'Misma' en la Biblia
Y ambos, el copero y el panadero del rey de Egipto, que estaban arrestados en la prisión, tuvieron un sueño, cada uno su propio sueño en una misma noche, cada uno conforme a la interpretación de su sueño.
Y él y yo vimos un sueño una misma noche; cada uno soñó conforme a la interpretación de su sueño.
Y vi también en mi sueño, que siete espigas crecían en una misma caña, llenas y hermosas;
La misma ley será para el natural, y para el extranjero que peregrinare entre vosotros.
La longitud de una cortina será de veintiocho codos, y la anchura de la misma cortina de cuatro codos: todas las cortinas tendrán una medida.
La longitud de una cortina será de treinta codos, y la anchura de la misma cortina de cuatro codos: una medida tendrán las once cortinas.
Y de la misma manera al lado del norte habrá a lo largo cortinas de cien codos de longitud, y sus veinte columnas, con sus veinte bases de bronce; los capiteles de sus columnas y sus molduras, de plata.
Y el artificio de su cinto que está sobre él, será de su misma obra, de lo mismo; de oro, azul, y púrpura, y carmesí, y lino torcido.
La longitud de una cortina era de veintiocho codos, y la anchura de cuatro codos: todas las cortinas tenían una misma medida.
La longitud de una cortina era de treinta codos, y la anchura de cuatro codos; las once cortinas tenían una misma medida.
Hizo también el altar del incienso de madera de acacia; un codo su longitud, y otro codo su anchura, era cuadrado; y su altura de dos codos; y sus cuernos de la misma pieza.
E hizo los cuernos a sus cuatro esquinas, los cuales eran de la misma pieza, y lo cubrió de bronce.
Y mojará el sacerdote su dedo en la misma sangre, y la rociará siete veces delante de Jehová hacia el velo.
Como la expiación por el pecado, así es la expiación de la culpa: una misma ley tendrán: será del sacerdote que habrá hecho la reconciliación con ella.
Y hará expiación por el santuario, por las inmundicias de los hijos de Israel, y por sus rebeliones, y por todos sus pecados: de la misma manera hará también al tabernáculo de la congregación, el cual reside entre ellos en medio de sus inmundicias.
Una misma ley y un mismo derecho tendréis, vosotros y el extranjero que mora con vosotros.
El natural entre los hijos de Israel, y el extranjero que habitare entre ellos, una misma ley tendréis para el que hiciere algo por yerro.
Y sucedió que en el séptimo día se levantaron temprano, al despuntar el alba, y dieron vuelta a la ciudad de la misma manera siete veces; solamente este día dieron vuelta a la ciudad siete veces.
Las más avisadas de sus damas le respondían; y aun ella se respondía a sí misma.
Y aconteció que la misma noche le dijo Jehová: Toma un becerro del hato de tu padre, y otro toro de siete años, y derriba el altar de Baal que tu padre tiene, y corta también la imagen de Asera que está junto a él;
Y los ancianos de Galaad respondieron a Jefté: Por esta misma causa volvemos ahora a ti, para que vengas con nosotros, y pelees contra los hijos de Amón, y nos seas cabeza a todos los que moramos en Galaad.
Y ellos dijeron: ¿Y cuál será la expiación que le pagaremos? Y ellos respondieron: Cinco hemorroides de oro, y cinco ratones de oro, conforme al número de los príncipes de los filisteos, porque una misma plaga estuvo sobre todos vosotros y sobre vuestros príncipes.
Mañana a esta misma hora yo enviaré a ti un varón de la tierra de Benjamín, al cual ungirás por príncipe sobre mi pueblo Israel, y salvará a mi pueblo de mano de los filisteos; pues yo he mirado a mi pueblo, porque su clamor ha llegado hasta mí.
Y apartándose de él hacia otros, preguntó lo mismo; y los del pueblo le respondieron de la misma manera.
Así dice Jehová: He aquí yo levantaré sobre ti el mal de tu misma casa, y tomaré a tus esposas delante de tus ojos, y las daré a tu prójimo, el cual se acostará con tus esposas a la vista de este sol.
Y una de las mujeres, dijo: ¡Ah, señor mío! Yo y esta mujer morábamos en una misma casa, y yo di a luz estando con ella en la casa.
Asimismo el otro querubín tenía diez codos; porque ambos querubines eran de un mismo tamaño y de una misma hechura.
