113 casos

'Voces' en la Biblia

Entonces el ángel de Jehová le dió voces del cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí.

Llamó á los de casa, y hablóles diciendo: Mirad, nos ha traído un Hebreo, para que hiciese burla de nosotros: vino él á mí para dormir conmigo, y yo dí grandes voces;

Entonces el pueblo dió voces á Moisés, y Moisés oró á Jehová, y soterróse el fuego.

ENTONCES toda la congregación alzaron grita, y dieron voces: y el pueblo lloró aquella noche.

Entonces los sacaréis á ambos á la puerta de aquella ciudad, y los apedrearéis con piedras, y morirán; la moza porque no dió voces en la ciudad, y el hombre porque humilló á la mujer de su prójimo: así quitarás el mal de en medio de ti.

Porque él la halló en el campo: dió voces la moza desposada, y no hubo quien la valiese.

La madre de Sísara se asoma á la ventana, Y por entre las celosías á voces dice: ¿Por qué se detiene su carro, que no viene? ¿Por qué las ruedas de sus carros se tardan?

Y dando voces á los de Dan, éstos volvieron sus rostros, y dijeron á Michâs: ¿Qué tienes que has juntado gente?

Y los hijos de Dan le dijeron: No des voces tras nosotros, no sea que los de ánimo colérico os acometan, y pierdas también tu vida, y la vida de los tuyos.

Entonces enviaron el arca de Dios á Ecrón. Y como el arca de Dios vino á Ecrón, los Ecronitas dieron voces diciendo: Han pasado á mí el arca del Dios de Israel por matarme á mí y á mi pueblo.

Y paróse, y dió voces á los escuadrones de Israel, diciéndoles: ¿Para qué salís á dar batalla? ¿no soy yo el Filisteo, y vosotros los siervos de Saúl? Escoged de entre vosotros un hombre que venga contra mí:

Y llegando el muchacho adonde estaba la saeta que Jonathán había tirado, Jonathán dió voces tras el muchacho, diciendo: ¿No está la saeta más allá de ti?

También David se levantó después, y saliendo de la cueva dió voces á las espaldas de Saúl, diciendo: ­Mi señor el rey! Y como Saúl miró atrás, David inclinó su rotro á tierra, é hizo reverencia.

Y dió voces David al pueblo, y á Abner hijo de Ner, diciendo: ¿No respondes, Abner? Entonces Abner respondió y dijo: ¿Quién eres tú que das voces al rey?

Y Abner dió voces á Joab, diciendo: ¿Consumirá la espada perpetuamente? ¿no sabes tú que al cabo se sigue amargura? ¿hasta cuándo no has de decir al pueblo que se vuelvan de seguir á sus hermanos?

El atalaya dió luego voces, é hízolo saber al rey. Y el rey dijo: Si es solo, buenas nuevas trae. En tanto que él venía acercándose,

Vió el atalaya otro que corría; y dió voces el atalaya al portero, diciendo: He aquí otro hombre que corre solo. Y el rey dijo: Este también es mensajero.

Entonces una mujer sabia dió voces en la ciudad, diciendo: Oid, oid; ruégoos que digáis á Joab se llegue á acá, para que yo hable con él.

Porque sin duda vendrá lo que él dijo á voces por palabra de Jehová contra el altar que está en Beth-el, y contra todas las casas de los altos que están en las ciudades de Samaria.

Y ellos clamaban á grandes voces, y sajábanse con cuchillos y con lancetas conforme á su costumbre, hasta chorrear la sangre sobre ellos.

Y como el rey pasaba, él dió voces al rey, y dijo: Tu siervo salió entre la tropa: y he aquí apartándose uno, trájome un hombre, diciendo: Guarda á este hombre, y si llegare á faltar, tu vida será por la suya, ó pagarás un talento de plata.

Y como los capitanes de los carros vieron á Josaphat, dijeron: Ciertamente éste es el rey de Israel; y viniéronse á él para pelear con él; mas el rey Josaphat dió voces.

Echóse después para que comieran los hombres; pero sucedió que comiendo ellos de aquel guisado, dieron voces, diciendo: ­Varón de Dios, la muerte en la olla! Y no lo pudieron comer.

Y aconteció que derribando uno un árbol, cayósele el hacha en el agua; y dió voces, diciendo: ­Ah, señor mío, que era emprestada!

Y pasando el rey de Israel por el muro, una mujer le dió voces, y dijo: Salva, rey señor mío.

Y vinieron, y dieron voces á los guardas de la puerta de la ciudad, y declaráronles, diciendo: Nosotros fuimos al campo de los Siros, y he aquí que no había allí hombre, ni voz de hombre, sino caballos atados, asnos también atados, y el campo como se esta

Y los porteros dieron voces, y declaráronlo dentro, en el palacio del rey.

AHORA pues da voces, si habrá quien te responda; ¿Y á cuál de los santos te volverás?

Búrlase de la multitud de la ciudad: No oye las voces del arriero.

Y alegrarse han todos los que en ti confían; Para siempre darán voces de júbilo, porque tú los defiendes: Y en ti se regocijarán los que aman tu nombre.

Vístense los llanos de manadas, Y los valles se cubren de grano: Dan voces de júbilo, y aun cantan.

No olvides las voces de tus enemigos: El alboroto de los que se levantan contra ti sube continuamente.

Junto á aquellos habitarán las aves de los cielos; Entre las ramas dan voces.

En el lugar de las puertas, á la entrada de la ciudad, A la entrada de las puertas da voces:

Todos ellos darán voces, y te dirán: ¿Tú también enfermaste como nosotros, y como nosotros fuiste?

Carga de Duma. Danme voces de Seir: Guarda, ¿qué de la noche? Guarda, ¿qué de la noche?

Voces sobre el vino en las plazas; todo gozo su oscureció, desterróse la alegría de la tierra.

Estos alzarán su voz, cantarán gozosos en la grandeza de Jehová, desde la mar darán voces.

Ciertamente Egipto en vano é inútilmente dará ayuda; por tanto yo le dí voces, que su fortaleza sería estarse quietos.

Porque Jehová me dijo á mí de esta manera: Como el león y el cachorro del león brama sobre su presa, y si se llega contra él cuadrilla de pastores, no temerá por sus voces, ni se acobardará por el tropel de ellos: así Jehová de los ejércitos descenderá á

He aquí que sus embajadores darán voces afuera; los mensajeros de paz llorarán amargamente.

Hablad al corazón de Jerusalem: decidle á voces que su tiempo es ya cumplido, que su pecado es perdonado; que doble ha recibido de la mano de Jehová por todos sus pecados.

Voz que decía: Da voces. Y yo respondí: ¿Qué tengo de decir á voces? Toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo:

Alcen la voz el desierto y sus ciudades, las aldeas donde habita Cedar: canten los moradores de la Piedra, y desde la cumbre de los montes den voces de júbilo.

Desde el siglo he callado, tenido he silencio, y heme detenido: daré voces como la que está de parto; asolaré y devoraré juntamente.

Echanselo sobre los hombros, llévanlo, y asiéntanlo en su lugar; allí se está, y no se mueve de su sitio. Danle voces, y tampoco responde, ni libra de la tribulación.

Voz de tus atalayas! alzarán la voz, juntamente darán voces de júbilo; porque ojo á ojo verán que Jehová vuelve á traer á Sión.

ALÉGRATE, oh estéril, la que no paría; levanta canción, y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto: porque más son los hijos de la dejada que los de la casada, ha dicho Jehová.

Porque desde que hablo, doy voces, grito, Violencia y destrucción: porque la palabra de Jehová me ha sido para afrenta y escarnio cada día.

Y sea el tal hombre como las ciudades que asoló Jehová, y no se arrepintió: y oiga gritos de mañana, y voces al medio día;

Porque así ha dicho Jehová: Regocijaos en Jacob con alegría, y dad voces de júbilo á la cabeza de gentes; haced oir, alabad, y decid: Oh Jehová, salva tu pueblo, el resto de Israel.

voces á mis amadores, mas ellos me han engañado; Mis sacerdotes y mis ancianos en la ciudad perecieron, Buscando comida para sí con que entretener su vida.

Levántate, da voces en la noche, en el principio de las velas; Derrama como agua tu corazón ante la presencia del Señor; Alza tus manos á él por la vida de tus pequeñitos, Que desfallecen de hambre en las entradas de todas las calles.

Al estrépito de las voces de tus marineros temblarán los arrabales.

