31 casos

'Una' en la Biblia

Y otra vez entró en la sinagoga; y había allí un hombre que tenía una mano seca.

Y aconteció sembrando, que una parte cayó junto al camino; y vinieron las aves del cielo, y la tragaron.

Y se levantó una grande tempestad de viento, y echaba las olas en el barco, de tal manera que ya se llenaba.

Y estaba allí cerca de los montes una grande manada de puercos paciendo;

Y venido un día oportuno, en que Herodes, en la fiesta de su nacimiento, daba una cena a sus príncipes y tribunos, y a los principales de Galilea;

Porque una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo, luego que oyó de él, vino y se echó a sus pies.

Entonces vienen a Jericó; y saliendo él de Jericó y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando.

Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, vino a ver si quizá hallaría en ella algo; pero cuando llegó a ella, nada halló sino hojas; porque no era tiempo de higos.

Y Jesús respondiendo entonces, les dice: Os preguntaré también yo una palabra; y respondedme, y os diré con qué facultad hago estas cosas.

Y comenzó a hablarles por parábolas: Plantó un hombre una viña, y la cercó con seto, y cavó un lagar, y edificó una torre, y la arrendó a labradores, y se fue lejos.

Y estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer teniendo un alabastro de ungüento de nardo espique de mucho precio; y quebrando el alabastro, se lo derramó sobre su cabeza.

Y vino y los halló durmiendo; y dice a Pedro: ¿Simón, duermes? ¿No has podido velar una hora?

Y luego, aún hablando él, vino Judas, que era uno de los doce, y con él una multitud con espadas y palos, de parte de los príncipes de los sacerdotes, y de los escribas y de los ancianos.

Pero un joven le seguía cubierto de una sábana sobre el cuerpo desnudo; y los mancebos le prendieron;

Y estando Pedro en el palacio abajo, vino una de las criadas del sumo sacerdote;

Y había uno, que se llamaba Barrabás, preso con sus compañeros de motín que habían hecho muerte en una revuelta.

Y le vistieron de púrpura; y poniéndole una corona tejida de espinas,

Y le herían su cabeza con una caña, y escupían en él, y le adoraban hincadas las rodillas.

Y corrió uno, y empapando una esponja en vinagre, y poniéndola en una caña, le dio a beber, diciendo: Dejad, veamos si vendrá Elías a quitarle.

El cual compró una sábana, y quitándole, le envolvió en la sábana, y le puso en un sepulcro que estaba cavado en una peña, y revolvió la piedra a la puerta del sepulcro.

Y entradas en el sepulcro, vieron un joven sentado a la mano derecha, cubierto de una larga ropa blanca; y se espantaron.

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