'Eran' en la Biblia
Los hijos de Dedán eran tus negociantes; muchas islas tomaban mercadería de tu mano; cuernos de marfil y pavos reales te dieron en presente.
Judá, y la tierra de Israel, eran tus mercaderes; con trigos, Minit, y Panag, y miel, aceite, y triaca, dieron en tu mercado.
`Arabia y todos los príncipes de Cedar eran clientes tuyos: comerciaban en corderos, carneros y machos cabríos; en estas cosas {eran} tus clientes.
Éstos eran tus mercaderes en varias cosas; en mantos de azul, y bordados, y en cajas de ropas preciosas, enlazadas con cordones, y en madera de cedro.
`Las naves de Tarsis eran las portadoras de tus productos. Fuiste repleta y muy gloriosa en el corazón de los mares.
`También ellos descendieron con él al Seol, con los que murieron a espada; y {los que eran} su fuerza habitaban bajo su sombra en medio de las naciones.
`Entonces os acordaréis de vuestros malos caminos y de vuestras obras que no {eran} buenas, y os aborreceréis a vosotros mismos por vuestras iniquidades y por vuestras abominaciones.
Y me hizo pasar cerca de ellos por todo alrededor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera.
Las cámaras de la puerta hacia el oriente {eran} tres por cada lado; las tres {tenían} la misma medida. Los pilares a cada lado {tenían} también la misma medida.
Y sus cámaras eran tres de una parte, y tres de otra, y sus postes y sus arcos eran como la medida de la puerta primera; cincuenta codos su longitud, y veinticinco su anchura.
Y sus ventanas, y sus arcos, y sus palmas, eran conforme a la medida de la puerta que estaba hacia el oriente; y subían a ella por siete gradas; y delante de ellas estaban sus arcos.
Y sus gradas eran de siete peldaños, con sus arcos delante de ellas; y tenía palmas, una de una parte, y otra de la otra, en sus postes.
El atrio interior tenía una puerta hacia el sur; y midió de puerta a puerta hacia el sur, {y eran} cien codos.
Y sus cámaras, y sus postes y sus arcos, eran conforme a estas medidas dichas; y tenía sus ventanas y sus arcos alrededor; la longitud era de cincuenta codos, y de veinticinco codos la anchura.
Y los arcos alrededor eran de veinticinco codos de largo, y cinco codos de ancho.
Y sus arcos caían afuera al atrio, con palmas en cada uno de sus postes; y sus gradas eran de ocho escalones.
Y eran sus cámaras, y sus postes, y sus arcos, conforme a estas medidas dichas; y tenía sus ventanas y sus arcos alrededor; la longitud era de cincuenta codos, y la anchura de veinticinco codos.
Y sus arcos caían afuera al atrio, con palmas en cada uno de sus postes de una parte y otra; y sus gradas eran de ocho escalones.
Y sus postes caían afuera al atrio, con palmas en cada uno de sus postes de una parte y otra; y sus gradas eran de ocho peldaños.
Y las cuatro mesas para el holocausto eran de piedras labradas, de un codo y medio de longitud, y codo y medio de ancho, y de altura de un codo; sobre éstas pondrán las herramientas con que degollarán el holocausto y el sacrificio.
Y la anchura de la entrada {era} de diez codos, y los lados de la entrada {eran} de cinco codos por un lado y cinco codos por el otro. Midió la longitud {de la nave y tenía} cuarenta codos, y la anchura, veinte codos.
Y las cámaras eran cámara sobre cámara, treinta y tres por orden; y entraban modillones en la pared de la Casa alrededor, sobre los que las cámaras estribaren, y no estribaren en la pared de la Casa.
Y miré la altura de la Casa alrededor; los cimientos de las cámaras eran una caña entera de seis codos de grandor.
Los postes de la nave eran cuadrados, también {los} del frente del santuario; el aspecto de uno {era} como el aspecto del otro.
La altura del altar de madera era de tres codos, y su longitud de dos codos; y sus esquinas, y su superficie, y sus paredes, eran de madera. Y me dijo: Esta es la mesa que está delante del SEÑOR.
Y {había} ventanas con celosías y palmeras a uno y otro lado, a los dos lados del vestíbulo; así {eran} las cámaras laterales del templo y los umbrales.
Y las cámaras más altas eran más estrechas; porque las galerías quitaban de las otras, de las bajas y de las de en medio;
porque estaban en tres pisos, y no tenían columnas como las columnas de los atrios; por tanto, eran más estrechas que las de abajo y las del medio desde la tierra.
Y el corredor delante de ellas {era} semejante al de las cámaras que {estaban} al norte; su longitud era igual a su anchura; y todas sus salidas, así como sus disposiciones y sus entradas, {eran iguales.}
Y la visión que vi era como la visión, como aquella visión que vi cuando vine para destruir la ciudad; y las visiones eran como la visión que vi junto al río de Quebar; y caí sobre mi rostro.
