3489 casos

'Tú' en la Biblia

Y levanta endecha sobre los príncipes de Israel.

Y dirás: ¡Cómo se echó entre los leones tu madre la leona! entre los leoncillos crió sus cachorros.

Tu madre es como una vid en tu sangre, plantada junto a las aguas, dando fruto y echando vástagos a causa de las muchas aguas.

¿Quieres juzgarlos? ¿Los quieres juzgar , hijo de hombre? Hazles saber las abominaciones de sus padres;

Hijo de hombre, pon tu rostro hacia el sur, y derrama tu palabra hacia la parte austral, y profetiza contra el bosque de la región del sur.

Hijo de hombre, pon tu rostro contra Jerusalén, y derrama palabra sobre los santuarios, y profetiza contra la tierra de Israel.

Y , hijo de hombre, gime con quebrantamiento de tus lomos, y con amargura; gime delante de los ojos de ellos.

Y será, que cuando te dijeren: ¿Por qué gimes ? dirás: Por la noticia que viene; y todo corazón desfallecerá, y toda mano se debilitará, y se angustiará todo espíritu, y toda rodilla será débil como el agua; he aquí que viene, y se hará, dice Jehová el Señor.

, pues, hijo de hombre, profetiza y bate una mano con otra, y se duplicará la espada la tercera vez, la espada de muertos; ésta es la espada de la gran matanza que los traspasará,

Ponte a una parte, ya sea a la derecha, o a la izquierda, hacia donde tu rostro se determine.

Y , hijo de hombre, señálate dos caminos por donde venga la espada del rey de Babilonia; de una misma tierra salgan ambos; y elige un lugar; escógelo en el principio del camino que conduce a la ciudad.

Y , profano e impío príncipe de Israel, cuyo día vino en el tiempo de la consumación de la maldad;

Y , hijo de hombre, profetiza, y di: Así dice Jehová el Señor sobre los hijos de Amón, y su oprobio. Dirás, pues: La espada, la espada está desenvainada para degollar, para consumir; pulida con resplandor.

Serás pasto para el fuego; tu sangre quedará en medio de la tierra, y no habrá más memoria de ti; porque yo Jehová he hablado.

Y , hijo de hombre, ¿no juzgarás , no juzgarás a la ciudad derramadora de sangre, y le mostrarás todas sus abominaciones?

En tu sangre que derramaste has pecado, y te has contaminado en tus ídolos que hiciste; y has hecho acercar tus días, y has llegado al término de tus años; por tanto, te he dado en oprobio a las naciones, y en escarnio a todas las tierras.

Y he aquí, que golpeé mi mano a causa de tu avaricia que cometiste, y a causa de la sangre que derramaste en medio de ti.

¿Estará firme tu corazón? ¿Tus manos serán fuertes en los días que yo ace contra ti? Yo Jehová he hablado, y lo haré.

Y yo te dispersaré por las naciones, y te esparciré por las tierras; y haré fenecer de ti tu inmundicia.

Hijo de hombre, di a ella: no eres tierra limpia, ni rociada con lluvia en el día del furor.

Así trajiste a la memoria la lujuria de tu juventud, cuando los egipcios comprimieron tus pechos, los pechos de tu juventud.

Por tanto, Aholiba, así dice Jehová el Señor: He aquí que yo despierto tus amantes contra ti, de los cuales se sació tu deseo, y yo les haré venir contra ti en derredor;

Y pondré mi celo contra ti, y obrarán contigo con furor; te quitarán tu nariz y tus orejas, y lo que te quedare caerá a espada. Ellos tomarán a tus hijos y a tus hijas, y tu remanente será consumido por el fuego.

Y haré cesar de ti tu suciedad, y tu prostitución de la tierra de Egipto; y no levantarás más a ellos tus ojos, ni nunca más te acordarás de Egipto.

Porque así dice Jehová el Señor: He aquí, yo te entrego en mano de aquellos que aborreciste, en mano de aquellos de los cuales se hastió tu alma;

los cuales obrarán contigo con odio, y tomarán todo lo que trabajaste, y te dejarán desnuda y descubierta; y se descubrirá la vergüenza de tus prostituciones; tanto tu lujuria como tus prostituciones.

En el camino de tu hermana anduviste; yo, pues, pondré su cáliz en tu mano.

Así dice Jehová el Señor: Beberás el hondo y ancho cáliz de tu hermana; de ti se mofarán las gentes, y te escarnecerán; de grande cabida es.

Serás llena de embriaguez y de dolor por el cáliz de soledad y desolación, por el cáliz de tu hermana Samaria.

Por tanto, así dice Jehová el Señor: Por cuanto te has olvidado de mí, y me has echado tras tus espaldas, por eso, lleva también tu lujuria y tus prostituciones.

Y me dijo Jehová: Hijo de hombre, ¿no juzgarás a Ahola, y a Aholiba, y les denunciarás sus abominaciones?

En tu suciedad perversa padecerás; porque te limpié, y no te limpiaste de tu suciedad; nunca más te limpiarás, hasta que yo haga que mi ira repose sobre ti.

