421 casos

'Están' en la Biblia

Y dijo Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así.

Todos los animales que están contigo de toda carne, de aves y de bestias y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, sacarás contigo; y vayan por la tierra, y fructifiquen, y multiplíquense sobre la tierra.

Y llamaron a Lot, y le dijeron: ¿Dónde están los varones que vinieron a ti esta noche? Sácalos, para que los conozcamos.

Y a Sara dijo: He aquí he dado mil piezas de plata a tu hermano; mira que él te es como velo de ojos para todos los que están contigo, y para con todos; así fue reprendida.

Y dijo Israel a José: ¿No están tus hermanos apacentando las ovejas en Siquem? Ven, y te enviaré a ellos. Y él respondió: Heme aquí.

Y él le dijo: Ve ahora, mira cómo están tus hermanos y cómo están las ovejas, y tráeme la respuesta. Y lo envió del valle de Hebrón, y llegó a Siquem.

Y José vino, e hizo saber a Faraón, y dijo: Mi padre y mis hermanos, y sus ovejas y sus vacas, con todo lo que tienen, han venido de la tierra de Canaán, y he aquí, están en la tierra de Gosén.

Y será que de los frutos daréis la quinta parte a Faraón, y las cuatro partes serán vuestras para sembrar las tierras, y para vuestro mantenimiento, y de los que están en vuestras casas, y para que coman vuestros niños.

Así se fue Moisés, y volviendo a su suegro Jetro, le dijo: Iré ahora, y volveré a mis hermanos que están en Egipto, para ver si aún viven. Y Jetro dijo a Moisés: Ve en paz.

Y habéis de ponerles la tarea del ladrillo que hacían antes, y no les disminuiréis nada; porque están ociosos, y por eso levantan la voz diciendo: Vamos y ofrezcamos sacrificios a nuestro Dios.

he aquí la mano de Jehová será sobre tus ganados que están en el campo, caballos, asnos, camellos, vacas y ovejas, con pestilencia gravísima:

Porque Faraón dirá de los hijos de Israel: Encerrados están en la tierra, el desierto los ha encerrado.

Esto es lo que Jehová ha mandado: Recogeréis de él cada uno según pudiere comer; un gomer por cabeza, conforme al número de vuestras personas, tomaréis cada uno para los que están en su tienda.

Y dijo a los ancianos: Esperadnos aquí hasta que volvamos a vosotros: y he aquí Aarón y Hur están con vosotros: el que tuviere asuntos, venga a ellos.

Y Aarón les dijo: Apartad los zarcillos de oro que están en las orejas de vuestras esposas, y de vuestros hijos y de vuestras hijas, y traédmelos.

¿Y en qué se conocerá aquí que he hallado gracia en tus ojos, yo y tu pueblo, sino en andar tú con nosotros, y que yo y tu pueblo seamos apartados de todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra?

Hablad a los hijos de Israel, diciendo: Éstos son los animales que comeréis de todos los animales que están sobre la tierra.

Esto comeréis de todas las cosas que están en las aguas: todas las cosas que tienen aletas y escamas en las aguas del mar, y en los ríos, aquellas comeréis.

Así tu siervo como tu sierva que tuvieres, serán de las naciones que están en vuestro alrededor: de ellos compraréis siervos y siervas.

También compraréis de los hijos de los forasteros que viven entre vosotros, y de los que del linaje de ellos son nacidos en vuestra tierra, que están con vosotros; los cuales tendréis por posesión:

Y cuando tocareis alarma, entonces marcharán los que están acampados al oriente.

Y cuando tocareis alarma la segunda vez, entonces marcharán los que están acampados al sur; alarma tocarán para sus partidas.

Porque el amalecita y el cananeo están allí delante de vosotros, y caeréis a espada; porque habéis dejado de seguir a Jehová, por eso Jehová no será con vosotros.

Y vino Dios a Balaam, y le dijo: ¿Qué varones son estos que están contigo?