Y se publicó el mandamiento y los sabios eran llevados a la muerte y buscaron a Daniel y a sus compañeros para matarlos.
Pero hay un Dios en el cielo que revela los misterios, y El ha dado a conocer al rey Nabucodonosor lo que sucederá al fin de los días. Tu sueño y las visiones que has tenido en tu cama eran éstos:
Y {así como} los dedos de los pies {eran} parte de hierro y parte de barro cocido, {así} parte del reino será fuerte y parte será frágil.
Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y levantándose apresuradamente preguntó a sus altos oficiales: ¿No eran tres los hombres que echamos atados en medio del fuego? Ellos respondieron y dijeron al rey: Ciertamente, oh rey.
Las visiones de mi cabeza en mi cama eran: Me parecía que veía un árbol en medio de la tierra, cuya altura era grande.
Entonces tuve deseo de saber la verdad acerca de la cuarta bestia, que tan diferente era de todas las otras, espantosa en gran manera, que tenía dientes de hierro, y sus uñas eran de bronce, que devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies;
y alcé mis ojos, y miré, y he aquí un carnero que estaba delante del río, el cual tenía dos cuernos: y aunque eran altos, el uno era más alto que el otro; y el más alto subía a la postre.
Su cuerpo {era} como de berilo, su rostro tenía la apariencia de un relámpago, sus ojos {eran} como antorchas de fuego, sus brazos y pies como el brillo del bronce bruñido, y el sonido de sus palabras como el estruendo de una multitud.
Y me torné, y alcé mis ojos y miré, y he aquí cuatro carros que salían de entre dos montes; y aquellos montes eran de bronce.
y a hablar a los sacerdotes que eran de la casa del SEÑOR de los ejércitos, y a los profetas, diciendo: ¿Debemos llorar en el mes quinto y abstenernos como lo hemos hecho durante tantos años?
Y les silbaré para reunirlos, porque los he redimido; y serán tan numerosos como eran.
y eran bautizados de él en el Jordán, confesando sus pecados.
Y andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, que es llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores.
Y corrió su fama por toda Siria. Y le traían a todos los enfermos que eran tomados de diversas enfermedades y tormentos; los endemoniados, los lunáticos y los paralíticos; y los sanaba.
Y los que comieron eran como cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.
Y eran los que habían comido, cuatro mil varones, sin contar las mujeres y los niños.
Entonces dice a sus siervos: Las bodas a la verdad están preparadas, mas los que eran llamados no eran dignos.
Porque como eran en los días antes del diluvio, estaban comiendo y bebiendo, tomando mujeres los maridos y dándolas los padres, hasta el día que Noé entró en el arca,
Y cinco de ellas eran prudentes, y cinco fatuas.
Las que eran fatuas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite;
Y salía a él toda la provincia de Judea, y los de Jerusalén; y eran todos, bautizados por él en el río del Jordán, confesando sus pecados.
Y pasando junto al mar de Galilea, vio a Simón, y a Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores.
Y aconteció que estando Jesús a la mesa en su casa, muchos publicanos y pecadores estaban también a la mesa con Jesús y sus discípulos; porque eran muchos, y le seguían.
Y luego Jesús se lo permitió. Y saliendo aquellos espíritus inmundos, entraron en los puercos, y la manada cayó por un despeñadero en el mar; los cuales eran como dos mil; y en el mar se ahogaron.
Y él les dijo: Venid vosotros aparte al lugar desierto, y reposad un poco. Porque eran muchos los que iban y venían, que ni aun tenían lugar de comer.
Y saliendo Jesús vio gran multitud, y tuvo misericordia de ellos, porque eran como ovejas sin pastor; y les comenzó a enseñar muchas cosas.
Y los que comieron eran cinco mil hombres.
Y dondequiera que entraba, en aldeas, o ciudades, o heredades, ponían en las calles a los que estaban enfermos, y le rogaban que les dejara tocar siquiera el borde de su vestido; y todos los que le tocaban eran salvos.
Y eran los que comieron, como cuatro mil; y los despidió.
Y los que eran dos, serán hechos una carne; así que no son más dos, sino una carne.
Luego llamándole el mismo David Señor, ¿de dónde, pues, es su hijo? Y los que eran del común del pueblo le oían de buena gana.
Y eran ambos justos delante de Dios, andando sin reprensión en todos los mandamientos y estatutos del Señor.
Y no tenían hijo, porque Elisabet era estéril, y ambos eran avanzados en días.
y asimismo a Jacobo y a Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Y Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora tomarás hombres.
y los que eran atormentados de espíritus inmundos eran curados.
