'Dios' en la Biblia
Hubo un varón en tierra de Uz, llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios, y apartado del mal.
Y acontecía que, habiendo pasado en turno los días de sus banquetes, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Por ventura habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado a Dios en sus corazones. De esta manera hacía Job todos los días.
Y un día vinieron los hijos de Dios a presentarse delante del SEÑOR, entre los cuales vino también Satanás.
Y el SEÑOR dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios, y apartado de mal?
Y respondiendo Satanás al SEÑOR, dijo: ¿Teme Job a Dios de balde?
Aun estaba éste hablando, y vino otro que dijo: Fuego de Dios cayó del cielo, que quemó las ovejas y los criados, y los consumió; solamente escapé yo para traerte las nuevas.
En todo esto no pecó Job, ni atribuyó locura a Dios.
Y otro día aconteció que vinieron los hijos de Dios para presentarse delante del SEÑOR, y vino también entre ellos Satanás compareciendo delante del SEÑOR.
Y el SEÑOR dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado de mal, y que aún retiene su perfección, habiéndome tú incitado contra él, para que lo arruinara sin causa?
Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Blasfema a Dios, y muérete.
Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las locas, has hablado. Está bien: recibimos el bien de Dios, ¿y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.
Aquel día fuera tinieblas, y Dios no curara de él desde arriba, ni claridad resplandeciera sobre él.
Al hombre que no sabe por donde vaya, y que Dios lo encerró.
Perecen por el aliento de Dios, y por el espíritu de su furor son consumidos.
¿Por ventura será el hombre más justo que Dios? ¿Será el varón más limpio que el que lo hizo?
Ciertamente yo buscaría a Dios, y depositaría en él mis negocios;
He aquí, que bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; por tanto no menosprecies la corrección del Todopoderoso.
Porque las saetas del Todopoderoso están en mí, cuyo veneno bebe mi espíritu; y terrores de Dios me combaten.
¡Quién me diera que viniera mi petición, y que Dios me diera lo que espero;
y que quisiera Dios quebrantarme; y que soltara su mano, y me despedazare!
¿Por ventura pervertirá Dios el derecho, o el Todopoderoso pervertirá la justicia?
Si tú de mañana buscares a Dios, y rogares al Todopoderoso;
Tales son los caminos de todos los que olvidan a Dios; y la esperanza del hipócrita perecerá.
He aquí, Dios no aborrece al perfecto, ni toma la mano de los malignos.
Ciertamente yo conozco que es así; ¿y cómo se justificará el hombre con Dios?
Dios no tornará atrás su ira, y debajo de él se encorvan los que ayudan a la soberbia.
Diré a Dios: No me condenes; hazme entender por qué pleiteas conmigo.
Mas ¡oh, quién diera que Dios hablara, y abriera sus labios contigo,
y que te declarara los secretos de la sabiduría! Porque mereces dos tantos según lo establecido; y sabe que Dios te ha olvidado por tu iniquidad.
¿Alcanzarás tú el rastro de Dios? ¿Llegarás tú a la perfección del Todopoderoso?
El que invoca a Dios, y él le responde, es burlado de su amigo; y el justo y perfecto es escarnecido.
Las tiendas de los ladrones están en paz; y los que provocan a Dios, y los que traen dioses en sus manos viven seguros.
Mas yo hablaría con el Todopoderoso, y querría disputar con Dios.
¿Habéis de hablar iniquidad por Dios? ¿Habéis de hablar por él engaño?
¿Habéis vosotros de hacerle honra? ¿Habéis de pleitear vosotros por Dios?
Tú también disipas el temor, y menoscabas la oración delante de Dios.
¿Oíste tú por ventura el secreto de Dios, que detienes en ti solo la sabiduría?
¿En tan poco tienes las consolaciones de Dios? ¿Tienes acaso alguna cosa oculta cerca de ti?
que respondas a Dios con tu espíritu, y sacas tales palabras de tu boca?
Por cuanto él extendió su mano contra Dios, y se esforzó contra el Todopoderoso,
Me ha entregado Dios al mentiroso, y en las manos de los impíos me hizo temblar.
¡Deseo que pudiera disputar el hombre con Dios, como puede con su prójimo!
Ciertamente tales son las moradas del impío, y éste es el lugar del que no conoció a Dios.
sabed ahora que Dios me ha derribado, y me ha envuelto en su red.
Oh vosotros mis amigos, tened compasión de mí, tened compasión de mí; porque la mano de Dios me ha tocado.
¿Por qué me perseguís como Dios, y no os saciáis de mis carnes?
y después desde esta mi piel rota, y desde mi propia carne tengo que ver a Dios.
Comió haciendas, mas las vomitará; de su vientre las sacará Dios.
