'Es' en la Biblia
Y dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi esposa es de edad avanzada.
Y entrando el ángel a donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres.
Y he aquí tu prima Elisabet, la que llamaban estéril, ella también ha concebido hijo en su vejez; y éste es el sexto mes para ella;
Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; y santo es su nombre.
Y su misericordia es en los que le temen, de generación en generación.
Y pidiendo una tablilla, escribió, diciendo: Juan es su nombre. Y todos se maravillaron.
Que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor.
Y los bendijo Simeón, y dijo a su madre María: He aquí, Éste es puesto para caída y levantamiento de muchos en Israel; y por señal a la que será contradicho
Entonces Él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?
Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego.
Respondió Juan, diciendo a todos: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene quien es más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado: Él os bautizará con el Espíritu Santo y fuego.
Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me es entregada, y a quien quiero la doy.
Y todos daban testimonio de Él, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es Éste el hijo de José?
Y dijo: De cierto os digo, que ningún profeta es acepto en su tierra.
Y todos estaban asombrados, y hablaban entre sí, diciendo: ¿Qué palabra es ésta, que con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos, y salen?
Pero Él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades yo predique el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado.
Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a murmurar, diciendo: ¿Quién es Éste que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?
¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda?
Y ninguno que bebiere el añejo, quiere luego el nuevo; porque dice: El añejo es mejor.
Y algunos de los fariseos les dijeron: ¿Por qué hacéis lo que no es lícito hacer en los sábados?
cómo entró en la casa de Dios, y tomó los panes de la proposición, de los cuales no es lícito comer sino sólo a los sacerdotes, y comió, y dio también a los que estaban con él?
Y les decía: El Hijo del Hombre es Señor aun del sábado.
Entonces Jesús les dijo: Os preguntaré una cosa: ¿Es lícito en sábados hacer bien, o hacer mal? ¿Salvar la vida, o quitarla?
Y alzando Él sus ojos hacia sus discípulos, decía: Bienaventurados vosotros los pobres; porque vuestro es el reino de Dios.
Regocijaos en aquel día, y saltad de gozo; porque he aquí vuestro galardón es grande en el cielo; porque así hacían sus padres a los profetas.
Y a cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva.
Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando nada a cambio; y vuestro galardón será grande, y seréis hijos del Altísimo; porque Él es benigno para con los ingratos y malos.
Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.
El discípulo no es mayor que su maestro; mas todo el que es perfecto, será como su maestro.
Pues cada árbol por su fruto es conocido. Porque no cosechan higos de los espinos, ni vendimian uvas de las zarzas.
Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras, y las hace, os enseñaré a quién es semejante:
Semejante es al hombre que edificó una casa, y cavó profundo, y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino un torrente, el río dio con ímpetu contra aquella casa, mas no la pudo mover; porque estaba fundada sobre la roca.
Mas el que oye y no hace, es semejante al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual el río dio con ímpetu, y cayó luego; y fue grande la ruina de aquella casa.
Y viniendo ellos a Jesús, en seguida le rogaron, diciéndole: Es digno de que le concedas esto;
Y respondiendo Jesús, les dijo: Id, decid a Juan lo que habéis visto y oído; cómo los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres es predicado el evangelio;
y bienaventurado es aquel que no fuere escandalizado en mí.
Y cuando se fueron los mensajeros de Juan, comenzó a decir de Juan a las gentes: ¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Una caña que es agitada por el viento?
Éste es de quien está escrito: He aquí, envío mi mensajero delante de tu faz, el cual preparará tu camino delante de ti.
Porque os digo que entre los nacidos de mujer, no hay mayor profeta que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de Dios, mayor es que él.
Mas la sabiduría es justificada por todos sus hijos.
Y cuando vio esto el fariseo que le había convidado, habló entre sí, diciendo: Éste, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora.
Y los que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es Éste, que también perdona pecados?
Y Él dijo: A vosotros os es dado conocer los misterios del reino de Dios; mas a los otros por parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan.
Ésta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios.
Y les dijo: ¿Dónde está vuestra fe? Y atemorizados, se maravillaban, y se decían unos a otros: ¿Qué clase de hombre es Éste, que aun a los vientos y a las aguas manda, y le obedecen?
diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas, y sea rechazado por los ancianos, y por los príncipes de los sacerdotes y por los escribas, y que sea muerto, y resucite al tercer día.
Y aconteció que apartándose ellos de Él, Pedro dice a Jesús: Maestro, bien es que nos quedemos aquí, y hagamos tres tabernáculos, uno para ti, y uno para Moisés, y uno para Elías; no sabiendo lo que decía.
