126 casos

'Ellos' en la Biblia

Mientras Jesús ascendía, estando ellos mirando fijamente al cielo, se les presentaron dos hombres en vestiduras blancas,

Estando {el que era cojo} aferrado a Pedro y a Juan, todo el pueblo, lleno de asombro, corrió al pórtico llamado de Salomón, donde ellos estaban.

Poniendo a Pedro y a Juan en medio {de ellos, les} interrogaban: `` ¿Con qué poder (autoridad), o en qué nombre, han hecho esto?"

Y viendo de pie junto a ellos al hombre que había sido sanado, no tenían nada que decir en contra.

`` ¿Qué haremos con estos hombres?" decían. ``Porque el hecho de que un milagro (una señal) notable ha sido realizado por medio de ellos es evidente a todos los que viven en Jerusalén, y no podemos negarlo.

No había, pues, ningún necesitado entre ellos, porque todos los que poseían tierras o casas las vendían, traían el precio de lo vendido,

Pero ninguno de los demás se atrevía a juntarse con ellos; sin embargo, el pueblo los tenía en gran estima.

a tal punto que aun sacaban a los enfermos a las calles y {los} tendían en lechos y camillas, para que al pasar Pedro, siquiera su sombra cayera sobre alguno de ellos.

Cuando ellos oyeron {esto,} se sintieron profundamente ofendidos y querían matarlos.

A éstos los presentaron ante los apóstoles, y después de orar, pusieron sus manos sobre ellos.

"Al ver que uno {de ellos} era tratado injustamente, lo defendió y vengó al oprimido, matando al Egipcio.

"Pensaba que sus hermanos entendían que Dios les estaba dando libertad (salvación) por medio de él, pero ellos no entendieron.

``Al día siguiente se les presentó, cuando {dos de} ellos reñían, y trató de poner paz entre ellos, diciendo: `Varones, ustedes son hermanos, ¿por qué se hieren el uno al otro?'

Este Moisés, a quien ellos rechazaron, diciendo: ` ¿QUIEN TE HA PUESTO POR GOBERNANTE Y JUEZ?' es el {mismo} que Dios envió {para ser} gobernante y libertador con la ayuda del ángel que se le apareció en la zarza.

"Pero Dios se apartó {de ellos} y los entregó para que sirvieran (adoraran) al ejército del cielo (los cuerpos celestes), como está escrito en el libro de los profetas: ` ¿ACASO FUE A MI A QUIEN OFRECIERON VICTIMAS Y SACRIFICIOS EN EL DESIERTO POR CUARENTA AÑOS, CASA DE ISRAEL?

Entonces ellos gritaron a gran voz, y tapándose los oídos se lanzaron a una contra él.

Y Saulo (Pablo) estaba de completo acuerdo con {ellos} en su muerte. En aquel día se desató una gran persecución en contra de la iglesia en Jerusalén, y todos fueron esparcidos por las regiones de Judea y Samaria, excepto los apóstoles.

quienes descendieron y oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo.

Porque todavía no había descendido el Espíritu Santo sobre ninguno de ellos; sólo habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús.

Y ellos, después de haber testificado solemnemente y hablado la palabra del Señor, iniciaron el regreso a Jerusalén anunciando el evangelio (las buenas nuevas) en muchas aldeas de los Samaritanos.

Al salir ellos del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y no lo vio más el eunuco, que continuó su camino gozoso.

Y estaba con ellos moviéndose libremente en Jerusalén, hablando con valor en el nombre del Señor.

Entonces Pedro se levantó y fue con ellos. Cuando llegó lo llevaron al aposento alto, y todas las viudas lo rodearon llorando, mostrando todas las túnicas y ropas que Dorcas solía hacer cuando estaba con ellas.

Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea a orar como al mediodía.

Y ellos dijeron: ``A Cornelio el centurión (un capitán Romano), un hombre justo y temeroso de Dios, y que es muy estimado por toda la nación de los Judíos, {le} fue ordenado (revelado) por un santo ángel que hiciera venir a usted a su casa para oír sus palabras."

