'Mas' en la Biblia
- 1.Gé 2:6-Éx 2:3
- 2.Éx 2:15-Levítico 12:4
- 3.Levítico 13:3-Números 21:23
- 4.Números 21:30-Deuteronomio 29:29
- 5.Deuteronomio 30:5-Jueces 9:53
- 6.Jueces 10:6-1 Samuel 16:7
- 7.1 Samuel 16:10-2 Samuel 14:24
- 8.2 Samuel 14:29-1 Reyes 21:6
- 9.1 Reyes 22:8-1 Crónicas 19:10
- 10.1 Crónicas 19:12-2 Crónicas 33:12
- 11.2 Crónicas 33:23-Job 19:5
- 12.Job 19:28-Salmos 68:17
- 13.Salmos 69:4-Proverbios 10:7
- 14.Proverbios 10:8-Proverbios 14:21
- 15.Proverbios 14:23-Proverbios 28:12
- 16.Proverbios 28:13-Isaías 11:14
- 17.Isaías 13:12-Jeremías 3:7
- 18.Jeremías 3:16-Jeremías 44:5
- 19.Jeremías 44:12-Ezequiel 26:20
- 20.Ezequiel 26:21-Oseas 1:6
- 21.Oseas 1:7-Malaquías 2:14
- 22.Malaquías 3:7-Mateo 15:11
- 23.Mateo 15:13-Marcos 2:17
- 24.Marcos 2:20-Marcos 16:6
- 25.Marcos 16:7-Lucas 14:10
- 26.Lucas 14:13-Juan 3:29
- 27.Juan 3:30-Juan 13:27
- 28.Juan 13:28-Hechos 13:25
- 29.Hechos 13:30-Romanos 3:4
- 30.Romanos 3:21-1 Corintios 2:4
- 31.1 Corintios 2:5-1 Corintios 16:12
- 32.2 Corintios 1:6-Efesios 5:15
- 33.Efesios 5:18-Hebreos 8:12
- 34.Hebreos 9:7-Apocalipsis 22:15
E hizo pasar Isaí sus siete hijos delante de Samuel; mas Samuel dijo á Isaí: Jehová no ha elegido á éstos.
Si él pudiere pelear conmigo, y me venciere, nosotros seremos vuestros siervos: y si yo pudiere más que él, y lo venciere, vosotros seréis nuestros siervos y nos serviréis.
Entonces dijo David al Filisteo: Tú vienes á mí con espada y lanza y escudo; mas yo vengo á ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, que tú has provocado.
Mas corrió David y púsose sobre el Filisteo, y tomando la espada de él, sacándola de su vaina, matólo, y cortóle con ella la cabeza. Y como los Filisteos vieron su gigante muerto, huyeron.
Y David tomó la cabeza del Filisteo, y trájola á Jerusalem, mas puso sus armas en su tienda.
Y enojóse Saúl en gran manera, y desagradó esta palabra en sus ojos, y dijo: A David dieron diez miles, y á mí miles; no le falta más que el reino.
Mas Saúl se temía de David por cuanto Jehová era con él, y se había apartado de Saúl.
Mas todo Israel y Judá amaba á David, porque él salía y entraba delante de ellos.
Y dijo Saúl á David: He aquí yo te daré á Merab mi hija mayor por mujer: solamente que me seas hombre valiente, y hagas las guerras de Jehová. Mas Saúl decía: No será mi mano contra él, mas la mano de los Filisteos será contra él.
Mas Michâl la otra hija de Saúl amaba á David; y fué dicho á Saúl, lo cual plugo en sus ojos.
Y Saúl dijo: Decid así á David: No está el contentamiento del rey en el dote, sino en cien prepucios de Filisteos, para que sea tomada venganza de los enemigos del rey. Mas Saúl pensaba echar á David en manos de los Filisteos.
Temióse más de David; y fué Saúl enemigo de David todos los días.