Como arroyos están extendidas, como huertos junto al río, como áloes plantados por Jehová, como cedros junto a las aguas.

Pero si su marido callare a ello de día en día, entonces confirmó todos sus votos, y todas las obligaciones que están sobre ella: las confirmó, por cuanto calló a ello el día que lo oyó.

Y trajeron a Moisés, y a Eleazar el sacerdote, y a la congregación de los hijos de Israel, los cautivos y la presa y los despojos, al campamento en los llanos de Moab, que están junto al Jordán, frente a Jericó.

y dijeron a Moisés: Tus siervos han tomado razón de los hombres de guerra que están en nuestro poder, y ninguno ha faltado de nosotros.

Hoy comenzaré a poner tu miedo y tu espanto sobre los pueblos que están debajo de todo el cielo, los cuales oirán tu fama, y temblarán, y se angustiarán delante de ti.

No andaréis en pos de dioses ajenos, de los dioses de los pueblos que están en vuestros contornos:

Y volví y descendí del monte, y puse las tablas en el arca que había hecho; y allí están, como Jehová me mandó

¿No están éstos al otro lado del Jordán, hacia donde se pone el sol, en la tierra de los cananeos, que habitan el Arabá, frente a Gilgal, junto a la llanura de Moreh?

de los dioses de los pueblos que están en vuestros alrededores cerca de ti o lejos de ti, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo de ella,

Y te alegrarás en tus fiestas solemnes, tú, y tu hijo, y tu hija, y tu siervo, y tu sierva, y el levita, y el extranjero, y el huérfano, y la viuda, que están en tus poblaciones.

Cuando hubieres entrado en la tierra que Jehová tu Dios te da, y la poseyeres, y habitares en ella, y dijeres: Pondré rey sobre mí, como todas las naciones que están en mis alrededores;

Así harás a todas las ciudades que están muy lejos de ti, que no son de las ciudades de estas naciones.

entonces tus ancianos y tus jueces saldrán y medirán hasta las ciudades que están alrededor del muerto:

Si no cuidares de poner por obra todas las palabras de esta ley que están escritas en este libro, para que temas este nombre glorioso y temible: JEHOVÁ TU DIOS;

sino con los que están aquí presentes hoy con nosotros delante de Jehová nuestro Dios, y con los que no están aquí hoy con nosotros.

Y dirá: ¿Dónde están sus dioses, la roca en que se refugiaban;

Sí, Él amó al pueblo; todos sus santos están en tu mano; y ellos se sientan a tus pies; cada uno recibirá de tus palabras.

y mandadles, diciendo: Tomaos de aquí del medio del Jordán, del lugar donde están firmes los pies de los sacerdotes, doce piedras, las cuales pasaréis con vosotros, y las asentaréis en el alojamiento donde habéis de pasar la noche.

Y dijo al pueblo: Pasad, y rodead la ciudad; y los que están armados pasarán delante del arca de Jehová.

Mas la ciudad será anatema a Jehová, ella con todas las cosas que están en ella: solamente Rahab la ramera vivirá, con todos los que estuvieren en casa con ella, por cuanto escondió los mensajeros que enviamos.

Estos odres de vino también los llenamos nuevos; y helos aquí, ya están rotos; también estas nuestras vestiduras y nuestros zapatos están ya viejos a causa de lo muy largo del camino.

Hesbón, con todas sus ciudades que están en la llanura; Dibón, y Bamot-baal, y Bet-baal-meón;

El término de ellos fue desde Mahanaim, todo Basán, todo el reino de Og rey de Basán, y todas las aldeas de Jair que están en Basán, sesenta poblaciones.

Dame, pues, ahora esta montaña, de la cual habló Jehová aquel día; porque tú oíste en aquel día que los anaceos están allí, y que las ciudades son grandes y fortificadas. Quizá Jehová será conmigo, y los echaré como Jehová ha dicho.

Desde Ecrón hasta el mar, todas las que están a la costa de Asdod con sus aldeas.

