'Digo' en la Biblia
Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis á decir en vosotros mismos: Tenemos á Abraham por padre: porque os digo que puede Dios, aun de estas piedras, levantar hijos á Abraham.
Y dijo: De cierto os digo, que ningún profeta es acepto en su tierra.
Mas en verdad os digo, que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fué cerrado por tres años y seis meses, que hubo una grande hambre en toda la tierra;
Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra de perdonar pecados, (dice al paralítico): A ti digo, levántate, toma tu lecho, y vete á tu casa.
Mas á vosotros los que oís, digo: Amad á vuestros enemigos, haced bien á los que os aborrecen;
¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que digo?
Porque también yo soy hombre puesto en potestad, que tengo debajo de mí soldados; y digo á éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y á mi siervo: Haz esto, y lo hace.
Lo cual oyendo Jesús, se maravilló de él, y vuelto, dijo á las gentes que le seguían: Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe.
Y acercándose, tocó el féretro: y los que lo llevaban, pararon. Y dice: Mancebo, á ti digo, levántate.
Mas ¿qué salisteis á ver? ¿un profeta? También os digo, y aun más que profeta.
Porque os digo que entre los nacidos de mujeres, no hay mayor profeta que Juan el Bautista: mas el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que él.
Por lo cual te digo que sus muchos pecados son perdonados, porque amó mucho; mas al que se perdona poco, poco ama.
Y os digo en verdad, que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que vean el reino de Dios.
Y os digo que los de Sodoma tendrán más remisión aquel día, que aquella ciudad.
Porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oir lo que oís, y no lo oyeron.
Os digo, que aunque no se levante á darle por ser su amigo, cierto por su importunidad se levantará, y le dará todo lo que habrá menester.
Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y os será abierto.
Desde la sangre de Abel, hasta la sangre de Zacarías, que murió entre el altar y el templo: así os digo, será demandada de esta generación.
Mas os digo, amigos míos: No temáis de los que matan el cuerpo, y después no tienen más que hacer.
Mas os enseñaré á quién temáis: temed á aquel que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en la Gehenna: así os digo: á éste temed.
Y os digo que todo aquel que me confesare delante de los hombres, también el Hijo del hombre le confesará delante de los ángeles de Dios;
Y dijo á sus discípulos: Por tanto os digo: No estéis afanosos de vuestra vida, qué comeréis; ni del cuerpo, qué vestiréis.
Considerad los lirios, cómo crecen: no labran, ni hilan; y os digo, que ni Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos.
Bienaventurados aquellos siervos, á los cuales cuando el Señor viniere, hallare velando: de cierto os digo, que se ceñirá, y hará que se sienten á la mesa, y pasando les servirá.
En verdad os digo, que él le pondrá sobre todos sus bienes.
¿Pensáis que he venido á la tierra á dar paz? No, os digo; mas disensión.
Te digo que no saldrás de allá, hasta que hayas pagado hasta el último maravedí.
No, os digo; antes si no os arrepintiereis, todos pereceréis igualmente.
No, os digo; antes si no os arrepintiereis, todos pereceréis asimismo.
Porfiad á entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán.
He aquí, os es dejada vuestra casa desierta: y os digo que no me veréis hasta que venga tiempo cuando digáis: Bendito el que viene en nombre del Señor.
Porque os digo que ninguno de aquellos hombres que fueron llamados, gustará mi cena.
Os digo, que así habrá más gozo en el cielo de un pecador que se arrepiente, que de noventa y nueve justos, que no necesitan arrepentimiento.
Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.
Y yo os digo: Haceos amigos de las riquezas de maldad, para que cuando faltareis, os reciban en las moradas eternas.
Os digo que en aquella noche estarán dos en una cama; el uno será tomado, y el otro será dejado.
Os digo que los defenderá presto. Empero cuando el Hijo del hombre viniere, ¿hallará fe en la tierra?
Os digo que éste descendió á su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se ensalza, será humillado; y el que se humilla, será ensalzado.
De cierto os digo, que cualquiera que no recibiere el reino de Dios como un niño, no entrará en él.
Y él les dijo: De cierto os digo, que nadie hay que haya dejado casa, padres, ó hermanos, ó mujer, ó hijos, por el reino de Dios,
Pues yo os digo que á cualquiera que tuviere, le será dado; mas al que no tuviere, aun lo que tiene le será quitado.
Y él respondiendo, les dijo: Os digo que si éstos callaren, las piedras clamarán.
Entonces Jesús les dijo: Ni yo os digo con qué potestad hago estas cosas.
Y dijo: De verdad os digo, que esta pobre viuda echó más que todos:
De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo sea hecho.
Porque os digo que no comeré más de ella, hasta que se cumpla en el reino de Dios.
Porque os digo, que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios venga.
Y él dijo: Pedro, te digo que el gallo no cantará hoy antes que tú niegues tres veces que me conoces.
Porque os digo, que es necesario que se cumpla todavía en mí aquello que está escrito: Y con los malos fué contado: porque lo que está escrito de mí, cumplimiento tiene.
Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo, que hoy estarás conmigo en el paraíso.
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