Y salían los príncipes de los Filisteos; y como ellos salían, portábase David más prudentemente que todos los siervos de Saúl: y era su nombre muy ilustre.
Y HABLO Saúl á Jonathán su hijo, y á todos sus criados, para que matasen á David; mas Jonathán hijo de Saúl amaba á David en gran manera.
Y Saúl procuró enclavar á David con la lanza en la pared; mas él se apartó de delante de Saúl, el cual hirió con la lanza en la pared; y David huyó, y escapóse aquella noche.
Saúl envió luego mensajeros á casa de David para que lo guardasen, y lo matasen á la mañana. Mas Michâl su mujer lo descubrió á David, diciendo: Si no salvares tu vida esta noche, mañana serás muerto.
Y David respondió á Jonathán: He aquí que mañana será nueva luna, y yo acostumbro sentarme con el rey á comer: mas tú dejarás que me esconda en el campo hasta la tarde del tercer día.
Si él dijere, Bien está, paz tendrá tu siervo; mas si se enojare, sabe que la malicia es en él cosumada.
Jehová haga así á Jonathán, y esto añada. Mas si á mi padre pareciere bien hacerte mal, también te lo descubriré, y te enviaré, y te irás en paz: y sea Jehová contigo, como fué con mi padre.
Y si yo viviere, harás conmigo misericordia de Jehová; mas si fuere muerto,
Y luego enviaré el criado diciéndole: Ve, busca las saetas. Y si dijere al mozo: He allí las saetas más acá de ti, tómalas: tú vendrás, porque paz tienes, y nada hay de mal, vive Jehová.
Mas si yo dijere al mozo así: He allí las saetas más allá de ti: vete, porque Jehová te ha enviado.
Mas aquel día Saúl no dijo nada, porque se decía: Habrále acontecido algo, y no está limpio; no estará purificado.
Y dijo á su mozo: Corre y busca las saetas que yo tirare. Y como el muchacho iba corriendo, él tiraba la saeta que pasara más allá de él.
Y llegando el muchacho adonde estaba la saeta que Jonathán había tirado, Jonathán dió voces tras el muchacho, diciendo: ¿No está la saeta más allá de ti?
Y luego que el muchacho se hubo ido, se levantó David de la parte del mediodía, é inclinóse tres veces postrándose hasta la tierra: y besándose el uno al otro, lloraron el uno con el otro, aunque David lloró más.
Y el sacerdote respondió á David, y dijo: No tengo pan común á la mano; solamente tengo pan sagrado: mas lo daré si los criados se han guardado mayormente de mujeres.
Y David respondió al sacerdote, y díjole: Cierto las mujeres nos han sido reservadas desde anteayer cuando salí, y los vasos de los mozos fueron santos, aunque el camino es profano: cuanto más que hoy habrá otro pan santificado en los vasos.
Entonces dijo el rey á la gente de su guardia que estaba alrededor de él: Cercad y matad á los sacerdotes de Jehová; porque también la mano de ellos es con David, pues sabiendo ellos que huía, no me lo descubrieron. Mas los siervos del rey no quisieron ex
Mas uno de los hijos de Ahimelech hijo de Ahitob, que se llamaba Abiathar, escapó, y huyóse á David.
Mas los que estaban con David le dijeron: He aquí que nosotros aquí en Judá estamos con miedo; ¿cuánto más si fuéremos á Keila contra el ejército de los Filisteos?
Mas entendiendo David que Saúl ideaba el mal contra él, dijo á Abiathar sacerdote: Trae el ephod.
Y David se estaba en el desierto en peñas, y habitaba en un monte en el desieto de Ziph; y buscábalo Saúl todos los días, mas Dios no lo entregó en sus manos.
Y ellos se levantaron, y se fueron á Ziph delante de Saúl. Mas David y su gente estaban en el desierto de Maón, en la llanura que está á la diestra del desierto.
