88 casos

'Loco' en la Biblia

No ponga ahora mi señor su corazón a aquel hijo de Belial, a Nabal; porque conforme a su nombre, así es. El se llama Nabal (loco), y la locura está con él; mas yo tu sierva no vi los criados de mi señor, los cuales tú enviaste.

Y endechando el rey al mismo Abner, decía: ¡Murió Abner como muere un loco!

Yo he visto al loco que echaba raíces, y en la misma hora maldije su habitación.

Acuérdate de esto: que el enemigo ha dicho afrentas al SEÑOR, y que el pueblo loco ha blasfemado tu Nombre.

Se va en pos de ella luego, como va el buey al degolladero, y como el loco a las prisiones para ser castigado;

Mejor es que se encuentre un hombre con una osa a la cual han robado sus cachorros, que con un loco en su locura.

¿De qué sirve el precio en la mano del loco para comprar sabiduría, no teniendo corazón para entender?

En el rostro del entendido aparece la sabiduría; mas los ojos del loco manifiestan su locura hasta el cabo de la tierra.

Aun el loco cuando calla, es contado por sabio; el que cierra sus labios es entendido.

Responde al loco mostrándole su locura, para que no se estime sabio en su opinión.

El que da un cargo al que no tiene facultad para ejercitarlo, es el que envía algo por mano del loco; y beberá el daño.

El gran Dios cría todas las cosas; y al loco da la paga, y a los transgresores da el salario.

Aunque majes al loco en un mortero entre granos de trigo a pisón majados, no se quitará de él su locura.

Si el hombre sabio contendiere con el loco, que se enoje o que se ría, no tendrá reposo.

El sabio tiene sus ojos en su cabeza, mas el loco anda en tinieblas. Y también entendí yo que un mismo suceso acaecerá al uno que al otro.

Entonces dije yo en mi corazón: Como sucederá al loco me sucederá también a mí. ¿Para qué pues he trabajado hasta ahora por hacerme más sabio? Y dije en mi corazón, que también esto era vanidad.

Porque ni del sabio ni del loco habrá memoria para siempre; pues en los días venideros ya todo será olvidado, y también morirá el sabio como el loco.

¿Y quién sabe si será sabio, o loco, el que se enseñoreará de todo mi trabajo en que me hice sabio debajo del sol? Esto también es vanidad.

El loco dobla sus manos y come su misma carne.

Porque ¿qué más tiene el sabio que el loco? ¿Qué más tiene el pobre que supo caminar entre los vivos?

Porque la risa del loco es como el estrépito de las espinas debajo de la olla. Y también la risa o la prosperidad del loco es vanidad.

No seas muy listo a condenar, ni seas loco; ¿por qué morirás en medio del hilo de tus empresas?

Y aun mientras va el loco por el camino, le falta cordura; y dice a todos, que es loco.

Las palabras de la boca del sabio son gracia; mas los labios del loco lo echan a perder.

El loco multiplica palabras, y dice: no sabe el hombre lo que será; ¿y quién le hará saber lo que después de él será?

Oíd ahora esto, pueblo loco y sin corazón, que tienen ojos y no ven, que tienen oídos y no oyen.

Y diciendo él estas cosas, (y dando razón de sí) Festo a gran voz dijo: Estás loco, Pablo; las muchas letras te vuelven loco.

Y Pablo dijo: No estoy loco, excelentísimo Festo, sino que hablo palabras de verdad y de templanza.

Otra vez digo: Que nadie me estime ser loco; de otra manera, recibidme como a loco, para que aun me gloríe yo un poquito.

Por lo cual si quisiera gloriarme (de estas cosas,) no sería loco, porque diré la verdad; pero lo dejo, para que nadie piense de mí más de lo que en mí ve, u oye.

He sido loco (en gloriarme); vosotros me constreñisteis; pues yo había de ser alabado de vosotros, porque en nada he sido menos que los grandiosos apóstoles, aunque nada soy.

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