Entonces Pedro los invitó a entrar y los hospedó. Al día siguiente se levantó y fue con ellos, y algunos de los hermanos de Jope lo acompañaron.

Y mandó que fueran bautizados en el nombre de Jesucristo. Entonces le pidieron que se quedara {con ellos} unos días.

``Tú entraste en casa de incircuncisos y comiste con ellos."

"Y el Espíritu {Santo} me dijo que fuera con ellos sin dudar (sin hacer ninguna distinción). Estos seis hermanos fueron también conmigo y entramos en la casa de {aquel} hombre.

"Cuando comencé a hablar, el Espíritu Santo descendió sobre ellos, tal como {lo hizo} sobre nosotros al principio.

"Por tanto, si Dios les dio a ellos el mismo don que también nos {dio} a nosotros después de creer en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo para poder impedírselo a Dios?"

Pero había algunos de ellos, hombres de Chipre y de Cirene, los cuales al llegar a Antioquía, hablaban también a los Griegos, predicando el evangelio (las buenas nuevas) del Señor Jesús.

Y levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba a entender por el Espíritu {Santo,} que ciertamente habría una gran hambre en toda la tierra. Y esto ocurrió durante el {reinado} del emperador Claudio.

`` ¡Estás loca!" le dijeron ellos. Pero ella insistía en que así era. Y ellos decían: ``Es su ángel."

Herodes (Agripa I) estaba muy enojado con los de Tiro y de Sidón. Pero ellos, de común acuerdo se presentaron ante él, y habiéndose ganado a Blasto, camarero del rey, pedían paz, pues su región era abastecida por el territorio del rey.

Ellos, pues, enviados por el Espíritu Santo, descendieron a Seleucia y de allí se embarcaron para Chipre.

Pablo y sus compañeros navegaron desde Pafos y llegaron a Perge de Panfilia; pero Juan se apartó de ellos y regresó a Jerusalén;

ellos, saliendo de Perge, llegaron a Antioquía de Pisidia; y en el día de reposo entraron a la sinagoga y se sentaron.

"Entonces ellos pidieron un rey, y Dios les dio a Saúl, hijo de Cis, varón de la tribu de Benjamín, durante cuarenta años.

Entonces éstos sacudieron el polvo de sus pies contra ellos y se fueron a Iconio.

Como Pablo y Bernabé tuvieran gran disensión y debate con ellos, {los hermanos} determinaron que Pablo y Bernabé, y algunos otros de ellos subieran a Jerusalén a los apóstoles y a los ancianos para tratar esta cuestión.

Cuando llegaron a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia, los apóstoles y los ancianos, e informaron de todo lo que Dios había hecho con ellos.

Toda la multitud hizo silencio, y escuchaban a Bernabé y a Pablo, que relataban las señales (los milagros) y prodigios que Dios había hecho entre los Gentiles por medio de ellos.

Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, escoger de entre ellos {algunos} hombres para enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé: a Judas, llamado Barsabás, y a Silas, hombres prominentes entre los hermanos,

y enviaron esta carta con ellos: ``Los apóstoles, y los hermanos que son ancianos (presbíteros), a los hermanos en Antioquía, Siria y Cilicia que son de los Gentiles, saludos.

Así que ellos, después de ser despedidos, descendieron a Antioquía; y reuniendo a la congregación, entregaron la carta.

Bernabé quería llevar también con ellos a Juan, llamado Marcos,

Pero cuando sus amos vieron que se les había ido la esperanza de ganancia para ellos, prendieron a Pablo y a Silas, y {los} arrastraron hasta la plaza, ante las autoridades.

La multitud se levantó a una contra ellos, y los magistrados superiores, rasgándoles sus ropas, ordenaron que {los} azotaran con varas.