Y Saúl iba por el un lado del monte, y David con los suyos por el otro lado del monte: y dábase priesa David para ir delante de Saúl; mas Saúl y los suyos habían encerrado á David y á su gente para tomarlos.
He aquí han visto hoy tus ojos como Jehová te ha puesto hoy en mis manos en la cueva: y dijeron que te matase, mas te perdoné, porque dije: No extenderé mi mano contra mi señor, porque ungido es de Jehová.
Y dijo á David: Más justo eres tú que yo, que me has pagado con bien, habiéndote yo pagado con mal.
El nombre de aquel varón era Nabal, y el nombre de su mujer, Abigail. Y era aquella mujer de buen entendimiento y de buena gracia; mas el hombre era duro y de malos hechos; y era del linaje de Caleb.
Mas aquellos hombres nos han sido muy buenos, y nunca nos han hecho fuerza, ni ninguna cosa nos ha faltado en todo el tiempo que hemos conversado con ellos, mientras hemos estado en el campo.
Y echóse á sus pies, y dijo: Señor mío, sobre mí sea el pecado; mas ruégote hable tu sierva en tus oídos, y oye las palabras de tu sierva.
No ponga ahora mi señor su corazón á aquel hombre brusco, á Nabal; porque conforme á su nombre, así es. El se llama Nabal, y la locura está con él: mas yo tu sierva no vi los criados de mi señor, los cuales tú enviaste.
Ruego pues, que el rey mi señor oiga ahora las palabras de su siervo. Si Jehová te incita contra mí, acepte un sacrificio: mas si fueren hijos de hombres, malditos ellos en presencia de Jehová, que me han echado hoy para que no me junte en la heredad de J
Entonces dijo Saúl: He pecado: vuélvete, hijo mío David, que ningún mal te haré más, pues que mi vida ha sido estimada hoy en tus ojos. He aquí, yo he hecho neciamente, y he errado en gran manera.
Y Jehová pague á cada uno su justicia y su lealtad: que Jehová te había entregado hoy en mi mano, mas yo no quise extender mi mano sobre el ungido de Jehová.
Y DIJO David en su corazón: Al fin seré muerto algún día por la mano de Saúl: nada por tanto me será mejor que fugarme á la tierra de los Filisteos, para que Saúl se deje de mí, y no me ande buscando más por todos los términos de Israel, y así me escaparé
Y vino la nueva á Saúl que David se había huído á Gath, y no lo buscó más.
Y Samuel dijo á Saúl: ¿Por qué me has inquietado haciéndome venir? Y Saúl respondió: Estoy muy congojado; pues los Filisteos pelean contra mí, y Dios se ha apartado de mí, y no me responde más, ni por mano de profetas, ni por sueños: por esto te he llamad
Y él lo rehusó, diciendo: No comeré. Mas sus criados juntamente con la mujer le constriñeron, y él los obedeció. Levantóse pues del suelo, y sentóse sobre una cama.
Y Achîs llamó á David, y díjole: Vive Jehová, que tú has sido recto, y que me ha parecido bien tu salida y entrada en el campo conmigo, y que ninguna cosa mala he hallado en ti desde el día que viniste á mí hasta hoy: mas en los ojos de los príncipes no a
Y Achîs respondió á David, y dijo: Yo sé que tú eres bueno en mis ojos, como un ángel de Dios; mas los príncipes de los Filisteos han dicho: No venga con nosotros á la batalla.
Y habíanse llevado cautivas á las mujeres que estaban en ella, desde el menor hasta el mayor; mas á nadie habían muerto, sino llevado, é ídose su camino.
Y David fué muy angustiado, porque el pueblo hablaba de apedrearlo; porque todo el pueblo estaba con ánimo amargo, cada uno por sus hijos y por sus hijas: mas David se esforzó en Jehová su Dios.
Entonces dijo Saúl á su escudero: Saca tu espada, y pásame con ella, porque no vengan estos incircuncisos, y me pasen, y me escarnezcan. Mas su escudero no quería, porque tenía gran temor. Entonces tomó Saúl la espada, y echóse sobre ella.