Y eran como cinco mil hombres. Entonces dijo a sus discípulos: Hacedlos sentar en grupos, de cincuenta en cincuenta.
Y he aquí dos varones que hablaban con él, los cuales eran Moisés y Elías;
Respondiendo {Jesús,} les dijo: ¿Pensáis que estos galileos eran {más} pecadores que todos los {demás} galileos, porque sufrieron esto?
¿O pensáis que aquellos dieciocho, sobre los que cayó la torre en Siloé y los mató, eran {más} deudores que todos los hombres que habitan en Jerusalén?
Y diciendo estas cosas, se avergonzaban todos sus adversarios; mas todo el pueblo se gozaba de todas las cosas gloriosas que eran por él hechas.
Y he aquí, son postreros los que eran los primeros; y son primeros los que eran los postreros
Y oían también todas estas cosas los fariseos, los cuales eran avaros, y se burlaban de él.
Eran, pues, siete hermanos; y el primero tomó esposa, y murió sin dejar hijos;
Y fueron hechos amigos entre sí Pilato y Herodes en el mismo día; porque antes eran enemigos entre sí.
Y llevaban también a otros dos, que eran malhechores, para ser muertos con El.
Y eran María Magdalena, y Juana, y María madre de Jacobo, y las demás que estaban con ellas, las que dijeron estas cosas a los apóstoles.
Mas los ojos de ellos eran detenidos, para que no le conocieran.
Y comenzando desde Moisés, y de todos los profetas, les declaraba esto en todas las Escrituras que eran de él.
Y los que habían sido enviados eran de los fariseos.
``Vengan y verán," les dijo Jesús. Entonces fueron y vieron dónde se hospedaba; y se quedaron con El aquel día, porque eran como las cuatro de la tarde (la hora décima).
Y esta es la condenación: porque la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz; porque sus obras eran malas.
Y bautizaba también Juan en Enón junto a Salim, porque había allí muchas aguas; y venían, y eran bautizados.
Mas hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús desde el principio sabía quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar.
He manifestado tu Nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y guardaron tu palabra.
Y era el día de la preparación para la Pascua; eran como las seis de la mañana (hora Romana). Y {Pilato} dijo a los Judíos: ``Aquí está su Rey."
Después de esto, sabiendo Jesús que todas las cosas eran ya cumplidas, para que la Escritura se cumpliera, dijo: Sed tengo.
Y toda persona tenía temor; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles.
alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que eran salvos.
y Anás, príncipe de los sacerdotes, y Caifás, y Juan y Alejandro, y todos los que eran del linaje sacerdotal;
Entonces viendo la constancia de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras e ignorantes, se maravillaban; y les conocían que habían estado con Jesús.
Y de la multitud de los que habían creído era un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo algo de lo que poseía; mas todas las cosas les eran comunes.
Y por la mano de los apóstoles eran hechos muchos milagros y prodigios en el pueblo. (Y estaban todos unánimes en el pórtico de Salomón.
Y aun de las ciudades vecinas concurría multitud a Jerusalén, trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos; los cuales todos eran curados.
Y oído que hubieron esto, entraron de mañana en el templo, y enseñaban. Entre tanto, viniendo el príncipe de los sacerdotes, y los que eran con él, convocaron el concilio, y á todos los ancianos de los hijos de Israel, y enviaron á la cárcel para que fues
En aquellos días, creciendo el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que sus viudas eran menospreciadas en el ministerio cotidiano.
Porque muchos espíritus inmundos, salían de los que los tenían, dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados;
(porque aún no había descendido en ninguno de ellos, mas solamente eran bautizados en el Nombre de Jesús.)
Las Iglesias entonces tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria, y eran edificadas, andando en el temor del Señor; y con consuelo del Espíritu Santo eran multiplicadas.
Entonces Pedro, descendiendo a los hombres que eran enviados por Cornelio, dijo: He aquí, yo soy el que buscáis; ¿cuál es la causa por la que habéis venido?
Y se espantaron los fieles que eran de la circuncisión, que habían venido con Pedro, de que también sobre los gentiles se derramara el don del Espíritu Santo.
Resutados de la Búsqueda continuados...
Resultados de Búsqueda por Versiones
Resultados de Búsqueda por Libro
- Génesis (18)
- Éxodo (24)
- Números (19)
- Deuteronomio (5)
- Josué (15)
- Jueces (15)
- Rut (1)
- 1 Samuel (14)
- 2 Samuel (11)
- 1 Reyes (32)
- 2 Reyes (6)
- 1 Crónicas (53)
- 2 Crónicas (26)
- Esdras (6)
- Nehemías (13)
- Ester (3)
- Job (4)
- Salmos (6)
- Isaías (7)
- Jeremías (5)
- Lamentaciones (3)
- Ezequiel (44)
- Daniel (8)
- Zacarías (3)