'Otra' en la Biblia
Y hubo guerra otra vez en Gat, donde había un hombre de {gran} estatura que tenía veinticuatro dedos, seis {en cada mano} y seis {en cada pie;} él también descendía de los gigantes.
Y Semaías, hijo del escriba Natanael, uno de los levitas, los inscribió en la presencia del rey, de los príncipes, del sacerdote Sadoc, de Ahimelec, hijo de Abiatar, de los jefes de {las casas} paternas de los sacerdotes y de los levitas; una casa paterna designada para Eleazar y otra designada para Itamar.
Y las alas de los dos querubines medían veinte codos; el ala de uno, de cinco codos, tocaba la pared de la casa, y {su} otra ala, de cinco codos, tocaba el ala del otro querubín.
Y el ala del otro querubín, de cinco codos, tocaba la pared de la casa; y {su} otra ala, de cinco codos, se unía al ala del primer querubín.
Y erigió las columnas delante del templo, una a la derecha y otra a la izquierda, y llamó a la de la derecha Jaquín y a la de la izquierda Boaz.
Entonces él les dijo: Volved otra vez a mí dentro de tres días. Y el pueblo se fue.
Y el SEÑOR dijo: `` ¿Quién inducirá a Acab, rey de Israel, para que suba y caiga en Ramot de Galaad?" Y uno decía de una manera, y otro de otra.
otra tercera parte {estará} en la casa del rey, y otra tercera parte en la puerta del Cimiento; y todo el pueblo {estará} en los atrios de la casa del SEÑOR.
Y él cobró ánimo y reedificó toda la muralla que había sido derribada y levantó torres en ella, {edificó} otra muralla exterior, fortificó el Milo {en} la ciudad de David, e hizo armas arrojadizas y escudos en gran cantidad.
tazas de oro, treinta; tazas de plata de otra clase, cuatrocientas diez; {y} otros objetos, mil.
Malquías, hijo de Harim, y Hasub, hijo de Pahat-moab, repararon otra sección y la torre de Hornos.
Después de él hicieron reparaciones sus hermanos {bajo} Bavai, hijo de Henadad, oficial de {la otra} mitad del distrito de Keila.
Y junto a él Ezer, hijo de Jesúa, oficial de Mizpa, reparó otra sección, enfrente de la subida al arsenal del Angulo.
Después de él Baruc, hijo de Zabai, con todo fervor reparó otra sección, desde el Angulo hasta la puerta de la casa del sumo sacerdote Eliasib.
Tras él Meremot, hijo de Urías, hijo de Cos, reparó otra sección, desde la puerta de la casa de Eliasib hasta el extremo de su casa.
Tras él Binúi, hijo de Henadad, reparó otra sección, desde la casa de Azarías hasta el Angulo y hasta la esquina.
Después de ellos los tecoítas repararon otra sección frente a la gran torre sobresaliente y hasta el muro de Ofel.
Después de él Hananías, hijo de Selemías, y Hanún, sexto hijo de Salaf, repararon otra sección. Tras ellos Mesulam, hijo de Berequías, hizo reparaciones frente a su vivienda.
Y sucedió que desde aquel día la mitad de mis hombres trabajaban en la obra mientras que la otra mitad portaba las lanzas, los escudos, los arcos y las corazas; y los capitanes {estaban} detrás de toda la casa de Judá.
Los que reedificaban la muralla y los que llevaban cargas llevaban la carga en una mano trabajando en la obra, y en la otra empuñaban un arma.
Puestos de pie, {cada uno} en su lugar, leyeron en el libro de la ley del SEÑOR su Dios por una cuarta parte del día; y por {otra} cuarta parte confesaron y adoraron al SEÑOR su Dios.
Si le place al rey, proclame él un decreto real y que se escriba en las leyes de Persia y Media para que no sea revocado, que Vasti no entre más a la presencia del rey Asuero, y que el rey dé su título de reina a otra que sea más digna que ella.
