'Las' en la Biblia
y vino un mensajero a Job, que le dijo: Estaban arando los bueyes, y las asnas paciendo cerca de ellos,
y acometieron los sabeos, y los tomaron, e hirieron a los criados a filo de espada; solamente escapé yo para traerte las nuevas.
Aun estaba éste hablando, y vino otro que dijo: Fuego de Dios cayó del cielo, que quemó las ovejas y los criados, y los consumió; solamente escapé yo para traerte las nuevas.
Todavía estaba éste hablando, y vino otro que dijo: Los caldeos hicieron tres escuadrones, y dieron sobre los camellos, y los tomaron, e hirieron a los criados a filo de espada; y solamente escapé yo para traerte las nuevas.
y he aquí un gran viento que vino del lado del desierto, e hirió las cuatro esquinas de la casa, y cayó sobre los jóvenes, y murieron; y solamente escapé yo para traerte las nuevas.
Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las locas, has hablado. Está bien: recibimos el bien de Dios, ¿y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.
Las estrellas de su alba fueran oscurecidas; esperaran la luz, y no viniera, ni viera los párpados de la mañana;
por cuanto no cerró las puertas del vientre donde yo estaba, ni escondió de mis ojos la miseria.
¿Por qué me previnieron las rodillas? ¿Y para qué los senos que mamare?
Si probáremos a hablarte, te será molesto; pero ¿quién podrá detener las palabras?
He aquí, tú enseñabas a muchos, y las manos debilitadas corroborabas.
Al que vacilaba, enderezaban tus palabras, y las rodillas de los que arrodillaban esforzabas.
Su mies comerán los hambrientos, y la sacarán de entre las espinas, y los sedientos beberán su hacienda.
Antes como las chispas se levantan para volar por el aire, así el hombre nace para la aflicción.
el cual hace grandes cosas, que no hay quien las comprenda; y maravillas que no tienen cuento.
Que da la lluvia sobre la faz de la tierra, y envía las aguas sobre las faces de las plazas.
En el hambre te rescatará de la muerte, y en la guerra de las manos de la espada.
De la destrucción y del hambre te reirás, y no temerás de las bestias de la tierra;
pues aun con las piedras del campo tendrás tu concierto, y las bestias del campo estarán en paz contigo.
Porque las saetas del Todopoderoso están en mí, cuyo veneno bebe mi espíritu; y terrores de Dios me combaten.
Las cosas que mi alma no quería tocar antes, ahora por los dolores son mi comida.
Y en esto crecería aún consolación, si me asare con dolor sin haber misericordia; no que haya contradicho las palabras del que es Santo.
¿Es mi fortaleza la de las piedras? O mi carne, ¿es de acero?
Mis hermanos me han mentido como arroyo; se pasaron como las riberas impetuosas,
apártanse de las sendas de su camino, suben en vano y se pierden.
Las miraron los caminantes de Temán, los caminantes de Sabá esperaron en ellas;
¡Cuán fuertes son las palabras de rectitud! Mas ¿qué reprende el argumento de vosotros?
¿No estáis pensando las palabras para reprender, y echáis al viento palabras perdidas?
así poseo yo los meses de vanidad, y las noches de trabajo me dieron por cuenta.
y lo visites todas las mañanas, y todos los momentos lo pruebes?
¿Hasta cuándo hablarás tales cosas, y las palabras de tu boca serán como un viento fuerte?
quien manda al sol, y no sale; y sella las estrellas.
El solo extiende los cielos, y anda sobre las alturas del mar.
El que hizo la Osa, y el Orión, y las Pléyades, y los lugares secretos del mediodía;
¿Las muchas palabras no han de tener respuesta? ¿Y el hombre que habla mucho será justificado?
La antorcha es tenida en poco en el pensamiento del próspero; la cual se aparejó contra las caídas de los pies.
Las tiendas de los ladrones están en paz; y los que provocan a Dios, y los que traen dioses en sus manos viven seguros.
Y en efecto, pregunta ahora a las bestias, que ellas te enseñarán; y a las aves de los cielos, que ellas te lo mostrarán;
Ciertamente el oído prueba las palabras, y el paladar gusta las viandas.
He aquí, él detendrá las aguas, y se secarán; él las enviará, y destruirán la tierra.
El descubre las profundidades de las tinieblas, y saca a luz la sombra de muerte.
El multiplica los gentiles, y él las destruye; esparce los gentiles, y las torna a recoger.
El quita el corazón de las cabezas del pueblo de la tierra, y les hace que se pierdan vagando sin camino;
que palpen las tinieblas, y no la luz; y los hace errar como borrachos.
¿Por qué escribes contra mí amarguras, y me haces cargo de las iniquidades de mi juventud?
Pones además mis pies en el cepo, y guardas todos mis caminos, imprimiéndolo a las raíces de mis pies.
Las aguas del mar se fueron, y se agotó el río, se secó.
