'Piedra' en la Biblia
Y el oro de aquella tierra es bueno: hay allí también bdelio y piedra cornerina.
Y dijeron los unos á los otros: Vaya, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego. Y fuéles el ladrillo en lugar de piedra, y el betún en lugar de mezcla.
Y levantóse Jacob de mañana, y tomó la piedra que había puesto de cabecera, y alzóla por título, y derramó aceite encima de ella.
Y esta piedra que he puesto por título, será casa de Dios: y de todo lo que me dieres, el diezmo lo he de apartar para ti.
Y miró, y vió un pozo en el campo: y he aquí tres rebaños de ovejas que yacían cerca de él; porque de aquel pozo abrevaban los ganados: y había una gran piedra sobre la boca del pozo.
Y juntábanse allí todos los rebaños; y revolvían la piedra de sobre la boca del pozo, y abrevaban las ovejas; y volvían la piedra sobre la boca del pozo á su lugar.
Y ellos respondieron: No podemos, hasta que se junten todos los ganados, y remuevan la piedra de sobre la boca del pozo, para que abrevemos las ovejas.
Y sucedió que, como Jacob vió á Rachêl, hija de Labán hermano de su madre, y á las ovejas de Labán, el hermano de su madre, llegóse Jacob, y removió la piedra de sobre la boca del pozo, y abrevó el ganado de Labán hermano de su madre.
Entonces Jacob tomó una piedra, y levantóla por título.
Y Jacob erigió un título en el lugar donde había hablado con él, un título de piedra, y derramó sobre él libación, y echó sobre él aceite.
Mas su arco quedó en fortaleza, Y los brazos de sus manos se corroboraron Por las manos del Fuerte de Jacob, (De allí el pastor, y la piedra de Israel,)
Los abismos los cubrieron; Como piedra descendieron á los profundos.
Caiga sobre ellos temblor y espanto; A la grandeza de tu brazo enmudezcan como una piedra; Hasta que haya pasado tu pueblo, oh Jehová, Hasta que haya pasado este pueblo que tú rescataste.
Y las manos de Moisés estaban pesadas; por lo que tomaron una piedra, y pusiéronla debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón y Hur sustentaban sus manos, el uno de una parte y el otro de otra; así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol.
Además, si algunos riñeren, y alguno hiriere á su prójimo con piedra ó con el puño, y no muriere, pero cayere en cama;
Entonces Jehová dijo á Moisés: Sube á mí al monte, y espera allá, y te daré tablas de piedra, y la ley, y mandamientos que he escrito para enseñarlos.
Los seis de sus nombres en la una piedra, y los otros seis nombres en la otra piedra, conforme al nacimiento de ellos.
De obra de escultor en piedra á modo de grabaduras de sello, harás grabar aquellas dos piedras con los nombres de los hijos de Israel; harásles alrededor engastes de oro.
Y lo llenarás de pedrería con cuatro órdenes de piedras: un orden de una piedra sárdica, un topacio, y un carbunclo; será el primer orden;
Y serán aquellas piedra según los nombres de los hijos de Israel, doce según sus nombres; como grabaduras de sello cada una con su nombre, vendrán á ser según las doce tribus.
Y dió á Moisés, como acabó de hablar con él en el monte de Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios.
Y JEHOVA dijo á Moisés: Alísate dos tablas de piedra como las primeras, y escribiré sobre esas tablas las palabras que estaban en las tablas primeras que quebraste.
Y Moisés alisó dos tablas de piedra como las primeras; y levantóse por la mañana, y subió al monte de Sinaí, como le mandó Jehová, y llevó en su mano las dos tablas de piedra.
NO haréis para vosotros ídolos, ni escultura, ni os levantaréis estatua, ni pondréis en vuestra tierra piedra pintada para inclinaros á ella: porque yo soy Jehová vuestro Dios.
Y si con piedra de mano, de que pueda morir, lo hiriere, y muriere, homicida es; el homicida morirá.
