'Pero' en la Biblia
Mas no quiero, hermanos, que ignoréis que muchas veces me he propuesto ir a vosotros (pero hasta ahora he sido estorbado) para tener algún fruto también entre vosotros, así como entre los otros gentiles.
Pero sabemos que el juicio de Dios contra los que hacen tales cosas es según verdad.
Pero indignación e ira, a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, antes obedecen a la injusticia.
Pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente, y también al griego.
Pues la circuncisión ciertamente aprovecha si guardas la ley; pero si eres transgresor de la ley, tu circuncisión es hecha incircuncisión.
Pero si por mi mentira la verdad de Dios abundó para su gloria, ¿por qué aún soy juzgado como pecador?
Pero sabemos que todo lo que la ley dice, a los que están bajo la ley lo dice; para que toda boca se tape, y todo el mundo sea hallado culpable delante de Dios.
Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse; pero no delante de Dios.
Pero al que no obra, pero cree en Aquél que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.
Porque la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión.
Porque antes de la ley, el pecado estaba en el mundo; pero no se imputa pecado no habiendo ley.
Y la ley entró para que el pecado abundase; pero cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia;
Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez; pero en cuanto vive, para Dios vive.
Así también vosotros consideraos en verdad muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Así que, si viviendo su marido, se casa con otro hombre, será llamada adúltera; pero si su marido muere, ella queda libre de la ley, y si se casa con otro hombre no será adúltera.
pero ahora somos libres de la ley, habiendo muerto a lo que nos tenía sujetos, para que sirvamos en novedad de espíritu, y no en lo antiguo de la letra.
Pero el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia. Porque sin la ley el pecado estaba muerto.
Y antes yo vivía sin ley, pero cuando vino el mandamiento, el pecado revivió y yo morí.
¿Entonces lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? ¡En ninguna manera! Pero el pecado, para mostrarse pecado, obró muerte en mí por lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento, el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso.
Porque sabemos que la ley es espiritual; pero yo soy carnal, vendido bajo pecado.
Y yo sé que en mí (esto es en mi carne) no mora el bien; pues el querer está en mí, pero el hacer el bien no.
Porque los que son de la carne, en las cosas de la carne piensan; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.
Porque la mente carnal es muerte, pero la mente espiritual, vida y paz:
Y si Cristo está en vosotros, el cuerpo a la verdad está muerto a causa del pecado, pero el Espíritu vive a causa de la justicia.
Y de la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos; pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.
pero Israel, que procuraba la ley de la justicia, no ha alcanzado la ley de la justicia.
Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia.
Pero la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer abajo a Cristo.)
Pero acerca de Israel dice: Todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde y contradictor.
Pero, ¿qué le dice la respuesta divina? Me he reservado siete mil varones, que no han doblado la rodilla ante Baal.
¿Qué entonces? Lo que buscaba Israel no lo ha alcanzado, pero los elegidos lo han alcanzado, y los demás fueron cegados.
Porque es ministro de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; pues no en vano lleva la espada; porque es ministro de Dios, vengador para ejecutar la ira sobre el que hace lo malo.
Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones.
¿Tú quién eres, que juzgas al siervo ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, que poderoso es Dios para hacerle estar firme.
Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.
Pero el que duda, si come, se condena, porque come sin fe, y todo lo que no es de fe, es pecado.
pero ahora es hecho manifiesto, y por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, dado a conocer a todas las naciones para obediencia de la fe.