Y me dijo el pueblo: ¿No nos enseñarás qué significan para nosotros estas cosas que haces?

Y , hijo de hombre, el día que yo quite de ellos su fortaleza, el gozo de su gloria, el deleite de sus ojos, y el anhelo de sus almas, sus hijos y sus hijas,

En aquel día se abrirá tu boca para hablar con el que haya escapado, y hablarás, y no estarás más mudo; y les serás por señal, y sabrán que yo soy Jehová.

Hijo de hombre, pon tu rostro hacia los hijos de Amón, y profetiza contra ellos.

por tanto, he aquí, yo te entrego por heredad a los orientales, y pondrán en ti sus apriscos, y colocarán en ti sus tiendas; ellos comerán tus sementeras, y beberán tu leche.

Porque así dice Jehová el Señor: Por cuanto batiste tus manos, y golpeaste con tus pies, y te regocijaste en tu corazón con todo tu menosprecio contra la tierra de Israel;

Con los cascos de sus caballos hollará todas tus calles; a tu pueblo matará a espada, y las estatuas de tu fortaleza caerán a tierra.

Y robarán tus riquezas, y saquearán tus mercaderías: y arruinarán tus muros, y tus casas preciosas destruirán; y pondrán tus piedras y tu madera y tu polvo en medio de las aguas.

Así dice Jehová el Señor a Tiro: ¿No se estremecerán las islas al estruendo de tu caída, cuando griten los heridos, cuando se haga la matanza en medio de ti?

Y levantarán sobre ti endechas, y te dirán: ¿Cómo pereciste , poblada por gente de mar, ciudad que fue alabada, que fue fuerte en el mar, ella y sus habitantes, que infundían terror a todos sus vecinos?

Ahora se estremecerán las islas en el día de tu caída, sí, las islas que están en el mar se espantarán de tu partida.

Y dirás a Tiro: Oh que estás asentada a las entradas del mar, que eres mercader de los pueblos de muchas islas: Así dice Jehová el Señor: Tiro, has dicho: Yo soy de perfecta hermosura.

En el corazón de los mares están tus términos; los que te edificaron completaron tu belleza.

De cipreses del monte Senir te fabricaron toda tu armazón; tomaron cedros del Líbano para hacerte el mástil.

De lino fino bordado de Egipto era tu cortina, para que te sirviese de vela; de azul y púrpura de las costas de Elisa era tu pabellón.

Persas y los de Lud, y los de Fut, fueron en tu ejército tus hombres de guerra; escudos y yelmos colgaron en ti; ellos te dieron tu honra.

Y los hijos de Arvad con tu ejército estuvieron sobre tus muros alrededor, y los gamadeos en tus torres; sus escudos colgaron sobre tus muros alrededor; ellos completaron tu hermosura.

Tarsis tu mercader a causa de la multitud de todas tus riquezas; con plata, hierro, estaño y plomo, comerciaba en tus ferias.

De la casa de Togarma, caballos y jinetes y mulos, comerciaban en tu mercado.

Los hijos de Dedán eran tus negociantes; muchas costas tomaban mercadería de tu mano; colmillos de marfil y ébano te dieron en presente.

Siria fue tu mercader por la multitud de tus productos; venía a tus ferias con esmeraldas, púrpura, vestidos bordados, linos finos, corales y rubíes.

Judá, y la tierra de Israel, eran tus mercaderes; con trigos de Minit y Panag, miel, aceite y resina comerciaban en tu mercado.

Damasco, era tu mercader por la multitud de tus productos, por la abundancia de toda riqueza, con vino de Helbón y lana blanca.

Asimismo Dan y el errante Javán vinieron a tus ferias, para negociar en tu mercado con hierro labrado, casia y caña aromática.

Dedán fue tu mercader con paños preciosos para carros.

Tus riquezas, tus mercancías, tu comercio, tus marineros, tus timoneles, tus calafateadores, los agentes de tus negocios y todos tus hombres de guerra que hay en ti, con toda tu compañía que en medio de ti se halla, caerán en medio de los mares el día de tu caída.

En el tiempo que serás destrozada por los mares en las profundidades de las aguas, tu comercio y toda tu compañía caerán en medio de ti.

Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Así dice Jehová el Señor: Por cuanto se enalteció tu corazón y dijiste: Yo soy Dios; en la silla de Dios estoy sentado en medio de los mares (siendo hombre y no Dios), y has puesto tu corazón como corazón de Dios.

He aquí que eres más sabio que Daniel; no hay secreto que te sea oculto;

con tu sabiduría y con tu prudencia has acumulado riquezas, y has adquirido oro y plata en tus tesoros.

Con la grandeza de tu sabiduría y tu comercio has multiplicado tus riquezas; y a causa de tus riquezas se ha enaltecido tu corazón.

Por tanto, así dice Jehová el Señor: Por cuanto pusiste tu corazón como corazón de Dios,

por tanto, he aquí yo traigo sobre ti extranjeros, los violentos de las naciones, que desenvainarán sus espadas contra la hermosura de tu sabiduría, y mancharán tu esplendor.