Y desciende este término al arroyo de Cana, hacia el lado sur del arroyo. Estas ciudades de Efraín están entre las ciudades de Manasés: y el término de Manasés es desde el norte del mismo arroyo, y sus salidas son al mar.

Y los hijos de José dijeron: No nos bastará a nosotros este monte; y todos los cananeos que habitan la tierra de la llanura, tienen carros herrados; los que están en Bet-seán y en sus aldeas, y los que están en el valle de Jezreel.

Quitad, pues, ahora los dioses ajenos que están entre vosotros, e inclinad vuestro corazón a Jehová, Dios de Israel.

¿Acaso no han hallado despojo, y lo están repartiendo? A cada uno una doncella, o dos; las prendas de colores para Sísara, las prendas bordadas de colores; la ropa de color bordada de ambos lados, para los cuellos de los que han tomado el despojo.

Y Gedeón le respondió: Ah, Señor mío, si Jehová es con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en manos de los madianitas.

Y dijo a los de Sucot: Yo os ruego que deis a la gente que me sigue algunos bocados de pan; porque están cansados, y yo persigo a Zeba y a Zalmuna, reyes de Madián.

y envió mensajeros secretamente a Abimelec, diciendo: He aquí que Gaal hijo de Ebed y sus hermanos han venido a Siquem, y he aquí, que están sublevando la ciudad contra ti.

Éste tuvo treinta hijos que cabalgaban sobre treinta asnos, y tenían treinta villas, que se llamaron las villas de Jair hasta hoy, las cuales están en la tierra de Galaad.

Cuando Israel ha estado habitando por trescientos años a Hesbón y sus aldeas, a Aroer y sus aldeas, y todas las ciudades que están a los términos de Arnón, ¿por qué no las habéis reclamado en ese tiempo?

Entregad, pues, ahora aquellos hombres, hijos de Belial, que están en Gabaa, para que los matemos, y barramos el mal de Israel. Mas los de Benjamín no quisieron oír la voz de sus hermanos los hijos de Israel.

y yo decidí hacértelo saber, y decirte que la tomes delante de los que están aquí sentados, y delante de los ancianos de mi pueblo. Si quieres redimir, redime; y si no quieres redimir, dímelo para que yo lo sepa; porque no hay otro que redima sino tú, y yo después de ti. Y él respondió: Yo redimiré.

Ahora, pues, he aquí vuestro rey va delante de vosotros. Yo soy ya viejo y cano; pero mis hijos están con vosotros, y yo he andado delante de vosotros desde mi juventud hasta este día.

Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Están aquí todos tus hijos? Y él respondió: Aún queda el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí.

Diga ahora nuestro señor a tus siervos que están delante de ti, que busquen un hombre que sepa tocar el arpa; y sucederá que cuando esté sobre ti el espíritu malo de parte de Dios, él tocará con su mano y tendrás alivio.

Llevarás asimismo estos diez quesos de leche al capitán, y cuida de ver si tus hermanos están bien, y toma prendas de ellos.

Entonces él mismo vino a Ramá; y llegando al pozo grande que está en Soco, preguntó diciendo: ¿Dónde están Samuel y David? Y uno respondió: He aquí están en Naiot en Ramá.

Y Urías respondió a David: El arca, e Israel y Judá, están debajo de tiendas; y mi señor Joab, y los siervos de mi señor, en el campo; ¿y había yo de entrar en mi casa para comer y beber, y a dormir con mi esposa? Por vida tuya, y por vida de tu alma, que yo no haré tal cosa.

Y los siervos del rey dijeron al rey: He aquí, tus siervos están listos para hacer todo lo que nuestro señor el rey requiera.

Y he aquí que están con ellos sus dos hijos, Ahimaas el de Sadoc, y Jonatán el de Abiatar; por mano de ellos me enviaréis aviso de todo lo que oyereis.

