66 casos en 6 traducciones

'Míos' en la Biblia

y dijo: He aquí ahora, señores míos, os ruego que entréis en la casa de vuestro siervo y paséis {en ella} la noche y lavéis vuestros pies; entonces os levantaréis temprano y continuaréis vuestro camino. Pero ellos dijeron: No, sino que pasaremos la noche en la plaza.

y dijo: Hermanos míos, os ruego que no hagáis mal.

Y Lot les dijo: No, yo os ruego, señores míos;

Y les dijo Jacob: Hermanos míos, ¿de dónde sois? Y ellos respondieron: De Harán somos.

Y respondió Labán, y dijo a Jacob: Las hijas son hijas mías, y los hijos, son hijos míos, y las ovejas son mis ovejas, y todo lo que tú ves es mío; ¿y que puedo yo hacer hoy a estas mis hijas, o a sus hijos que ellas han dado a luz?

Y ahora tus dos hijos Efraín y Manasés, que te nacieron en la tierra de Egipto, antes que viniera a ti a la tierra de Egipto, míos son; como Rubén y Simeón, serán míos;

Porque míos son los hijos de Israel; son esclavos míos, a los cuales saqué de la tierra de Egipto. YO SOY el SEÑOR vuestro Dios.

He aquí yo he tomado los levitas de entre los hijos de Israel en lugar de todos los primogénitos que abren la matriz entre los hijos de Israel; serán, pues, míos los levitas;

porque mío es todo primogénito; desde el día que yo maté todos los primogénitos en la tierra de Egipto, yo santifiqué para mí a todos los primogénitos en Israel, así de hombres como de animales; míos serán. Yo soy el SEÑOR.

Toma los levitas en lugar de todos los primogénitos de los hijos de Israel, y los animales de los levitas en lugar de sus animales; y los levitas serán míos. Yo soy el SEÑOR.

Porque míos son todos los primogénitos de entre los hijos de Israel, tanto de hombres como de animales; el día en que herí a todo primogénito en la tierra de Egipto, los santifiqué para mí.

Y saliendo a ellos el varón, el señor de la casa, les dijo: No, hermanos míos, os ruego que no cometáis este mal, pues que este hombre ha entrado en mi casa, no hagáis esta locura.

No, hijos míos; porque no es buena fama la que yo oigo; que hacéis pecar al pueblo del SEÑOR.

Y David dijo: No hagáis eso, hermanos míos, de lo que nos ha dado el SEÑOR; el cual nos ha guardado, y ha entregado en nuestras manos la compañía que vino sobre nosotros.

Entonces los jóvenes que se habían criado con él, le respondieron, diciendo: Así hablarás a este pueblo que te ha dicho estas palabras: Tu padre agravó nuestro yugo; mas tú disminúyenos algo; así les hablarás: El menor dedo de los míos es más grueso que los lomos de mi padre.

El entonces les escribió la segunda vez diciendo: Si sois míos, y queréis escuchar mi voz, tomad las cabezas de los varones hijos de vuestro señor, y venid mañana a estas horas a mí a Jezreel. Y los hijos del rey, setenta varones, estaban con los principales de la ciudad, que los criaban.

Y levantándose el rey David, puesto en pie dijo: Oídme, hermanos míos, y pueblo mío. Yo tenía en mi corazón edificar una Casa, para que en ella reposara el arca del pacto del SEÑOR, y para el estrado de los pies de nuestro Dios; y había ya aparejado todo para edificar.

Hijos míos, no os engañéis ahora, porque el SEÑOR os ha escogido a vosotros para que estéis delante de él, y le sirváis, y seáis sus ministros, y le queméis incienso.

De cierto tú dijiste a oídos míos, y yo oí la voz de tus palabras que decían:

Tus mandamientos me hacen más sabio que mis enemigos, porque son míos para siempre.

Ahora pues, hijos {míos,} escuchadme, y no os apartéis de las palabras de mi boca.

Ahora pues, hijos {míos,} escuchadme, y prestad atención a las palabras de mi boca.

Y serán míos, dijo el SEÑOR de los ejércitos, en el día que yo tengo de hacer tesoro; y los perdonaré como el hombre que perdona a su hijo que le sirve.

Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb; ordenanzas y derechos míos sobre todo Israel.

Porque me ha sido declarado de vosotros, hermanos míos, por los que son de Cloé, que hay entre vosotros contiendas;

Por lo demás, hermanos míos, regocijaos en el Señor. A mí no me es molesto escribiros {otra vez} lo mismo, y para vosotros es motivo de seguridad.

Asimismo te ruego también a ti, hermano compañero, ayuda a éstas que trabajaron juntamente conmigo en el Evangelio, con Clemente también, y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.

Hermanos míos, ¿puede la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así ninguna fuente puede dar agua salada y dulce.

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