'Jesús' en la Biblia
El rey Herodes se enteró {de esto,} pues el nombre de Jesús se había hecho célebre, y la {gente} decía: Juan el Bautista ha resucitado de entre los muertos, por eso es que estos poderes milagrosos actúan en él.
Los apóstoles se reunieron* con Jesús, y le informaron sobre todo lo que habían hecho y enseñado.
Cuando salieron de la barca, enseguida {la gente} reconoció a Jesús,
Entonces {Jesús,} tomándolo aparte de la multitud, a solas, le metió los dedos en los oídos, y escupiendo, le tocó la lengua {con la saliva;}
Y {Jesús} les ordenó que a nadie se lo dijeran; pero mientras más se lo ordenaba, tanto más ellos lo proclamaban.
En aquellos días, cuando de nuevo había una gran multitud que no tenía qué comer, {Jesús} llamó a sus discípulos y les dijo*:
Dándose cuenta Jesús, les dijo*: ¿Por qué discutís que no tenéis pan? ¿Aún no comprendéis ni entendéis? ¿Tenéis el corazón endurecido?
Entonces {Jesús} puso otra vez las manos sobre sus ojos, y él miró fijamente y fue restaurado; y lo veía todo con claridad.
Salió Jesús con sus discípulos a las aldeas de Cesarea de Filipo; y en el camino preguntó a sus discípulos, diciéndoles: ¿Quién dicen los hombres que soy yo?
Seis días después, Jesús tomó* consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y los llevó* aparte, solos, a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos;
Y se les apareció Elías junto con Moisés, y estaban hablando con Jesús.
Entonces Pedro, interviniendo, dijo* a Jesús: Rabí, bueno es estarnos aquí; hagamos tres enramadas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
Y enseguida miraron en derredor, pero ya no vieron a nadie con ellos, sino a Jesús solo.
Enseguida, cuando toda la multitud vio a Jesús, quedó sorprendida, y corriendo hacia El, le saludaban.
Respondiéndoles {Jesús,} dijo*: ¿Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? ¡Traédmelo!
Y se lo trajeron. Y cuando el espíritu vio a Jesús, al instante sacudió con violencia al muchacho, y {éste,} cayendo a tierra, se revolcaba echando espumarajos.
{Jesús} preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él respondió: Desde su niñez.
Jesús le dijo: `` ¿{Cómo} si tú puedes?" Todas las cosas son posibles para el que cree.
Cuando Jesús vio que se agolpaba una multitud, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te ordeno: Sal de él y no vuelvas a entrar en él.
Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo levantó, y él se puso en pie.
Cuando entró {Jesús} en {la} casa, sus discípulos le preguntaban en privado: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera?
Pero Jesús dijo: No se lo impidáis, porque no hay nadie que haga un milagro en mi nombre, y que pueda enseguida hablar mal de mí.
Levantándose de allí, {Jesús} se fue* a la región de Judea y al otro lado del Jordán; y se reunieron* de nuevo las multitudes junto a El, y una vez más, como acostumbraba, les enseñaba.
Pero Jesús les dijo: Por la dureza de vuestro corazón os escribió este mandamiento.
Pero cuando Jesús vio esto, se indignó y les dijo: Dejad que los niños vengan a mí; no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el reino de Dios.
Y Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino sólo uno, Dios.
Jesús, mirándolo, lo amó y le dijo: Una cosa te falta: ve {y} vende cuanto tienes y da a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.
Jesús, mirando en derredor, dijo* a sus discípulos: ¿Qué difícil será para los que tienen riquezas entrar en el reino de Dios!
Y los discípulos se asombraron de sus palabras. Pero Jesús respondiendo de nuevo, les dijo*: Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios!
Mirándolos Jesús, dijo*: Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque todas las cosas son posibles para Dios.
Jesús dijo: En verdad os digo: No hay nadie que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos o tierras por causa de mí y por causa del evangelio,
E iban por el camino subiendo a Jerusalén, y Jesús iba delante de ellos; y estaban perplejos, y los que le seguían tenían miedo. Y tomando aparte de nuevo a los doce, comenzó a decirles lo que le iba a suceder:
Pero Jesús les dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que soy bautizado?
Y ellos le dijeron: Podemos. Y Jesús les dijo: La copa que yo bebo, beberéis; y seréis bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado,
Y llamándolos junto a sí, Jesús les dijo*: Sabéis que los que son reconocidos como gobernantes de los gentiles se enseñorean de ellos, y que sus grandes ejercen autoridad sobre ellos.