Mas oyendo los de Jabes de Galaad esto que los Filisteos hicieron á Saúl,
Saúl y Jonathán, amados y queridos en su vida, En su muerte tampoco fueron apartados: Más ligeros que águilas, Más fuertes que leones.
Angustia tengo por ti, hermano mío Jonathán, Que me fuiste muy dulce: Más maravilloso me fué tu amor, Que el amor de las mujeres.
Mas Abner hijo de Ner, general de ejército de Saúl, tomó á Is-boseth hijo de Saúl, é hízolo pasar al real:
Mas Joab y Abisai siguieron á Abner; y púsoseles el sol cuando llegaron al collado de Amma, que está delante de Gía, junto al camino del desierto de Gabaón.
Entonces Joab tocó el cuerno, y todo el pueblo se detuvo, y no siguió más á los de Israel, ni peleó más.
Mas los siervos de David hirieron de los de Benjamín y de los de Abner, trescientos y sesenta hombres, que murieron. Tomaron luego á Asael, y sepultáronlo en el sepulcro de su padre en Beth-lehem.
Y HUBO larga guerra entre la casa de Saúl y la casa de David; mas David se iba fortificando, y la casa de Saúl iba en disminución.
Y David dijo: Bien; yo haré contigo alianza: mas una cosa te pido, y es, que no me vengas á ver sin que primero traigas á Michâl la hija de Saúl, cuando vinieres á verme.
Y he aquí los siervos de David y Joab, que venían del campo, y traían consigo gran presa. Mas Abner no estaba con David en Hebrón, que ya lo había él despedido, y él se había ido en paz.
¿Cuánto más á los malos hombres que mataron á un hombre justo en su casa, y sobre su cama? Ahora pues, ¿no tengo yo de demandar su sangre de vuestras manos, y quitaros de la tierra?
Y tomó David más concubinas y mujeres de Jerusalem después que vino de Hebrón, y naciéronle más hijos é hijas.
Y consultando David á Jehová, él le respondió: No subas; mas rodéalos, y vendrás á ellos por delante de los morales:
No quiso pues David traer á sí el arca de Jehová á la ciudad de David; mas llevóla David á casa de Obed-edom Getheo.
Entonces David respondió á Michâl: Delante de Jehová, que me eligió más bien que á tu padre y á toda su casa, mandándome que fuese príncipe sobre el pueblo de Jehová, sobre Israel, danzaré delante de Jehová.
Y aun me haré más vil que esta vez, y seré bajo á mis propios ojos; y delante de las criadas que dijiste, delante de ellas seré honrado.
Además yo fijaré lugar á mi pueblo Israel; yo lo plantaré, para que habite en su lugar, y nunca más sea removido, ni los inicuos le aflijan más, como antes,
¿Y qué más puede añadir David hablando contigo? Tú pues conoces tu siervo, Señor Jehová.
Y dijo David: Yo haré misericordia con Hanún hijo de Naas, como su padre la hizo conmigo. Y envió David sus siervos á consolarlo por su padre. Mas llegados los siervos de David á la tierra de los hijos de Ammón,
Y saliendo los hijos de Ammón, ordenaron sus escuadrones á la entrada de la puerta: mas los Siros de Soba, y de Rehob, y de Is-tob, y de Maaca, estaban de por sí en le campo.
Y dijo: Si los Siros me fueren superiores, tú me ayudarás; y si los hijos de Ammón pudieren más que tú, yo te daré ayuda.
Y acercóse Joab, y el pueblo que con él estaba, para pelear con los Siros; mas ellos huyeron delante de él.
Mas viendo los Siros que habían caído delante de Israel, tornáronse á juntar.
Mas los Siros huyeron delante de Israel: é hirió David de los Siros la gente de setecientos carros, y cuarenta mil hombres de á caballo: hirió también á Sobach general del ejército, y murió allí.
