6800 casos

'Señor' en la Biblia

Entonces sacó Asa la plata y el oro de los tesoros de la Casa del SEÑOR y de la casa real, y envió a Ben-adad rey de Siria, que estaba en Damasco, diciendo:

En aquel tiempo vino Hanani vidente a Asa rey de Judá, y le dijo: Por cuanto te has apoyado en el rey de Siria, y no te apoyaste en el SEÑOR tu Dios, por eso el ejército del rey de Siria ha escapado de tus manos.

Los etíopes y los libios, ¿no eran un ejército numerosísimo, con carros y muchísima gente de a caballo? Con todo , porque te apoyaste en el SEÑOR, él los entregó en tus manos.

Y el año treinta y nueve de su reino enfermó Asa de los pies para arriba, y en su enfermedad no buscó al SEÑOR, sino a los médicos.

El SEÑOR, por tanto , confirmó el reino en su mano, y todo Judá dio a Josafat presentes; y tuvo riquezas y gloria en abundancia.

Y se animó su corazón en los caminos del SEÑOR, y quitó los altos y los bosques de Judá.

Y enseñaron en Judá, teniendo consigo el libro de la ley del SEÑOR, y rodearon por todas las ciudades de Judá enseñando al pueblo.

Y cayó el pavor del SEÑOR sobre todos los reinos de las tierras que estaban alrededor de Judá; que no osaron hacer guerra contra Josafat.

tras éste, Amasías hijo de Zicri, el cual se había ofrecido voluntariamente al SEÑOR, y con él doscientos mil hombres valientes;

Además dijo Josafat al rey de Israel: Te ruego que consultes hoy la palabra del SEÑOR.

Mas Josafat dijo: ¿Hay aún aquí algún profeta del SEÑOR, para que por él preguntemos?

Y el rey de Israel respondió a Josafat: Aun hay aquí un hombre por el cual podemos preguntar al SEÑOR; mas yo le aborrezco, porque nunca me profetiza cosa buena, sino siempre mal. Este es Micaías, hijo de Imla. Y respondió Josafat: No hable así el rey.

Pero Sedequías hijo de Quenaana se había hecho unos cuernos de hierro, y decía: Así ha dicho el SEÑOR: Con estos acornearás a los sirios hasta destruirlos del todo.

De esta manera profetizaban también todos los profetas, diciendo: Sube a Ramot de Galaad, y sé prosperado; porque el SEÑOR la entregará en mano del rey.

Y dijo Micaías: Vive el SEÑOR, que lo que el SEÑOR mi Dios me dijere, eso hablaré. Y vino al rey.

Y el rey le dijo: ¿Hasta cuántas veces te conjuraré por el Nombre del SEÑOR que no me hables sino la verdad?

Entonces él dijo: He visto a todo Israel derramado por los montes como ovejas sin pastor; y dijo el SEÑOR: Estos no tienen señor; vuélvase cada uno en paz en su casa.

Entonces él dijo: Oíd pues palabra del SEÑOR: Yo he visto al SEÑOR sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba a su mano derecha y a su izquierda.

Y el SEÑOR dijo: ¿Quién inducirá a Acab rey de Israel, para que suba y caiga en Ramot de Galaad? Y uno decía así, y otro decía de otra manera.

Mas salió un espíritu, que se puso delante del SEÑOR, y dijo: Yo le induciré. Y el SEÑOR le dijo: ¿De qué modo?

Y él dijo: Saldré y seré espíritu de mentira en la boca de todos los profetas. Y el SEÑOR dijo: Induce, y también prevalece; sal, y hazlo así.

Y he aquí ahora ha puesto el SEÑOR espíritu de mentira en la boca de estos tus profetas; mas el SEÑOR ha decretado el mal acerca de ti.

Entonces Sedequías hijo de Quenaana se llegó a él, e hirió a Micaías en la mejilla, y dijo: ¿Por qué camino se apartó de mí el espíritu del SEÑOR para hablarte a ti?

Y Micaías dijo: Si tú volvieres en paz, el SEÑOR no ha hablado por mí. Dijo además: Oíd esto , todos los pueblos.

Y cuando los capitanes de los carros vieron a Josafat, dijeron: Este es el rey de Israel. Y lo cercaron para pelear; mas Josafat clamó, y lo ayudó el SEÑOR, y Dios los apartó de él.

Y le salió al encuentro Jehú, hijo de Hanani, vidente, y dijo al rey Josafat: ¿A un impío das ayuda, y amas a los que aborrecen al SEÑOR? Pues la ira de la presencia del SEÑOR será sobre ti por ello.

