'Sol' en la Biblia
Mas á la caída del sol sobrecogió el sueño á Abram, y he aquí que el pavor de una grande obscuridad cayó sobre él.
Y sucedió que puesto el sol, y ya obscurecido, dejóse ver un horno humeando, y una antorcha de fuego que pasó por entre los animales divididos.
El sol salía sobre la tierra, cuando Lot llegó á Zoar.
Y encontró con un lugar, y durmió allí porque ya el sol se había puesto: y tomó de las piedras de aquel paraje y puso á su cabecera, y acostóse en aquel lugar.
Y salióle el sol pasado que hubo á Peniel; y cojeaba de su anca.
Y soñó aún otro sueño, y contólo á sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban á mí.
Y recogíanlo cada mañana, cada uno según lo que había de comer: y luego que el sol calentaba, derretíase.
Y las manos de Moisés estaban pesadas; por lo que tomaron una piedra, y pusiéronla debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón y Hur sustentaban sus manos, el uno de una parte y el otro de otra; así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol.
Si el sol hubiere sobre él salido, el matador será reo de homicidio: el ladrón habrá de restituir cumplidamente; si no tuviere, será vendido por su hurto.
Si tomares en prenda el vestido de tu prójimo, á puestas del sol se lo volverás:
Y cuando el sol se pusiere, será limpio; y después comerá las cosas sagradas, porque su pan es.
Y partidos de Oboth, asentaron en Ije-abarim, en el desierto que está delante de Moab, al nacimiento del sol.
Y Jehová dijo á Moisés: Toma todos los príncipes del pueblo, y ahórcalos á Jehová delante del sol; y la ira del furor de Jehová se apartará de Israel.
Dos tribus y media tomaron su heredad de esta parte del Jordán de Jericó al oriente, al nacimiento del sol.
Y porque alzando tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el ejército del cielo, no seas incitado, y te inclines á ellos, y les sirvas; que Jehová tu Dios los ha concedido á todos los pueblos debajo de todos los cielos.
Entonces apartó Moisés tres ciudades de esta parte del Jordán al nacimiento del sol,
Y poseyeron su tierra, y la tierra de Og rey de Basán; dos reyes de los Amorrheos que estaban de esta parte del Jordán, al nacimiento del sol:
Sino en el lugar que Jehová tu Dios escogiere para hacer habitar allí su nombre, sacrificarás la pascua por la tarde á puesta del sol, al tiempo que saliste de Egipto:
Que hubiere ido y servido á dioses ajenos, y se hubiere inclinado á ellos, ora al sol, ó á la luna, ó á todo el ejército del cielo, lo cual yo no he mandado;
Y será que al declinar de la tarde se lavará con agua, y cuando fuere puesto el sol, entrará en el campo.
Precisamente le devolverás la prenda cuando el sol se ponga, para que duerma en su ropa, y te bendiga: y te será justicia delante de Jehová tu Dios.
En su día le darás su jornal, y no se pondrá el sol sin dárselo: pues es pobre, y con él sustenta su vida: porque no clame contra ti á Jehová, y sea en ti pecado.
Y por los regalados frutos del sol, Y por los regalos de las influencias de las lunas,
Desde el desierto y este Líbano hasta el gran río Eufrates, toda la tierra de los Hetheos hasta la gran mar del poniente del sol, será vuestro término.
Mas al rey de Hai colgó de un madero hasta la tarde: y como el sol se puso, mandó Josué que quitasen del madero su cuerpo, y lo echasen á la puerta de la ciudad: y levantaron sobre él un gran montón de piedras, hasta hoy.
Entonces Josué habló á Jehová el día que Jehová entregó al Amorrheo delante de los hijos de Israel, y dijo en presencia de los Israelitas: Sol, detente en Gabaón; Y tú, Luna, en el valle de Ajalón.
Y el sol se detuvo y la luna se paró, Hasta tanto que la gente se hubo vengado de sus enemigos. ¿No está aquesto escrito en el libro de Jasher? Y el sol se paró en medio del cielo, y no se apresuró á ponerse casi un día entero.
Y cuando el sol se iba á poner, mandó Josué que los quitasen de los maderos, y los echasen en la cueva donde se habían escondido: y pusieron grandes piedras á la boca de la cueva, hasta hoy.
ESTOS son los reyes de la tierra que los hijos de Israel hirieron, y cuya tierra poseyeron de la otra parte del Jordán al nacimiento del sol, desde el arroyo de Arnón hasta el monte Hermón, y toda la llanura oriental:
Y la tierra de los Gibleos, y todo el Líbano hacia donde sale el sol, desde Baal-gad á las raíces del monte Hermón, hasta entrar en Hamath;
Y tornando de Sarid hacia oriente, donde nace el sol al término de Chisiloth-tabor, sale á Dabrath, y sube á Japhia;
Y tornando de donde nace el sol á Beth-dagón, llega á Zabulón, y al valle de Iphtael al norte, á Beth-emec, y á Nehiel, y sale á Cabul á la izquierda;
Y tornando de allí este término hacia el occidente á Aznot-tabor, pasa de allí á Hucuca, y llega hasta Zabulón al mediodía, y al occidente confina con Aser, y con Judá al Jordán hacia donde nace el sol.
He aquí os he repartido por suerte, en herencia para vuestras tribus, estas gentes, así las destruídas como las que quedan, desde el Jordán hasta la gran mar hacia donde el sol se pone.
Así perezcan todos tus enemigos, oh Jehová: Mas los que le aman, sean como el sol cuando nace en su fuerza. Y la tierra reposó cuarenta años.
Y Gedeón hijo de Joas volvió de la batalla antes que el sol subiese;
Y por la mañana al salir del sol te levantarás y acometerás la ciudad: y él y el pueblo que está con él saldrán contra ti, y tu harás con él según que se te ofrecerá.
Y al séptimo día, antes que el sol se pusiese, los de la ciudad le dijeron: ¿Qué cosa más dulce que la miel? ¿Y qué cosa más fuerte que el león? Si no araseis con mi novilla, Nunca hubierais descubierto mi enigma.
Levantóse luego el varón para irse, él, y su concubina, y su criado. Entonces su suegro, el padre de la moza, le dijo: He aquí el día declina para ponerse el sol, ruégote que os estéis aquí la noche; he aquí que el día se acaba, ten aquí la noche, para qu
Pasando pues, caminaron, y púsoseles el sol junto á Gabaa, que era de Benjamín.
Así envolvieron á los de Benjamín, y los acosaron y hollaron, desde Menuchâ hasta enfrente de Gabaa hacia donde nace el sol.
Y tornándose á levantar de mañana el siguiente día, he aquí que Dagón había caído postrado en tierra delante del arca de Jehová; y la cabeza de Dagón, y las dos palmas de sus manos estaban cortadas sobre el umbral, habiéndole quedado á Dagón el tronco sol
Y respondieron á los mensajeros que habían venido: Así diréis á los de Jabes de Galaad: Mañana en calentando el sol, tendréis salvamento. Y vinieron los mensajeros, y declaráronlo á los de Jabes, los cuales se holgaron.
Mas Joab y Abisai siguieron á Abner; y púsoseles el sol cuando llegaron al collado de Amma, que está delante de Gía, junto al camino del desierto de Gabaón.
Y como todo el pueblo viniese á dar de comer pan á David siendo aún de día, David juró, diciendo: Así me haga Dios y así me añada, si antes que se ponga el sol gustare yo pan, ú otra cualquier cosa.
Así ha dicho Jehová: He aquí yo levantaré sobre ti el mal de tu misma casa, y tomaré tus mujeres delante de tus ojos, y las daré á tu prójimo, el cual yacerá con tus mujeres á la vista de este sol.
Porque tú lo hiciste en secreto; mas yo haré esto delante de todo Israel, y delante del sol.
Será como la luz de la mañana cuando sale el sol, De la mañana sin nubes; Cuando la hierba de la tierra brota Por medio del resplandor después de la lluvia.
Y á puesta del sol salió un pregón por el campo, diciendo: Cada uno á su ciudad, y cada cual á su tierra!
Y como se levantaron por la mañana, y lució el sol sobre las aguas, vieron los de Moab desde lejos las aguas rojas como sangre;
Desde el Jordán al nacimiento del sol, toda la tierra de Galaad, de Gad, de Rubén, y de Manasés, desde Aroer que está junto al arroyo de Arnón, á Galaad y á Basán.
Y quitó á los Camoreos, que habían puesto los reyes de Judá para que quemasen perfumes en los altos en las ciudades de Judá, y en los alrededores de Jerusalem; y asimismo á los que quemaban perfumes á Baal, al sol y á la luna, y á los signos, y á todo el
Quitó también los caballos que los reyes de Judá habían dedicado al sol á la entrada del templo de Jehová, junto á la cámara de Nathan-melech eunuco, el cual tenía cargo de los ejidos; y quemó al fuego los carros del sol.
Y arreció la batalla aquel día, por lo que estuvo el rey de Israel en pie en el carro enfrente de los Siros hasta la tarde; mas murió á puestas del sol.
Y derribaron delante de él los altares de los Baales, é hizo pedazos las imágenes del sol, que estaban puestas encima; despedazó también los bosques, y las esculturas y estatuas de fundición, y desmenuzólas, y esparció el polvo sobre los sepulcros de los
Y díjeles: No se abran las puertas de Jerusalem hasta que caliente el sol: y aun ellos presentes, cierren las puertas, y atrancad. Y señalé guardas de los moradores de Jerusalem, cada cual en su guardia, y cada uno delante de su casa.
A manera de un árbol, está verde delante del sol, Y sus renuevos salen sobre su huerto;
Que manda al sol, y no sale; Y sella las estrellas:
Denegrido ando, y no por el sol: Levantádome he en la congregación, y clamado.
Si he mirado al sol cuando resplandecía, Y á la luna cuando iba hermosa,
Por toda la tierra salió su hilo, Y al cabo del mundo sus palabras. En ellos puso tabernáculo para el sol.
Salmo de Asaph. EL Dios de dioses, Jehová, ha hablado, Y convocado la tierra desde el nacimiento del sol hasta donde se pone.
Pasen ellos como el caracol que se deslíe: Como el abortivo de mujer, no vean el sol.
Temerte han mientras duren el sol Y la luna, por generación de generaciones.
Será su nombre para siempre, Perpetuaráse su nombre mientras el sol dure: Y benditas serán en él todas las gentes: Llamarlo han bienaventurado.
Tuyo es el día, tuya también es la noche: Tú aparejaste la luna y el sol.
Porque sol y escudo es Jehová Dios: Gracia y gloria dará Jehová: No quitará el bien á los que en integridad andan.
Su simiente será para siempre, Y su trono como el sol delante de mí.
Hizo la luna para los tiempos: El sol conoce su ocaso.
Sale el sol, recógense, Y échanse en sus cuevas.
Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone, Sea alabado el nombre de Jehová.
El sol no te fatigará de día, Ni la luna de noche.
El sol para que dominase en el día, Porque para siempre es su misericordia;
Alabadle, sol y luna: Alabadle, vosotras todas, lucientes estrellas.
¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol?
Y sale el sol, y pónese el sol, y con deseo vuelve á su lugar donde torna á nacer.
¿Qué es lo que fué? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará: y nada hay nuevo debajo del sol.
Yo miré todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu.
Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacer las: y he aquí, todo vanidad y aflicción de espíritu, y no hay provecho debajo del sol.
Aborrecí por tanto la vida, porque la obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa; por cuanto todo es vanidad y aflicción de espíritu.
Yo asimismo aborrecí todo mi trabajo que había puesto por obra debajo del sol; el cual dejaré á otro que vendrá después de mí.
¿Y quién sabe si será sabio, ó necio, el que se enseñoreará de todo mi trabajo en que yo me afané, y en que ocupé debajo del sol mi sabiduría? Esto también es vanidad.
Tornéme por tanto á desesperanzar mi corazón acerca de todo el trabajo en que me afané, y en que había ocupado debajo del sol mi sabiduría.
Porque ¿qué tiene el hombre de todo su trabajo, y fatiga de su corazón, con que debajo del sol él se afanara?
Vi más debajo del sol: en lugar del juicio, allí la impiedad; y en lugar de la justicia, allí la iniquidad.
Y TORNÉME yo, y vi todas las violencias que se hacen debajo del sol: y he aquí las lágrimas de los oprimidos, y sin tener quien los consuele; y la fuerza estaba en la mano de sus opresores, y para ellos no había consolador.
Y tuve por mejor que unos y otros al que no ha sido aún, que no ha visto las malas obras que debajo del sol se hacen.
Yo me torné otra vez, y vi vanidad debajo del sol.
Vi todos los vivientes debajo del sol caminando con el muchacho, sucesor, que estará en lugar de aquél.
Hay una trabajosa enfermedad que he visto debajo del sol: las riquezas guardadas de sus dueños para su mal;
He aquí pues el bien que yo he visto: Que lo bueno es comer y beber, y gozar uno del bien de todo su trabajo con que se fatiga debajo del sol, todos los días de su vida que Dios le ha dado; porque esta es su parte.
Aunque no haya visto el sol, ni conocido nada, más reposo tiene éste que aquél.
Porque ¿quién sabe cuál es el bien del hombre en la vida, todos los días de la vida de su vanidad, los cuales él pasa como sombra? Porque ¿quién enseñará al hombre qué será después de él debajo del sol?
Buena es la ciencia con herencia; y más á los que ven el sol.
Todo esto he visto, y puesto he mi corazón en todo lo que debajo del sol se hace: hay tiempo en que el hombre se enseñorea del hombre para mal suyo.
Por tanto alabé yo la alegría; que no tiene el hombre bien debajo del sol, sino que coma y beba, y se alegre; y que esto se le quede de su trabajo los días de su vida que Dios le dió debajo del sol.
Y he visto todas las obras de Dios, que el hombre no puede alcanzar la obra que debajo del sol se hace; por mucho que trabaje el hombre buscándola, no la hallará: aunque diga el sabio que la sabe, no por eso podrá alcanzarla.
Este mal hay entre todo lo que se hace debajo del sol, que todos tengan un mismo suceso, y también que el corazón de los hijos de los hombres esté lleno de mal, y de enloquecimiento en su corazón durante su vida: y después, á los muertos.
También su amor, y su odio y su envidia, feneció ya: ni tiene ya más parte en el siglo, en todo lo que se hace debajo del sol.
Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de la vida de tu vanidad, que te son dados debajo del sol, todos los días de tu vanidad; porque esta es tu parte en la vida, y en tu trabajo con que te afanas debajo del sol.
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