Ella entraba por la tarde y a la mañana {siguiente} volvía al segundo harén, bajo la custodia de Saasgaz, eunuco del rey, encargado de las concubinas. Ella no iba otra vez al rey a menos que el rey se complaciera en ella y fuera llamada por nombre.
Estando aún verde y sin cortar, con todo, se seca antes que cualquier {otra} planta.
Porque no sé lisonjear, {de otra manera} mi Hacedor me llevaría pronto.
Ciertamente Dios habla una vez, y otra vez, {pero} nadie se da cuenta de ello.
La una está tan cerca de la otra que el aire no puede penetrar entre ellas.
Unidas están una a la otra; se traban entre sí y no pueden separarse.
{Un} día transmite el mensaje al {otro} día, y {una} noche a {la otra} noche revela sabiduría.
¿Por qué te abates, alma mía, y {por qué} te turbas dentro de mí? Espera en Dios, pues he de alabarle otra vez {por} la salvación de su presencia.
¿Por qué te abates, alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios, pues he de alabarle otra vez. ¿{El es} la salvación de mi ser, y mi Dios!
¿Por qué te abates, alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios, pues he de alabarle otra vez. ¿{El es} la salvación de mi ser, y mi Dios!
Tentaron a Dios una y otra vez, y afligieron al Santo de Israel.
Una generación alabará tus obras a {otra} generación, y anunciará tus hechos poderosos.
No ha hecho así con ninguna {otra} nación; y en cuanto a sus ordenanzas, no las han conocido. ¿Aleluya!
Una generación va y {otra} generación viene, mas la tierra permanece para siempre.
Mira --dice el Predicador-- he descubierto esto, {agregando} una cosa a otra para hallar la razón,
El centinela responde: Viene la mañana y también la noche. Si queréis preguntar, preguntad; volved otra vez.
``No tembléis ni temáis; ¿no os {lo} he hecho oír y {lo} he anunciado desde hace tiempo? Vosotros sois mis testigos. ¿Hay {otro} dios fuera de mí, o hay {otra} Roca? No conozco {ninguna.}"
Y la vasija de barro que estaba haciendo se echó a perder en la mano del alfarero; así que volvió a hacer de ella otra vasija, según le pareció mejor al alfarero hacer{la.}
Una cesta tenía higos muy buenos, como los primeros higos maduros; y la otra tenía higos muy malos, que de podridos no se podían comer.
Así dice el SEÑOR de los ejércitos, el Dios de Israel: Otra vez hablarán esta palabra en la tierra de Judá y en sus ciudades, cuando yo restaure su bienestar: ``El SEÑOR te bendiga, morada de justicia, monte santo."
Ellos me dieron la espalda, y no el rostro; aunque les enseñaba, enseñándoles una y otra vez, no escucharon ni aceptaron corrección,
sus alas se tocaban una a la otra y {sus caras} no se volvían cuando andaban; cada uno iba de frente hacia adelante.
El aspecto de las ruedas y su hechura {era} como el brillo del crisólito, y las cuatro tenían la misma forma; su aspecto y su hechura {eran} como si una rueda estuviera dentro de la {otra} rueda.
Y debajo del firmamento sus alas {se extendían} derechas, la una hacia la otra; cada uno tenía dos que cubrían sus cuerpos por un lado y por el otro.
{Oí} el ruido de las alas de los seres vivientes que se tocaban una a la otra, y el ruido de las ruedas junto a ellos, un gran ruido atronador.
Una tercera parte quemarás a fuego en medio de la ciudad cuando terminen los días del sitio. Otra tercera parte tomarás {y} golpearás con la espada alrededor de la ciudad; y la otra tercera parte esparcirás al viento, y yo desenvainaré la espada detrás de ellos.
Y toma otra vez algunos de ellos, échalos en medio del fuego, y quémalos en el fuego. De ahí saldrá el fuego hacia toda la casa de Israel.
``Una tercera parte de ti morirá de pestilencia o será consumida por el hambre en medio de ti, otra tercera parte caerá a espada alrededor de ti y la otra tercera parte esparciré a todos los vientos, y yo desenvainaré la espada tras ellos.
En cuanto a su apariencia, las cuatro tenían la misma semejanza, como si una rueda estuviera dentro de la {otra} rueda.
Hijo de hombre, ¿en qué es {mejor} la madera de la vid que cualquier {otra} rama de árbol que haya entre los árboles del bosque?
`Pero había otra gran águila de grandes alas y abundante plumaje, y he aquí, esta vid dobló sus raíces hacia ella, y hacia ella extendió sus sarmientos desde los surcos donde estaba plantada para que la regara.
Y tú, hijo de hombre, toma una vara y escribe en ella: ``Para Judá y para los hijos de Israel, sus compañeros." Toma luego otra vara y escribe en ella: ``Para José, vara de Efraín, y {para} toda la casa de Israel, sus compañeros."
Júntalas la una con la otra en una sola vara para que sean una sola en tu mano.
Midió la puerta desde el techo de una cámara al techo de la otra; una anchura de veinticinco codos desde una puerta hasta la puerta opuesta.
Fuera de la puerta interior, en el atrio interior, {había} dos cámaras, {una de} las cuales {estaba} al lado de la puerta del norte con su fachada hacia el sur, {y} la otra al lado de la puerta del sur con {su} fachada hacia el norte.
La longitud del pórtico {era} de veinte codos y la anchura de once codos; y junto a las gradas por donde se subía a él, {había} columnas junto a los pilares, una a un lado y otra al otro.
Y las entradas de las cámaras laterales que {daban} hacia el espacio libre {consistían en} una entrada hacia el norte y otra entrada hacia el sur; y la anchura del espacio libre {era} de cinco codos, todo alrededor.
Las puertas tenían dos hojas, dos hojas giratorias; dos hojas una puerta y dos la otra.
Frente a los veinte {codos} del atrio interior, y frente al pavimento del atrio exterior, {había} una galería frente a la otra galería en los tres pisos.
Las puertas de la ciudad llevarán los nombres de las tribus de Israel; tres puertas al norte: la puerta de Rubén, una; la puerta de Judá, otra; la puerta de Leví, otra.
Al lado oriental, cuatro mil quinientos {codos,} y tres puertas: la puerta de José, una; la puerta de Benjamín, otra; la puerta de Dan, otra.
Al lado sur, cuatro mil quinientos {codos} por medida, y tres puertas: la puerta de Simeón, una; la puerta de Isacar, otra; la puerta de Zabulón, otra.
Y al lado occidental, cuatro mil quinientos {codos y} sus tres puertas: la puerta de Gad, una; la puerta de Aser, otra; la puerta de Neftalí, otra.
Entonces {el rostro} del rey palideció, y sus pensamientos lo turbaron, las coyunturas de sus caderas se le relajaron y sus rodillas comenzaron a chocar una contra otra.
Y he aquí, otra segunda bestia, semejante a un oso, estaba levantada de un costado, y en su boca, entre sus dientes, {tenía} tres costillas; y le dijeron así: ``Levántate, y devora mucha carne."
Después de esto seguí mirando, y he aquí, otra más, semejante a un leopardo que tenía sobre su dorso cuatro alas de ave; la bestia tenía cuatro cabezas, y le fue dado dominio.
Entonces el que tenía semejanza de hombre me tocó otra vez y me fortaleció,
Ella concibió otra vez y dio a luz una hija. Y el {Señor} le dijo: Ponle por nombre Lo-ruhamá, porque ya no me compadeceré de la casa de Israel, pues no los perdonaré jamás.
Y el SEÑOR me dijo: Ve otra vez, ama a una mujer amada por otro y adúltera, así como el SEÑOR ama a los hijos de Israel a pesar de que ellos se vuelven a otros dioses y se deleitan con tortas de pasas.
Saldréis {por} las brechas, una tras otra, y seréis expulsadas al Harmón --declara el SEÑOR.
Y además os retuve la lluvia cuando aún {faltaban} tres meses para la siega; hice llover sobre una ciudad y sobre otra ciudad no hice llover; sobre una parte llovía, y la parte donde no llovía, se secó.
Así que de dos {o} tres ciudades iban tambaleándose a otra ciudad para beber agua, y no se saciaban; pero no os habéis vuelto a mí --declara el SEÑOR.
Esta es la ciudad divertida que vivía confiada, que decía en su corazón: Yo soy, y no hay otra más que yo. ¿Cómo ha sido hecha una desolación, una guarida de fieras! Todo el que pase por ella silbará {y} agitará su mano.
Proclama de nuevo, diciendo: ``Así dice el SEÑOR de los ejércitos: `Otra vez rebosarán mis ciudades de bienes, otra vez el SEÑOR consolará a Sion y de nuevo escogerá a Jerusalén.'"
y los habitantes de una irán a otra, diciendo: `Vamos sin demora a implorar el favor del SEÑOR, y a buscar al SEÑOR de los ejércitos. Yo también iré.'
Y el SEÑOR me dijo: Toma otra vez los aperos de un pastor insensato.
Sus pies se posarán aquel día en el monte de los Olivos, que está frente a Jerusalén, al oriente; y el monte de los Olivos se hendirá por el medio, de oriente a occidente, {formando} un enorme valle, y una mitad del monte se apartará hacia el norte y la otra mitad hacia el sur.
En aquel día sucederá que brotarán aguas vivas de Jerusalén, una mitad hacia el mar oriental y la otra mitad hacia el mar occidental, será lo mismo en verano que en invierno.
Y esta otra cosa hacéis: cubrís el altar del SEÑOR de lágrimas, llantos y gemidos, porque El ya no mira la ofrenda ni {la} acepta {con} agrado de vuestra mano.
Otra vez el diablo le llevó* a un monte muy alto, y le mostró* todos los reinos del mundo y la gloria de ellos,
Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se ha vuelto insípida, ¿con qué se hará salada {otra vez?} Ya para nada sirve, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres.
Pero yo os digo: no resistáis al que es malo; antes bien, a cualquiera que te abofetee en la mejilla derecha, vuélvele también la otra.
Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos.
Pero cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra; porque en verdad os digo: no terminaréis {de recorrer} las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del Hombre.
Entonces dijo* al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada, sana como la otra.
Otra parte cayó en pedregales donde no tenía mucha tierra; y enseguida brotó porque no tenía profundidad de tierra;
Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron.
Y otra parte cayó en tierra buena y dio* fruto, algunas {semillas} a ciento por uno, otras a sesenta y otras a treinta.
{Jesús} les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos puede compararse a un hombre que sembró buena semilla en su campo.
Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo,
Les dijo otra parábola: El reino de los cielos es semejante a la levadura que una mujer tomó y escondió en tres medidas de harina hasta que todo quedó fermentado.
Enseguida hizo que los discípulos subieran a la barca y fueran delante de El a la otra orilla, mientras El despedía a la multitud.
Entonces Pedro, tomando la palabra, dijo a Jesús: Señor, bueno es estarnos aquí; si quieres, haré aquí tres enramadas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
Y yo os digo que cualquiera que se divorcie de su mujer, salvo por infidelidad, y se case con otra, comete adulterio.
Y otra vez os digo que es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el reino de Dios.
Escuchad otra parábola. Había {una vez} un hacendado que PLANTO UNA VIÑA Y LA CERCO CON UN MURO, Y CAVO EN ELLA UN LAGAR Y EDIFICO UNA TORRE, la arrendó a unos labradores y se fue de viaje.
Tomando Jesús la palabra, les habló otra vez en parábolas, diciendo:
Dos {mujeres} {estarán} moliendo en el molino; una será llevada y la otra será dejada.