¿Cuánto menos el hombre abominable y vil, que bebe la iniquidad como agua?

Escúchame; yo te mostraré, y te contaré lo que he visto;

Estruendos espantosos hay en sus oídos; en la prosperidad el destructor vendrá sobre él.

Vaga alrededor tras del pan, diciendo: ¿Dónde está? Sabe que le está preparado día de tinieblas, a la mano.

Lo que los sabios nos contaron de sus padres, y no lo encubrieron;

Tribulación y angustia le aterrarán, y se esforzarán contra él como un rey dispuesto para la batalla.

A los cuales solamente fue dada la tierra, y no pasó extraño por medio de ellos;

Y habitó las ciudades asoladas, las casas inhabitadas, que estaban puestas en ruinas.

Él perderá su agraz como la vid, y derramará su flor como el olivo.

Él le acometerá en la cerviz, en lo grueso de las hombreras de sus escudos:

No se enriquecerá, ni sus bienes perdurarán, ni extenderá por la tierra su hermosura.

Porque cubrió su rostro con su gordura, e hizo pliegues sobre sus ijares;

Conciben maldad, y dan a luz iniquidad; y sus entrañas traman engaño.

Todos sus días, el impío es atormentado de dolor, y el número de años es escondido al violento.

Él no creerá que ha de volver de las tinieblas, y descubierto está para la espada.

Entonces respondió Elifaz temanita, y dijo:

¿Qué es el hombre para que sea limpio, y el nacido de mujer, para que sea justo?

He aquí que en sus santos no confía, y ni aun los cielos son limpios delante de sus ojos:

No confíe el iluso en la vanidad; porque ella será su recompensa.

No escapará de las tinieblas; la llama secará sus ramas, y con el aliento de su boca perecerá.

Tú también disipas el temor, y menosprecias la oración delante de Dios.

¿Oíste tú el secreto de Dios, que detienes en ti solo la sabiduría?

Porque la congregación de los hipócritas será asolada, y fuego consumirá las tiendas de soborno.

¿Proferirá el sabio vana sabiduría, y llenará su vientre de viento solano?

Él será cortado antes de su tiempo, y sus renuevos no reverdecerán.

Entre nosotros también hay cabezas canas y hombres viejos, mucho más ancianos que tu padre.

Por cuanto él extendió su mano contra Dios, y se ensoberbeció contra el Todopoderoso,

Porque tu boca declaró tu iniquidad, pues has escogido el hablar de los astutos.

Tu boca te condenará, y no yo; y tus labios testificarán contra ti.

¿En tan poco tienes las consolaciones de Dios? ¿Tienes acaso alguna cosa oculta cerca de ti?

para que vuelvas tu espíritu contra Dios, y saques tales palabras de tu boca?

¿Naciste tú primero que Adán? ¿O fuiste formado antes que los collados?

¿Qué sabes tú que no sepamos? ¿Qué entiendes que no se halle en nosotros?

¿Por qué te aleja tu corazón, y por qué guiñan tus ojos,

¿Disputará con palabras inútiles, y con razones sin provecho?