'He' en la Biblia
- 1.Gé 1:29-Gé 29:6
- 2.Gé 29:7-Éx 4:6
- 3.Éx 4:7-Números 12:10
- 4.Números 14:11-Josué 5:9
- 5.Josué 5:13-1 Samuel 3:13
- 6.1 Samuel 3:14-1 Samuel 29:3
- 7.1 Samuel 29:6-1 Reyes 8:20
- 8.1 Reyes 8:21-2 Reyes 8:5
- 9.2 Reyes 8:8-2 Crónicas 20:2
- 10.2 Crónicas 20:10-Job 26:14
- 11.Job 27:12-Salmos 37:25
- 12.Salmos 37:35-Salmos 119:102
- 13.Salmos 119:104-Eclesiastés 9:1
- 14.Eclesiastés 10:5-Isaías 43:12
- 15.Isaías 43:19-Jeremías 5:14
- 16.Jeremías 5:15-Jeremías 28:16
- 17.Jeremías 29:7-Lamentaciones 1:5
- 18.Lamentaciones 1:18-Ezequiel 22:4
- 19.Ezequiel 22:6-Daniel 3:14
- 20.Daniel 3:15-Zacarías 2:9
- 21.Zacarías 2:10-Mateo 25:25
- 22.Mateo 26:45-Lucas 22:11
- 23.Lucas 22:15-Juan 18:23
- 24.Juan 18:37-1 Corintios 15:10
- 25.1 Corintios 15:51-Apocalipsis 4:1
- 26.Apocalipsis 4:2-Apocalipsis 22:16
Ahora, pues, he aquí los hijos de Amón y de Moab, y los del monte de Seir, por los cuales no quisiste que pasara Israel cuando venían de la tierra de Egipto, sino que se apartaran de ellos, y no los destruyeran;
he aquí ellos nos dan el pago, viniendo a echarnos de tu posesión, que tú nos diste que poseamos.
Mañana descenderéis contra ellos; he aquí que ellos subirán por la cuesta de Sis, y los hallaréis junto al arroyo, antes del desierto de Jeruel.
Y luego que vino Judá á la atalaya del desierto, miraron hacia la multitud; mas he aquí yacían ellos en tierra muertos, que ninguno había escapado.
Los demás hechos de Josafat, primeros y postreros, he aquí están escritos en las palabras de Jehú hijo de Hanani, del cual es hecha mención en el libro de los reyes de Israel.
he aquí el SEÑOR herirá tu pueblo de una gran plaga, a tus hijos a tus mujeres, y a toda tu hacienda;
Y toda la congregación hizo pacto con el rey en la Casa de Dios. Y él les dijo: He aquí el hijo del rey, el cual reinará, como el SEÑOR lo tiene dicho de los hijos de David.
y miró, y he aquí, el rey estaba de pie junto a su columna a la entrada, y los capitanes y los trompetas {estaban} junto al rey. Y todo el pueblo del país se regocijaba y tocaba trompetas, y los cantores con {sus} instrumentos de música dirigían la alabanza. Entonces Atalía rasgó sus vestidos, y gritó: ¡Traición! ¡Traición!
De sus hijos, y de la multiplicación que hizo de las rentas, y de la reparación de la Casa del SEÑOR, he aquí está escrito en la historia del libro de los reyes. Y reinó en su lugar Amasías su hijo.
Y Amasías dijo al varón de Dios: ¿Qué pues se hará de cien talentos que he dado al ejército de Israel? Y el varón de Dios respondió: Del SEÑOR es darte mucho más que esto.
Entonces Joás rey de Israel envió a decir a Amasías rey de Judá: El cardo que estaba en el Líbano, envió al cedro que estaba en el Líbano, diciendo: Da tu hija a mi hijo por mujer. Y he aquí que las bestias fieras que estaban en el Líbano, pasaron, y hollaron el cardo.
Tú dices: He aquí he herido a Edom; y con esto tu corazón se enaltece para gloriarte; ahora estate en tu casa; ¿para qué te entrometes en mal, para caer tú y Judá contigo?
Los demás hechos de Amasías, desde el primero hasta el postrero, he aquí, ¿no están escritos en el libro de los reyes de Judá y de Israel?
Y le miró Azarías el sumo sacerdote, y todos los sacerdotes, y he aquí la lepra estaba en su frente; y le hicieron salir aprisa de aquel lugar; y él también se dio prisa a salir, porque el SEÑOR lo había herido.
Los demás hechos de Jotam, y todas sus guerras, y sus caminos, he aquí está escrito en el libro de los reyes de Israel y de Judá.
Había entonces allí un profeta del SEÑOR, que se llamaba Obed, el cual salió delante del ejército cuando entraba en Samaria, y les dijo: He aquí el SEÑOR Dios de vuestros padres, por el enojo contra Judá, los ha entregado en vuestras manos; y vosotros los habéis matado con ira. Hasta el cielo ha llegado esto.
Los demás hechos, y todos sus caminos, primeros y postreros, he aquí ello está escrito en el libro de los reyes de Judá y de Israel.
Y he aquí nuestros padres han caído a espada, nuestros hijos y nuestras hijas y nuestras mujeres son cautivas por esto.
Ahora pues, yo he determinado hacer alianza con Jehová el Dios de Israel, para que aparte de nosotros la ira de su furor.
Asimismo hemos preparado y santificado todos los vasos que el rey Acaz había maltratado en el tiempo que reinó habiendo apostatado; y he aquí están todos delante del altar del SEÑOR.
Los demás hechos de Ezequías, y de su misericordia, he aquí todo está escrito en la visión de Isaías, el profeta, hijo de Amós, y en el libro de los reyes de Judá y de Israel.
Colocó la imagen tallada del ídolo que había hecho, en la casa de Dios, de la cual Dios había dicho a David y a su hijo Salomón: En esta casa y en Jerusalén, que he escogido de entre todas las tribus de Israel, pondré mi nombre para siempre,
y nunca más quitaré el pie de Israel de la tierra que yo entregué a vuestros padres, a condición que guarden y hagan todas las cosas que yo les he mandado, toda la ley, estatutos, y derechos, por mano de Moisés.
Los demás hechos de Manasés, y su oración a su Dios, y las palabras de los videntes que le hablaron en nombre del SEÑOR Dios de Israel, he aquí todo está escrito en los hechos de los reyes de Israel.
Su oración también, y cómo fue oído, todos sus pecados, y su prevaricación, los sitios donde edificó lugares altos y había puesto bosques e ídolos antes que se humillara, he aquí estas cosas están escritas en las palabras de los videntes.
Y respondiendo Hilcías, dijo a Safán escriba: Yo he hallado el libro de la ley en la Casa del SEÑOR. Y dio Hilcías el libro a Safán.
He aquí yo traigo mal sobre este lugar, y sobre los moradores de él, todas las maldiciones que están escritas en el libro que leyeron delante del rey de Judá;
y tu corazón se enterneció, y te humillaste delante de Dios oyendo sus palabras sobre este lugar, y sobre sus moradores; y te humillaste delante de mí, y rasgaste tus vestidos, y lloraste en mi presencia, yo también te he oído, dice el SEÑOR.
He aquí que yo te recogeré con tus padres, y serás recogido en tus sepulcros en paz; y tus ojos no verán todo el mal que yo traigo sobre este lugar, y sobre los moradores de él. Y ellos recitaron al rey la respuesta.
Asimismo los cantores hijos de Asaph estaban en su puesto, conforme al mandamiento de David, de Asaph y de Hemán, y de Jeduthún vidente del rey; también los porteros estaban á cada puerta; y no era menester que se apartasen de su ministerio, porque sus he
Entonces Jeremías entonó una elegía por Josías. Y todos los cantores y cantoras en sus lamentaciones hablan de Josías hasta hoy. Y las establecieron como ordenanza en Israel; he aquí, también están escritas en las Lamentaciones.
y sus hechos, primeros y postreros, he aquí todo está escrito en el libro de los reyes de Israel y de Judá.
Los demás hechos de Joacim, y las abominaciones que hizo, y lo que en él se halló, he aquí todo está escrito en el libro de los reyes de Israel y de Judá; y reinó en su lugar Joaquín su hijo.
Y he proclamado un decreto de que cualquiera que quebrante este edicto, de su casa se arranque un madero, y levantándolo, sea colgado en él, y que su casa sea reducida a escombros a causa de esto.
Y que el Dios que ha hecho morar allí su nombre derribe a todo rey o pueblo que trate de cambiar{lo} para destruir esta casa de Dios en Jerusalén. Yo, Darío, he proclamado {este} decreto; que sea ejecutado con toda exactitud.
yo he proclamado un decreto de que cualquiera del pueblo de Israel, de sus sacerdotes y de los levitas en mi reino que esté dispuesto a ir a Jerusalén, puede ir contigo.
Oh SEÑOR, Dios de Israel, tú eres justo, porque hemos quedado un {remanente} que ha escapado, como {en} este día; he aquí, estamos delante de ti en nuestra culpa, porque nadie puede estar delante de ti a causa de esto.
Mas os volveréis á mí, y guardaréis mis mandamientos, y los pondréis por obra. Si fuere vuestro lanzamiento hasta el cabo de los cielos, de allí os juntaré; y traerlos he al lugar que escogí para hacer habitar allí mi nombre.
Y ahora, dado que la carne de nuestros hermanos es como nuestra carne, y sus hijos son como nuestros hijos; y he aquí que nosotros sujetamos nuestros hijos y nuestras hijas a esclavitud, y hay algunas de nuestras hijas sujetas; mas no hay facultad en nuestras manos para rescatarlas, porquenuestras tierras y nuestras viñas son de otros.
Acuérdate de mí, Dios mío, para bien, {conforme a} todo lo que he hecho por este pueblo.
He aquí que hoy somos siervos, henos aquí, siervos en la tierra que diste a nuestros padres para que comieren su fruto y su bien.
Acuérdate de mí por esto, Dios mío, y no borres las obras de misericordia que he hecho por la casa de mi Dios y por sus servicios.
Todos los siervos del rey, y el pueblo de las provincias del rey saben, que todo varón o mujer que entra al rey al patio de adentro sin ser llamado, por una sola ley ha de morir; salvo aquel a quien el rey extendiere la vara de oro, el cual vivirá; y yo no he sido llamada para entrar al rey estos treinta días.
Y Ester dijo: Si al rey place, venga hoy el rey con Amán al banquete que le he hecho.
Si he hallado gracia en los ojos del rey, y si place al rey otorgar mi petición y hacer mi demanda, que venga el rey con Amán al banquete que les dispondré; y mañana haré conforme a lo que el rey ha mandado.
Y los servidores del rey le respondieron: He aquí Amán está en el patio. Y el rey dijo: Entre.
Entonces la reina Ester respondió y dijo: Oh rey, si he hallado gracia en tus ojos, y si al rey place, séame dada mi vida por mi petición, y mi pueblo por mi demanda.
Y dijo Harbona, uno de los eunucos de delante del rey: He aquí también la horca \'
Y dijo: Si place al rey, y si he hallado gracia delante de él, y si la cosa es recta delante del rey, y si yo soy buena en sus ojos, sea escrito para revocar las cartas del designio de Amán hijo de Hamedata agagueo, que escribió para destruir a los judíos que están en todas las provincias del rey.
Y respondió el rey Asuero a la reina Ester, y a Mardoqueo judío: He aquí yo he dado a Ester la casa de Amán, y a él han colgado en la horca, por cuanto extendió su mano contra los judíos.
Y dijo el SEÑOR a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante del SEÑOR.
y he aquí un gran viento que vino del lado del desierto, e hirió las cuatro esquinas de la casa, y cayó sobre los jóvenes, y murieron; y solamente escapé yo para traerte las nuevas.
Y el SEÑOR dijo a Satanás: He aquí, él está en tu mano; mas guarda su vida.
He aquí, sea estéril aquella noche, no entren en ella gritos de júbilo.
No he tenido paz, no me aseguré, ni me estuve reposado; Vínome no obstante turbación.
