461 casos

'Vuestros' en la Biblia

Oíd con atención mi razonamiento, y mi declaración con vuestros oídos.

¿Por qué somos tenidos por bestias, y a vuestros ojos somos viles?

He aquí yo he esperado a vuestras razones, he escuchado vuestros argumentos, en tanto que buscabais palabras.

donde me tentaron vuestros padres, me probaron, y vieron mis obras.

¿Para qué me sirven a mí, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Harto estoy de holocaustos de carneros, y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos.

Porque Jehová derramó sobre vosotros espíritu de sueño, y cerró vuestros ojos; puso velo sobre vuestros profetas principales, los videntes.

sino que dijisteis: No, antes huiremos en caballos; por tanto, vosotros huiréis. Sobre ligeros corceles cabalgaremos; por tanto, serán ligeros vuestros perseguidores.

Presentad vuestra causa, dice Jehová; exponed vuestros argumentos, dice el Rey de Jacob.

Se postró Bel, se doblegó Nebo. Sus ídolos fueron puestos sobre bestias, sobre animales de carga; vuestros acarreos fueron muy pesados, muy gravosos para las bestias cansadas.

Alzad a los cielos vuestros ojos, y mirad abajo a la tierra; porque los cielos serán deshechos como humo, y la tierra se envejecerá como ropa de vestir, y de la misma manera perecerán sus moradores; pero mi salvación será para siempre, mi justicia no perecerá.

Dicen: ¿Por qué ayunamos, y tú no lo ves? ¿Por qué humillamos nuestras almas, y tú no te das por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno halláis placer, y oprimís a todos vuestros obreros.

Porque vuestras manos están contaminadas de sangre, y vuestros dedos de iniquidad; vuestros labios pronuncian mentira, habla maldad vuestra lengua.

Los extranjeros se levantarán y apacentarán vuestras ovejas, y los hijos de los extranjeros serán vuestros labradores y vuestros viñadores.

por vuestras iniquidades, y las iniquidades de vuestros padres juntamente, dice Jehová, los cuales quemaron incienso sobre los montes, y sobre los collados me afrentaron; por tanto yo les mediré su obra antigua en su seno.

Oíd palabra de Jehová, vosotros los que tembláis a su palabra: Vuestros hermanos que os aborrecen, y os echan fuera por causa de mi nombre, dijeron: Jehová sea glorificado. Mas Él se mostrará para alegría vuestra, y ellos serán confundidos.

Y veréis, y se alegrará vuestro corazón, y vuestros huesos reverdecerán como la hierba; y la mano de Jehová para con sus siervos será conocida, y su indignación contra sus enemigos.

Y traerán a todos vuestros hermanos de entre todas las naciones, por ofrenda a Jehová, en caballos, en carros, en literas, y en mulos y en camellos, a mi santo monte de Jerusalén, dice Jehová, al modo que los hijos de Israel traen el presente en vasos limpios a la casa de Jehová.

Así dice Jehová: ¿Qué maldad hallaron en mí vuestros padres, que se alejaron de mí, y se fueron tras la vanidad, y se tornaron vanos?

Por tanto entraré aún en juicio con vosotros, dice Jehová, y con los hijos de vuestros hijos pleitearé.

Por demás he azotado vuestros hijos; no han recibido corrección. Vuestra espada devoró a vuestros profetas como león destrozador.

En aquellos tiempos irán de la casa de Judá a la casa de Israel, y vendrán juntamente de la tierra del norte a la tierra que hice heredar a vuestros padres.

Vuestras iniquidades han estorbado estas cosas; y vuestros pecados detuvieron de vosotros el bien.

¿Para qué viene a mí este incienso de Seba, y la caña olorosa de tierra lejana? Vuestros holocaustos no son aceptables, ni vuestros sacrificios me agradan.

Así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Mejorad vuestros caminos y vuestras obras, y os haré morar en este lugar.

Mas si mejorareis cumplidamente vuestros caminos y vuestras obras; si con exactitud hiciereis justicia entre el hombre y su prójimo,

entonces os haré morar en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres para siempre.