Cuando se pusiere a llenar su vientre, Dios enviará sobre él el furor de su ira, y la hará llover sobre él y sobre su comida.
Esta es la parte que Dios apareja al hombre impío, y la heredad que Dios le señala por su palabra.
Sus casas seguras de temor, ni hay azote de Dios sobre ellos.
Dicen pues a Dios: Apártate de nosotros, que no queremos el conocimiento de tus caminos.
¡Oh cuántas veces el candil de los impíos es apagado, y viene sobre ellos su contrición, y con su ira Dios les reparte dolores!
Dios guardará para los hijos de ellos su violencia; y le dará su pago, para que conozca.
¿Por ventura enseñará él a Dios conocimiento, juzgando él las alturas?
¿Por ventura traerá el hombre provecho a Dios? Porque para sí mismo es provechoso el sabio.
¿Por ventura Dios no está en la altura de los cielos? ¡Mira la altura de las estrellas, cómo son altas!
Que decían a Dios: Apartate de nosotros, y ¿qué nos ha de hacer el Omnipotente?
Porque entonces te deleitarás en el Omnipotente, y alzarás a Dios tu rostro.
Dios ha enternecido mi corazón, y el Omnipotente me ha espantado.
De la ciudad claman los hombres, y las almas muertas dan voces, pero Dios no puso estorbo.
El señorío y el temor están con Dios; El hace paz en sus alturas.
¿Cómo pues se justificará el hombre con Dios? ¿Y cómo será limpio el que nace de mujer?
Vive el Dios que me quitó mi derecho, y el Omnipotente, que amargó mi alma,
que todo el tiempo que mi alma estuviere en mí, y hubiere hálito de Dios en mis narices,
Porque ¿cuál es la esperanza del hipócrita, por mucho que hubiere robado, cuando Dios arrebatare su alma?
¿Por ventura oirá Dios su clamor cuando la tribulación viniere sobre él?
¿Por ventura se deleitará en el Omnipotente? ¿Invocará a Dios en todo tiempo?
Yo os enseñaré lo que hay en la mano de Dios; no esconderé lo que hay acerca del Omnipotente.
Esta es para con Dios la suerte del hombre impío, y la herencia que los violentos han de recibir del Omnipotente.
Dios, pues, descargará sobre él, y no perdonará. Hará él por huir de su mano.
Dios entiende el camino de ella, y él solo conoce su lugar.
¡Quién me volviera como en los meses pasados, como en los días cuando Dios me guardaba,
como fue en los días de mi juventud, cuando Dios era familiar en mi tienda;
Porque Dios desató mi cuerda, y me afligió, por eso se desenfrenaron delante de mi rostro.
Porque ¿qué galardón me daría de arriba Dios, y qué heredad el Omnipotente de las alturas?
péseme Dios en balanzas de justicia, y conocerá mi integridad.
¿qué haría yo cuando Dios se levantare? Y cuando él visitara, ¿qué le respondería yo?
Porque temí el castigo de Dios, contra cuya alteza yo no tendría poder.
esto también fuera iniquidad comprobada; porque habría negado al Dios soberano.
Entonces Eliú hijo de Baraquel, buzita, de la familia de Ram, se enojó con furor contra Job; se enojó con furor, por cuanto se justificaba a sí mismo más que a Dios.
Para que no digáis: Nosotros hemos hallado sabiduría; que conviene que Dios lo derribe, y no el hombre.
El espíritu de Dios me hizo, y el soplo del Omnipotente me dio vida.
Heme aquí a mí en lugar de Dios, conforme a tu dicho: De lodo soy yo también formado.
He aquí que Dios buscó achaques contra mí, y me tiene por su enemigo;
He aquí en esto no has hablado justamente; yo te responderé que mayor es Dios que el hombre.
Sin embargo, en una o en dos maneras habla Dios al que no ve.
que le diga que Dios tuvo de él misericordia, que lo libró de descender al sepulcro, que halló rescate;
Orará a Dios, y le amará, y verá su faz con gritos de alegría; y él dará al hombre el pago de su justicia.
Dios rescatará su alma, que no pase a la huesa, y su vida se verá en luz.
porque Job ha dicho: Yo soy justo, y Dios me ha quitado mi derecho.
Porque dijo: De nada servirá al hombre el conformar su voluntad con Dios.
Por tanto, varones de entendimiento, oídme: Lejos esté de Dios la impiedad, y del Omnipotente la iniquidad.
Sí, por cierto, Dios no hará injusticia, y el Omnipotente no pervertirá el derecho.
No carga pues él al hombre más de lo justo, para que vaya con Dios a juicio.
Porque de Dios es decir: Yo perdoné, no destruiré.