Y habitaba Josafat en Jerusalén; mas volvía y salía al pueblo, desde Beerseba hasta el monte de Efraín, y los reducía al SEÑOR Dios de sus padres.

Y dijo a los jueces: Mirad lo que hacéis; para que no juzguéis en lugar de hombre, sino en lugar del SEÑOR, el cual está con vosotros en el negocio del juicio.

Sea, pues, con vosotros el temor del SEÑOR; guardad y haced; porque acerca del SEÑOR nuestro Dios no hay iniquidad, ni acepción de personas, ni recibir cohecho.

Y puso también Josafat en Jerusalén algunos de los levitas y sacerdotes, y de los padres de familias de Israel, para el juicio del SEÑOR y para las causas. Y volvieron a Jerusalén.

En cualquier causa que viniere a vosotros de vuestros hermanos que habitan en sus ciudades, entre sangre y sangre, entre ley y precepto, estatutos o derechos, habéis de amonestarles que no pequen contra el SEÑOR, para que no venga ira sobre vosotros y sobre vuestros hermanos. Obrando así no pecaréis.

He aquí a Amarías el sumo sacerdote, que será sobre vosotros en todo negocio del SEÑOR; y Zebadías hijo de Ismael, príncipe de la casa de Judá, en todos los negocios del rey; y los levitas que serán los maestros delante de vosotros. Esforzaos pues, y obrad; que el SEÑOR será con el bueno.

Entonces él tuvo temor; y puso Josafat su rostro para consultar al SEÑOR, e hizo pregonar ayuno a todo Judá.

Y se congregaron los de Judá para consultar al SEÑOR: y también de todas las ciudades de Judá vinieron a consultar al SEÑOR.

Y se puso Josafat en pie en la congregación de Judá y de Jerusalén, en la Casa del SEÑOR, delante del atrio nuevo;

y dijo: SEÑOR Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, y te enseñoreas en todos los reinos de los gentiles? ¿No está en tu mano la fuerza y potencia, que no hay quien te resista?

Y todo Judá estaba en pie delante del SEÑOR, con sus niños, y sus mujeres, y sus hijos.

Y estaba allí Jahaziel hijo de Zacarías, hijo de Benaía, hijo de Jeiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf, sobre el cual vino el espíritu del SEÑOR en medio de la reunión;

y dijo: Oíd, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén, y tú, rey Josafat, el SEÑOR os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta tan grande multitud; porque no es vuestra la guerra, sino de Dios.

No habrá para qué vosotros peleéis ahora; paraos, estad quedos , y ved la salud del SEÑOR con vosotros. Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, que el SEÑOR será con vosotros.

Entonces Josafat se inclinó rostro a tierra, y asimismo todo Judá y los moradores de Jerusalén se postraron delante del SEÑOR, y adoraron al SEÑOR.

Y se levantaron los levitas de los hijos de Coat y de los hijos de Coré, para alabar al SEÑOR el Dios de Israel a grande y alta voz.

Y cuando se levantaron por la mañana, salieron por el desierto de Tecoa. Y mientras ellos salían, Josafat estando en pie, dijo: Oídme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed al SEÑOR vuestro Dios, y seréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados.

Y habido consejo con el pueblo, puso a algunos que cantasen al SEÑOR, y alabasen en la hermosura de la santidad, mientras que salía la gente armada, y dijesen: Confesad al SEÑOR, porque su misericordia es para siempre.

Y cuando comenzaron con clamor y con alabanza, puso el SEÑOR a los hijos de Moab y los del monte de Seir para que asechasen a los hijos de Amón, que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros .

Y al cuarto día se juntaron en el valle de Beraca (de la bendición ); porque allí bendijeron al SEÑOR, y por esto llamaron el nombre de aquel paraje el valle de Beraca, hasta hoy.

Y todo Judá y los de Jerusalén, y Josafat a la cabeza de ellos, volvieron para regresar a Jerusalén con gozo, porque el SEÑOR les había dado gozo de sus enemigos.

Y vinieron a Jerusalén con salterios, arpas, y bocinas, a la Casa del SEÑOR.

Y vino el pavor de Dios sobre todos los reinos de la tierra, cuando oyeron que el SEÑOR había peleado contra los enemigos de Israel.

Y anduvo en el camino de Asa su padre, sin apartarse de él, haciendo lo recto en los ojos del SEÑOR.