¿Es cueva de ladrones delante de vuestros ojos esta casa, sobre la cual es invocado mi nombre? He aquí que también yo veo, dice Jehová.

haré también a esta casa que es llamada por mi nombre, en la que vosotros confiáis, y a este lugar que di a vosotros y a vuestros padres, como hice a Silo;

Que os echaré de mi presencia como eché a todos vuestros hermanos, a toda la descendencia de Efraín.

Así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Añadid vuestros holocaustos sobre vuestros sacrificios, y comed carne.

Porque no hablé yo con vuestros padres el día que los saqué de la tierra de Egipto, ni les di mandamiento acerca de holocaustos y de víctimas:

desde el día que vuestros padres salieron de la tierra de Egipto hasta hoy. Y os envié a todos los profetas mis siervos, madrugando cada día y enviándolos:

el cual mandé a vuestros padres el día que los saqué de la tierra de Egipto, del horno de hierro, diciéndoles: Obedeced mi voz, y haced conforme a todo lo que os mando, y vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios;

para que confirme el juramento que hice a vuestros padres, que les daría la tierra que fluye leche y miel, como en este día. Y respondí, y dije: Amén, oh Jehová.

Porque solemnemente protesté a vuestros padres el día que los hice subir de la tierra de Egipto hasta el día de hoy, madrugando, protestando y diciendo: Oíd mi voz.

Dad gloria a Jehová Dios vuestro, antes que haga venir tinieblas, y antes que vuestros pies tropiecen en montes de oscuridad, y esperéis luz, y os la torne en sombra de muerte y tinieblas.

Alzad vuestros ojos, y ved a los que vienen del norte; ¿dónde está el rebaño que te fue dado, tu hermosa grey?

Porque así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo haré cesar en este lugar, delante de vuestros ojos y en vuestros días, toda voz de gozo y toda voz de alegría, toda voz de desposado y toda voz de desposada.

Entonces les dirás: Porque vuestros padres me dejaron, dice Jehová, y anduvieron en pos de dioses ajenos, y los sirvieron, y a ellos se encorvaron, y me dejaron a mí, y no guardaron mi ley;

Y vosotros habéis hecho peor que vuestros padres; porque he aquí que vosotros camináis cada uno tras la imaginación de su malvado corazón, no oyéndome a mí.

Por tanto, yo os arrojaré de esta tierra a una tierra que ni vosotros ni vuestros padres habéis conocido, y allá serviréis a dioses ajenos de día y de noche; porque no os mostraré clemencia.

El pecado de Judá escrito está con cincel de hierro y con punta de diamante; esculpido está en la tabla de su corazón, y en los lados de vuestros altares;

Ni saquéis carga de vuestras casas en el día del sábado, ni hagáis obra alguna: mas santificad el día del sábado, como mandé a vuestros padres;

Ahora pues, habla luego a todo hombre de Judá, y a los moradores de Jerusalén, diciendo: Así dice Jehová: He aquí que yo dispongo mal contra vosotros, y trazo contra vosotros designios; conviértase ahora cada uno de su mal camino, y mejorad vuestros caminos y vuestras obras.

Por tanto, he aquí que yo os echaré en olvido, y os echaré de mi presencia junto con la ciudad que os di a vosotros y a vuestros padres;

cuando decían: Volveos ahora de vuestro mal camino y de la maldad de vuestras obras, y morad en la tierra que os dio Jehová, a vosotros y a vuestros padres para siempre;

Aullad, pastores, y clamad; y revolcaos en ceniza, mayorales del rebaño; porque cumplidos son vuestros días para que seáis degollados y esparcidos, y caeréis como vaso precioso.

Entonces hablaron los sacerdotes y los profetas a los príncipes y a todo el pueblo, diciendo: En pena de muerte ha incurrido este hombre; porque profetizó contra esta ciudad, como vosotros habéis oído con vuestros oídos.

Mas sabed de cierto que, si me matareis, sangre inocente echaréis sobre vosotros, y sobre esta ciudad, y sobre sus moradores: porque en verdad Jehová me envió a vosotros para que dijese todas estas palabras en vuestros oídos.

Y les mandarás que digan a sus señores: Así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Así habéis de decir a vuestros señores:

Y vosotros no prestéis oído a vuestros profetas, ni a vuestros adivinos, ni a vuestros soñadores, ni a vuestros agoreros, ni a vuestros encantadores, que os hablan diciendo: No serviréis al rey de Babilonia.