Y Ahitofel dijo a Absalón: Entra a las concubinas de tu padre, que él dejó para guardar la casa; y todo el pueblo de Israel oirá que te has hecho aborrecible a tu padre, y así se esforzarán las manos de todos los que están contigo.

Y añadió Husai: Tú sabes que tu padre y los suyos son hombres valientes, y que están con amargura de ánimo, como la osa en el campo cuando le han quitado sus cachorros. Además, tu padre es hombre de guerra, y no pasará la noche con el pueblo.

Y aun el hombre valiente, cuyo corazón es como corazón de león, sin duda desmayará; porque todo Israel sabe que tu padre es hombre valiente, y que los que están con él son hombres valientes.

Entonces le acometeremos en cualquier lugar que pudiere hallarse, y daremos sobre él como cuando el rocío cae sobre la tierra, y ni uno dejaremos de él, y de todos los que con él están.

Llegando luego los criados de Absalón a la casa a la mujer, le dijeron: ¿Dónde están Ahimaas y Jonatán? Y la mujer les respondió: Ya han pasado el vado de las aguas. Y como ellos los buscaron y no los hallaron se volvieron a Jerusalén.

Entre tanto, rey señor mío, los ojos de todo Israel están sobre ti, para que les declares quién se ha de sentar en el trono de mi señor el rey después de él.

Porque hoy ha descendido, y ha matado bueyes, y animales engordados, y muchas ovejas, y ha convidado a todos los hijos del rey, y a los capitanes del ejército, y también a Abiatar sacerdote; y he aquí, están comiendo y bebiendo delante de él, y han dicho: ¡Viva el rey Adonías!

Pero pasados tres años, aconteció que dos siervos de Simeí huyeron a Aquís, hijo de Maaca, rey de Gat. Y dieron aviso a Simeí, diciendo: He aquí que tus siervos están en Gat.

Bienaventurados tus varones, dichosos estos tus siervos, que están continuamente delante de ti, y oyen tu sabiduría.

Lo demás de los hechos de Salomón, y todas las cosas que hizo, y su sabiduría, ¿no están escritas en el libro de los hechos de Salomón?

Porque sin duda vendrá lo que él dijo a voces por palabra de Jehová contra el altar que está en Betel, y contra todas las casas de los lugares altos que están en las ciudades de Samaria.

Los demás hechos de Acab, y todas las cosas que hizo, y la casa de marfil que construyó, y todas las ciudades que edificó, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?

Los demás de los hechos de Josafat, y sus hazañas, y las guerras que hizo, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?

Y los demás hechos de Ocozías, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?

Y él le dijo: No tengas miedo; porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos.

Y Joás rey de Israel envió a Amasías rey de Judá esta respuesta: El cardo que está en el Líbano envió a decir al cedro que está en el Líbano: Da tu hija por esposa a mi hijo. Y pasaron las fieras que están en el Líbano, y hollaron el cardo.

Los demás hechos de Zacarías, he aquí están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel.

Los demás hechos de Salum, y la conspiración que hizo, he aquí están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel.

Los demás hechos de Manahem, y todas las cosas que hizo, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?

Los demás hechos de Pekaía, y todas las cosas que hizo, he aquí están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel.

Los demás hechos de Peka, y todo lo que hizo, he aquí están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel.

Los demás hechos de Jotam, y todas las cosas que hizo, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?

Los demás hechos de Acaz que puso por obra, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?

Y Rabsaces les dijo: ¿Me ha enviado mi señor para decir estas palabras sólo a ti y a tu señor, y no a los hombres que están sobre el muro, para que coman su propio estiércol, y beban su propia orina con vosotros?

¿Dónde están los dioses de Hamat, y de Arfad? ¿Dónde están los dioses de Sefarvaim, de Hena, y de Iva? ¿Pudieron éstos librar a Samaria de mi mano?

Y le dijeron: Así ha dicho Ezequías: Este día es día de angustia, de reprensión y de blasfemia; porque los hijos están a punto de nacer, y la que da a luz no tiene fuerzas.

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