Y cuando oyó que era Jesús el Nazareno, comenzó a gritar y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!
Y Jesús se detuvo y dijo: Llamadle. Y llamaron* al ciego, diciéndole: ¡Anímate! Levántate, {que} te llama.
Y arrojando su manto, se levantó de un salto y fue a Jesús.
Y dirigiéndose a él, Jesús {le} dijo: ¿Qué deseas que haga por ti? Y el ciego le respondió: Raboní, que recobre la vista.
Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha sanado. Y al instante recobró la vista, y le seguía por el camino.
Ellos les respondieron tal como Jesús {les} había dicho, y les dieron permiso.
Entonces trajeron* el pollino a Jesús y echaron encima sus mantos, y {Jesús} se sentó sobre él.
Al día siguiente, cuando salieron de Betania, {Jesús} tuvo hambre.
Y {Jesús,} hablando {a la higuera,} le dijo: Nunca jamás coma nadie fruto de ti. Y sus discípulos {le} estaban escuchando.
Llegaron* a Jerusalén; y entrando {Jesús} en el templo comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo, volcó las mesas de los cambistas y los asientos de los que vendían las palomas;
Y Jesús respondió*, diciéndoles: Tened fe en Dios.
Llegaron* de nuevo a Jerusalén; y cuando {Jesús} andaba por el templo, se le acercaron* los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos,
Y Jesús les dijo: Yo {también} os haré una pregunta; respondédme{la,} y {entonces} os diré con qué autoridad hago estas cosas.
Y respondiendo a Jesús, dijeron*: No sabemos. Y Jesús les dijo*: Tampoco yo os diré con qué autoridad hago estas cosas.
Entonces Jesús les dijo: Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios. Y se maravillaban de El.
Jesús les dijo: ¿No es ésta la razón por la que estáis equivocados: que no entendéis las Escrituras ni el poder de Dios?
Jesús respondió: El más importante es: ``ESCUCHA, ISRAEL; EL SEÑOR NUESTRO DIOS, EL SEÑOR UNO ES;
Viendo Jesús que él había respondido sabiamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios. Y después de eso, nadie se aventuraba a hacerle más preguntas.
Y tomando la palabra, Jesús decía mientras enseñaba en el templo: ¿Por qué dicen los escribas que el Cristo es hijo de David?
{Jesús} se sentó frente al {arca del} tesoro, y observaba cómo la multitud echaba dinero en el {arca del} tesoro; y muchos ricos echaban grandes cantidades.
Y Jesús le dijo: ¿Ves estos grandes edificios? No quedará piedra sobre piedra que no sea derribada.
Y Jesús comenzó a decirles: Mirad que nadie os engañe.
Y estando El en Betania, sentado {a la mesa} en casa de Simón el leproso, vino una mujer con un frasco de alabastro de perfume muy costoso de nardo puro; {y} rompió el frasco y lo derramó sobre la cabeza de Jesús.
Pero Jesús dijo: Dejadla; ¿por qué la molestáis? Buena obra ha hecho conmigo.
Entonces Judas Iscariote, que era uno de los doce, fue a los principales sacerdotes para entregarles a Jesús.
Y estando sentados {a la mesa} comiendo, Jesús dijo: En verdad os digo que uno de vosotros me entregará; el que come conmigo.
Y Jesús les dijo*: Todos vosotros os apartaréis, porque escrito está: ``HERIRE AL PASTOR, Y LAS OVEJAS SE DISPERSARAN."
Y Jesús le dijo*: En verdad te digo que tú, hoy, esta {misma} noche, antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces.
Y dirigiéndose Jesús {a ellos,} les dijo: ¿Habéis salido con espadas y garrotes para arrestarme como contra un ladrón?
Y llevaron a Jesús al sumo sacerdote; y se reunieron* todos los principales sacerdotes, los ancianos y los escribas.
Y los principales sacerdotes y todo el concilio, procuraban obtener testimonio contra Jesús para darle muerte, pero no lo hallaban.
Entonces el sumo sacerdote levantándose, {se puso} en medio {y} preguntó a Jesús, diciendo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican éstos contra ti?