Y hablé también a Sedequías rey de Judá conforme a todas estas palabras, diciendo: Someted vuestros cuellos al yugo del rey de Babilonia, y servid a él y a su pueblo, y vivid.

También a los sacerdotes y a todo este pueblo hablé, diciendo: Así dice Jehová: No escuchéis las palabras de vuestros profetas que os profetizan diciendo: He aquí que los vasos de la casa de Jehová volverán de Babilonia ahora presto. Porque os profetizan mentira.

casaos, y engendrad hijos e hijas; dad esposas a vuestros hijos, y dad maridos a vuestras hijas, para que den a luz hijos e hijas; para que os multipliquéis ahí, y no os disminuyáis.

Porque así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: No os engañen vuestros profetas que están entre vosotros, ni vuestros adivinos; ni miréis a vuestros sueños que soñáis.

Pero así dice Jehová, del rey que está sentado sobre el trono de David, y de todo el pueblo que mora en esta ciudad, de vuestros hermanos que no salieron con vosotros en cautiverio;

Así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, acerca de Acab hijo de Colaías, y acerca de Sedequías hijo de Maasías, quienes os profetizan falsamente en mi nombre: He aquí yo los entrego en mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y él los matará delante de vuestros ojos.

Así dice Jehová Dios de Israel: Yo hice pacto con vuestros padres el día que los saqué de tierra de Egipto, de casa de siervos, diciendo:

Al cabo de siete años dejará libre cada uno a su hermano hebreo que le fuere vendido; te servirá, pues, seis años, y lo enviarás libre de ti; mas vuestros padres no me oyeron, ni inclinaron su oído.

Mas ellos dijeron: No beberemos vino; porque Jonadab hijo de Recab nuestro padre nos mandó, diciendo: No beberéis jamás vino vosotros ni vuestros hijos:

Ni edificaréis casa, ni sembraréis sementera, ni plantaréis viña, ni la poseeréis; sino que moraréis en tiendas todos vuestros días, para que viváis muchos días sobre la faz de la tierra donde vosotros peregrináis.

Y envié a vosotros a todos mis siervos los profetas, madrugando y enviándolos a decir: Volveos ahora cada uno de su mal camino, y enmendad vuestras obras, y no vayáis tras dioses ajenos para servirles, y viviréis en la tierra que di a vosotros y a vuestros padres: mas no inclinasteis vuestro oído, ni me oísteis.

¿Y dónde están vuestros profetas que os profetizaban, diciendo: No vendrá el rey de Babilonia contra vosotros, ni contra esta tierra?

Y he aquí que yo habito en Mizpa, para estar delante de los caldeos que vendrán a nosotros; mas vosotros, tomad el vino, los frutos del verano y el aceite, y ponedlo en vuestros almacenes, y quedaos en vuestras ciudades que habéis tomado.

Ahora por eso, oíd la palabra de Jehová, remanente de Judá: Así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Si vosotros volviereis vuestros rostros para entrar en Egipto, y entrareis para peregrinar allá,

A causa de la maldad que ellos cometieron para hacerme enojar, yendo a ofrecer incienso, honrando a dioses ajenos que ellos no habían conocido, ni vosotros, ni vuestros padres.

¿Os habéis olvidado de las maldades de vuestros padres, y de las maldades de los reyes de Judá, y de las maldades de sus esposas, y de vuestras maldades, y de las maldades de vuestras esposas, que hicieron en la tierra de Judá y en las calles de Jerusalén?

No se han humillado hasta el día de hoy, ni han tenido temor, ni han caminado en mi ley, ni en mis estatutos que puse delante de vosotros y delante de vuestros padres.

¿No se ha acordado Jehová, y no ha venido a su memoria el incienso que ofrecisteis en las ciudades de Judá, y en las plazas de Jerusalén, vosotros y vuestros padres, vuestros reyes y vuestros príncipes, y el pueblo de la tierra?