Y llegándose cerca del foso llamó á voces á Daniel con voz triste: y hablando el rey dijo á Daniel: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, á quien tú continuamente sirves ¿te ha podido librar de los leones?

Canta, oh hija de Sión: da voces de júbilo, oh Israel; gózate y regocíjate de todo corazón, hija de Jerusalem.

No seáis como vuestros padres, á los cuales dieron voces los primeros profetas, diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Volveos ahora de vuestros malos caminos, y de vuestras malas obras: y no atendieron, ni me escucharon, dice Jehová.

Y pasando Jesús de allí, le siguieron dos ciegos, dando voces y diciendo: Ten misericordia de nosotros, Hijo de David.

Mas ¿á quién compararé esta generación? Es semejante á los muchachos que se sientan en las plazas, y dan voces á sus compañeros,

Y los discípulos, viéndole andar sobre la mar, se turbaron, diciendo: Fantasma es. Y dieron voces de miedo.

Mas viendo el viento fuerte, tuvo miedo; y comenzándose á hundir, dió voces, diciendo: Señor, sálvame.

Y había en la sinagoga de ellos un hombre con espíritu inmundo, el cual dió voces,

Y los espíritus inmundos, al verle, se postraban delante de él, y daban voces, diciendo: Tú eres el Hijo de Dios.

Y viéndole ellos, que andaba sobre la mar, pensaron que era fantasma, y dieron voces;

Y oyendo que era Jesús el Nazareno, comenzó á dar voces y decir: Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí.

Y muchos le reñían, que callase: mas él daba mayores voces: Hijo de David, ten misericordia de mí.

Y los que iban delante, y los que iban detrás, daban voces diciendo: ­Hosanna! Bendito el que viene en el nombre del Señor.

Y ellos volvieron á dar voces: Crucifícale.

Mas Pilato les decía: ¿Pues qué mal ha hecho? Y ellos daban más voces: Crucifícale.

Y salían también demonios de muchos, dando voces, y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Mas riñéndolos no les dejaba hablar; porque sabían que él era el Cristo.

Semejantes son á los muchachos sentados en la plaza, y que dan voces los unos á los otros, y dicen: Os tañimos con flautas, y no bailasteis: os endechamos, y no llorasteis.

Y he aquí un espíritu le toma, y de repente da voces; y le despedaza y hace echar espuma, y apenas se aparta de él quebrantándole.

Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía á Lázaro que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque soy atormentado en esta llama.

Entonces dió voces, diciendo: Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí.

Mas toda la multitud dió voces á una, diciendo: Quita á éste, y suéltanos á Barrabás:

Mas ellos instaban á grandes voces, pidiendo que fuese crucificado. Y las voces de ellos y de los príncipes de los sacerdotes crecían.

Entonces todos dieron voces otra vez, diciendo: No á éste, sino á Barrabás. Y Barrabás era ladrón.

Y como le vieron los príncipes de los sacerdotes, y los servidores, dieron voces diciendo: Crucifícale, crucifícale. Díceles Pilato: Tomadle vosotros, y crucificadle; porque yo no hallo en él crimen.

Desde entonces procuraba Pilato soltarle; mas los Judíos daban voces, diciendo: Si á éste sueltas, no eres amigo de César: cualquiera que se hace rey, á César contradice.

Mas ellos dieron voces: Quita, quita, crucifícale. Díceles Pilato: ¿A vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los pontífices: No tenemos rey sino á César.

Entonces dando grandes voces, se taparon sus oídos, y arremetieron unánimes contra él;

Porque los que habitaban en Jerusalem, y sus príncipes, no conociendo á éste, y las voces de los profetas que se leen todos los sábados, condenándo les, las cumplieron.

Mas no hallándolos, trajeron á Jasón y á algunos hermanos á los gobernadores de la ciudad, dando voces: Estos que alborotan el mundo, también han venido acá;

Dando voces: Varones Israelitas, ayudad: Este es el hombre que por todas partes enseña á todos contra el pueblo, y la ley, y este lugar; y además de esto ha metido Gentiles en el templo, y ha contaminado este lugar Santo.

Entonces Festo dijo: Rey Agripa, y todos los varones que estáis aquí juntos con nosotros: veis á éste, por el cual toda la multitud de los Judíos me ha demandado en Jerusalem y aquí, dando voces que no conviene que viva más;

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