Y ciertamente el monte que cae se deshace, y las peñas son traspasadas de su lugar;
las piedras son quebrantadas con el agua impetuosa, que se lleva el polvo de la tierra, de tal manera haces perder al hombre la esperanza.
¿En tan poco tienes las consolaciones de Dios? ¿Tienes acaso alguna cosa oculta cerca de ti?
El no creerá que ha de volver de las tinieblas, y siempre está mirando a la espada.
él le acometerá en la cerviz, en lo grueso de las hombreras de sus escudos;
y habitó las ciudades asoladas, las casas inhabitadas, que estaban puestas en montones.
No se escapará de las tinieblas; la llama secará sus ramas, y con el aliento de su boca perecerá.
Porque la congregación de los hipócritas será asolada, y fuego consumirá las tiendas de soborno.
Concibieron dolor, y dieron a luz iniquidad; y las entrañas de ellos meditan engaño.
¿Tendrán fin las palabras ventosas? O ¿qué es lo que te anima a responder?
También yo hablaría como vosotros. Deseo que vuestra alma estuviera en lugar de la mía, que yo os tendría compañía en las palabras, y sobre vosotros movería mi cabeza.
Me ha entregado Dios al mentiroso, y en las manos de los impíos me hizo temblar.
Por cierto aun ahora en los cielos está mi testigo, y mi testimonio en las alturas.
Me pusieron la noche por día, y la luz se acorta delante de las tinieblas.
¿Cuándo pondréis fin a las palabras? Entended, y después hablemos.
Oh tú, que despedazas tu alma con tu furor, ¿será dejada la tierra por tu causa, y serán traspasadas de su lugar las peñas?
Su memoria perecerá de la tierra, y no tendrá nombre por las calles.
De la luz será lanzado a las tinieblas, y echado fuera del mundo.
Ciertamente tales son las moradas del impío, y éste es el lugar del que no conoció a Dios.
Temed vosotros delante de la espada; porque sobreviene el furor de la espada a causa de las iniquidades, para que sepáis que hay un juicio.
Si subiere su altura hasta el cielo, y su cabeza tocare en las nubes,
Comió haciendas, mas las vomitará; de su vientre las sacará Dios.
No verá los arroyos, las riberas de los ríos de miel y de manteca.
Por cuanto quebrantó y desamparó a los pobres, robó casas, y no las edificó;
Cuando fuere lleno su bastimento, tendrá angustia; las manos todas de los malvados vendrán sobre él.
Huirá de las armas de hierro, y el arco de bronce le atravesará.
¿Por ventura enseñará él a Dios conocimiento, juzgando él las alturas?
He aquí, yo conozco vuestros pensamientos, y las imaginaciones que contra mí forjáis.
Porque decís: ¿Qué es de la casa del príncipe, y qué de la tienda de las moradas de los impíos?
Que el malo es guardado para el día de la destrucción, para el día de las iras son llevados.
Porque sacaste prenda a tus hermanos sin causa, e hiciste desnudar las ropas de los desnudos.
A las viudas enviaste vacías, y los brazos de los huérfanos fueron quebrados.
¿Por ventura Dios no está en la altura de los cielos? ¡Mira la altura de las estrellas, cómo son altas!
Las nubes son su escondedero, y no ve; y por el cerco del cielo se pasea.
Del mandamiento de sus labios nunca me separé; guardé las palabras de su boca más que mi comida.
¿Por qué no fui yo cortado delante de las tinieblas, ni cubrió con oscuridad mi rostro?
De la inundación de los montes fueron humedecidos, y abrazan las peñas sin tener en qué cubrirse.
Al desnudo hacen andar sin vestido, y a los hambrientos quitan las gavillas.
De la ciudad claman los hombres, y las almas muertas dan voces, pero Dios no puso estorbo.
En las tinieblas minan las casas, que de día para sí señalaron; no conocen la luz.
Son livianos sobre las aguas; su porción es maldita en la tierra; nunca vienen por el camino de las viñas.
La sequía y el calor arrebatan las aguas de la nieve; y el Seol a los pecadores.
He aquí que ni aun la misma luna será resplandeciente, ni las estrellas son limpias delante de sus ojos.
¿En qué aconsejaste al que no tiene ciencia, y mostraste bien cómo son las cosas?
Cosas muertas son formadas debajo de las aguas, y de sus moradas.
Ata las aguas en sus nubes, y las nubes no se rompen debajo de ellas.
El cercó con término la superficie de las aguas, hasta que se acabe la luz y las tinieblas.
Las columnas del cielo tiemblan, y se espantan de su reprensión.
A las tinieblas puso término; y a toda obra perfecta que él hizo, puso piedra de oscuridad y de sombra de muerte.
Sale el río junto al morador, y las aguas sin pie, más altas que el hombre, se fueron.
De coral ni de perlas no se hará mención; la sabiduría es mejor que las piedras preciosas.
Haciendo peso al viento, y poniendo las aguas por medida;