Entonces Eliezer hijo de Dodava de Maresa, profetizó contra Josafat, diciendo: Por cuanto has hecho compañía con Ocozías, el SEÑOR destruirá tus obras. Y los navíos se rompieron, y no pudieron ir a Tarsis.

Y anduvo en el camino de los reyes de Israel, como hizo la casa de Acab; porque tenía por mujer a la hija de Acab, e hizo lo malo en ojos del SEÑOR.

Mas el SEÑOR no quiso destruir la casa de David, por la alianza que con David había hecho, y porque le había dicho que le daría lámpara a él y a sus hijos perpetuamente.

Con todo eso Edom quedó rebelado, sin estar bajo la mano de Judá hasta hoy. También se rebeló en el mismo tiempo Libna para no estar bajo su mano; por cuanto él había dejado al SEÑOR el Dios de sus padres.

Y le llegaron letras del profeta Elías, que decían así: El SEÑOR, el Dios de David tu padre, ha dicho así: Por cuanto no has andado en los caminos de Josafat tu padre, ni en los caminos de Asa, rey de Judá,

he aquí el SEÑOR herirá tu pueblo de una grande plaga, y a tus hijos y a tus mujeres, y a toda tu hacienda;

Entonces despertó el SEÑOR contra Joram el espíritu de los filisteos, y de los árabes que estaban junto a los etíopes;

Después de todo esto el SEÑOR lo hirió en las entrañas de una enfermedad incurable.

Hizo, pues , lo malo en ojos del SEÑOR, como la casa de Acab; porque después de la muerte de su padre, ellos le aconsejaron para su perdición.

Pero esto venía de Dios, para que Ocozías fuese hollado viniendo a Joram; porque siendo venido, salió con Joram a encontrarse con Jehú hijo de Nimsi, al cual el SEÑOR había ungido para que talase la casa de Acab.

Y buscando a Ocozías, el cual se había escondido en Samaria, lo tomaron, y lo trajeron a Jehú, y le mataron; y le dieron sepultura, porque dijeron: Es hijo de Josafat, el cual buscó al SEÑOR de todo su corazón. Y la casa de Ocozías no tenía fuerzas para poder retener el reino.

Y toda la multitud hizo alianza con el rey en la Casa de Dios. Y él les dijo: He aquí el hijo del rey, el cual reinará, como el SEÑOR lo tiene dicho de los hijos de David.

y la tercera parte, a la casa del rey; y la tercera parte, a la puerta del Cimiento; y todo el pueblo estará en los atrios de la Casa del SEÑOR.

Y ninguno entre en la Casa del SEÑOR, sino los sacerdotes y los levitas que sirven; éstos entrarán, porque son santos; y todo el pueblo hará la guardia del SEÑOR.

Y cuando Atalía oyó el estruendo del pueblo que corría, y de los que bendecían al rey, vino al pueblo a la Casa del SEÑOR;

Y sacando el sumo sacerdote Joiada los centuriones y capitanes del ejército, les dijo: Sacadla fuera del recinto; y el que la siguiere, muera a cuchillo; porque el sacerdote había mandado que no la matasen en la Casa del SEÑOR.

Y Joiada hizo pacto entre sí y todo el pueblo y el rey, que serían pueblo del SEÑOR.

Luego ordenó Joiada los oficios en la Casa del SEÑOR bajo la mano de los sacerdotes y de los levitas, según David los había distribuido en la Casa del SEÑOR, para ofrecer al SEÑOR los holocaustos, como está escrito en la ley de Moisés, con gozo y cantares, conforme a la ordenación de David.

Puso también porteros a las puertas de la Casa del SEÑOR, para que por ninguna vía entrase ningún inmundo.

Tomó después los centuriones, y los principales, y los que gobernaban el pueblo; y a todo el pueblo de la tierra, y llevó al rey de la Casa del SEÑOR; y viniendo hasta el medio de la puerta mayor de la casa del rey, sentaron al rey sobre el trono del reino.

E hizo Joás lo recto en ojos del SEÑOR todos los días de Joiada el sacerdote.

Después de esto aconteció que Joás tuvo voluntad de reparar la Casa del SEÑOR.

Por lo cual el rey llamó a Joiada el principal, y le dijo: ¿Por qué no has procurado que los levitas traigan de Judá y de Jerusalén al tabernáculo del testimonio, la ofrenda que constituyó Moisés siervo del SEÑOR, y la congregación de Israel?

Porque la impía Atalía y sus hijos habían destruido la Casa de Dios, y además habían gastado en los ídolos todas las cosas consagradas para la Casa del SEÑOR.

Y mandó el rey que hiciesen un arca, la cual pusieron fuera a la puerta de la Casa del SEÑOR;

e hicieron pregonar en Judá y en Jerusalén, que trajesen al SEÑOR la ofrenda que Moisés siervo de Dios había constituido a Israel en el desierto.

el cual daba el rey y Joiada a los que hacían la obra del servicio de la Casa del SEÑOR, y tomaban canteros y oficiales que reparasen la Casa del SEÑOR, y herreros y metaleros para reparar la Casa del SEÑOR.

Y cuando hubieron acabado, trajeron lo que quedaba del dinero al rey y a Joiada, e hicieron de él vasos para la Casa del SEÑOR, vasos de servicio, morteros, cucharros, vasos de oro y de plata. Y sacrificaban holocaustos continuamente en la Casa del SEÑOR todos los días de Joiada.

Y desampararon la Casa del SEÑOR Dios de sus padres, y sirvieron a los bosques y a las imágenes esculpidas; y la ira vino sobre Judá y Jerusalén por este su pecado.

Y el espíritu de Dios envistió a Zacarías, hijo de Joiada el sacerdote, el cual estando sobre el pueblo, les dijo: Así ha dicho Dios: ¿Por qué quebrantáis los mandamientos del SEÑOR? No os vendrá bien de ello; porque por haber dejado al SEÑOR, el también os dejará.

Mas ellos hicieron conspiración contra él, y le cubrieron de piedras por mandato del rey, en el patio de la Casa del SEÑOR.

No tuvo, pues , memoria el rey Joás de la misericordia que su padre Joiada había hecho con él, antes le mató su hijo; el cual dijo al morir: El SEÑOR lo vea, y lo requiera.

Porque aunque el ejército de Siria había venido con poca gente, el SEÑOR les entregó en sus manos un ejército muy numeroso; por cuanto habían dejado al SEÑOR Dios de sus padres. Y con Joás hicieron juicios.

De sus hijos, y de la multiplicación que hizo de las rentas, y de la reparación de la Casa del SEÑOR, he aquí está escrito en la historia del libro de los reyes. Y reinó en su lugar Amasías su hijo.

mas no mató a los hijos de ellos, según lo que está escrito en la ley en el libro de Moisés, donde el SEÑOR mandó, diciendo: No morirán los padres por los hijos, ni los hijos por los padres; mas cada uno morirá por su pecado.

Mas un varón de Dios vino a él, y le dijo: Rey, no vaya contigo el ejército de Israel; porque el SEÑOR no es con Israel, ni con todos los hijos de Efraín.

Y Amasías dijo al varón de Dios: ¿Qué pues se hará de cien talentos que he dado al ejército de Israel? Y el varón de Dios respondió: Del SEÑOR es darte mucho más que esto.

Y el furor del SEÑOR se encendió contra Amasías, y envió a él un profeta, que le dijo: ¿Por qué has buscado los dioses de un pueblo, que no libraron a su pueblo de tus manos?

Desde aquel tiempo que Amasías se apartó del SEÑOR, maquinaron contra él conjuración en Jerusalén; y habiendo él huido a Laquis, enviaron tras él a Laquis, y allá lo mataron;

E hizo lo recto en los ojos del SEÑOR, conforme a todas las cosas que había hecho Amasías su padre.

Y persistió en buscar a Dios en los días de Zacarías, entendido en visiones de Dios; y en estos días que él buscó al SEÑOR, Dios le prosperó.

Mas cuando fue fortificado, su corazón se enalteció hasta corromperse; porque se rebeló contra el SEÑOR su Dios, entrando en el templo del SEÑOR para quemar incienso en el altar del incienso.

Y entró tras él el sacerdote Azarías, y con él ochenta sacerdotes del SEÑOR, de los valientes.

Y se pusieron contra el rey Uzías, y le dijeron: No te corresponde a ti, oh Uzías, el quemar incienso al SEÑOR, sino a los sacerdotes hijos de Aarón, que son consagrados para quemarlo; sal del santuario, por que te has rebelado, y no te será para gloria delante del SEÑOR Dios.

Y se airó Uzías, que tenía el incienso en la mano para quemarlo; y en esta su ira contra los sacerdotes, la lepra le salió en la frente delante de los sacerdotes en la Casa del SEÑOR, junto al altar del incienso.

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