O bien, sin verlo, hizo caer sobre él alguna piedra, de que pudo morir, y muriere, y él no era su enemigo, ni procuraba su mal;
Y él os anunció su pacto, el cual os mandó poner por obra, las diez palabras; y escribiólas en dos tablas de piedra.
Y serviréis allí á dioses hechos de manos de hombres, á madera y á piedra, que no ven, ni oyen, ni comen, ni huelen.
Estas palabras habló Jehová á toda vuestra congregación en el monte, de en medio del fuego, de la nube y de la oscuridad, á gran voz: y no añadió más. Y escribiólas en dos tablas de piedra, las cuales me dió á mí.
Cuando yo subí al monte para recibir las tablas de piedra, las tablas del pacto que Jehová hizo con vosotros, estuve entonces en el monte cuarenta días y cuarenta noches, sin comer pan ni beber agua:
Y dióme Jehová las dos tablas de piedra escritas con el dedo de Dios; y en ellas estaba escrito conforme á todas las palabras que os habló Jehová en el monte de en medio del fuego, el día de la asamblea.
Y fué al cabo de los cuarenta días y cuarenta noches, que Jehová me dió dos las tablas de piedra, las tablas del pacto.
EN aquel tiempo Jehová me dijo: Lábrate dos tablas de piedra como las primeras, y sube á mí al monte, y hazte un arca de madera:
E hice un arca de madera de Sittim, y labré dos tablas de piedra como las primeras, y subí al monte con las dos tablas en mi mano.
Jehová llevará á ti, y á tu rey que hubieres puesto sobre ti, á gente que no conociste tú ni tus padres; y allá servirás á dioses ajenos, al palo y á la piedra.
Y Jehová te esparcirá por todos los pueblos, desde el un cabo de la tierra hasta el otro cabo de ella; y allí servirás á dioses ajenos que no conociste tú ni tus padres, al leño y á la piedra.
Y habéis visto sus abominaciones y sus ídolos, madera y piedra, plata y oro, que tienen consigo.
Y díjoles Josué: Pasad delante del arca de Jehová vuestro Dios al medio del Jordán; y cada uno de vosotros tome una piedra sobre su hombro, conforme al número de las tribus de los hijos de Israel;
Y sube este término por Beth-hogla, y pasa del norte á Beth-araba, y de aquí sube este término á la piedra de Bohán, hijo de Rubén.
Y del norte torna y sale á Ensemes, y de allí sale á Geliloth, que está delante de la subida de Adummim, y descendía á la piedra de Bohan, hijo de Rubén:
Y escribió Josué estas palabras en el libro de la ley de Dios; y tomando una grande piedra, levantóla allí debajo de un alcornoque que estaba junto al santuario de Jehová.
Y dijo Josué á todo el pueblo: He aquí esta piedra será entre nosotros por testigo, la cual ha oído todas las palabras de Jehová que él ha hablado con nosotros: será, pues, testigo contra vosotros, porque no mintáis contra vuestro Dios.
Y el término del Amorrheo fué desde la subida de Acrabim, desde la piedra, y arriba.
Y viniendo á la casa de su padre en Ophra, mató á sus hermanos los hijos de Jerobaal, setenta varones, sobre una piedra: mas quedó Jotham, el más pequeño hijo de Jerobaal, que se escondió.
Y vosotros os levantasteis hoy contra la casa de mi padre, y matasteis sus hijos, setenta varones, sobre una piedra; y habéis puesto por rey sobre los de Sichêm á Abimelech, hijo de su criada, por cuanto es vuestro hermano:)
De toda aquella gente había setecientos hombres escogidos, que eran ambidextros, todos los cuales tiraban una piedra con la honda á un cabello, y no erraban.
Y el carro vino al campo de Josué Beth-semita, y paró allí porque allí había una gran piedra; y ellos cortaron la madera del carro, y ofrecieron las vacas en holocausto á Jehová.
Y los Levitas bajaron el arca de Jehová, y la caja que estaba junto á ella, en la cual estaban las alhajas de oro, y pusiéronlas sobre aquella gran piedra; y los hombre de Beth-semes sacrificaron holocaustos y mataron víctimas á Jehová en aquel día.
Y ratones de oro conforme al número de todas las ciudades de los Filisteos pertenecientes á los cinco príncipes, desde las ciudades fuertes hasta las aldeas sin muro; y hasta la gran piedra sobre la cual pusieron el arca de Jehová, piedra que está en el c
Tomó luego Samuel una piedra, y púsola entre Mizpa y Sen, y púsole por nombre Eben-ezer, diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová.
Y dándole de ello aviso á Saúl, dijéronle: El pueblo peca contra Jehová comiendo con sangre. Y él dijo: Vosotros habéis prevaricado; rodadme ahora acá una grande piedra.
Y metiendo David su mano en el saco, tomó de allí una piedra, y tirósela con la honda, é hirió al Filisteo en la frente: y la piedra quedó hincada en la frente, y cayó en tierra sobre su rostro.
Así venció David al Filisteo con honda y piedra; é hirió al Filisteo y matólo, sin tener David espada en su mano.
Estarás pues tres días, y luego descenderás, y vendrás al lugar donde estabas escondido el día de trabajo, y esperarás junto á la piedra de Ezel;
Pero á la mañana, cuando el vino había salido de Nabal, refirióle su mujer aquestas cosas; y se le amorteció el corazón, y quedóse como piedra.
Y si se recogiere en alguna ciudad, todos los de Israel traerán sogas á aquella ciudad, y la arrastraremos hasta el arroyo, que nunca más parezca piedra de ella.
Y la casa estaba cubierta de cedro por de dentro, y tenía entalladuras de calabazas silvestres y de botones de flores. Todo era cedro; ninguna piedra se veía.
En el arca ninguna cosa había más de las dos tablas de piedra que había allí puesto Moisés en Horeb, donde Jehová hizo la alianza con los hijos de Israel, cuando salieron de la tierra de Egipto.
Entonces el rey Asa convocó á todo Judá, sin exceptuar ninguno; y quitaron de Rama la piedra y la madera con que Baasa edificaba, y edificó el rey Asa con ello á Gabaa de Benjamín, y á Mizpa.
Y asolaron las ciudades, y en todas las heredades fértiles echó cada uno su piedra, y las llenaron; cegaron también todas las fuentes de las aguas, y derribaron todos los buenos árboles; hasta que en Kir-hareseth solamente dejaron sus piedras; porque los
Y los albañiles y canteros; y en comprar la madera y piedra de cantería para reparar las aberturas de la casa de Jehová; y en todo lo que se gastaba en la casa para repararla.
Y cortó el rey Achâz las cintas de las basas, y quitóles las fuentes; quitó también el mar de sobre los bueyes de bronce que estaban debajo de él, y púsolo sobre el solado de piedra.
Y que pusieron en el fuego á sus dioses, por cuanto ellos no eran dioses, sino obra de manos de hombres, madera ó piedra, y así los destruyeron.
A los carpinteros, á los maestros y albañiles, para comprar madera y piedra de cantería para reparar la casa;
He aquí, yo en mi estrechez he prevenido para la casa de Jehová cien mil talentos de oro, y un millar de millares de talentos de plata: no tiene peso el metal ni el hierro, porque es mucho. Asimismo he aprestado madera y piedra, á lo cual tú añadirás.
Hijo de una mujer de las hijas de Dan, mas su padre fué de Tiro; el cual sabe trabajar en oro, y plata, y metal, y hierro, en piedra y en madera, en púrpura, y en cárdeno, en lino y en carmesí; asimismo para esculpir todas figuras, y sacar toda suerte de
Entonces el rey Asa tomó á todo Judá, y lleváronse de Rama la piedra y madera con que Baasa edificaba, y con ella edificó á Gibaa y Mizpa.