He aquí, tú enseñabas a muchos, y las manos debilitadas corroborabas.
Como yo he visto que los que aran iniquidad y siembran injuria, la siegan.
He aquí que en sus siervos no confía, y en sus ángeles halló locura.
Yo he visto al loco que echaba raíces, y en la misma hora maldije su habitación.
He aquí, que bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; por tanto no menosprecies la corrección del Todopoderoso.
He aquí lo que hemos inquirido, lo cual es así: Oyelo, y juzga tú para contigo.
Y sería aún mi consuelo, Si me asaltase con dolor sin dar más tregua, Que yo no he escondido las palabras del Santo.
¿Os he dicho yo: Traedme, y pagad por mí de vuestra hacienda;
Enseñadme, y yo callaré; y hacedme entender en qué he errado.
así he tenido que poseer meses de vanidad, y noches de congoja me fueron asignadas.
Aburríme: no he de vivir yo para siempre; Déjáme, pues que mis días son vanidad.
Si he pecado, ¿qué te haré, oh Guarda de los hombres? ¿Por qué me has puesto contrario a ti, y que a mí mismo sea pesado?
He aquí, este es el gozo de su camino; y del polvo brotarán otros.
He aquí, Dios no aborrece al perfecto, ni toma la mano de los malignos.
He aquí que él pasará delante de mí, y yo no lo veré; y pasará, y no lo entenderé.
He aquí, arrebatará; ¿quién le hará restituir? ¿Quién le dirá: Qué haces?
Si {es cuestión} de poder, he aquí, {El es} poderoso; y si {es cuestión} de justicia, ¿quién le citará?
He aquí, él derribará, y no será edificado; encerrará al hombre, y no habrá quien le abra.
He aquí, él detendrá las aguas, y se secarán; él las enviará, y destruirán la tierra.
He aquí que todas estas cosas han visto mis ojos, y oído y entendido mis oídos.
¿Por qué me he de quitar la carne con mis dientes, y poner mi vida en mis manos?
He aquí, aunque me matare, en él esperaré; pero defenderé delante de él mis caminos.
He aquí ahora, si yo me apercibiere a juicio, sé que seré justificado.
He aquí que en sus santos no confía, y ni los cielos son limpios delante de sus ojos,
Escúchame; yo te mostraré, y te contaré lo que he visto;
Muchas veces he oído cosas como éstas; consoladores molestos sois todos vosotros.
Sobre mi piel he cosido cilicio, y he hundido en el polvo mi poder.
Mas he aquí que en los cielos está mi testigo, Y mi testimonio en las alturas.
El me ha puesto por refrán de los pueblos, y delante de ellos he sido como tamboril.
A la corrupción he dicho: Mi padre eres tú; a los gusanos: Mi madre y mi hermana.
Y si en verdad he errado, conmigo se quedará mi error.
He aquí yo clamaré agravio, y no seré oído; daré voces, y no habrá juicio.
Mi piel y mi carne se pegaron a mis huesos; y he escapado con la piel de mis dientes.
Y después de deshecha esta mi piel, Aun he de ver en mi carne á Dios;
Al cual he de ver por mí mismo, y mis ojos lo verán, y no otro, aunque mis entrañas se consuman dentro de mí.
La reprensión de mi censura he oído, y me hace responder el espíritu de mi inteligencia.
En cuanto a mí, ¿me quejo yo al hombre? ¿Y por qué no he de ser impaciente?
He aquí que su bien no está en manos de ellos; el consejo de los impíos lejos esté de mí.
He aquí, yo conozco vuestros pensamientos, y las imaginaciones que contra mí forjáis.
He aquí yo iré al oriente, y no lo hallaré; y al occidente, y no lo percibiré.
Mi pie ha seguido firme en su senda, su camino he guardado y no me he desviado.
Del mandamiento de sus labios no me he apartado, he atesorado las palabras de su boca más que mi comida.
He aquí, como asnos monteses en el desierto, salen a su obra madrugando para robar; el desierto es su mantenimiento y de sus hijos.
He aquí que ni aun la misma luna será resplandeciente, ni las estrellas son limpias delante de sus ojos.
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