E hizo también dos hileras de granadas alrededor de la red, para cubrir los capiteles que estaban sobre las cabezas de las columnas con las granadas; y de la misma forma hizo en el otro capitel.
Las cuatro ruedas estaban debajo de los tableros, y los ejes de las ruedas nacían en la misma base. La altura de cada rueda era de un codo y medio.
Asimismo los cuatro soportes a las cuatro esquinas de cada base; y los soportes eran de la misma base.
Y en lo alto de la base había medio codo de altura redondo por todas partes; y encima de la base sus molduras y tableros, los cuales salían de ella misma.
De esta forma hizo diez bases fundidas de una misma manera, de una misma medida, y de una misma entalladura.
Y le hablarás diciendo: Así dice Jehová: ¿No mataste, y también has despojado? Y volverás a hablarle, diciendo: Así dice Jehová: En el lugar donde los perros lamieron la sangre de Nabot, los perros lamerán también tu sangre, tu misma sangre.
Y todos los profetas profetizaban de la misma manera, diciendo: Sube a Ramot de Galaad, y serás prosperado; que Jehová la dará en mano del rey.
Y aconteció que la misma noche salió el ángel de Jehová, e hirió en el campamento de los asirios ciento ochenta y cinco mil; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí, todo era cuerpos de muertos.
Los hijos de Misma: Hamuel su hijo, Zacur su hijo, y Simeí su hijo.
Y sucedió que en aquella misma noche vino palabra de Dios a Natán, diciendo:
De la misma manera una ala del otro querubín era de cinco codos, la cual llegaba hasta la pared de la casa; y la otra ala era de cinco codos, que tocaba el ala del otro querubín.
Y enviaron a mí con el mismo asunto por cuatro veces, y yo les respondí de la misma manera.
Yo he visto al necio que echaba raíces, y en la misma hora maldije su habitación.
Aunque me lave con aguas de nieve, y limpie mis manos con la limpieza misma,
Tierra de oscuridad, lóbrega como sombra de muerte, sin orden, donde la luz es como la oscuridad misma.
He aquí que ni aun la misma luna será resplandeciente, ni las estrellas son limpias delante de sus ojos.
Que venga destrucción sobre él sin darse cuenta, y que la red que él escondió lo prenda; que caiga en esa misma destrucción.
Mi corazón está acongojado, me ha dejado mi vigor; y aun la misma luz de mis ojos se ha ido de mí.
El que hace errar a los rectos por el mal camino, él caerá en su misma fosa; mas los íntegros heredarán el bien.
Porque lo que sucede a los hijos de los hombres, y lo que sucede a las bestias, un mismo suceso es; como mueren los unos, así mueren los otros; y una misma respiración tienen todos; ni tiene más el hombre que la bestia; porque todo es vanidad.
Todo acontece de la misma manera a todos; un mismo suceso acontece al justo y al impío; al bueno, al limpio y al no limpio; al que sacrifica, y al que no sacrifica; como el bueno, así el que peca; el que jura, como el que teme el juramento.
Alzad a los cielos vuestros ojos, y mirad abajo a la tierra; porque los cielos serán deshechos como humo, y la tierra se envejecerá como ropa de vestir, y de la misma manera perecerán sus moradores; pero mi salvación será para siempre, mi justicia no perecerá.
Y vio que no había hombre, y se maravilló que no hubiera intercesor; por tanto su propio brazo le trajo salvación, y le afirmó su misma justicia.
Y como los malos higos, que de malos no se pueden comer, ciertamente así dice Jehová: De la misma manera daré a Sedequías rey de Judá, y a sus príncipes, y al remanente de Jerusalén que queda en esta tierra, y a los que moran en la tierra de Egipto.
Y todas las naciones le servirán a él, y a su hijo, y al hijo de su hijo, hasta que venga también el tiempo de su misma tierra; y entonces muchas naciones y grandes reyes se servirán de él.
Y la cisterna en que echó Ismael todos los cadáveres de los hombres que él había matado a causa de Gedalías, era la misma que el rey Asa había hecho a causa de Baasa, rey de Israel; la llenó de muertos Ismael, hijo de Netanías.
Y el parecer de las ruedas y su obra era semejante al color del berilo. Y las cuatro tenían una misma semejanza; su apariencia y su obra eran como una rueda en medio de otra rueda.
Y tú, hijo de hombre, señálate dos caminos por donde venga la espada del rey de Babilonia; de una misma tierra salgan ambos; y elige un lugar; escógelo en el principio del camino que conduce a la ciudad.
así dice Jehová el Señor: Depón la mitra, quita la corona; ésta ya no será la misma; sea exaltado lo bajo, y lo alto sea humillado.
Dirás, pues: Así dice Jehová el Señor: ¡Ciudad derramadora de sangre en medio de sí, para que venga su hora, y que hizo ídolos contra sí misma para contaminarse!
El efa y el bato serán de una misma medida; que el bato tenga la décima parte del homer, y la décima parte del homer el efa; la medida de ellos será según el homer.
En los cuatro ángulos del atrio había patios unidos de cuarenta codos de longitud, y treinta de anchura; los cuatro ángulos tenían una misma medida.
y cualquiera que no se postre y adore, en la misma hora será echado dentro de un horno de fuego ardiendo.
Ahora, pues, ¿estáis dispuestos para que al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña, y de todo instrumento de música, os postréis, y adoréis la estatua que he hecho? Porque si no la adorareis, en la misma hora seréis echados en medio de un horno de fuego ardiendo; ¿y quién será el Dios que os pueda librar de mis manos?
En la misma hora se cumplió la palabra sobre Nabucodonosor, y fue echado de entre los hombres; y comía hierba como los bueyes, y su cuerpo se bañaba con el rocío del cielo, hasta que su pelo creció como las plumas de águila, y sus uñas como de aves.
En aquella misma hora salieron unos dedos de mano de hombre, y escribían delante del candelero sobre lo encalado de la pared del palacio real, y el rey veía la palma de la mano que escribía.
La misma noche fue muerto Belsasar, rey de los caldeos.
Y el corazón de estos dos reyes será para hacer mal, y en una misma mesa tratarán mentira; mas no servirá de nada, porque el plazo aún ha de venir al tiempo señalado.
Que codician aun el polvo de la tierra sobre la cabeza de los pobres, y tuercen el camino de los humildes; y el hombre y su padre entran a la misma joven, profanando mi santo nombre.
Espantosa es y terrible; de ella misma saldrá su derecho y su grandeza.
Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste te sea hecho. Y su siervo fue sano en aquella misma hora.
Mas cuando os entregaren, no os preocupéis de cómo o qué habéis de hablar; porque en aquella misma hora, os será dado lo que habéis de hablar.
Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado; y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá.
Y vino al segundo, y le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Yo señor, voy, y no fue.
Otra vez, envió otros siervos, más que los primeros; e hicieron con ellos de la misma manera.
Y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer.
Y la tomó el segundo, y murió, y tampoco él dejó descendencia; y el tercero, de la misma manera.
Y había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño.
(Y una espada traspasará también tu misma alma), para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones.
Y ésta, viniendo en la misma hora, también daba gracias al Señor, y hablaba de Él a todos los que esperaban la redención en Jerusalén.
Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que midiereis, se os volverá a medir.
Y en la misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de malos espíritus; y a muchos ciegos dio la vista.
Y posad en aquella misma casa, comiendo y bebiendo lo que os dieren; porque el obrero digno es de su salario. No os paséis de casa en casa.
En aquella misma hora Jesús se regocijó en su espíritu, y dijo: Te doy gracias, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí Padre, porque así te agradó.
Mas Él, conociendo los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado; y una casa dividida contra sí misma, cae.
porque el Espíritu Santo os enseñará en la misma hora lo que debéis decir.
Y respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿No temes tú a Dios, aun estando en la misma condenación?
Y levantándose en la misma hora, se regresaron a Jerusalén, y hallaron a los once reunidos, y a los que estaban con ellos,
Pilato respondió: ¿Soy yo judío? Tu nación misma, y los principales sacerdotes, te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?
Y cuando Herodes había de sacarle, aquella misma noche estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas, y los guardas delante de la puerta guardaban la cárcel.
Y cuando pasaron la primera y la segunda guardia, llegaron a la puerta de hierro que conduce a la ciudad, la cual se les abrió por sí misma; y salieron y pasaron una calle, y en seguida el ángel se apartó de él.
Y esto lo hizo por muchos días; pero desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en la misma hora.
Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y enseguida fue bautizado él, y todos los suyos.
y de la misma manera también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo cosas nefandas hombres con hombres, recibiendo en sí mismos la recompensa que convino a su extravío.
Y de la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos; pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.
¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?
Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, mas no todos los miembros tienen la misma función;
Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos habléis una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que seáis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.
Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor.