'Sobre' en la Biblia
- 1.Gé 1:2-Gé 38:14
- 2.Gé 38:19-Éx 23:18
- 3.Éx 24:6-Levítico 3:10
- 4.Levítico 3:11-Levítico 15:24
- 5.Levítico 15:26-Números 14:5
- 6.Números 14:14-Deuteronomio 28:11
- 7.Deuteronomio 28:15-Jueces 16:20
- 8.Jueces 16:26-2 Samuel 2:9
- 9.2 Samuel 2:10-1 Reyes 8:27
- 10.1 Reyes 8:29-2 Reyes 11:3
- 11.2 Reyes 11:18-2 Crónicas 3:5
- 12.2 Crónicas 3:16-Nehemías 2:8
- 13.Nehemías 2:18-Job 27:9
- 14.Job 27:22-Salmos 65:12
- 15.Salmos 66:5-Proverbios 20:26
- 16.Proverbios 24:18-Isaías 22:25
- 17.Isaías 23:8-Jeremías 4:3
- 18.Jeremías 4:16-Jeremías 32:19
- 19.Jeremías 32:23-Ezequiel 3:14
- 20.Ezequiel 3:22-Ezequiel 25:2
- 21.Ezequiel 25:3-Ezequiel 43:18
- 22.Ezequiel 43:24-Amós 3:14
- 23.Amós 4:2-Malaquías 1:5
- 24.Malaquías 1:7-Lucas 5:18
- 25.Lucas 6:40-1 Corintios 3:12
- 26.1 Corintios 11:10-Apocalipsis 16:21
- 27.Apocalipsis 17:1-Apocalipsis 22:18
Por lo cual, la mujer debe tener potestad sobre su cabeza, por causa de los ángeles.
Seguid la caridad; y procurad dones espirituales, mas sobre todo que profeticéis.
porque lo oculto de su corazón se hace manifiesto; y así, postrándose sobre el rostro, adorará a Dios, declarando que verdaderamente Dios está en vosotros.
Mas yo llamo a Dios por testigo sobre mi alma, que hasta ahora no he venido a Corinto por ser indulgente con vosotros.
y no como Moisés, que ponía un velo sobre su faz, para que los hijos de Israel no pusieran los ojos en su cara, cuya gloria había de perecer.
Y aun hasta el día de hoy, cuando Moisés es leído, el velo está puesto sobre el corazón de ellos.
Mucho atrevimiento tengo para con vosotros, mucho me glorío de vosotros; lleno estoy de consolación, sobre-abundo de gozo en todas nuestras tribulaciones.
Porque conforme a sus fuerzas, (como yo testifico por ellos), y aun sobre sus fuerzas han sido liberales;
y aprovechaba en el Judaísmo sobre muchos de mis iguales en mi nación, siendo mucho más celoso que todos de las tradiciones de mis padres.
Y todos los que anduvieren conforme a esta regla, la paz y la misericordia de Dios será sobre ellos, y sobre el Israel de Dios.
sobre todo principado y potestad, y potencia, y señorío, y todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino aun en el venidero:
y sujetándole todas las cosas debajo de sus pies, y poniéndolo por cabeza sobre todas las cosas a la Iglesia,
sobreedificados sobre el fundamento de los apóstoles y de los profetas, siendo la principal piedra del ángulo, Jesús, el Cristo;
un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todas las cosas, y por todas las cosas, y en todos vosotros.
El que descendió, él mismo es el que también subió sobre todos los cielos para cumplir todas las cosas.)
Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo;
Nadie os engañe con palabras vanas; porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia.
para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.
sobre todo, tomando el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
Por lo cual Dios también le ensalzó a lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre;
Y aun si soy derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y congratulo por todos vosotros.
Pues en verdad estuvo enfermo a la muerte, pero Dios tuvo misericordia de él; y no solamente de él, sino aun de mí, para que yo no tuviera tristeza sobre tristeza.
Mortificad, pues, vuestros miembros que están sobre la tierra: fornicación, inmundicia, deleite carnal, mala concupiscencia, y avaricia, la cual es servicio de ídolos;
por estas cosas la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia.
Y sobre todas estas cosas vestíos de caridad, la cual es el vínculo de la perfección.
que cuando dirán: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción de repente, como los dolores a la mujer encinta; y no escaparán.
Porque no permito a una mujer enseñar, ni tomar autoridad sobre el varón, sino estar reposada.
Tú lo hiciste un poco menor que los ángeles, lo coronaste de gloria y de honra, y lo pusiste sobre las obras de tus manos;
Fiel al que lo constituyó sobre toda su casa, como también lo fue Moisés.