Así habla Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel, diciendo: Vosotros y vuestras esposas hablasteis con vuestras bocas, y con vuestras manos lo ejecutasteis, diciendo: Cumpliremos efectivamente nuestros votos que hicimos, de ofrecer incienso a la reina del cielo y de derramarle libaciones; confirmáis a la verdad vuestros votos, y ponéis vuestros votos por obra.

Y pagaré a Babilonia y a todos los moradores de Caldea, todo el mal que ellos hicieron en Sión delante de vuestros ojos, dice Jehová.

Y dirás: Montes de Israel, oíd palabra del Señor Jehová: Así dice Jehová el Señor a los montes y a los collados, a los arroyos y a los valles: He aquí que yo, yo haré venir sobre vosotros espada, y destruiré vuestros lugares altos.

Y vuestros altares serán asolados, y vuestras imágenes del sol serán quebradas: y haré que caigan vuestros muertos delante de vuestros ídolos.

Y pondré los cuerpos muertos de los hijos de Israel delante de sus ídolos; y vuestros huesos esparciré en derredor de vuestros altares.

En todo lugar donde habitéis las ciudades serán desiertas, y los lugares altos serán asolados, para que sean asolados y se hagan desiertos vuestros altares; y quebrados serán vuestros ídolos, y cesarán; y vuestras imágenes del sol serán destruidas, y vuestras obras serán desechas.

Habéis multiplicado vuestros muertos en esta ciudad, y habéis llenado de muertos sus calles.

Por tanto, así dice Jehová el Señor: Vuestros muertos que habéis puesto en medio de ella, ellos son la carne, y ella es la caldera; mas yo os sacaré a vosotros de en medio de ella.

Y sabréis que yo soy Jehová: porque no habéis andado en mis estatutos, ni habéis obedecido mis juicios, sino según las costumbres de las gentes que están en vuestros alrededores habéis hecho.

Porque yo Jehová hablaré; y se cumplirá la palabra que yo hable; no se dilatará más; antes en vuestros días, oh casa rebelde, hablaré palabra, y la cumpliré, dice el Señor Jehová.

Por tanto, así dice Jehová el Señor: He aquí yo contra vuestras almohadillas, con que cazáis allí las almas volando; yo las arrancaré de vuestros brazos, y dejaré las almas, las almas que cazáis volando.

Rasgaré también vuestros velos, y libraré a mi pueblo de vuestra mano, y no estarán más en vuestra mano para caza; y sabréis que yo soy Jehová.

Por tanto di a la casa de Israel: Así dice Jehová el Señor: Convertíos, y volveos de vuestros ídolos, y apartad vuestro rostro de todas vuestras abominaciones.

Y si dijereis: No es recto el camino del Señor: Oíd ahora, casa de Israel: ¿No es recto mi camino? ¿No son torcidos vuestros caminos?

Si aún dijere la casa de Israel: No es recto el camino del Señor: ¿No son rectos mis caminos, casa de Israel? Cierto, vuestros caminos no son rectos.

Por tanto, hijo de hombre, habla a la casa de Israel, y diles: Así dice Jehová el Señor: Aun en esto me afrentaron vuestros padres cuando cometieron contra mí rebelión.

Di, pues, a la casa de Israel: Así dice Jehová el Señor: ¿No os contamináis vosotros a la manera de vuestros padres, y fornicáis tras sus abominaciones?

Porque ofreciendo vuestras ofrendas, haciendo pasar vuestros hijos por el fuego, os habéis contaminado con todos vuestros ídolos hasta hoy; ¿y he de ser consultado por vosotros, oh casa de Israel? Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no os responderé.

Como entré a juicio con vuestros padres en el desierto de la tierra de Egipto, así entraré en juicio con vosotros, dice Jehová el Señor.

Y vosotros, oh casa de Israel, así dice Jehová el Señor: Andad cada uno tras sus ídolos, y servidles, pues que a mí no me obedecéis; y no profanéis más mi santo nombre con vuestras ofrendas, y con vuestros ídolos.

Porque en mi santo monte, en el alto monte de Israel, dice Jehová el Señor, allí me servirá toda la casa de Israel, toda ella en la tierra; allí los aceptaré, y allí demandaré vuestras ofrendas, y las primicias de vuestros dones, con todas vuestras cosas consagradas.

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