¿Hablarás delante del que te mate, diciendo: Yo soy Dios? , hombre eres, y no Dios, en la mano de tu matador.

Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así dice Jehová el Señor: eras el sello a la proporción, lleno de sabiduría y perfecto en hermosura.

En Edén, en el huerto de Dios estuviste; toda piedra preciosa fue tu vestidura; el sardio, el topacio, el diamante, el berilo, el ónice, el jaspe, el zafiro, la esmeralda, el carbunclo y el oro; los primores de tus tamboriles y flautas fueron preparados en ti el día que fuiste creado.

, querubín ungido, protector; yo te puse así; en el santo monte de Dios estuviste; en medio de piedras de fuego has andado.

Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti.

Con la multitud de tus maldades, y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu santuario; yo, pues, sacaré fuego de en medio de ti, el cual te consumirá, y te pondré en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran.

Hijo de hombre, pon tu rostro hacia Sidón, y profetiza contra ella;

Hijo de hombre, pon tu rostro contra Faraón rey de Egipto, y profetiza contra él y contra todo Egipto.

En aquel tiempo haré reverdecer el cuerno a la casa de Israel, y abriré tu boca en medio de ellos; y sabrán que yo soy Jehová.

Hijo de hombre, di a Faraón rey de Egipto, y a su pueblo: ¿A quién te comparaste en tu grandeza?

Y regaré de tu sangre la tierra donde nadas, hasta los montes; y los ríos se llenarán de ti.

Haré entenebrecer todas las lumbreras del cielo por ti, y pondré tinieblas sobre tu tierra, dice Jehová el Señor.

Y entristeceré el corazón de muchos pueblos, cuando traiga tu destrucción entre las naciones, por las tierras que no conociste.

Y dejaré atónitos sobre ti a muchos pueblos, y sus reyes tendrán horror grande a causa de ti, cuando haga resplandecer mi espada delante de sus rostros, y todos se sobresaltarán en sus ánimos a cada momento en el día de tu caída.

Con espadas de fuertes haré caer a tu pueblo; todos ellos serán los poderosos de las naciones; y destruirán la soberbia de Egipto, y toda su multitud será deshecha.

, pues, serás destruido entre los incircuncisos, y yacerás con los muertos a espada.

Hijo de hombre, habla a los hijos de tu pueblo, y diles: Cuando trajere yo espada sobre la tierra, y el pueblo de la tierra tomare un hombre de sus términos, y lo pusiere por atalaya,

Cuando yo dijere al impío: Impío, de cierto morirás; si no hablares para que se guarde el impío de su camino, el impío morirá por su pecado, pero su sangre yo la demandaré de tu mano.

Y si avisares al impío de su camino para que de él se aparte, y él no se apartare de su camino, él morirá por su pecado, pero libraste tu alma.

, pues, hijo de hombre, di a la casa de Israel: Vosotros habéis hablado así, diciendo: Nuestras transgresiones y nuestros pecados están sobre nosotros, y a causa de ellos somos consumidos: ¿cómo, pues, viviremos?

Y , hijo de hombre, di a los hijos de tu pueblo: La justicia del justo no lo librará el día que se rebelare; y la impiedad del impío no le será estorbo el día que se volviere de su impiedad; y el justo no podrá vivir por su justicia el día que pecare.

Luego dirán los hijos de tu pueblo: No es recto el camino del Señor. ¡El camino de ellos es el que no es recto!

Y , hijo de hombre, los hijos de tu pueblo se mofan de ti junto a las paredes y a las puertas de las casas, y habla el uno con el otro, cada uno con su hermano, diciendo: Venid ahora, y oíd qué palabra viene de Jehová.

Y he aquí que eres a ellos como cantor de amores, agradable de voz y que toca bien un instrumento; oyen tus palabras, pero no las ponen por obra.

Hijo de hombre, pon tu rostro hacia el monte de Seir, y profetiza contra él,

A tus ciudades asolaré, y serás asolado; y sabrás que yo soy Jehová.

Por tanto, vivo yo, dice Jehová el Señor, yo haré conforme a tu ira, y conforme a tu celo con que procediste, a causa de tus enemistades con ellos: y seré conocido en ellos, cuando te haya juzgado.

Y , hijo de hombre, profetiza a los montes de Israel, y di: Montes de Israel, oíd palabra de Jehová:

Así dice Jehová el Señor: Por cuanto dicen de vosotros: has sido devoradora de hombres, y has privado de los hijos a tu nación;

por tanto, ya no devorarás hombres, y nunca más privarás de hijos a tu nación, dice Jehová el Señor.

Y nunca más te haré oír injuria de naciones, ni más llevarás el oprobio de pueblos, ni harás más morir a los hijos de tu nación, dice Jehová el Señor.

Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehová, lo sabes.

, hijo de hombre, tómate ahora una vara, y escribe en ella: Para Judá, y para los hijos de Israel sus compañeros. Toma después otra vara, y escribe en ella: Para José, vara de Efraín, y para toda la casa de Israel sus compañeros.

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