Y, Moisés a la verdad fue fiel sobre toda su casa, como siervo, pero para testificar lo que se había de decir;
mas Cristo, como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si hasta el fin retuviéremos firme la confianza y la esperanza gloriosa.
Porque la tierra que embebe el agua que muchas veces vino sobre ella, y que engendra hierba a su tiempo a aquellos de los cuales es labrada, recibe bendición de Dios.
Así que si estuviera sobre la tierra, ni aun sería sacerdote, estando aún los otros sacerdotes que ofrecen los presentes según la Ley.
por lo cual este es el testamento que ordenaré a la Casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: Daré mis leyes en el alma de ellos, y sobre el corazón de ellos las escribiré; y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por pueblo.
Y sobre ella los querubines de la gloria que ponían su sombra sobre el asiento de la reconciliación, cosas de las cuales no se puede ahora hablar en detalle.
y teniendo aquel Gran Sacerdote, sobre la casa de Dios,
En fe murieron todos éstos sin haber recibido las promesas; sino mirándolas de lejos, y creyéndolas, y abrazándolas; y confesando que eran peregrinos y advenedizos sobre la tierra.
Por la fe, Jacob muriéndose bendijo a cada uno de los hijos de José; y adoró estribando sobre la punta de su vara.
Por tanto nosotros también, teniendo puesta sobre nosotros una tan grande nube de testigos, dejando todo el peso del pecado que nos rodea, corramos por paciencia la carrera que nos es propuesta,
¿No blasfeman ellos el buen nombre que es invocado sobre vosotros?
¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro Padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?
Habéis vivido en deleites sobre la tierra, y habéis sido disolutos, y habéis recreado vuestros corazones como en el día de matar sacrificios.
Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y rogó en oración que no lloviera, y no llovió sobre la tierra tres años y seis meses.
él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia, por cuya herida habéis sido sanados.
Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor está sobre aquellos que hacen males.
Y sobre todo, tened entre vosotros ferviente caridad; porque la caridad cubrirá multitud de pecados.
Si sois vituperados por el Nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque la gloria y el Espíritu de Dios reposan sobre vosotros. Cierto, según ellos, él es blasfemado, mas según vosotros es glorificado.
y no como teniendo señorío sobre las heredades del Señor, sino de tal manera que seáis ejemplos de la manada.
Pero hubo también falsos profetas en el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente sectas de perdición, y negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos perdición acelerada.
y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas, sobre los cuales la condenación ya de largo tiempo no se tarda, y su perdición no se duerme.
y si no perdonó al mundo antiguo, mas guardó a Noé, predicador de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de malvados;
Y fue reprendido de su maldad; un animal mudo acostumbrado a yugo (sobre el cual iba sentado) hablando en voz de hombre, refrenó la locura del profeta.
Pues cuando el Arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando sobre el cuerpo de Moisés, no se atrevió a usar de juicio de maldición contra él, antes le dijo: El Señor te reprenda.
a hacer juicio sobre todos, y a convencer a todos los impíos de entre ellos de todas sus malas obras que han hecho infielmente, y de todas las palabras duras que los pecadores infieles han hablado contra él.
Mas vosotros, oh amados, edificaos a vosotros mismos sobre vuestra santísima fe, orando por el Espíritu Santo.
He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra se lamentarán sobre él. Así sea. Amén.
Y cuando yo le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; YO SOY el primero y el último;
Pero yo digo a vosotros, y a los demás que estáis en Tiatira: Cualesquiera que no tienen esta doctrina, y que no han conocido las profundidades de Satanás (como ellos dicen), Yo no enviaré sobre vosotros otra carga.
Y al que hubiere vencido, y hubiere guardado mis obras hasta el fin, yo le daré potestad sobre los gentiles;
Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá fuera; y escribiré sobre él el Nombre de mi Dios, y el nombre de la Ciudad de mi Dios, que es la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo de con mi Dios, y mi Nombre nuevo.
Y luego yo fui en espíritu; y he aquí, un trono que estaba puesto en el cielo, y sobre el trono estaba uno sentado.
Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sobre los tronos veinticuatro ancianos sentados, vestidos de ropas blancas; y tenían sobre sus cabezas coronas de oro.
Y vi en la mano derecha del que estaba sentado sobre el trono un libro escrito de dentro y de fuera, sellado con siete sellos.
Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro animales y los veinticuatro ancianos cayeron sobre sus rostros delante del Cordero, teniendo cada uno arpas, y copas de oro llenas de perfumes, que son las oraciones de los santos;
Y oí a toda criatura que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y que está sobre el mar, y todas las cosas que están en él, diciendo: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea alabanza, honra, y gloria, y potencia, para siempre jamás.
Y los cuatro animales decían: Amén. Y los veinticuatro ancianos cayeron sobre sus rostros, y adoraron al que vive para siempre jamás.
Y salió otro caballo bermejo, y al que estaba sentado sobre él, le fue dado poder de quitar la paz de la tierra; y que se maten unos a otros; y le fue dada una gran espada.
Y miré, y he aquí un caballo verde; y el que estaba sentado sobre él tenía por nombre Muerte; y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las bestias de la tierra.
Y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra; como la higuera echa sus higos cuando es movida de gran viento.
y decían a los montes y a las piedras: Caed sobre nosotros, y escondednos de la cara de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero;
Y después de estas cosas vi cuatro ángeles que estaban sobre los cuatro ángulos de la tierra, deteniendo los cuatro vientos de la tierra, para que no soplara viento sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol.
y clamaban a alta voz, diciendo: Salvación al que está sentado sobre el trono de nuestro Dios, y al Cordero.
Y todos los ángeles estaban alrededor del trono, y de los ancianos, y de los cuatro animales; y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios,
No tendrán más hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni ningún otro calor;
Y otro ángel vino, y se paró delante del altar, teniendo un incensario de oro; y le fue dado mucho incienso de las oraciones de todos los santos para que los pusiera sobre el altar de oro, el cual está delante del trono.
Y el parecer de las langostas era semejante a caballos aparejados para la guerra; y sobre sus cabezas tenían como coronas semejantes al oro; y sus caras eran como caras de hombres.
Y tienen sobre sí un rey, que es el ángel del abismo, el cual tenía por nombre en hebraico, Abadón, y en griego, Apolión que quiere decir destructor.
Y así vi los caballos en la visión; y los que estaban sentados sobre ellos tenían corazas de fuego, de jacinto, y de azufre. Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones, y de la boca de ellos salía fuego, humo y azufre.
Y tenía en su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra;
Y el ángel que vi estar sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano al cielo,
Y oí una voz del cielo que hablaba otra vez conmigo, y me decía: Anda ve, y toma el libro abierto en la mano del ángel que está sobre el mar y sobre la tierra.
Estos tienen potestad de cerrar el cielo, que no llueva en los días de su profecía, y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga cuantas veces quisieren.
Y los moradores de la tierra se gozarán sobre ellos, y se alegrarán, y se enviarán dones los unos a los otros; porque estos dos profetas han atormentado a los que moran sobre la tierra.
Y después de tres días y medio, el Espíritu de vida, enviado de Dios entró en ellos, y se alzaron sobre sus pies, y vino gran temor sobre los que los vieron.
Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios,
Y una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, y la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.
Y yo me paré sobre la arena del mar, y vi una bestia subir del mar, que tenía siete cabezas y diez cuernos; y sobre sus cuernos diez diademas; y sobre las cabezas de ella nombre de blasfemia.
Y le fue dado hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También le fue dada potencia sobre toda tribu y pueblo y lengua y gente.
Y miré, y he aquí, el Cordero estaba sobre el monte de Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el Nombre de su Padre escrito en sus frentes.
Y miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del hombre, que tenía en su cabeza una corona de oro, y en su mano una hoz aguda.
Y otro ángel salió del templo, clamando con alta voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar te es venida, porque la mies de la tierra está seca.
Y el que estaba sentado sobre la nube echó su hoz sobre la tierra, y la tierra fue segada.
Y otro ángel salió del altar, el cual tenía poder sobre el fuego, y clamó con gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra; porque están maduras sus uvas.
Y vi así como un mar de vidrio mezclado con fuego; y vi los que habían alcanzado la victoria de la bestia, y de su imagen, y de su marca, y del número de su nombre, estar sobre el mar semejante al vidrio, teniendo las arpas de Dios.
Y oí una gran voz del templo, que decía a los siete ángeles: Id, derramad las copas de la ira de Dios sobre la tierra.
Y el primero fue, y derramó su copa en la tierra; y fue hecha una plaga mala y dañosa sobre los hombres que tenían la marca de la bestia, y sobre los que adoraban su imagen.
Y los hombres se inflamaron con el gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene potestad sobre estas plagas, y no se enmendaron para darle gloria.
Y el quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia; y su reino fue hecho tenebroso, y se mordían sus lenguas de dolor;
Entonces fueron hechos relámpagos y voces y truenos; y hubo un gran temblor de tierra, un terremoto tan grande, cual no fue jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra.
Y descendió del cielo sobre los hombres un gran granizo cada piedra como del peso de un talento; y los hombres blasfemaron de Dios por la plaga del granizo, porque su plaga fue hecha muy grande.
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