Pero Pablo les dijo: ``Aunque somos ciudadanos Romanos, nos han azotado públicamente sin hacernos juicio y nos han echado a la cárcel; ¿y ahora nos sueltan en secreto? ¡De ninguna manera! Que ellos mismos vengan a sacarnos."

Algunos de ellos creyeron, y se unieron a Pablo y a Silas, junto con una gran multitud de Griegos temerosos de Dios y muchas de las mujeres principales.

y Jasón los ha recibido. Todos ellos actúan contra los decretos del César, diciendo que hay otro rey, Jesús."

Por eso muchos de ellos creyeron, así como también un buen número de Griegos, hombres y mujeres de distinción.

Entonces Pablo salió de entre ellos.

Pero algunos se unieron a él y creyeron, entre los cuales estaban Dionisio el Areopagita, una mujer llamada Dámaris y otros con ellos.

y como él era del mismo oficio, se quedó con ellos y trabajaban {juntos,} pues el oficio de ellos era hacer tiendas de campaña.

``Este persuade a los hombres a que adoren a Dios {en forma} contraria a la ley," dijeron ellos.

Entonces todos ellos agarraron a Sóstenes, el oficial (principal) de la sinagoga, y lo golpeaban frente al tribunal, pero Galión no hacía caso de nada de esto.

y les preguntó: `` ¿Recibieron el Espíritu Santo cuando creyeron?" Ellos le respondieron: ``No, ni siquiera hemos oído si hay un Espíritu Santo."

Entonces Pablo les preguntó: `` ¿En qué {bautismo,} pues, fueron bautizados?" ``En el bautismo de Juan," contestaron ellos.

Pero cuando algunos se endurecieron y se volvieron desobedientes, hablando mal del Camino ante la multitud, {Pablo} se apartó de ellos llevándose a los discípulos, y discutía diariamente en la escuela de Tirano.

de tal manera que incluso llevaban pañuelos o delantales de su cuerpo a los enfermos, y las enfermedades los dejaban y los malos espíritus se iban de ellos.

Supieron esto todos los habitantes de Efeso, tanto Judíos como Griegos. El temor se apoderó de todos ellos, y el nombre del Señor Jesús era exaltado.

Pero cuando se dieron cuenta de que era Judío, un clamor se levantó de todos ellos, gritando como por dos horas: `` ¡Grande es Diana de los Efesios!"

Nos embarcamos en Filipos después de los días de la Fiesta de los Panes sin Levadura, y en cinco días llegamos adonde ellos {estaban} en Troas; y allí nos quedamos siete días.

Volviendo arriba, después de partir el pan y de comer, conversó largamente con ellos hasta el amanecer, y entonces se marchó.

Después de separarnos de ellos, salimos y navegamos con rumbo directo a Cos, al día siguiente a Rodas, y de allí a Pátara.

Después de hallar a los discípulos, nos quedamos allí siete días, y ellos le decían a Pablo, por el Espíritu, que no fuera a Jerusalén.

Pasados aquellos días partimos y emprendimos nuestro viaje mientras que todos ellos, con sus mujeres e hijos, nos acompañaron hasta las afueras de la ciudad. Después de arrodillarnos y orar en la playa, nos despedimos unos de otros.

Entonces subimos al barco y ellos regresaron a sus hogares.

Terminado el viaje desde Tiro, llegamos a Tolemaida, y después de saludar a los hermanos, nos quedamos con ellos un día.

Ellos, cuando {lo} oyeron, glorificaban a Dios y le dijeron: ``Hermano, ya ves cuántos miles hay entre los Judíos que han creído, y todos son celosos de la Ley (Mosaica).

tómalos y purifícate junto con ellos, y paga sus gastos para que se rasuren la cabeza. Así todos sabrán que no hay nada {cierto} en lo que se les ha dicho acerca de ti, sino que tú también vives (andas) ordenadamente, guardando la Ley.

Las citas bíblicas son tomadas Nueva Biblia de los Hispanos © 2005 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, http://www.lockman.org. Usadas con permiso