Jesús dijo: Yo soy; y veréis al HIJO DEL HOMBRE SENTADO A LA DIESTRA DEL PODER y VINIENDO CON LAS NUBES DEL CIELO.
y al ver a Pedro calentándose, lo miró y dijo*: Tú también estabas con Jesús el Nazareno.
Al instante un gallo cantó por segunda vez. Entonces Pedro recordó lo que Jesús le había dicho: Antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces. Y se echó a llorar.
Muy de mañana, los principales sacerdotes prepararon enseguida una reunión con los ancianos, los escribas y todo el concilio; y atando a Jesús, le llevaron y le entregaron a Pilato.
Pero Jesús no respondió nada más; de modo que Pilato estaba asombrado.
Pero los principales sacerdotes incitaron a la multitud para {que le pidiera} que en vez {de Jesús} les soltara a Barrabás.
Pilato, queriendo complacer a la multitud, les soltó a Barrabás; y después de hacer azotar a Jesús, {le} entregó para que fuera crucificado.
Y obligaron* a uno que pasaba {y} que venía del campo, Simón de Cirene, el padre de Alejandro y Rufo, a que llevara la cruz de Jesús.
Y a la hora novena Jesús exclamó con fuerte voz: ELOI, ELOI, ¿LEMA SABACTANI?, que traducido significa, DIOS MIO, DIOS MIO, ¿POR QUE ME HAS ABANDONADO?
Y Jesús, dando un fuerte grito, expiró.
las cuales cuando {Jesús} estaba en Galilea, le seguían y le servían; y {había} muchas otras que habían subido con El a Jerusalén.
vino José de Arimatea, miembro prominente del concilio, que también esperaba el reino de Dios; y llenándose de valor, entró adonde estaba Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús.
Pero él les dijo*: No os asustéis; buscáis a Jesús nazareno, el crucificado. Ha resucitado, no está aquí; mirad el lugar donde le pusieron.
Y después de haber resucitado, muy temprano el primer día de la semana, {Jesús} se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado fuera siete demonios.
Entonces, el Señor Jesús, después de hablar con ellos, fue recibido en el cielo y se sentó a la diestra de Dios.
Y ellos salieron y predicaron por todas partes, colaborando el Señor con ellos, y confirmando la palabra por medio de las señales que la seguían. {Ellas comunicaron inmediatamente a Pedro y a sus compañeros todas estas instrucciones. Y después de esto, Jesús mismo envió por medio de ellos, desde el oriente hasta el occidente, el mensaje sacrosanto e incorruptible de la salvación eterna.}
Y he aquí, concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús.
Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, le pusieron por nombre Jesús, el nombre dado por el ángel antes de que El fuera concebido en el seno materno.
Movido por el Espíritu fue al templo. Y cuando los padres del niño Jesús le trajeron para cumplir por El el rito de la ley,
y al regresar ellos, después de haber pasado todos los días {de la fiesta}, el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que lo supieran sus padres,
Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres.
Y aconteció que cuando todo el pueblo era bautizado, Jesús también fue bautizado: y mientras El oraba, el cielo se abrió,
Y cuando comenzó {su ministerio}, Jesús mismo tenía unos treinta años, siendo, como se suponía, hijo de José, {quien era hijo} de Elí,
Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu en el desierto
Jesús le respondió: Escrito está: ``NO SOLO DE PAN VIVIRA EL HOMBRE."
Respondiendo Jesús, le dijo: Escrito está: ``AL SEÑOR TU DIOS ADORARAS, Y A EL SOLO SERVIRAS."
Respondiendo Jesús, le dijo: Se ha dicho: ``NO TENTARAS AL SEÑOR TU DIOS."
Jesús regresó a Galilea en el poder del Espíritu, y las nuevas acerca de El se divulgaron por toda {aquella} comarca.
Déja{nos} ¿Qué tenemos que ver contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres: el Santo de Dios.
Jesús entonces lo reprendió, diciendo: ¿Cállate y sal de él! Y después que el demonio lo derribó en medio {de ellos,} salió de él sin hacerle ningún daño.
Y aconteció que mientras la multitud se agolpaba sobre El para oír la palabra de Dios, estando Jesús junto al lago de Genesaret,
Al ver {esto,} Simón Pedro cayó a los pies de Jesús, diciendo: ¡Apártate de mí, Señor, pues soy hombre pecador!
y lo mismo {les sucedió} también a Jacobo y a Juan, hijos de Zebedeo, que eran socios de Simón. Y Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres.
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