48 casos

'Nos' en la Biblia

"Por tanto, es necesario que de los hombres que nos han acompañado todo el tiempo que el Señor Jesús vivió entre nosotros,

Después de orar, dijeron: ``Tú, Señor, que conoces el corazón de todos, muéstra{nos} a cuál de estos dos has escogido

Al ver {esto,} Pedro dijo al pueblo: ``Hombres de Israel, ¿por qué se maravillan de esto, o por qué nos miran {así,} como si por nuestro propio poder o piedad le hubiéramos hecho andar?

si se nos está interrogando hoy por {causa del} beneficio hecho a un hombre enfermo, de qué manera éste ha sido sanado,

porque le hemos oído decir que este Nazareno, Jesús, destruirá este lugar, y cambiará las tradiciones que Moisés nos dejó."

DICIENDO A AARON: `HAZNOS DIOSES QUE VAYAN DELANTE DE NOSOTROS, PORQUE A ESTE MOISES QUE NOS SACO DE LA TIERRA DE EGIPTO, NO SABEMOS LO QUE LE HAYA PASADO.'

"Y él nos contó cómo había visto al ángel de pie en su casa, el cual le dijo: `Envía {unos hombres} a Jope y haz traer a Simón, que también se llama Pedro,

"Por tanto, si Dios les dio a ellos el mismo don que también nos {dio} a nosotros después de creer en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo para poder impedírselo a Dios?"

``Hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre ustedes temen a Dios, a nosotros nos es enviada la palabra de esta salvación.

Entonces Pablo y Bernabé hablaron con valor y dijeron: ``Era necesario que la palabra de Dios les fuera predicada primeramente a ustedes; pero ya que la rechazan y no se juzgan dignos de la vida eterna, así que ahora nos volvemos a los Gentiles.

nos pareció bien, habiendo llegado a un común acuerdo, escoger {algunos} hombres para enviarlos a ustedes con nuestros amados Bernabé y Pablo.

Cuando tuvo la visión, enseguida procuramos ir a Macedonia, persuadidos de que Dios nos había llamado para anunciarles el evangelio.

De allí {fuimos} a Filipos, que es una ciudad principal de la provincia de Macedonia, una colonia {Romana}; en esta ciudad nos quedamos por varios días.

Mientras íbamos al lugar de oración, nos salió al encuentro una muchacha esclava que tenía espíritu de adivinación, la cual daba grandes ganancias a sus amos, adivinando.

y proclaman costumbres que no nos es lícito aceptar ni observar, puesto que somos Romanos."

Pero Pablo les dijo: ``Aunque somos ciudadanos Romanos, nos han azotado públicamente sin hacernos juicio y nos han echado a la cárcel; ¿y ahora nos sueltan en secreto? ¡De ninguna manera! Que ellos mismos vengan a sacarnos."

Pero éstos se habían adelantado y nos esperaban en Troas.

Nos embarcamos en Filipos después de los días de la Fiesta de los Panes sin Levadura, y en cinco días llegamos adonde ellos {estaban} en Troas; y allí nos quedamos siete días.

Cuando nos encontró en Asón, lo recibimos a bordo y nos dirigimos a Mitilene.

Al encontrar un barco que iba para Fenicia, subimos a bordo y nos hicimos a la vela.

Después de hallar a los discípulos, nos quedamos allí siete días, y ellos le decían a Pablo, por el Espíritu, que no fuera a Jerusalén.

Pasados aquellos días partimos y emprendimos nuestro viaje mientras que todos ellos, con sus mujeres e hijos, nos acompañaron hasta las afueras de la ciudad. Después de arrodillarnos y orar en la playa, nos despedimos unos de otros.

Terminado el viaje desde Tiro, llegamos a Tolemaida, y después de saludar a los hermanos, nos quedamos con ellos un día.

Al día siguiente partimos y llegamos a Cesarea, y entrando en la casa de Felipe, el evangelista, que era uno de los siete (diáconos), nos quedamos con él.

quien vino a {ver}nos, y tomando el cinto de Pablo, se ató las manos y los pies, y dijo: ``Así dice el Espíritu Santo: `Así atarán los Judíos en Jerusalén al dueño de este cinto, y lo entregarán en manos de los Gentiles.'"

Después de estos días nos preparamos y comenzamos a subir hacia Jerusalén.

Nos acompañaron también {algunos} de los discípulos de Cesarea, quienes nos condujeron a Mnasón, de Chipre, un antiguo discípulo con quien deberíamos hospedarnos.

Cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos nos recibieron con regocijo.

los cuales fueron a los principales sacerdotes y a los ancianos y dijeron: ``Nos hemos comprometido bajo solemne juramento a no probar nada hasta que hayamos matado a Pablo.

``Pero para no molestarle más, le suplico que, con su {habitual} bondad, nos conceda una breve audiencia.

Embarcándonos en una nave Adramitena que estaba para salir hacia las regiones de la costa de Asia (provincia occidental de Asia Menor), nos hicimos a la mar acompañados por Aristarco, un Macedonio de Tesalónica.

Allí el centurión halló una nave Alejandrina que iba para Italia, y nos embarcó en ella.

Después de navegar lentamente por muchos días, y de llegar con dificultad frente a Gnido, pues el viento no nos permitió {avanzar} más, navegamos al amparo de la isla de Creta, frente a Salmón.

y siendo azotada la nave, y no pudiendo hacer frente al viento nos abandonamos {a él} y nos dejamos llevar a la deriva.

Una vez que ellos estaban a salvo, nos enteramos de que la isla se llamaba Malta.

Cerca de allí había unas tierras que pertenecían al hombre principal de la isla, que se llamaba Publio, el cual nos recibió y nos hospedó con toda amabilidad por tres días.

También nos honraron con muchas demostraciones de respeto, y cuando estábamos para salir, {nos} suplieron con todo lo necesario.

Al llegar a Siracusa, nos quedamos allí por tres días.

Allí encontramos {algunos} hermanos, que nos invitaron a permanecer con ellos por siete días. Y así llegamos a Roma.

Las citas bíblicas son tomadas Nueva Biblia de los Hispanos © 2005 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, http://www.lockman.org. Usadas con permiso