Y ACONTECIO á la vuelta de un año, en el tiempo que salen los reyes á la guerra, que David envió á Joab, y á sus siervos con él, y á todo Israel; y destruyeron á los Ammonitas, y pusieron cerco á Rabba: mas David se quedó en Jerusalem.
Mas Uría durmió á la puerta de la casa del rey con todos los siervos de su señor, y no descendió á su casa.
Y David lo convidó, é hízole comer y beber delante de sí, hasta embriagarlo. Y él salió á la tarde á dormir en su cama con los siervos de su señor; mas no descendió á su casa.
Así fué que cuando Joab cercó la ciudad, puso á Uría en el lugar donde sabía que estaban los hombres más valientes.
Y pasado el luto, envió David y recogióla á su casa: y fué ella su mujer, y parióle un hijo. Mas esto que David había hecho, fué desagradable á los ojos de Jehová.
Mas el pobre no tenía más que una sola cordera, que él había comprado y criado, y que había crecido con él y con sus hijos juntamente, comiendo de su bocado, y bebiendo de su vaso, y durmiendo en su seno: y teníala como á una hija.
Porque tú lo hiciste en secreto; mas yo haré esto delante de todo Israel, y delante del sol.
Mas por cuanto con este negocio hiciste blasfemar á los enemigos de Jehová, el hijo que te ha nacido morirá ciertamente.
Y levantándose los ancianos de su casa fueron á él para hacerlo levantar de tierra; mas él no quiso, ni comió con ellos pan.
Y al séptimo día murió el niño; pero sus siervos no osaban hacerle saber que el niño era muerto, diciendo entre sí: Cuando el niño aun vivía, le hablábamos, y no quería oir nuestra voz: ¿pues cuánto más mal le hará, si le dijéremos que el niño es muerto?
Mas David viendo á sus siervos hablar entre sí, entendió que el niño era muerto; por lo que dijo David á sus siervos: ¿Es muerto el niño? Y ellos respondieron: Muerto es.
Mas ahora que ya es muerto, ¿para qué tengo de ayunar? ¿podré yo hacerle volver? Yo voy á él, mas él no volverá á mí.
Tomó luego la sartén, y sacólas delante de él: mas él no quiso comer. Y dijo Amnón: Echad fuera de aquí á todos. Y todos se salieron de allí.
Mas él no la quiso oir; antes pudiendo más que ella la forzó, y echóse con ella.
Y ella le respondió: No es razón; mayor mal es éste de echarme, que el que me has hecho. Mas él no la quiso oir:
Mas Absalom no habló con Amnón ni malo ni bueno, bien que Absalom aborrecía á Amnón, porque había forzado á Thamar su hermana.
Y respondió el rey á Absalom: No, hijo mío, no vamos todos, porque no te hagamos costa. Y aunque porfió con él, no quiso ir, mas bendíjolo.
Mas Absalom huyó, y fuése á Talmai hijo de Amiud, rey de Gessur. Y David lloraba por su hijo todos los días.
Y la mujer de Tecoa dijo al rey: Rey señor mío, la maldad sea sobre mí y sobre la casa de mi padre; mas el rey y su trono sin culpa.
Y el rey dijo: Al que hablare contra tí, tráelo á mí, que no te tocará más.
Y que yo he venido ahora para decir esto al rey mi señor, es porque el pueblo me ha puesto miedo. Mas tu sierva dijo: Hablaré ahora al rey: quizá él hará lo que su sierva diga.
Y que trocara la forma de las palabras, Joab tu siervo lo ha hecho: mas mi señor es sabio, conforme á la sabiduría de un ángel de Dios, para conocer lo que hay en la tierra.
Mas el rey dijo: Váyase á su casa, y no vea mi rostro. Y volvióse Absalom á su casa, y no vió el rostro del rey.
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- 5.Deuteronomio 30:5-Jueces 9:53
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- 8.2 Samuel 14:29-1 Reyes 21:6
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