Y vino una voz desde la nube, que decía: Éste es mi Hijo amado; a Él oíd.
Y he aquí, un hombre de la multitud clamó, diciendo: Maestro, te ruego que veas a mi hijo; porque es mi único hijo;
y les dijo: Cualquiera que reciba a este niño en mí nombre, a mí me recibe; y cualquiera que me recibe a mí, recibe al que me envió; porque el que es más pequeño entre todos vosotros, ése será el más grande.
Jesús le dijo: No se lo prohibáis; porque el que no es contra nosotros, por nosotros es.
Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado y mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.
Y les decía: La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.
Y posad en aquella misma casa, comiendo y bebiendo lo que os dieren; porque el obrero digno es de su salario. No os paséis de casa en casa.
Todas las cosas me son entregadas por mi Padre; y nadie sabe quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y a quien el Hijo lo quisiere revelar.
Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?
Pero una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.
Mas Él, conociendo los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado; y una casa dividida contra sí misma, cae.
El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.
Y juntándose la multitud, comenzó a decir: Esta generación es mala: Demandan señal, y señal no le será dada, sino la señal de Jonás el profeta.
La luz del cuerpo es el ojo; así que cuando tu ojo es sencillo, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es malo, también tu cuerpo está en tinieblas.
Pero dad limosna de lo que tenéis; y he aquí, todo os es limpio.
En esto, juntándose una innumerable multitud, tanto que unos a otros se atropellaban, comenzó a decir a sus discípulos primeramente: Guardaos de la levadura de los fariseos, que es hipocresía.
Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.
La vida es más que la comida, y el cuerpo más que el vestido.
Pues si no podéis ni aun lo que es menos, ¿por qué os afanáis por lo demás?
Y si así viste Dios la hierba, que hoy está en el campo, y mañana es echada al horno; ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe?
Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente, a quien su señor pondrá sobre su familia, para que a tiempo les dé su ración?
Pero el que sin saberla, hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque al que mucho le es dado, mucho le será demandado; y al que encomendaron mucho, más le será pedido.
Pero de un bautismo me es necesario ser bautizado; y ¡cómo me angustio hasta que se cumpla!
Y decía también a la gente: Cuando veis la nube que sale del poniente, luego decís: Agua viene; y es así.
¿Y por qué aun de vosotros mismos no juzgáis lo que es justo?
Y dijo: ¿A qué es semejante el reino de Dios, y a qué lo compararé?
Es semejante al grano de mostaza que un hombre tomó y sembró en su huerto; y creció, y se hizo árbol grande, y las aves del cielo anidaron en sus ramas.
Es semejante a la levadura que una mujer tomó y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado.
Sin embargo, es necesario que camine hoy, y mañana, y pasado mañana; porque no es posible que un profeta muera fuera de Jerusalén.
He aquí, vuestra casa os es dejada desierta; y de cierto os digo que no me veréis, hasta que venga el tiempo en que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor.
Y respondiendo Jesús, habló a los doctores de la ley y a los fariseos, diciendo: ¿Es lícito sanar en sábado?
Buena es la sal; pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué será sazonada?
No es útil ni para la tierra, ni para el muladar; la arrojan fuera. El que tiene oídos para oír, oiga.
porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.
Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo que tengo es tuyo.
Mas era necesario hacer fiesta y gozarnos, porque éste, tu hermano, muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado.
Y le llamó, y le dijo: ¿Qué es esto que oigo de ti? Da cuenta de tu mayordomía, porque ya no podrás ser mayordomo.
El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto.
Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro?
Y les dijo: Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; pero Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen en alta estima, delante de Dios es abominación.
La ley y los profetas fueron hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es predicado, y todos se esfuerzan por entrar en él.
Pero es más fácil que pasen el cielo y la tierra, que fallar una tilde de la ley.
Y Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; mas ahora éste es consolado, y tú atormentado.
Entonces dijo a los discípulos: Imposible es que no vengan tropiezos; mas ¡ay de aquel por quien vienen!
Así también vosotros, cuando hubiereis hecho todo lo que os es mandado, decid: Siervos inútiles somos, porque lo que debíamos hacer, hicimos.
Pero primero es necesario que padezca mucho, y sea rechazado por esta generación.
Y les dijo también una parábola sobre que es necesario orar siempre, y no desmayar,
sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo, al fin me fastidie.
Pero Jesús, llamándolos, dijo: Dejad los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios.
Y Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo uno, Dios.
Porque es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.
Y Él les dijo: Lo que es imposible con los hombres, es posible con Dios.
Y cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa.