'Cómo' en la Biblia
y José su marido, como era un hombre justo y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente.
Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su esposa,
Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre Él.
Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en el cielo es perfecto.
Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados de los hombres; de cierto os digo: Ya tienen su recompensa.
Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres. De cierto os digo: Ya tienen su recompensa.
Y cuando ores, no uses vanas repeticiones, como hacen los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.
Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo.
Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
Y cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para parecer a los hombres que ayunan. De cierto os digo que ya tienen su recompensa.
Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen; no trabajan ni hilan;
pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos.
¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí hay una viga en tu propio ojo?
porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.
Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste te sea hecho. Y su siervo fue sano en aquella misma hora.
Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.
He aquí yo os envío como ovejas en medio de lobos; sed, pues, sabios como serpientes, y sencillos como palomas.
Mas cuando os entregaren, no os preocupéis de cómo o qué habéis de hablar; porque en aquella misma hora, os será dado lo que habéis de hablar.
Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de familia llamaron Belcebú, ¿cuánto más a los de su casa?
cómo entró en la casa de Dios, y comió del pan de la proposición, que no le era lícito comer, ni a los que estaban con él, sino sólo a los sacerdotes?
¿O no habéis leído en la ley, cómo los sábados en el templo los sacerdotes profanan el sábado y son sin culpa?
Entonces dijo a aquel hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada sana como la otra.
Entonces salieron los fariseos y tomaron consejo contra Él, de cómo le matarían.
Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿cómo, pues, permanecerá su reino?
De otra manera, ¿cómo puede uno entrar a la casa del hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no ata al hombre fuerte? Y entonces podrá saquear su casa.
¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca.
Porque como estuvo Jonás en el vientre de la ballena tres días y tres noches; así estará el Hijo del Hombre tres días y tres noches en el corazón de la tierra.
Así como la cizaña es recogida y quemada en el fuego; así será en el fin de este mundo.
Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga.
Y quería matarle, pero temía al pueblo, porque le tenían como a profeta.
Y los que comieron eran como cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.
Pero en vano me honran; enseñando como doctrinas mandamientos de hombres.
Entonces respondiendo Jesús, le dijo: ¡Oh mujer, grande es tu fe! Sea hecho contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora.
¿Cómo es que no entendéis que no por el pan os dije, que os guardaseis de la levadura de los fariseos y de los saduceos?
y se transfiguró delante de ellos; y su rostro resplandeció como el sol, y su vestidura se hizo blanca como la luz.
Y Jesús les dijo: Por vuestra incredulidad; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.
y dijo: De cierto os digo: Si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.
Cualquiera, pues, que se humillare como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos.
Y cualquiera que recibiere en mi nombre a un niño como éste, a mí me recibe.
¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, así como yo tuve misericordia de ti?
Honra a tu padre y a tu madre; y: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
así como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
Y los discípulos fueron, e hicieron como Jesús les mandó;
Y viéndolo los discípulos, se maravillaron y decían: ¡Cómo es que tan pronto se secó la higuera!
Pero cuando buscaron cómo echarle mano, tuvieron miedo de la multitud; porque ellos le tenían por profeta.
y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste acá sin estar vestido de boda? Mas él enmudeció.
Entonces los fariseos fueron y consultaron de cómo le prenderían en alguna palabra.
Porque en la resurrección ni se casan, ni se dan en casamiento, sino que son como los ángeles de Dios en el cielo.
Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Él les dijo: ¿Cómo entonces David en el Espíritu le llama Señor, diciendo:
Pues si David le llama Señor, ¿cómo es su hijo?
¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno?
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste!
Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre.
Y como en los días de Noé, así también será la venida del Hijo del Hombre.
Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca,
Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes.
y serán reunidas delante de Él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos;
Y los discípulos hicieron como Jesús les mandó, y prepararon la pascua.
A la verdad el Hijo del Hombre va, como está escrito de Él, mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a tal hombre no haber nacido.
¿Pero cómo entonces se cumplirían las Escrituras, de que es necesario que así se haga?
En aquella hora, dijo Jesús a la multitud: ¿Como contra un ladrón habéis salido, con espadas y palos para prenderme? Cada día me sentaba con vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis.
y las dieron por el campo del alfarero, como me ordenó el Señor.
Y Pilato les dijo: Tenéis una guardia, id y aseguradlo como sabéis.
Y su aspecto era como relámpago, y su vestidura blanca como la nieve.
Y de miedo de él, los guardias temblaron y se quedaron como muertos.
No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor.
Y ellos tomando el dinero, hicieron como fueron instruidos; y este dicho ha sido divulgado entre los judíos hasta el día de hoy.
Como está escrito en los profetas: He aquí yo envío mi mensajero delante de tu faz, El cual preparará tu camino delante de ti.
Y luego, subiendo del agua, vio abrirse los cielos, y al Espíritu como paloma que descendía sobre Él.
Y se admiraban de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.
cómo entró en la casa de Dios, en los días de Abiatar el sumo sacerdote, y comió los panes de la proposición, de los cuales no es lícito comer sino a los sacerdotes, y dio aun a los que con él estaban?
Entonces mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y su mano le fue restaurada sana como la otra.
Y saliendo los fariseos, en seguida tomaron consejo con los herodianos contra Él, de cómo le matarían.
Y llamándoles, les dijo en parábolas: ¿Cómo puede Satanás, echar fuera a Satanás?
Y les dijo: ¿No entendéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas?
Y dijo: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra;
y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin saber él cómo.
Es como el grano de mostaza, que cuando se siembra en tierra, es la más pequeña de todas las semillas que hay en la tierra;
Y despidiendo a la multitud, le recibieron como estaba en la barca; y había también con Él otras barcas.
Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo es que no tenéis fe?
Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos.
Y luego Jesús se los permitió. Y saliendo aquellos espíritus inmundos, entraron en los puercos (los cuales eran como dos mil); y el hato se precipitó al mar por un despeñadero; y en el mar se ahogaron.
Y los que lo habían visto les contaron cómo le había acontecido al que había tenido el demonio, y lo de los puercos.
Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti.
Y tan pronto como Jesús oyó la palabra que fue dicha, dijo al príncipe de la sinagoga: No temas, cree solamente.
Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos porque eran como ovejas que no tenían pastor, y comenzó a enseñarles muchas cosas.
Y los que comieron de los panes eran como cinco mil hombres.
Y al ver que se fatigaban remando, porque el viento les era contrario, como a la cuarta vigilia de la noche vino a ellos andando sobre el mar, y quería pasarlos de largo.
Y volviendo del mercado, si no se lavan, no comen. Y muchas otras cosas hay que han recibido para guardar, como el lavar las copas, los jarros, los vasos de bronce, y las mesas.
Y respondiendo Él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, pero su corazón lejos está de mí.
Pero en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres.
Y los que comieron eran como cuatro mil; y los despidió.
Y les dijo: ¿Cómo es que aún no entendéis?
Y él mirando, dijo: Veo los hombres como árboles que caminan.
Y sus vestiduras se volvieron resplandecientes, tan blancas como la nieve; tanto que ningún lavador en la tierra las puede hacer tan blancas.
Y respondiendo Él, les dijo: Elías a la verdad vendrá primero, y restaurará todas las cosas; y como está escrito del Hijo del Hombre, que debe padecer mucho y ser tenido en nada.
Pero os digo que Elías ya vino, y le hicieron todo lo que quisieron, como está escrito de él.
Entonces el espíritu, clamando y desgarrándole mucho, salió; y él quedó como muerto, de modo que muchos decían: Está muerto.
El que recibiere en mi nombre a un niño como éste, a mí me recibe; y el que a mí me recibe, no me recibe a mí, sino al que me envió.