Daban asimismo á los oficiales y albañiles para que comprasen piedra de cantería, y madera para las trabazones, y para entabladura de las casas, las cuales habían destruído los reyes de Judá.
Sea notorio al rey, que fuimos á la provincia de Judea, á la casa del gran Dios, la cual se edifica de piedra de mármol; y los maderos son puestos en las paredes, y la obra se hace apriesa, y prospera en sus manos.
Los órdenes, tres de piedra de mármol, y un orden de madera nueva y que el gasto sea dado de la casa del rey.
Y estaba junto á él Tobías Ammonita, el cual dijo: Aun lo que ellos edifican, si subiere una zorra derribará su muro de piedra.
Y dividiste la mar delante de ellos y pasaron por medio de ella en seco; y á sus perseguidores echaste en los profundos, como una piedra en grandes aguas.
Y dísteles pan del cielo en su hambre, y en su sed les sacaste aguas de la piedra; y dijísteles que entrasen á poseer la tierra, por la cual alzaste tu mano que se la habías de dar.
En su tienda morará como si no fuese suya: Piedra azufre será esparcida sobre su morada.
Que con cincel de hierro y con plomo Fuesen en piedra esculpidas para siempre!
El hierro se saca del polvo, Y de la piedra es fundido el metal.
Cuando lavaba yo mis caminos con manteca, Y la piedra me derramaba ríos de aceite!
¿Sobre qué están fundadas sus basas? ¿O quién puso su piedra angular,
Las aguas se endurecen á manera de piedra, Y congélase la haz del abismo.
Ella habita y está en la piedra, En la cumbre del peñasco y de la roca.
Su corazón es firme como una piedra, Y fuerte como la muela de abajo.
Sus viñas destruyó con granizo, Y sus higuerales con piedra;
Y Dios lo hubiera mantenido de grosura de trigo: Y de miel de la piedra te hubiera saciado.
En las manos te llevarán, Porque tu pie no tropiece en piedra.
La piedra que desecharon los edificadores, Ha venido á ser cabeza del ángulo.
Piedra preciosa es el cohecho en ojos de sus dueños: A donde quiera que se vuelve, da prosperidad.
Y he aquí que por toda ella habían ya crecido espinas, Ortigas habían ya cubierto su haz, Y su cerca de piedra estaba ya destruída.
Como quien liga la piedra en la honda, Así hace el que al necio da honra.
El que cavare sima, caerá en ella: Y el que revuelva la piedra, á él volverá.
Pesada es la piedra, y la arena pesa; Mas la ira del necio es más pesada que ambas cosas.
Los conejos, pueblo nada esforzado, Y ponen su casa en la piedra;
Métete en la piedra, escóndete en el polvo, de la presencia espantosa de Jehová y del resplandor de su majestad.
Entonces él será por santuario; mas á las dos casas de Israel por piedra para tropezar, y por tropezadero para caer, y por lazo y por red al morador de Jerusalem.
ENVIAD cordero al enseñoreador de la tierra, desde la Piedra del desierto al monte de la hija de Sión.
Por tanto, el Señor Jehová dice así: He aquí que yo fundo en Sión una piedra, piedra de fortaleza, de esquina, de precio, de cimiento estable: el que creyere, no se apresure.
Y Jehová hará oir su voz potente, y hará ver el descender de su brazo, con furor de rostro, y llama de fuego consumidor; con dispersión, con avenida, y piedra de granizo.
Y entregaron los dioses de ellos al fuego: porque no eran dioses, sino obra de manos de hombre, leño y piedra: por eso los deshicieron.
Alcen la voz el desierto y sus ciudades, las aldeas donde habita Cedar: canten los moradores de la Piedra, y desde la cumbre de los montes den voces de júbilo.
Y no tuvieron sed cuando los llevó por los desiertos; hízoles correr agua de la piedra: cortó la peña, y corrieron aguas.
OIDME, los que seguís justicia, los que buscáis á Jehová: mirad á la piedra de donde fuisteis cortados, y á la caverna de la fosa de donde fuisteis arrancados.
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