'Si' en la Biblia
Y también bauticé a la familia de Estéfanas; mas no sé si bauticé a algún otro.
la que ninguno de los príncipes de este mundo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de gloria.
Y si alguno edificare sobre este fundamento oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca;
Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa.
Si la obra de alguno fuere quemada, sufrirá pérdida; si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.
Si alguno destruye el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.
Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree ser sabio en este mundo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio.
Porque ¿quién te distingue? ¿O qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?
Pero algunos están envanecidos, como si nunca hubiese yo de ir a vosotros.
Pero iré pronto a vosotros, si el Señor quiere; y conoceré, no las palabras de los que andan envanecidos, sino el poder.
Porque yo ciertamente, como ausente en cuerpo, mas presente en espíritu, ya he juzgado como si estuviera presente al que tal acción ha cometido.
¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar las cosas más pequeñas?
Por tanto, si tenéis juicios de cosas de esta vida, poned para juzgar a los que son de menor estima en la iglesia.
Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les sería si se quedasen como yo,
pero si no pueden contenerse, cásense; que mejor es casarse que quemarse.
y si se separa, que se quede sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su esposa.
Y a los demás yo digo, no el Señor: Si algún hermano tiene esposa no creyente, y ella consiente en habitar con él, no la despida.
Pero si el no creyente se separa, sepárese. En tales casos el hermano o la hermana no están sujetos a servidumbre; antes a paz nos llamó Dios.
Porque ¿de dónde sabes, oh esposa, si harás salvo a tu marido? ¿O de dónde sabes, oh marido, si quizá harás salva a tu esposa?
¿Eres llamado siendo siervo? No te dé cuidado; pero si puedes hacerte libre, procúralo más.
Mas también si te casas, no pecaste; y si la virgen se casa, no pecó; pero aflicción de carne tendrán los tales; pero yo os dejo.
Pero esto digo, hermanos, que el tiempo es corto; resta, pues, que los que tienen esposa sean como si no la tuviesen,
y los que lloran, como si no llorasen; y los que se regocijan, como si no se regocijasen; y los que compran, como si no poseyesen;
Pero si alguno considera que se va a comportar indecorosamente hacia su virgen y si ella está en la flor de la edad, y necesita así hacerlo, haga lo que quiera, no peca. Cásense.
La esposa está atada a la ley mientras su marido vive; pero si su marido muere, libre es; cásese con quien quiera, con tal que sea en el Señor.
Pero a mi parecer, será más dichosa si se queda así; y pienso que también yo tengo el Espíritu de Dios.
Y si alguno piensa que sabe algo, aún no sabe nada como debe saber.
Pero si alguno ama a Dios, el tal es conocido de Él.
Si bien el alimento no nos hace más aceptos a Dios; pues ni porque comamos, seremos más; ni porque no comamos, seremos menos.
Porque si te ve alguno a ti, que tienes conocimiento, sentado a la mesa en el templo de los ídolos, la conciencia de aquel que es débil, ¿no será incitada a comer de lo sacrificado a los ídolos?
Por lo cual, si la comida hace tropezar a mi hermano, jamás comeré carne para no ser tropiezo a mi hermano.
Si para otros no soy apóstol, para vosotros ciertamente lo soy; porque el sello de mi apostolado sois vosotros en el Señor.
¿O lo dice enteramente por nosotros? Sí, ciertamente por nosotros está escrito; porque con esperanza ha de arar el que ara; y el que trilla, con esperanza de participar de lo que espera.
Si nosotros sembramos en vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si cosechamos de vosotros lo material?
Si otros participan de este derecho sobre vosotros, ¿por qué no nosotros? Pero no hemos usado de este derecho; antes todo lo sufrimos, por no poner ningún obstáculo al evangelio de Cristo.
Porque aunque predico el evangelio, no tengo de qué gloriarme porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no predico el evangelio!
Por lo cual, si lo hago de voluntad, recompensa tendré; mas si por fuerza, la dispensación del evangelio me ha sido encomendada.
a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley a Dios, mas bajo la ley a Cristo), para ganar a los que están sin ley.
Si algún no creyente os convida, y queréis ir, de todo lo que se os ponga delante comed, sin preguntar nada por causa de la conciencia.
Pero si alguien os dice: Esto fue sacrificado a los ídolos; no lo comáis, por causa de aquel que lo declaró, y por causa de la conciencia; porque del Señor es la tierra y su plenitud.
Y si yo con agradecimiento participo, ¿por qué he de ser difamado por lo que doy gracias?
Si pues coméis, o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.
Mas toda mujer que ora o profetiza no cubierta su cabeza, deshonra su cabeza; porque lo mismo es que si se rapase.
Porque si la mujer no se cubre, que se corte también el cabello; y si le es vergonzoso a la mujer trasquilarse o raparse, cúbrase.
Pero si una mujer tiene cabello largo, le es honroso; porque en lugar de velo le es dado el cabello.
Con todo, si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios.
Por tanto, examínese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa.
Porque el que come y bebe indignamente, come y bebe juicio para sí, no discerniendo el cuerpo del Señor.
Que si nos juzgásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados.
Y si alguno tuviere hambre, coma en su casa; para que no os reunáis para condenación. Y las demás cosas las pondré en orden cuando yo fuere.
Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo; ¿por eso no será del cuerpo?
Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo; ¿por eso no será del cuerpo?
Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato?
Que si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo?
Y si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él; o si un miembro es honrado, todos los miembros con él se regocijan.
Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo caridad, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe.
Y si tuviese el don de profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia; y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo caridad, nada soy.
Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo caridad, de nada me sirve.
El que habla en lengua desconocida, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia.
Ahora pues, hermanos, si yo vengo a vosotros hablando en lenguas, ¿qué os aprovechará, si no os hablo, o con revelación, o con ciencia, o con profecía, o con doctrina?
Y aun las cosas inanimadas que hacen sonidos, ya sea la flauta, o el arpa; si no dan distinción de sonidos, ¿cómo se sabrá lo que se toca con la flauta o con el arpa?
Y si la trompeta da un sonido incierto, ¿quién se preparará para la batalla?
Así también vosotros, si por la lengua no habláis palabra bien entendible, ¿cómo se sabrá lo que se dice? Pues hablaréis al aire.
Pero si yo ignoro el significado de lo que se dice, seré extranjero al que habla, y el que habla será extranjero para mí.
Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto.
De otra manera, si bendices sólo con el espíritu, el que ocupa el lugar de un simple oyente, ¿cómo dirá amén a tu acción de gracias? pues no sabe lo que has dicho.
De manera que, si toda la iglesia se reúne en un lugar, y todos hablan en lenguas, y entran indoctos o incrédulos, ¿no dirán que estáis locos?
Pero si todos profetizan, y entra algún incrédulo o indocto, por todos es convencido, por todos es juzgado;
Si alguno habla en lengua desconocida, sea esto por dos, o a lo más tres, y por turno; y uno interprete.
Pero si no hay intérprete, calle en la iglesia, y hable a sí mismo y a Dios.
Y si algo le es revelado a otro que está sentado, calle el primero.
Y si quieren aprender alguna cosa, pregunten en casa a sus maridos; porque vergonzoso es que una mujer hable en la iglesia.
Si alguno se cree profeta, o espiritual, reconozca que lo que os escribo son mandamientos del Señor.
Pero si alguno es ignorante, sea ignorante.
por el cual asimismo sois salvos, si retenéis la palabra que os he predicado, si no habéis creído en vano.
Y si se predica que Cristo resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos?
Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó.
Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.
Y además somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios, que Él resucitó a Cristo; al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan.
Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó.
Y si Cristo no resucitó, vana es vuestra fe; aún estáis en vuestros pecados.
Si sólo en esta vida esperamos en Cristo, somos los más miserables de todos los hombres.
De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si en ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué, pues, se bautizan por los muertos?
Si como hombre batallé en Éfeso contra bestias, ¿qué me aprovecha? Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, que mañana moriremos.
Necio, lo que tú siembras no revive, si antes no muere.
Y si es preciso que yo también vaya, irán conmigo.
Porque no quiero ahora veros de paso; pues espero estar con vosotros algún tiempo, si el Señor lo permite.
Y si llega Timoteo, mirad que esté con vosotros sin temor; porque como yo, también él hace la obra del Señor.
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