es creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone.
Y la mujer cuyo marido no es creyente, y él consiente en vivir con ella, no abandone a su marido.
Porque el marido que no es creyente es santificado por medio de su mujer; y la mujer que no es creyente es santificada por medio de su marido creyente; de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mas ahora son santos.
Sin embargo, si el que no es creyente se separa, que se separe; en tales {casos} el hermano o la hermana no están obligados, sino que Dios nos ha llamado {para vivir} en paz.
¿Fue llamado alguno {ya} circuncidado? Quédese circuncidado. ¿Fue llamado alguno estando incircuncidado? No se circuncide.
¿Fuiste llamado siendo esclavo? No te preocupes; aunque si puedes obtener tu libertad, prefiérelo.
Comprados fuisteis por precio; no os hagáis esclavos de los hombres.
En cuanto a las doncellas no tengo mandamiento del Señor, pero doy mi opinión como el que habiendo recibido la misericordia del Señor es digno de confianza.
¿Estás unido a mujer? No procures separarte. ¿Estás libre de mujer? No busques mujer.
Pero si te casas, no has pecado; y si una doncella se casa, no ha pecado. Sin embargo, ellos tendrán problemas en esta vida, y yo os {los} quiero evitar.
Mas esto digo, hermanos: el tiempo ha sido acortado; de modo que de ahora en adelante los que tienen mujer sean como si no la tuvieran;
y los que lloran, como si no lloraran; y los que se regocijan, como si no se regocijaran; y los que compran, como si no tuvieran nada;
y los que aprovechan el mundo, como si no {lo} aprovecharan plenamente; porque la apariencia de este mundo es pasajera.
y {sus intereses} están divididos. Y la mujer que no está casada y la doncella se preocupan por las cosas del Señor, para ser santas tanto en cuerpo como en espíritu; pero la casada se preocupa por las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido.
Y esto digo para vuestro propio beneficio; no para poneros restricción, sino para {promover} lo que es honesto y para {asegurar vuestra} constante devoción al Señor.
Pero si alguno cree que no está obrando correctamente con respecto a su {hija} virgen, si ella es de edad madura, y si es necesario que así se haga, que haga lo que quiera, no peca; que se case.
Así los dos, el que da en matrimonio a su {hija} virgen, hace bien; y el que no la da en matrimonio, hace mejor.
Si alguno cree que sabe algo, no ha aprendido todavía como lo debe saber;
Por tanto, en cuanto a comer de lo sacrificado a los ídolos, sabemos que un ídolo no es nada en el mundo, y que no hay sino un solo Dios.
Sin embargo, no todos tienen este conocimiento; sino que algunos, estando acostumbrados al ídolo hasta ahora, comen {alimento} como si éste fuera sacrificado a un ídolo; y su conciencia, siendo débil, se mancha.
Pero la comida no nos recomendará a Dios, {pues} ni somos menos si no comemos, ni {somos} más si comemos.
Mas tened cuidado, no sea que esta vuestra libertad de alguna manera se convierta en piedra de tropiezo para el débil.
Porque si alguno te ve a ti, que tienes conocimiento, sentado {a la mesa} en un templo de ídolos, ¿no será estimulada su conciencia, si él es débil, a comer lo sacrificado a los ídolos?
Por consiguiente, si la comida hace que mi hermano tropiece, no comeré carne jamás, para no hacer tropezar a mi hermano.
¿No soy libre? ¿No soy apóstol? ¿No he visto a Jesús nuestro Señor? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor?
Si para otros no soy apóstol, por lo menos para vosotros sí lo soy; pues vosotros sois el sello de mi apostolado en el Señor.
¿Acaso no tenemos derecho a comer y beber?
¿Acaso no tenemos derecho a llevar con nosotros una esposa creyente, así como los demás apóstoles y los hermanos del Señor y Cefas?
¿O acaso sólo Bernabé y yo no tenemos el derecho a no trabajar?
¿Quién ha servido alguna vez como soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta una viña y no come de su fruto? ¿O quién cuida un rebaño y no bebe de la leche del rebaño?
¿Acaso digo esto según el juicio humano? ¿No dice también la ley esto mismo?
Pues en la ley de Moisés está escrito: NO PONDRAS BOZAL AL BUEY CUANDO TRILLA. ¿Acaso le preocupan a Dios los bueyes?
Si otros tienen este derecho sobre vosotros, ¿no lo {tenemos} aún más nosotros? Sin embargo, no hemos usado este derecho, sino que sufrimos todo para no causar estorbo al evangelio de Cristo.
¿No sabéis que los que desempeñan los servicios sagrados comen la {comida} del templo, {y} los que regularmente sirven al altar, del altar reciben su parte?
Mas yo de nada de esto me he aprovechado. Y no escribo esto para que así se haga conmigo; porque mejor me fuera morir, que permitir que alguno me prive de esta gloria.
Porque si predico el evangelio, no tengo nada de qué gloriarme, pues estoy bajo el deber {de hacerlo;} pues ¡ay de mí si no predico el evangelio!
A los judíos me hice como judío, para ganar a los judíos; a los que están bajo {la} ley, como bajo {la} ley (aunque yo no estoy bajo {la} ley) para ganar a los que están bajo {la} ley;
a los que están sin ley, como sin ley (aunque no estoy sin la ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo) para ganar a los que están sin ley.
¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos en verdad corren, pero {sólo} uno obtiene el premio? Corred de tal modo que ganéis.
Por tanto, yo de esta manera corro, no como sin tener meta; de esta manera peleo, no como dando golpes al aire,
sino que golpeo mi cuerpo y lo hago mi esclavo, no sea que habiendo predicado a otros, yo mismo sea descalificado.
Porque no quiero que ignoréis, hermanos, que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube y todos pasaron por el mar;
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